Taxista aprovechador
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estoy en los cuarenta y soy casado (con mujer) tengo dos hijos, en las mañanas trabajo en una carpintería y los fines de semana por la noche trabajo como taxista.
Hace un par de semanas, un sábado en la noche, serían como las 3 AM, recogí un par de chicos, ambos borrachos, tendrían unos 20 y algo años.
Uno de ellos me indicó la dirección donde debía llevarlos y así lo hice.
Una vez llegamos, el chico que me había dado la dirección, me pagó y me pidió que llevará a su amigo a una otra dirección.
Se bajó del taxi y yo seguí adelante.
Cuando llegué a la calle que me había indicado el chico que se bajó primero, no sabía dónde dejar exactamente al otro chico.
Me di la vuelta y le hable, pero el chico no reaccionaba y estaba tumbado inconsciente sobre el asiento trasero.
Aparqué el taxi y me bajé para hacer reaccionar al muchacho, estaba recostado de lado sobre el asiento con las piernas colgando y los pies en el piso, lo sacudí, lo levante de la chamarra que llevaba, le hablé para que me dijera dónde exactamente quería que lo deje; pero nada, el chico estaba completamente inconsciente por el alcohol.
Decidí buscar algo en sus bolsillos que me indicara cuál era el edificio donde vivía.
Primero busqué en los bolsillos de la chamarra, pero no encontré nada; luego, pensé en buscar en los bolsillos de su pantalón.
Cuando me disponía a registrar los bolsillos del pantalón del muchacho es cuando me sentí un poco acalorado, pero no lo relacione a lo que estaba haciendo.
Me fijé que el muchacho llevaba uno de esos pantalones ajustados que se pegan al cuerpo y estos marcaban su trasero, metí una de las manos en el bolsillo trasero, no había nada, pero sentía en la palma de la mano el trasero caliente del muchacho; me sentí excitado.
Metí la mano en el otro bolsillo trasero, tampoco había nada, pero la dejé un momento sintiendo la redondez firme de ese trasero.
Giré un poco al muchacho para poder inspeccionar sus bolsillos delanteros, al hacerlo me di cuenta de que el ajustado pantalón le marcaba el bulto, se me empezó a poner dura, pasé el dorso de uno de mis dedos por el bulto que se veía en la parte delantera, la tela era delgada y podía sentir la forma y el calor que desprendía.
Sacudí la cabeza y me volví a concentrar en la búsqueda; metí, a duras penas, una mano en el bolsillo delantero, no había nada, repetí la operación en el otro bolsillo con el mismo resultado, sólo que creí sentir la forma redondeada de la cabeza del miembro del muchacho.
En ese punto, yo estaba completamente duro, con la incomodidad de los jeans y sin saber dónde dejar al muchacho y con cosas dándome vueltas en la cabeza.
Me metí nuevamente en el taxi y arranqué el motor, conduje un tiempo girando a una y otra calle sin un rumbo definido.
Pensaba que cómo me podía excitar un muchacho, pero no sólo era el muchacho, que era ciertamente guapo y bien formado por lo que había podido apreciar; sino era también el hecho de que estaba a mi merced; inconsciente.
Estaba con esos pensamientos cuando me di cuenta que estaba cerca de un bosquecillo, decidido, conduje hacia el bosquecillo y busqué el lugar más apartado y oscuro donde detener el taxi.
Me bajé del asiento del conductor y me metí en la parte trasera junto con el muchacho, empujándolo para que yo pudiera sentarme; cerré la puerta y la aseguré.
Me quedé un momento contemplando la figura del muchacho recostado con la poca luz de luna que se filtraba por las ventanas.
Me desabroché los jeans y me bajé el cierre para que la presión de mi erección no fuera tan molesta, mis calzoncillos se sentían un tanto mojados por todo el líquido pre seminal que había botado, realmente estaba muy excitado.
Gire al muchacho, para que ya no estuviera de lado, sino con la espalda completamente apoyada en el asiento, sus piernas seguían colgando a mi lado.
Sus facciones era firmes, la
mandíbula marcada, una nariz afilada, vello facial en el mentón y los lados de la cara.
Probablemente, estando parado sería entre unos 10 a 15 cm más alto que yo.
La chamarra estaba abierta y llevaba una camisa abierta hasta el tercer botón, acaricie la nuez de su garganta con los dedos y bajé la mano para desabotonarle el resto de la camisa.
Pecho y vientre plano, nada de grasa abdominal, unos pocos pelos en el centro del pecho y más en una línea que salía de su ombligo y se perdía en sus pantalones.
No podía distinguir bien sus pezones, pero al tacto era pequeños y se sentían muy suaves, apreté uno de ellos y el muchacho sólo emitió un ruido de molestia pero no se despertó.
Me agaché para poder lamérselos, sabían a sudor.
Bajé las manos acariciando su cuerpo y me decidí a abrirle los pantalones.
Desabotone el pantalón del muchacho y le abrí el cierre, llevaba unos calzoncillos blancos que reflejaban su color a la poca luz.
Levanté el elástico de los calzoncillos para poder meter la mano y tocar la verga del muchacho, el vello púbico se sentía recortado y tenía el miembro laxo y suave, pero aún así se apreciaba grueso y un tanto pesadito.
Le bajé el pantalón y calzoncillo lo que puede, su miembro olía a jabón y un poco a orín.
Le levanté las piernas para poder deslizar más el pantalón y calzoncillo hasta que estos estuvieran en sus tobillos.
Tenía las piernas duras y bien velludas, le acaricie los huevos y deslice mi mano entre sus piernas y huevos buscando su agujero.
Se sentía caliente, lo palpé con los dedos y traté de meter uno pero estaba muy cerrado.
Yo estaba a mil de excitado, recordé que mi mujer siempre dejaba un bote de crema de manos en guantera, me incorporé lo que puede hacia el asiento delantero para ver si lo encontraba, ahí estaba.
Me acomodé como puede frente al muchacho y le levanté las piernas abriéndoselas y poniéndolas sobre mis hombros con su pantalón y calzoncillo a mi cuello, lo que me ayudaba a tener las manos libres.
Vacíe una buena cantidad de crema en la mano y se la unté en el trasero al muchacho y el resto la unté a lo largo de toda mi verga y repasé la cabeza.
Tanteando con la mano ubiqué nuevamente su agujero y le metí un dedo, el muchacho hizo nuevamente sonidos de molestia pero no despertaba de su inconsciencia alcohólica.
Hincado sobre el asiento de frente al muchacho, empuje sus piernas, todavía sobre mis hombros, hacia adelante y guíe mi miembro hacia a su agujero.
Se lo metí sin contemplaciones, una vez bien posicionado, se la empalme de uno solo, el muchacho se movió y gimió de dolor pero yo no lo solté, respiraba entrecortadamente, esperé a que respirará un poco más normal y empecé a bombearlo, tenía el culo ajustado y me apretaba deliciosamente la verga, estaba embistiéndolo todo lo que daba con la sensación de la paredes interiores del muchacho sobre la cabeza de mi verga mientras la deslizaba en cada empuje.
Yo sudaba a chorros y en cada embestida el muchacho hacia como un "umf umf" no duré mucho, me corrí dentro del muchacho, esperé un rato antes de salir de él, al apoyar la mano en su pecho me di cuenta que él también había sudado bastante, cuando se la saqué el muchacho se quejaba "ah ah ah".
Salí del taxi, me subí la ropa y acomodé al muchacho para poder vestirlo.
Una vez que estuvo con la ropa acomodada, me subí al asiento del conductor y me dirigí hacia donde me había indicado el chico que se bajó primero, en todo el camino de regreso el muchacho se quejaba suavemente aún medio inconsciente.
Llegué a la calle indicada y paré frente al primer edificio, bajé al muchacho y lo dejé apoyado en la reja de entrada.
Más tarde, ya en mi casa, entré al baño para quitarme los calzoncillos, tenía la verga embadurnada de crema, mierda y sangre.
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