Te presento al sexo.. Bienvenido.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Los hechos reales que acontecieron en 1977 cambiaron mi estilo de vida y la forma sexual de pensar, en esa época, yo tenía casi 8 años, estaba jugando a las escondidas con mi hermano mayor, mis primos y unos choicos de la barriada, pasaba por garage de mi casa cuando desde adentro Gustavo me llamó:
– Enrique, ven, escóndete acá, por la ventana podrás mirar si te buscan-
Le hice caso, me subió sobre un mesón de cerámica, estaba arridillado sobre el mesón con mi mirada puesta en el exterior, de repente sentí las manos de Gustavo sobando mi culo y sus dedos despues que se introducía por mi pantaloneta, sentí un gustito raro, descubrí un rico placer en mi culito, de pronto regresé a ver atrás la sonrisa picarona de Gustavo, al notar mi verga que se había parado, me dijo:
-Ven, sientate, quiero enseñarte algo que se llama "mamada"-
Me paró, me bajó primero mi pantaloneta, luego mi calzoncillo, quedando a la altura de mis tobillos, quedando descubierta mi verga parada. Me sentó sobre el mesón, mi culito sintió lo frío de la cerámica, me quitó la ropa que tenía en los tobillos, me abrió un poco las piernas quedando bien descubierta mi verga, acto seguido cogió con su mano mi verga, estirando el tronquito, trataba de desforrame y apenas se logró mostrar la cabeza de mi verga, la punta de su lengua empezó a hacer circulos sobre mi cabecita, luego la topaba y la retiraba repetidamente, ese movimiento me hacía retorcer de placer, me preguntaba:
-¿Te gusta? – Yo le decía que: siiiiiii con una exhalación de placer.
A sus 20 años en ese entonces, creo que ya sabía cuando la persona tenía deseos de culiar, me bajó del mesón, acercó un taburete junto al mesón, me paró sobre el taburete, mi pecho quedó sobre el mesón, mi cuerpo quedó arquedao, mi verga quedó al filo del mesón arqueándose y mi culo quedó puntiagudo listo para lo que vendría. Gustavo tenía una gran estatura (1,80 aprox.) así que se le hizo fácil acercar sus labios a mi culo, chupándolo y con su lengua chupaba mis huevitos por entre mis piernas, con su nariz olía mi culito y botaba su aliento de placer sobre mis nalgas.
La cabeza de su verga fue a mi culo a introducirse y de apoquito y penetraba, dolía pero estaba arrecho, sentí un poco más de dolor y dije que me dejara, quitó la silla me volteó y me sentó, subió mi ropa por mis piernas, me abrazó, al momento de vestirme, me dijo:
-¿Te gustó? Yo le dije que sí pero que dolía, el me dijo: -No importa, te voy a enseñar otro jueguito que se llama "culeo" pero para eso primero métete de a poquito tu dedito grande en el culo, sentiras un poquito de dolor pero despues verás qué sabroso se siente.
Fue así que durante días pase a solas en mi cuarto introduciendome el dedo y también me estiraba la verga pues Gustavo me dijo que así crecería.
Pasaron algunos días, estabamos mi hermano, Gustavo y yo lavando el auto y la camioneta de mi papá, al rato salen mis padres en el auto y a mi hermano Fernando lo llaman desde la calle unos amigos a jugar fulbito, quedamos en casa Gustavo y yo, él me miró sonriente, observé que su verga estaba parada, cogió sus manos apretando su verga que se almodaba a su pantaloneta, me dijo:
– Vamos a culiar antes que vengan-
Terminamos rápido de lavar y corría a su cuarto cuando me dijo abrazándome:
-No, culiemos en tu cama-
Me dejé llevar a mi cuarto, él me llevavaba abrazado por detrás, sentía su bulto que punteaba mi espalda, se agachaba para besarme y chuparme el cuello, ordiendolo suavemente, eso me excltaba más y que quería llegar pronto a mi cama para saber qué me iba a hacer ahora, estando en mi cuarto me pregunto:
-¿Hiciste lo que te dije de meterte lo más que podieras tu dedo en tu culo?- Le dije que sí, que estaba rico y que también estiré mi verga.
– Aquí nadie entrará, culiemos- cerró con seguro la puerta, se bajó el cierre de su pantalón, se sacó por entre su calzoncillo su vergota mostrándomela y diciéndome: -esto es tuyo, ven déjame quitarte tu camiseta-
Estaba parado, alcé los brazos y subió mi camiseta, de inmediato comenzó a besarme los labios, mi frente, mi pelo, el pecho, el estómago, cuando llegó a mi ombligo con la punta de su lengua hizo circulos, yo me iba para atrás por las cosquillas, él con sus manos me acercaba, no dejaba de mirar en todo instante su vergota, de espaldas a él me besó la espalda, me chupó la cadera, de inmediato sentí sus manos en mi caderas agarrando mi pantaloneta e inetrior hasta la altura de mis tobillos, yo alcé mis piernas para que mi quitara la ropa quedadndo totalmente desnudo ante él que me besaba las nalgas, olia con su nariz el hueco de mi culo y con su lengua punteaba, me introdujo sus dedos en el hueco de mi culo, sentí placer,estaba lubricando, me dijo que le alcance un poco de crema hinds, me la sobó en el culo y con el dedo me la introdujo poco a poco.
Me acostó en la cama, cayendo mi cabeza sobre unas sábanas, Gustavo se acostó sobre mi cuerpito, su verga culiaba la mía, se alzó un poquito para mostrarme nuestras vergas culiar la una frente a la otra en desigualdad de condicios, me miraba y me decía que tenia una verguita rica, Nunca olvidaré ese movimiento de vergas, c dijo: – Esto es el jueguito del “culeo” ¿Te gusta? Movi la cabeza afirmativamente, bajó su pecho a mi cara, con sus manos sobaba mi pelo y me deciá con aliento suave a mis oídos que yo era rico para culiar.
Gustavo se puso crema en su verga, me dijo que me pusiera boca abajo, sobre la cama, que me pusiera una almohada sobre mi cadera, todo lo hice observé su verga esperando el momento de introducirse en mi culito, al principio suavemente me penetraba sutilmente, me le metía y me la sacaba suavemente, aceleraba su movimiento porque sentía más placer, hasta que de prontos Gustavo puso sus manos sobre mis hombrós, los movimientos de su cadera verga y verga sobre mi culo aceleraban más sentía dolor fuerte, quería zafarme de él pero sus brazos y manos poderosas no me lo permiotían hasta que luego de unos cuantos segundos sentí un dolor desgarrador: Me había roto el culo, me estaba dando la bienvenida al sexo anal, sentía sus los pelos del tronco de su verga tocar mi culito, dentro de mi culo sentí un liquido tibio, Gustavo me levantó con cuidado, miraba al piso con suma tristyeza y asombro, pensaba y sentía que habíamos hecho algo malo en secreto, me puse a llorar por el dolor que sentía en mi culo roto, Gustavo también se encontraba muy asustado, noté en su expresión que se le había pasado la mano, en lo parado que estaba sentí que me salía su leche con sangre, lloré un poco más.
Me llevó al baño, mientras me limpiaba me decía que era solo un juego que si lo hacía seguido era más rico y en verdad que lo fue pues a varios días de haberme roto el culo, mientras me llevaba a hacer compras al centro, me llevó al río y entre matorrales me intrtodujo la verga, ahora sentía un poco de dolor pero mi deseo de verga aumentaba, en mi cuarto seguía introduciéndome mis deditos.
Nuestras aventuras del juego “bienvenido al sexo” como Gustavo lo llamaba duró hasta cuando tuve aproximadamente 11 años en circunstancias en que mi hermano nos pilló desnudos en la cama de Gustavo, nos amenazó con contarle a mis padres y para evitar el escándalo le dijo a mi hermano que renunciaría al trabajo a cambio de que lo que vio sea un secreto entre nosotros.
Esa fue la historia real de cómo Gustavo me dio la bienvenida al sexo de los mortales, escenas reales que he narrado y que las he compartido con Ustedes están fijas en mi mente y jamás serán borradas por ser maravillosas.
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