Tarde de Sexo en un cerro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace unas semanas, a través de Facebook, conoci a un chico de mi ciudad, gay al igual que yo, y comenzamos a hablar.
Estuvimos en contacto por unas 2 semanas, hasta que un día decidimos conocernos en persona.
El tiene 16, yo 28, la verdad es que la edad me da igual, no me fijo en fisicos, edades, partidos politicos, religiones, etc.
Ese día nos juntamos en la tarde, había sol, era un día muy lindo, el me había dicho que iríamos a su hogar, que no había problemas, y yo le dije que estaba bien.
Cuando llegue, el me esperaba cerca de un semáforo, y cuando lo vi la verdad es que me fascinó.
Medía como 1,65, pelo negro ondulado, no era gordito ni demasiado delgado, sino una contextura media, aparentaba 14 años, unos ojos claros muy lindos, unos labios rosados, muy bonitos, pero me llamó la atención mucho su trasero, como me gustan, no demasiado pequeño, pero tampoco enorme, marcado en sus pantalones ajustados que me dieron ganas de poder tocárselo enseguida.
Nos pusimos a caminar, conversar, conocernos, y tenía una personalidad bastante encantadora.
Luego de dar vuelta por muchos lugares,la verdad no se porque caminamos tanto, además nunca fuimos a su casa que es lo que había dicho, y ya me estaba aburriendo un poco andar así.
Pero en un momento llegamos a un cerro lleno de arbustos, pasamos por una reja que había rota, y comenzamos a bajar por ese lugar buscando un lugar para poder sentarnos.
Encontramos un sitio, y en ese momento, de manera algo pícara me dice "Bueno, ¿y que hacemos?", yo sin responder nada lo agarre de su nuca y lo bese, y estuvimos un rato haciendo eso, sentados en ese lugar.
Sus labios me encantaron, su lengua hacía un gran trabajo, aunque al principio noté algo de malestar al besarnos, como que no lo deseaba mucho, aun así luego se relajó y estuvimos en eso durante un rato.
Está demás decir que yo ya tenía una ereccion enorme, y solo quería poder quitarle todo para poder hacerlo mío.
Y el momento llegó.
Me puse encima de el, y logré sentir su erección, una verga no muy grande, pero no importaba mucho en ese momento.
Me quito todo lo de arriba, quedando semi desnudo, y procedí yo a sacarle su ropa, y despacio le quite su chaleco, abrí su camisa, y pude notar un pecho suave, lampiño, unos pezones rosaditos aun, no muy marcados, un ombligo redondito, hacia adentro, y un pequeño hilo de vello debajito de el.
Lo besé en su pecho completo, lamí su pequeño ombligo, sus pezones, mientras emitía unos pequeños gemidos de placer, y comencé a desabrichar su pantalón y abrir su cremallera lentamente, hasta ver el elástico de sus boxers, blancos, marcados de líquido preseminal, y su verga se notaba erecta, al igual que sus testículos.
La verdad no era muy grande, mediría 12, 13 cms, aun así, los comencé a deslizar por sus piernas, lampiñas tambien, le quité sus zapatos y lo dejé completamente desnudo, excepto por sus calcetines.
Un cuerpo lindo, blanco, excitante, lampiño, excepto en sus genitales, con algo de vello oscuro.
Me empece a desliar hacia su verga y la introduje en mi boca, al ser tan pequeña no hubo problemas en saborearla completa, y ya sus gemidos comenzaron a aumentar de nivel, mientras se retorcía de placer.
Yo sin aguantar mas, le levanté sus piernas, me moje un dedo y se lo comencé a introducir en su ano, virgen aun, también lampiño, y empecé a dilatarlo, mientras el solo se dedicaba a decir que le encantaba y que siguiera.
Así lo hice durante un rato, hasta que me quité lo que me quedaba de ropa, y el comenzó a lamer mi verga, de arriba abajo, acariciandola, masturbandola, haciendome gemir mucho de placer.
Cuando la dejo humeda, yo lo di vuelta, dejandolo en 4 patitas y le eché saliva a su agujerito, y a mi verga también y comencé la labor de penetración.
Lento, mientras el se quejaba de dolor, y se movía un poco, mientras debía mantener sus nalgas quietas en un lugar porque mi verga salía de su ano y no podía lograr una buena penetración.
Así estuve un rato hasta que entró, y comencé a moverme despacio, para que se acostumbrara a mi pene, y subía lentamente el ritmo, viendo que su agujerito ya estaba lo suficientemente acostumbrado.
Así, lo puse de espaldas, levante sus piernas y lo comencé a penetrar nuevamente, ya con un ritmo mas rápido, mientras nos besabamos y le mordía sus pezones y lo masturbaba rápido, hasta que eyaculó en su pecho botando 2 ó 3 chorros de semen, el que esparcí en todo su cuerpo, mientras continuaba metiendosela por su culito.
Eso me calento de sobre manera, verlo eyacular, así que no demoré mucho en irme dentro de él, dejando todo dentro suyo.
Nos besamos un rato, nos vestimos y caminamos hasta que llegamos a la calle por la cual el se iba a su hogar.
Luego vinieron otras veces que nos vimos nuevamente
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