Tensión sexual resuelta…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leon15.
Tengo un amigo de la prepa con el que empecé a llevarme muy bien, tanto que empezamos a vivir juntos. Al principio todo estaba normal entre nosotros, convivíamos como mejores amigos e incluso mucha gente nos ve como hermanos por el estrecho lazo que compartimos. Sin embargo, empezó a haber demasiada tensión sexual entre nosotros, por cualquier pretexto jugamos a las luchitas y ya cuando acordamos los dos tenemos unas erecciones difíciles de ocultar pero nos sordeamos y fingimos que no ha pasado nada y seguimos con nuestra "pelea" con arrimones incluidos.
Ambos trabajamos en el mismo lugar, y una vez se nos hizo tardísimo. Estaba entrando a la regadera para bañarme rápido cuando él abre la cortina y se mete conmigo a la ducha sin siquiera consultarme. Sólo con el pretexto de ahorrarnos tiempo para llegar lo más pronto posible al trabajo. No me sorprendí porque ya nos habíamos visto completamente desnudos en repetidas ocasiones cuando me quedaba a dormir en su casa o él en la mía antes de vivir juntos. Esa vez no pasó nada, ni siquiera le presté atención por la prisa.
De vez en cuando vamos por el centro y fingimos que somos pareja caminando de la mano o cargándonos de caballito nada más para ver cómo reacciona la gente.
Todo esto me confundía bastante porque al menos yo no me considero gay y todo esto empezó como un juego. Hablo por mí cuando les digo que en cierto punto mis sentimientos hacia él cambiaron.
Una noche salimos a tomar a casa de la amiga de una amiga y los dos tomamos bastante, sin embargo, él empezó a portarse bien extraño. Tenían un karaoke y puso la canción de "amigos simplemente amigos" de Ana Gabriel y me empezó a abrazar y a decirme que esa era nuestra canción. De repente me dijo que lo acompañara al baño porque quería vomitar. Fue algo horrible lo que pasó en el baño, acabó con toda su ropa vomitada y dejó un desmadre en ese baño ajeno. A mi me dio mucha pena y mejor le hablé a un taxista que conocemos para que fuera por nosotros.
Todo el camino se la pasó disculpándose y llorando.
Cuando llegamos a la casa, prendí el boiler, le quité la ropa y como pude lo metí a bañar. Mi ropa estaba empapada y me sorprendí mucho cuando empezó a quitarme la camisa y me dijo que me metiera con él. Me puse muy nervioso porque aunque no estaba tan pedo como él, yo ya no andaba en mis 5 sentidos. Me desnudé y me duché con él pero esta ocasión fue diferente a las otras veces que compartimos la regadera… Por primera vez vi su desnudez con morbo, su piel es blanca y viendo como caía el agua recorriendo su cuerpo, empecé a respirar más rápido. Tomé el jabón y empecé a recorrerlo desde el cuello hasta los pies de repente el jabón ya dejó de interponerse entre mis manos y él.
En un instante me vi a mí mismo acariciando a mi enjabonado mejor amigo. En un abrir y cerrar de ojos él estaba repitiendo mis acciones y cuando menos lo esperé, me abrazó y nos quedamos así un buen rato. El simple recuerdo de sus manos recorriendo mi espalda hace que se erice mi piel. Fue un faje intenso y delicioso creo que muy en el fondo los dos lo deseábamos bastante porque parecíamos niños con juguete nuevo. Salimos del baño y nos dirigimos a su habitación, me lanzó sobre su cama y se aventó encima mío. No podía creerlo, sentía culpa por no haber hecho algo así antes pero dejó de importarme cuando empezamos a besarnos. Sus labios son gruesos y carnosos se fundieron con lo míos, sus manos se entrelazaron con las mías fuertemente, me sentía algo dominado y en ese punto ya estábamos bastante excitados. Sentía como su trasero rozaba mi erección. Me devolvió el aliento para dirigir su lengua hacia mis pezones que ya estaban durísimos. La sensación de su lengua haciendo círculos alrededor de mi aréola culminando con pequeños mordiscos en mis pezones era, en una palabra, indescriptible.
Posterior a su trabajo en mis pectorales, se dirigió a mi virilidad que estaba en su máxima expresión. Introdujo mi pene en su boca mientras yo comencé a acariciarle su castaña cabellera. Su lengua hizo camino comenzando en mi glande, recorriendo mi falo de arriba a abajo, hizo una escala en mis testículos y comenzó una increíble experiencia cuando sentí sus lengüetazos desde la base de mi escroto hacia la ingle (casi tengo un orgasmo tan sólo de recordar). Me giró y puso mis piernas sobre sus hombros, abriendo mis nalgas, lanzó una escupida a mi ano. fue extraño, más no desagradable. Me sorprendí bastante cuando empezó a penetrar mi ano con su lengua (no sabía que eso se podía hacer y menos lo placentero que era). Yo me retorcía por todo lo que me estaba haciendo sentir.
Me liberé de él y era mi turno de actuar, simplemente repetí lo que hizo conmigo. Sin embargo, yo no puse sus piernas sobre mis hombros, yo lo dejé en cuatro. Lo saboreé igual que el lo hizo conmigo sin embargo, al verlo en esa posición, tan sumiso… mi impulso fue penetrarlo sin piedad alguna. Se sentía estrecho y noté que le dolió por lo que me disculpé y me quedé así, con todo mi miembro dentro de él hasta que se calmó. Empecé a balancearme lentamente, sentía muy rico y él gemía. Mientras lo penetraba, jugueteaba con sus pezones y con sus nalgas. Algo que deben saber de él es que tiene un culito riquísimo, esta super nalgón y aprieta delicioso.
Cambiamos de posición, él se recostó en la cama abriendo sus piernas. Me coloque sobre él y comencé a penetrarlo nuevamente. Él me nalgueaba o apretaba mi espalda como queriendo arañarme. Sus acciones me excitaban demasiado. No quería que esta experiencia terminara todavía. Salí de él y le dije que era su turno.
Me coloqué boca abajo para que hiciera de mí lo que él quisiera. Dio unas cuantas lamidas en mi hendidura y poco a poco se fue introduciendo dentro mío. No puedo negar que me dolía pero a la vez lo estaba disfrutando y sé que en ese punto era algo que ya estaba deseando. Después de un rato así, culminamos masturbándonos el uno al otro. Para mí fueron litros de leche los que derramamos en su cama. Tampoco se cuánto tiempo duramos pero para mí fueron horas y puedo asegurarles que quedé más satisfecho que con cualquier chava (y no era poca mi experiencia sexual).
Nos dimos otro regaderazo porque acabamos super embarrados de esperma. Esa noche dormimos en mi cama, desnudos y abrazados. Al día siguiente, a pesar de haber amanecido bien empiernados, actuamos como si nada hubiera pasado. Claro que hemos repetido, con el pretexto del alcohol… Pero la tensión sexual entre los dos aumenta, no se cuanto tiempo vayamos a seguir así. Sólo se que es el único hombre por el que me siento atraído y mientras dure esto, lo vamos a disfrutar… Ojalá fuera por siempre pero, nada es para siempre…
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