TODA MI HISTORIA SEXUAL (PRIMERA PARTE)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En mi niñez, cuando tenía 5 años aproximadamente, mi madre, mi padrastro y mi hermana menor por razones familiares nos fuímos a vivir alquilados a casa de unos compadres de mi madre. El sitio era un apartamento pequeño de dos habitaciones, en una se acomodaron mi mamá y mi padrastro y la otra era para mi hermana y yo (Jorge); como era un cuarto muy pequeño el de nosotros, la comadre de mi mamá le sugirió que yo durmiera con su hijo menor y asi la niña tendría más comodidad. Aceptada la propuesta, me fuí a compartir el cuarto con Oscar, un chico de 14 años, delgado, moreno, alto para su edad. Este al principio no le gustó mucho tal situación y me mandó a dormir al piso en una colchoneta.
Tiempo después, mamá me organizó una pequeña fiesta por estar cumpliendo 6 añitos. Los adultos aprovecharon para echarse los palos y Oscar sin que se dieran cuenta se había llevado una botella de vino a su habitación. Ya era tarde y me había sentido cansado, por lo que decidí irme a dormir al cuarto. Cuando entré ví a Oscar tomando vino y bailando al son de una música a solas en el cuarto, al verme me sonrió y se acercó a mi muy alegre y me obligó a tomar con él.
Al rato, estabamos algo mareados, y no sé como pasó Oscar me estampó un beso y se reía abrazándome y besandome simultaneamente. Por un momento, intenté zafarme de tanta efusividad, pero como estaba mareado y la fuerza de él era superior a la mía terminé aceptando sus besos y caricias. Luego me fué quitando poco a poco la ropa y poco después estabamos totalmente desnudos los dos. Pude observar su gran erección, tenía un pene grande para su edad, el cual me obligó a que se lo mamara. Poco a poco, me agradó el sabor de esa mezcla del liquido preseminal combinado con los resto de vino en mi boca. Luego de manera brusca, me voltió y empezó a chuparme el culo. Intenté nuevamente zafarme, pero esta vez fue más violento y forcejeó hasta ponerme en cuatro patas. Pocos segundos después, sentí un fuerte dolor. Ya me había metido parte de su tranca. Grité por el fuerte dolor que me causó la penetración, pero igual nadie se dió cuenta por el alto ruido de la música de la fiesta. Terminó de meterme su verga y empezó el bombeo mientras lloraba suplicándole que me lo sacara. Oscar no hizo caso a mis súplicas y aceleró las embestidas jadeando y diciendome que aguantara que ya iba acabar. Instantes después sentí en mis entrañas los chorros de semen que expulsaba hasta caer encima mio. Luego me lo sacó y sentí que me ardían las entrañas. Me toque el huequito adolorido y noté sangre en mis dedos; me asusté y empecé a llorar de nuevo. El se acercó a mi diciendome que me callara que eso me pasaría y buscó papel para secarme el culito. Luego me amenazó que no fuera a decir nada porque si no me castigarían y nadie me creería a mí. Además nuestros padres se pelearían y tendríamos que irnos de allí. Me abrazó luego con cierta ternura y pude calmarme. Me dijo que a partir de ese momento podía dormir con él en la cama. Cosa que con el tiempo, permitó que Oscar, siguiera penetrándome practicamente todas las noches por casi dos años consecutivos, al punto de adaptarme a esa situación que me marcó para toda la vida.
Un año después, una mañana que nos encontrabamos supuestamente solos en la casa, decidimos tener sexo probando varias posiciones, estabamos tan concentrados en la faena, cuando alguien abrió la puerta del cuarto, Oscar me lo sacó rápido y trato de cubrirse con una sábana, a mi no me dió tiempo de nada. Era su tio Rogelio, hermano de su mamá, un hombre de unos cuarenta años, quién había llegado de visita. Sólo sonrió y luego salió del cuarto. Oscar me echó la culpa que yo no le había echado llave a la puerta, mientras se mostraba muy preocupado. Yo me había quedado petrificado del susto.
Después del almuerzo, su tío Rogelio, llamó a Oscar y éste fué con el a un patio a conversar a solas. Yo no pudía escuchar que estaban conversando, pero mientras lo hacían me miraban y podía observar en los ojos de su tío una mirada lujuriosa. Más tarde, Oscar me informa que su tio Rogelio se iba a quedar ese día en la casa y que dormiría en la colchoneta en el cuarto con nosotros, según lo habían acordado con su mamá. Yo en el momento, pensé que no habría problema y se lo manifesté.
Después de la cena, Oscar y yo nos pusimos a ver T.V. y al rato nos fuimos a la habitación. Allí le pregunté a Oscar que había hablado con su tío, y éste me dijo que le había prometido no decir nada si yo me dejaba penetrar por él. Le dije con rabia que no quería estar con su tiío, que como él lo iba a permitir. Oscar se puso violento y me dijo que si no lo hacía lo que sucediera iba a ser culpa mía, que debía acceder a ser penetrado por su tío y nos evitariamos problemas. Me tiré a la cama a llorar desconsoladamente. Al rato entró Rogelio y empezó a quitarse la ropa. Yo me senté en el rincón de la cama y Oscar empezó a desnudarme.
Sentí un escalofrío en el cuerpo, mientras Oscar me besaba y acariciaba. Observé a Rogelio completamente desnudo, era de contextura algo gruesa, velludo, blanco, con una verga como de 20 cm y gruesa, mucho más grande que la de Oscar. Se acercó a mí y me ordenó que se la mamara. Miré a Oscar que también ya estaba desnudo y con la verga erecta. Él con la mirada asintió lo que debía hacer. Tomé torpemente esa barra de carne y traté de metermela en la boca. Hasta el momento sólo había mamado la verga de Oscar, la cual era de un tamaño apreciable, como de 17 cm, pero esta era demasiado gruesa y venosa. Rogelio empezó a empujarla y tuve que abrir más la boca hasta casi producirme arcadas. Poco a poco me olvidé del horror que me estaba pasando y empecé a mamar con más deleite aquel trozo descomunal de carne maciza. Rogelio le pidió a Oscar que acercará su verga también a mi boca para que mamara las dos. Las mamé alternadamente prestándole más atención a la de mi amado Oscar.
Rogelio le pidió a su sobrino que me penetrase para dilatarme el culo para él. Oscar se acostó en la cama de medio lado y yo lo hice delante de el. Se mojó su verga con más saliva y me mojó el huequito que normalmente el se comía. Me fué metiendo su rica verga mientras su tio se acomodó delante mio de modo que siguiera mamando su vergota. Oscar apresuró el bombeo en mi culo hasta acabar dentro de mi con una explosión de leche. Sacó su pene y su tio me obligó a ponerme en cuatro patas y acomodó su tolete en mi huequito. Oscar me acomodó una almohada delante para que la mordiera e inmediatamente su tio me empujo su verga. Sentí que me partía en dos, grité en la almohada y lloré incontrolablemente.
Empezó un mete y saca que me destruía las entrañas. Lloraba en silencio y fue cuando me sentí violado y abusado sexualmente. Poco después sentí su descarga dentro de mí, luego me lo sacó y se lo limpió con papel. Rogelio se puso el interior y se acostó en la colchoneta. yo lloré en silencio mientras sentía un gran ardor en mi culito. Oscar me abrazaba y me decía que ya había pasado. Al otro día, Rogelio se fue y desde entonces me juré que si intentaba volver a chantajearnos preferiría que todo se supiera antes que volver a ser violado por ese hombre.
A los pocos días reanudé las relaciones sexuales con Oscar, hasta que diez meses después mi familia había adquirido una vivienda y pronto nos iriamos de allí, alejándome de las constantes cogidas de Oscar a las cuales ya me había acostumbrado, pero sobre todo del mal recuerdo de la violación de su tio Rogelio.
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