Tavito y yo, después de la pijamada.
La mañana siguiente después de nuestra «pijamada» no podía terminar de mejor manera..
Estaba teniendo un sueño borroso cuando algo empezó a perturbarme, un sonido, un golpeteo. Sentía que apretaba los ojos tratando de mantenerme dormido, y entonces el sonido regresaba, y una voz distorsionada se escuchaba al fondo. Trataba de seguir durmiendo, pero el sonido me intrigaba y ponía atención tratando de descubrir qué era. Finalmente lo reconocí, era una puerta. El sonido de una puerta. No. Era el sonido de mi puerta. Mi puerta? Abrí los ojos y la imagen borrosa de mi habitación apareció frente a mí. Toc-toc-toc, tocaron de nuevo a la puerta,
– Joel, ya levántate, Joel- Era Mario llamándome. Me despabilé un poco y le contesté.
– Qué quieres?- Mi voz sonaba áspera.
– Levántate, tenemos que hacer desayuno para los tres y ya son las 10. Porqué cerraste con seguro?- Dijo. Los tres? Me pregunté en mi mente. Si, Tavito está aquí, pensé. Estaba yo acostado de lado volteando hacia la puerta, giré y encontré a mi pequeño durmiendo de lado dándome la espalda, eso explicaba porqué estaba yo al borde de la cama: a penas y cabíamos los dos juntos. Mi bebé estaba con su playerita de pijama y no tenía nada de la cintura para abajo permitiendo verle su culito desnudo con una manchita blanca de mi leche seca en su piel. – Entonces? Que vamos a hacer- Añadió mi hermano.
– Compra algo, lo que quieras- Le dije, y con mi mano sobaba el culito de Tavo. Tenía mi pene de fuera, duro como roca, me había quedado dormido con el short a medio bajar.
– Ok, voy a cambiarme de ropa- Dijo Mario, y escuché como regresaba a su habitación. Seguía en lo mío disfrutando de la delicada piel de mi noviecito, cuando pensé que debía tener un recuerdo más de esa ocasión, y estiré mi mano al cajón del mueble para sacar mi celular. Tomé una foto de Tavito acostado y otra más abriendo con mi mano sus nalgas para captar su hoyito tierno y una última en la que le ponía mi verga dura entre sus nalgas poniendo mi punta en su ano. Guardé el teléfono, y seguí pasando mis manos por el cuerpo de Tavito mientras él se movía un poco al contacto de mis dedos. Estiré un brazo alcanzando la entre pierna de mi niño notando que él también tenía una erección y comencé a jugar con sus huevitos haciendolos bailar en mis dedos, me encantaba el tacto de esas pequeñas bolitas delicadas enfundadas en su escroto de piel sedosa que se ponía durito al contacto de mis dedos. Cambié mis dedos de objetivo y tomaba la verguita de Tavo y la pelaba despacio para después volver a subirla y él daba pequeñas sacudidas cuando de repente se da la vuelta quedando boca arriba con las piernas abiertas. Yo admiraba la desnudez de mi pequeño, me acomodé entre sus piernas y engullí su piquito en mi boca pelandolo y subiendo una y otra vez mamando su preciosa verguita infantil.
– Hey, Joel, ya voy a la tienda, vas a encargar algo?- Dijo mi hermano desde afuera. Saqué la verguita de Tavo de mi boca y le contesté,
– Sí, compras un jugo grande de naranja- Y regresé ese penecito a mi boca.
– Ok. Levántate porque tú vas a hacer el desayuno- Me dijo.
– Si, ahorita me levanto- Le dije y regresé mi cara a entre las piernas de Tavo pasando mi lengua por sus huevos.
– Ya vuelvo- Respondió mi hermano y escuché como bajaba la escalera.
Seguía yo con los huevitos de Tavo en mi boca cuando sentí su mano acariciando mi cabello.
– Buenos días- Me dijo. Tavito cerraba los ojitos y abría más las piernas mie tras yo chupaba su verga metiendo sus huevos a la vez en mi boca.
– Hola, bebé- Le dije deteniendo mi mamada pajeando su verguita con los dedos y él sonreía.
– Métemela- Dijo Tavito, pasando su manita hacia abajo y separándose las nalgas con los dedos dejando su hoyito perfectamente a la vista y yo instintivamente pasé mi lengua por él recogiendo un poco del sabor saladito de mi semen que quedó en su piel de la noche anterior.
– No podemos, mi hermano está aquí- Le decía a Tavito cuando escuché que la puerta principal de la casa se cerraba, Mario se habría ido. – Fué a la tienda, no va a tardar mucho- Le decía mientras seguía jugando con sus bolitas.
– Ándale, un poquito nada más- Dijo Tavito y se llevó las piernas arriba sujetándolas con sus manos. Tenía a mi pequeñín bien caliente pidiendo que me lo cogiera y mi verga dura y brillosa de preseminal, así que no me hice más del rogar y ensalibando dos de mis dedos se los metí en el culo y empecé a moverlos en su interior. Tavito daba soniditos de disgusto pero tan pronto como sentí que ya estaba un poco dilatado me puse una buena cantidad de saliba en la punta de mi verga y se la clavé en su hoyito haciendo que Tavito diera un pequeño brinquito acompañado de un gritito.
– Ayyyy!- Dijo, y se echó un poco para atrás.
– Quieres que te la saqué?- Le dije
– No… Cógeme rápido antes que venga tu hermano- Me dijo cerrando los ojos. Yo no lo pregunté dos veces, así que escupiendo de nuevo en mi verga y en su hoyito se la volví a meter empezando mis clavadas con rapidez, le daba al culito de Tavo solo con la punta de mi verga, yo quería metercela toda, pero debido a la poca estimulación previa sería doloroso para él así que me conformaba con darle rápido metiendo y sacando mi punta de su hoyito y Tavito soltaba pequeños sonidos entre placer y dolor.
– Te duele?- Le dije sin dejar de bombear viendo cómo su verguita tambaleaba ante el movimiento de mi verga perforando su ano.
– Poquito, pero me gusta. Metemela más- Decía Tavito jalándose su verguita con la mano y yo volví a sacar mi pene de su hoyito el cual ya estaba más abierto y rojo y volví a aplicar más saliba para volversela a enterrar. No pude meterle mucho más, pero ya tenía algo más de la cabeza de mi verga metida en el culo de Tavo y me lo cogía rápidamente solo pensando en que en cualquier momento llegaría mi hermano de la tienda y debía apresurar mi orgasmo.
– Que rico siento en mi culito- Dijo Tavito, y yo sentía que sudaba. Tavito ya era todo un experto en tragar verga, su ano estaba perfectamente familiarizado con el grosor y el largo de mi palanca y lo recibía gustoso en sus entrañas, miraba su cara como apretaba los ojos y gemía fuerte y yo sentía que ya me botaba la leche cuando escuché que se abrió la puerta de abajo.
– No hagas ruido- Le dije a Tavito siguiendo con mi cogida más lento y él acintió apretando los ojitos. Escuché como subían por la escalera y después tocaron la puerta de nuevo,
– Joel, ya te levantaste?- Dijo mi hermano.
– Ya voy- Le dije tratando de sonar aún adormilado.
– Apúrate porque yo si tengo hambre. Y Tavito ya se levantó?- Dijo Mario.
– Ya lo despertaste con tu ruido- Le dije viendo a los ojos a Tavo.
– Que pasó?- Dijo Tavito, haciendo también una voz de sueño.
– Apúrense para ya desayunar- Respondió mi hermano, y escuché como comenzaba a bajar a la sala. Yo seguía con mi carne unida a la de Tavo, más no me estaba moviendo, en cuento escuché que mi hermano encendió el televisor de la sala volteé a ver la carita de Tavo y él me respondió sonriendo, entonces comencé a cogerlo muy rápido disfrutando la vista de su hoyito tragándose casi toda mi verga y recostando mi peso sobre Tavito lo besaba en los labios mientras él soltaba unos gemidos divinos hasta que en una última clavada mi pene empezó a soltar los fuertes tirones de leche en su interior y yo temblaba sintiendo como mi semen se descargaba en el culo de Tavo.
– Tengo hambre!!- Gritó mi hermano desde abajo, esperé unos segundos con mi verga aún dentro de Tavito viéndolo a la cara cómo sus chapetitos se marcaban rojitos.
– Tengo que ir a hacer el desayuno- Le dije a mi pequeñín, y me levanté de la cama desacoplando mi cuerpo del suyo.
– Yo tengo que ir al baño- Dijo Tavito levantándose veloz tomando su ropita que estaba tirada en el suelo. Al parecer la cogida le había aflojado las tripas.
– Déjame ver que no venga mi hermano- Le dije, y abriendo un poco la puerta de mi habitación me asomé al corredor y vi que estaba libre. -Ve, rápido- Le dije a Tavito y salió disparado desnudo y con la ropa en manos. Notaba como mi semen escurría por sus piernas antes de que entrara al baño cerrando la puerta. Volví a cerrar la puerta de mi habitación y noté que mi pene estaba un poquitín manchado del excremento de Tavito, solo una manchita, así que abrí el cajón sacando unos pañuelos de papel para limpiarme y tan pronto como me acomodé el pantaloncillo salí hacia la cocina.
Preparé unos huevos con jamón para el desayuno y en unos minutos ya estábamos mi hermano, Tavito y yo en el comedor desayunando y platicando sobre la película de la noche anterior. Las siguientes horas pasaron con normalidad, vimos televisión un rato y yo limpiaba un poco la casa como parte de mis deberes mientras mi hermano le enseñaba a Tavito a jugar Risk.
– Oye, Joel, mira, Tavito es peor que Javiercito- Decía mi hermano riendo. Javiercito era un primo un poco menor que mi hermano Mario y siempre que jugábamos algún juego de mesa era pésimo para ello.
– Es que no le entiendo- Decía Tavito enojado y yo me reía ante su expresión, la misma cara de niño molesto que me hacía cuando estaba celoso o enojado por algo.
Seguí con mis cosas, e incluso hubo un momento dónde Tavito nos ayudaba en la limpieza de la casa y rápidamente completamos lo que nos tocaba de deberes a mi hermano y a mí.
– Tavito, deberías venir más seguido a ayudarnos a limpiar- Le decía mi hermano a Tavito y él le contestaba riendo. Me agradaba la idea que mi hermano Mario se llevara bien con su «cuñadito».
– Ya, mejor vamos a jugar en la computadora- Le dije, pero mi hermano se negó, decía que no tenía ganas de jugar, sin embargo Tavito estaba más que de acuerdo.
Subimos a la habitación y cerré la puerta, ésta vez no la podía cerrar con seguro porque sería sospechoso para mí hermano si es que subía, así que solo entramos y encendí la computadora y acomodamos las sillas para comenzar a jugar. Tavito y yo estuvimos un rato jugando cuando comencé a recordar que justo así fué que me agarró mi pene duro la primera vez.
– Ya casi te sale el combo que te enseñé- Le dije a Tavito después de una ronda y el sonreía felíz.
– Ya sé, casi te ganaba, viste?- Me dijo.
– Parece qué tanto jugar con mi palanca te está sirviendo- Le dije con picardía hablando algo más bajo y acariciando su piernita.
– Si, me gusta más ésta palanca que la de la maquinita de la tienda- Dijo, tanteando mi verga por sobre la ropa y yo subía más mi mano metiendo la punta de los dedos en su truza tocando el borde de su ingle.
– Porque no te sientas aquí para enseñarte mejor- Le dije, y abrí las piernas haciendo un poco de espacio que Tavito ocupó. Seguimos el juego y yo puse la mano de Tavito en la palanca del tablero de juego y mi mano encima de la suya, siendo yo quién movía la palanca y le ensañaba como jugar.
– Mira, así se hace- Le decía, y el sonreía. Estuvimos un momento así hasta que finalmente Tavito dominó el movimiento que le había enseñado y jugaba solo. Separé mi mano de la suya de la palanca y la bajé lento metiendola dentro de su pantaloncillo y haciendo a un lado el resorte de su trusa la metí dentro comenzando a tocar sus huevos y su verguita que pronto se tornó dura y yo la estimulaba con mis dedos subiendo y bajando su piel. Yo tenía una perfecta erección, cosa que Tavito sintió en su espalda y levantándose un poco pegaba su culo a mi dureza restregando sus cachetes esponjosos y yo comenzaba a besar su cuello desde atrás.
– Juegas muy bien, Tavito- Le decía. Debía mantener las apariencias con mi hermano, mientras mi mano seguía habilidosa en la entrepierna de mi bebé y con la otra mano acariciaba su pancita y su pecho por debajo de la playera. Notaba que Tavito estaba bien excitado, jugaba de forma muy torpe y seguía restregandoce a mí cuando de pronto se levantó, sacó mi pene duro de entre mi ropa con su mano, bajó sus pantalones dejando su culo a mi vista y se vuelvió a sentar acomodando mí verga entre sus nalgas.
– Ocupo sentir mejor la palanca- Dijo, y regresó al juego mientras movía un poco el culito.
– Mi hermano nos puede ver- Le decía despacio al oído, mientras disfrutaba la fricción de sus glúteos con mi herramienta y sentía que mi pene empezaba a lubricar, – Déjame ir a ver qué está haciendo hermano- Le dije a Tavito y él se alejó un poco subiéndose el pantalón y dejándome salir de debajo de él salí de la habitación. Acomodé mi pene hacia arriba pegado a mi abdomen para disimular la erección y bajé rápido a la cocina a tomar un vaso de agua. Mi hermano miraba entretenido la televisión,
– No vas a jugar?- Le pregunté rogando en mi mente que dijera que no.
– No, ya te dije que no tengo ganas- Respondió sin despegar las vista de la pantalla, y entonces rápidamente subí de regreso a mi habitación. – Está bien ocupado- Le dije a Tavito, y me acomodé de regreso a como estaba, saqué mi verga tiesa y él con una risita pícara bajó nuevamente de tirón su ropa sentándose en mi palanca. Me movía pasando mi verga por todo lo largo de su raja y Tavito apretaba el culo ahorcando mi herramienta entre sus nalgas. Disfrutaba mucho la situación, pero necesitaba más, así que hice que Tavito se levantara inclinándose hacia enfrente y comencé a meterle los dedos por su hoyo sacándolos solo para llenarlos de más saliba y volverlos a enterrar en él.
– Hey, casi me ganas- Decía yo al aire solo para disimular.
– Para que veas que yo también puedo- Dijo Tavo, y dejó el juego para con sus manos separar sus nalgas, cosa que yo aproveché para meter más a fondo mis dedos dentro de su ano. Estaba demasiado caliente, miraba a la puerta nervioso con la idea que mi hermano pudiera atraparnos en cualquier momento mientras con mis dedos seguía penetrando el culo de Tavo. Mi verga que ya se encontraba toda babeada de líquido pre seminial y me preparaba para penetrar a Tavito cuando escuché que mi hermano subía por las escaleras y rápido saqué mis dedos de entre las nalgas de Tavo y ambos nos acomodamos para fingir seguir jugando. Escuchaba atento hasta que noté que mi hermano había entrado al baño. Estába aún muy caliente y con mi verga como roble, Tavito y yo jugábamos torpemente esperando a que mi hermano saliera del baño. Pasaron unos minutos hasta que escuché como Mario salía del baño y bajaba a la sala. En cuanto dejé de escuchar los pasos de mi hermano bajando la escalera me bajé de tirón el short hasta las rodillas y me puse saliba en la punta del pene.
– Ocupo cogerte ya- Le dije a Tavito y lo jalé un poco brusco hacia mí bajando su ropa y acomodando mi verga en su hoyito lo senté en mí clavándosela en el acto,
– Auhhhh, espérate un poquito- Dijo Tavito haciéndose hacia enfrente.
– Perdón, bebé- Pero es que tengo muchas ganas- Le dije despacio al oído.
– Bueno- Respondió, y comenzó relajarse para después de unos minutos comenzar despacio a subir y bajar clavándose él solito y yo estimulaba sus huevitos con mi mano. Sentía una gran adrenalina en mí, sentía que mi verga hervía dentro del culo de Tavo y bufaba en voz baja disfrutando sus sentones, pero yo necesitaba más, así que acomodandome un poco volví a sacar mi verga de entre sus nalgas para poner más saliba y después la regresé dentro de su ano follándolo con rapidez meneando mi cadera enterrando más y más mi verga. Tavito ya había dejado de jugar, la máquina seguía emitiendo los sonidos de los personajes aligerando el sonido de mi verga entrando y saliendo del culo de mi pequeño. Yo estaba extasiado, sentía uno gota gorda de sudor bajando por mi espalda y con una mano rodeaba la cintura de Tavo atrayendolo hacia mí logrando ya clavar casi completa mi carne en la suya usando la silla solo como soporte para seguirlo cogiendo velozmente y Tavito soltaba unos gemidos mudos que yo alcanzaba a escuchar junto con el palpitar de mis tímpanos hasta que mi esperma subió de golpe dentro de las tripas de Tavo y yo reprimía con fuerzas un gran gemido. Sentía como mi verga se contraía con fuerza, pero necesitaba más, mi palanca seguía dispuesta a la batalla y sin sacarla me puse de pie empujando el tablero de juego hacia atrás logré un pequeño espacio para subir el cuerpo de Tavo encima del escritorio dejando su culo levantado en mi dirección y retomé las clavadas con fuerza cogiéndolo duro con su carita pegada al mueble y sus nalgas regalandome una postal de mi verga perdiéndose entre ellas cubierta con una fina capa de espuma creada con mi propio esperma. Tenía miedo, sabía que si mi hermano llegaba a abrir la puerta estaba perdido, pero las ganas me consumían más y cogiendo duro a mi niño se la hundí completa volviendo a llenar su ano de mi crema caliente. Me quedé parado unos momentos pegado a él con mi pene completamente dentro hasta que arrojé hasta la última gota de mi leche, y entonces me dejé caer en la silla con mi verga brillosa de fluidos. Miraba como Tavito seguía recostado con medio cuerpo en el escritorio y de su hoyito abierto brotaba mi semen escurriendo por sus piernas. Me levanté rápido tan pronto como caí en cuenta que era en extrana peligrosa esa situación y cerré la puerta con seguro. Saqué los Kleenex del cajón y me limpié el pene pasando la caja a Tavito y él hizo lo mismo limpiando sus piernas y su culito. Tomé el desodorante hambiental del baño y rocíe el cuarto para encubrir el olor, y usé mi desodorante corporal para enmascarar el de nuestros cuerpos.
Esperamos unos minutos, apagué la computadora y bajamos a la sala a acompañar a mi hermano para que unos minutos más tarde llegara mi mamá con una pizza para la comida. Tavito estuvo unas horas más en casa, hasta que finalmente lo llevé a su casa y nos despedimos con una sonrisa de complicidad después de un día de puro placer.
Quiero agradecer a quienes han seguido mis relatos y se han tomado la molestia de compartir sus comentarios, todos ellos comentarios positivos que me han motivado a seguir compartiendo mi historia. Para quienes se preguntan cuándo habrá otros personajes involucrados en la historia les adelanto que ésta muy cerca de suceder. Estén al pendiente de lo que viene y sean libres de dar sugerencias, me he empeñado en mejorar la redacción y la ortografía de cada capítulo para hacerlo más fluido y comprensible tratando de revisar antes de publicar que todo esté en orden, sin embargo no me cierro a las críticas. Ojalá siga siendo de su agrado lo que escribo.
Amigo, excelente, erección desde el segundo párrafo hasta el final, jeje imaginando q el Mario lo sorprenda y se una, de verdad, tienes talento para esto, quedo en espera de la próxima entrega
Sonic 13 eres unos de los más reletos q he leído lo mejor la excitación la tengo a mil cuando leo tus relatos y lo caliente q es Tavito y también saber ese momento de la computadora y coger a alguien mientras juega es lo máximo amigo y virgencito más lo más glosrioso de un día enteró cogiendo ✌✌👍👍✌✌😍😍😍😍😍😍
Excelente capítulo, por favor, sigue adelante. Espero saber de más personajedes en edades similares a la de Tavito e incluso que el hermano de Joel se les una para que tengan más libertad en su casa. Para el anexo de personajes, ten en cuenta un buen desarrollo para que nada se vea forzado. Por ahora, Mario es el más indicado para entrar al juego y posiblemente cada uno en su momento vaya de cacería por separado para ir integrando a más «participantes» pero como te dije, la clave es el desarrollo.
sigue contando mas y si agregale algo mas ok.. 🙂 😉 🙂 😉
Ufff que metido estoy en la historia, que adrenalina hacer todo eso con tu hermano cerca. Que bonita relación de esas en dónde entiendes lo que el otro dice con solo mirarlo a los ojos
Excelentes tus relatos, esperando que Mario se una y compartas a Tavo con el ,que edad tiene Mario?
Mario tendría 14, pero si quieres conocer más en el siguiente capítulo revelo más detalles.
Exelentes relatos Sonic 13, acabo de descubrir esta saga pero desde el primer momento me enganche al 100.tus relatos hacen que me exite desde que abro el relato , muy pocas sagas y relatos han logrado lo que yo haces sentir.