TRABAJO DE FONTANERÍA (Humbost)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
José necesitaba con urgencia los servicios de un fontanero por lo que decidió buscar en las páginas amarillas de la guía telefónica de la ciudad.
Llevó a cabo varios intentos hasta que en la tercera llamada, la recepcionista de una compañía pequeña le hace saber que en la tarde le enviará a Carlos, uno de los fontaneros para ver su caso.
Unos minutos antes de las 2 de la tarde tocan el timbre de la casa y al abrir, José se encuentra en la puerta con un hombre de unos 30 años, fornido, de muy buen ver, que perecía no haberse rasurado en al menos 3 días y bastante amable:
– Buenas tardes, soy Carlos C… de la Compañía … que viene a una revisión que usted solicitó esta mañana.
– Buenas tardes, yo soy José y si, fui el que los llamó. Pase por aquí…
Cuando Carlos se presentó a José, la voz de este hombronazo le pareció bastante sensual y sus hormonas empezaron a alertarse. No le gustaron mucho sus pelos en la cara pero la verdad se veía bastante apetecible con todo y todo.
Carlos empezó la revisión y su trabajo en uno de los baños de la casa durante unos 45 minutos.
– Don José, ya el trabajo está listo, hay algo más que necesite revisar.
– La verdad que si, sería bueno revisar el lavaplatos.
– Muy bien, veamos.
Como Carlos estaba en la cocina que era el lugar donde José se encontraba preparándose un bocadillo, empezó la conversación,
– Parece que es usted buen cocinero, huele muy bien
– Digamos que si, cuando mi esposa está fuera y la encargada tiene el día libre, como hoy, no me queda más que preparar algo, aunque siempre es rápido. ¿Le gustaría acompañarme?
– La verdad que si, no he tenido tiempo de comer nada desde las de la mañana, je je je
– Muy bien, ya casi empezamos, si quiere lávese un poco
Carlos pasó al baño donde José le indicó y cuando iba caminando José le miró su trasero y vio que tenía pocas nalgas, lo que lo hizo pensar que de seguro tenía buen riel. Era obvio que Carlos le llamaba la atención.
Se sentaron a la mesa y la conversación entre ambos inició:
– Así que es casado Don José?
– Sí, claro, pero no me digas Don José, dime José a secas
– Claro, José, pues yo estoy en proceso de divorcio. Y tiene hijos?
– Tenemos un hijo y usted?
– Yo tengo dos, gemelos
– Como que es un buen trabajador en la cama ya que dos no son comunes y a la vez…
– Ja ja ja, pues mi esposa decía que yo era muy buen en esos menesteres
– Y hace mucho están en proceso de divorcio?
– Nos separamos hace 9 meses
– Imagino que debes estar bien lleno de leche o tienes amigas con quienes quitarte las ganas?
– Pues viera que no José, ninguna amiga
– ¿y cómo haces?
– Pues a veces aplico la manuela, je je je aunque no es lo que me agrada
– Pues deberías buscarte a alguien ya que la manuela no es tan rica j aja a
José notó que la bragueta de Carlos empezó a verse más prominente.
– Veo que andas como en celo, je je. ¿tienes mucho de no hacer nada?
– La verdad que hace como 15 días
– Ya entiendo, y veo que tienes una pinga bastante prominente
– Más o menos
– ¿cuánto te mide?
– 23 cms. de largo y 7 de grueso
– ¿y eso es más o menos? No hombre eso es bastante grande
Ya la pinga de Carlos había crecido bastante hacia su lado izquierdo. Y la de José ya también se notaba bien crecida.
– Pues vas a tener que buscarte a alguien que te quite la calentura.
– Y veo que a usted también le está creciendo y bastante
– La mía no es tan grande, solo mide 18 por 5
– ¿José y alguna vez ha estado con otro hombre?
– Pues la verdad antes de casarme una vez tuve un toqueteo con otro man, cosas de borrachera. Y tú?
– Pues una vez me cogí a un compañero del colegio, estábamos en décimo año y fue en los baños del colegio
– Y te aguantó esa pingota que tienes?
– Pues en ese tiempo era un poquitín más chica, pero la aguantó toda, un poco de sangrado pero la disfrutó bastante, je je je. Era la primera vez que otro hombre le metía su pinga en el culo.
– Debió haber sido rico
– Para los dos, yo me vine 2 veces dentro de él y viera cuando terminamos como le salía leche de su culo.
– Carlos lo que me cuentas ya me tiene a mil
– Y a mí también, je je je como ve. ¿No le gustaría intentar a ver qué pasa?
– La verdad que si, me gustaría ver una pinga tan grande como la tuya
Carlos se bajó el zíper de sus jeans y luego su bóxer y dejó ver aquel mástil no circuncidado y guao que era grande.
Se lo empecé a tocar y Carlos cerraba los ojos a lo que bajé y empecé a chupar la cabeza de esa vergota dejando que la cabeza quedara afuera.
– Que rico mama usted José, siga, siga
Y durante unos 10 minutos chupé esa verga deliciosa hasta que Carlos me dice:
– Ya casi me vengo José, ya casi me vengo
– Dale man, dale
Y entonces me llenó la boca de ese néctar que probé por primera vez y la verdad me gustó. Fue una gran cantidad que tenía que ir tragando a medida que salían los chorros. Carlos me agarró la cabeza y empezó a cogerme la boca para tirar toda su leche. Que delicioso momento.
– Guao José, que rico esto
– Y de verdad que tenías bastante de no tirar leche ya que echaste bastante
– Y todavía queda mucha, je je je
Al decir esto Carlos hizo que me pusiera en 4 y empezó a chuparme el culo con grandes ansias, luego pasaba a mi verga. Que rico chupaba todo ese fontanero, se veía que era u experto en esos menesteres.
– Que rico Carlos, que delicia
– Le gusta?
– Sí, me gusta mucho
Y Carlos seguía chupándome, ahora todo el cuerpo. Pude observar que en ningún momento se le bajó la pinga, estaba como al principio.
– Quiere que le meta mi verga José?
– Siiiii, pero suave que me puedes hacer daño
– No creo que le duela mucho, con la calentura que se tiene, va a ver que la aguanta toda
– Tú me tienes con esta calentura
Carlos volvió a chuparme el hueco del culo y dejaba entrar su lengua y luego 1 dedo, 2 dedos, 3 dedos sin quitar la lengua y seguir chupando.
– Carlos, me vas a hacer venir de tanto placer
Al escucha esto me levantó los pis, los puso en sus hombros y me puso la cabeza de su pinga en la entrada del ano y empezó a meter suavemente su tolete. La verdad me dolió un poco pero tenía tanto líquido de su saliva que no costó mucho. Ya podía sentir una gran parte de esa verga dentro.
– Ya casi entró toda?
– No, apenas un poco más de la cabeza
Eso me asustó un poco ya que yo sentía como que ya estaba en mi estómago. Sin pensarlo 2 veces me dejó ir el resto de esa pinga y pude sentir un dolor-placer fuerte. Carlos se quedó quieto y un rato después empezó su mete y saca.
– Ya veo que es la primera vez que un hombre te culea José, hay un poco de sangre
– Pues claro, y más con una pinga de ese tamaño
– Es toda tuya. Que rico culito y bien apretadito.
Y empezó el juego más fuerte de meter y sacar. A Carlos le gustaba sacarla casi toda y dejarla ir completa. Eso me hacía sentir en las nubes y al poco rato el dolor inmenso se convirtió en placer extremo
– Dale Carlos, que deliciosa pinga, dale , dale
– Es tuya, tuya, disfrútala.
Pasaron como 15 minutos donde Carlos me cambió a varias posiciones, hasta que en momento sentí como que su pingota crecía más y me dijo
– José, quieres la leche dentro?
– Siiiiiii
– Allí te va papi, disfruta que te llene de lechita caliente
Y en ese preciso momento empecé a sentir que subía a las nubes, un placer aún mayor me llegó, era mi primer orgasmo anal y fue lo más placentero del mundo.
Juntos llegamos a una venida increíble, donde iba sintiendo que unos chorros fuertes de leche salías de la pinga de Carlos y quedaban dentro de mí.
– Allí te va rico, es toda tuya
– Dale, dale delicioso, ahhhhhhhhhhhhhhhhhh
– Ohhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhh, uhhhhhhhhhhh que deliciosa
Poco rato después Carlos me dice
– No te quiero sacar la pinga todavía, ¿aguantas otro polvo?
– Claro que sí, pero ya sería tu tercero, y mi segundo
– Es que tener a alguien que pierde la virginidad del culito conmigo no es normal y quiero disfrutar, yo puedo tener hasta 4 después de tanto tiempo sin meter mi verga y que alguien me la aguante tan bien como tú.
– Pues dale rico, dale
Y si, fueron dos veces más que me llenó los intestinos de su lechita, que después salía sola de tanta que tenía dentro.
Hasta la próxima y si les gustó escriban
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