Tarea para la casa
En 2007, dos adolescentes chilenos se preparan para saber más de la VJ ida.
En ese entonces íbamos en el liceo. Quizá fue la única vez que pude verlo de esa manera y la instancia en que pudimos intimar así. Hoy en día hablamos de vez en cuando, sin intenciones sexuales y mucho interés mental.
Lo que recuerdo es que estábamos terminando un trabajo para un ramo del liceo. Él se había conseguido el permiso para llegar a mi casa y luego irnos desde ahí a estudiar. Siempre lo había visto con otros ojos pues su forma física me era atractiva. Bajo de estatura, ojos saltones, sonrisa traviesa, y una característica que aún observo en otros hombres y que él tenía en ese momento: era lampiño de cara.
Ya habíamos guardado todos nuestros implementos y nos quedaba más de una hora para salir. Tenía comida suficiente para dos, preparada por mi mamá, y con tiempo de sobra se me ocurrió una morbosidad. Lo invité a mi pieza a ver una serie. Subimos la escalera hacia la pieza compartida que tenía, y como no se encontraba nadie en casa, le dije que se pusiera cómodo. Sin que él lo notara, puse una película porno que tenía en ese momento. Empezaba con una mujer haciéndole sexo oral a un hombre con un pene de grandes dimensiones. Él al verlo no hizo comentario y mantuvo su mirada en la TV. Yo casi por impulso le digo:
-Si quieres pajearte, lo puedes hacer – mientras me desabrochaba mi pantalón. Él me miró sorprendido al tiempo que veía como sacaba mi verga erecta. Mi pene es más grande de lo normal y al ser más alto que él, lo vió más grande.
-Tienes poquita cabeza -me dice sin miedo a mantener la mirada en mi miembro-Mira -se baja su pantalón y veo una verga gruesa, con una cabeza como champiñón, no muy larga pero si ante su mano que era pequeña se veía descomunal. Se comienza a pajear mientras yo lo veo de reojo, sin dejar pasar un minuto le digo:
-Te pajeo si me pajeas después
Él me mira sorprendido y accede con la cabeza. Tomó su pene con mi mano, y él rodea el mío con su pequeña mano y me dice -aunque no seas cabezón es grande. Yo me río y le digo en la misma -Pero la tuya se ve rica- y lo estimulo más rápido. Se queda en silencio, y sin avisarle previamente me muevo rápido y la pongo en mi boca. Él se queda en silencio otra vez, con mis labios bajo y subo por su tronco mientras él me agarra de la cabeza y me hace comérsela entera. No pasan ni treinta segundos cuando su pene escupe líquido. Cuatro deliciosos chorros golpean mi garganta. No tenía mucho sabor y no era denso, digno de un adolescente hirviendo. Me preocupo de no perderme nada y él se deja. Yo le digo que le toca a él, se acerca a mi pene y lo pone entre sus labios, le pasa la lengua y lo suelta, no le digo nada. Me empieza a masturbar suavemente, a lo que yo le quito mi pene y comienzo a estimularme. Yo estaba muy caliente, así que en cosa de segundos eyaculo, él me mira y nuevamente quedamos en silencio, me limpio.
Nos subimos los pantalones y luego saco la película. Luego de eso almorzamos, y nos fuimos al colegio. En el camino me decía “cabecita”. A lo que yo me reía tímidamente.
Luego de eso nunca más pasó nada hasta que nos separamos al salir de la media. Hoy en día hablamos mucho, ya han pasado 15 años de ese episodio y me dijo que estaba abierto a probar, pero que nunca le había interesado otro hombre… hasta ahora.
gran realto con ganas de leer la siguiente parte