Transformación femenino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Aser120.
Yo con 14 años ya empece a darme cuenta de que me gustaban los hombres, en especial los grandes y fuertes que eran bien machos, pero a mi no se me notaba en nada que era gay debido a que no tenía nada de pluma, fue con 16 cuando me encontré a un hombre de unos 20 que era musculado con barbita y de voz grave en medio de una fiesta, este se puso a mi lado en la barra y yo no pude evitar fantasear con el y cuando nuestras miradas se cruzaron no pude evitar sentirme nervioso y como que esto hizo que en ese momento sacase la pluma que llevaba dentro al ver a semejante hombre, yo al reaccionar así me alejé asustado debido a que no me gustaba la pluma, después de esto ese año me paso lo mismo con varios hombre del mismo estilo, por eso decidí buscar en internet como eliminar esa pluma de mi, y me encontré con un sitio de una ciudad cercana donde un hombre eliminaba la pluma a todos los gays.
Fue ya con 17 años cuando decidi ir, yo era un joven blanquito con buen culo, un poco marcado y con un poco de vello corporal.
Cuando llegue al lugar que ponía en internet me encontré con un hombre muy femenino que era el que quitaba la pluma, el hombre me hizo pasar a una sala donde me senté, este me dijo que porque quería eliminar la pluma y que tampoco parecía que la tuviese, yo le expliqué que me salía al ver a ciertos hombre y que cada vez pasaba con más recurrencia, entonces el hombre me dijo que no era malo ser una marica y que seguro que me gustaría serlo, yo le respondí que no, que porfavor me la eliminase, fue entonces cuando empecé a sospechar del hombre, pero este me trajo una especie de poción, me dijo que me la tomase que esto hacía que fuese como quería, yo me la tomé y me fui de allí.
Durante un tiempo note que ya la pluma no salía para nada.
Pero fue cuando ya tenía 18 cuando empece a notar que estaba empezando a tener pluma y comportarme de manera femenina de forma normal, sin tener a un buen macho cerca.
Todo emepzo un día que me desperté sintiéndome extraño mi forma de andar había cambiado un poco, mi culo se apompaba mientras movía mis caderas de lado a lado y no podía evitarlo salía de mi, fue cuando me extrañe debido a que nunca antes había tenido tanta pluma al andar, yo segui con mi vida normal debido a que no se notaba tanto, pero a medida que pasaba el tiempo mi forma de comportarme iba cambiando y se volvía más femenina, poco a poco empecé a gestualizar más al expresarme y hablar, mi voz se volvió más suave y dulce, yo ya estaba harto de esto porque me salía solo sin poder evitarlo, menos mal que no era muy exagerado y no se notaba demasiado.
Fue entonces cuando me puse en contacto con el hombre de la pocion y me dijo que él había hecho que tome convirtiese en una buena marica porque era lo que de verdad me gustaba, yo enfadado pensé que todo se pasaría y que sería una etapa.
Pero cada vez esto iba a más, fue ya con 19 cuando estaba follandome a un chico de mi edad y me entraron unas ganas terribles de ser yo el follado, cosa que nunca antes me había atraído, después de esto no paraba de imaginarme a los tíos dándome por culo y la idea me gustaba.
Durante los 19 mi pluma fue a más y ya se empezaba a notar como apompaba y movía mi culo al andar y gestualizaba de manera femenina, mientras que mi voz se había vuelto suave, ya a los 20 mi forma de comportarme era femenina y no podía evitarlo, ya la pluma que tenía saltaba a la vista y no se ocultaba.
Y ese año fue cuando decidí empezar a depilarme porque mi vello corporal sentía como me molestaba y que necesitaba quitármelo, fue con 20 cuando ligando en una discoteca gay un hombre de unos 30 alto musculado con barba, vello corporal se acercó a mí y me invitó a su casa debido a que le ponían los hombre con pluma cosa que yo era, fue allí una vez en su casa cuando el hombre empezó a besarme y desnudarme hasta que terminamos los dos desnudos en la cama y el me susurro al oído que a partir de ahí el llevaría las riendas, entonces el hombre me agarró de una forma brusca mientras ponía mis piernas encima de sus hombros y empezaba a meterme poco a poco su pene mientras yo empezaba a sentirlo dentro de mi mientras gemía con cada movimiento suyo y yo me sentía más femenino que nunca desatando así mi verdadera forma, después terminamos de follar y me fui a casa.
Después de eso ya había asimilado lo que era y que me gustaba, entonces empecé a maquillarme y pintarme los labios para dar más contorno a mi cara, ya mi pluma salía por si sola y disfrutaba con ello sintiéndome libre por fin.
Fue un día cuando me volví a encontrar con el hombre que había desatado mi ser, y este se fijó de que ahora era un poco distinto y me maquillaba, entonces este me volvió a invitar a su casa, yo estaba deseando volver a sentir su gran pene dentro de mi.
Entonces fue cuando llegue a su casa, y el me dijo que me notaba mucho más femenino, yo le dije que era así y empecé a desnudarme, pero él me paro y me dijo que me pusiera una ropa que había comprado para mi, entonces yo me puse la ropa que me había comprado, que era un tanga rosita y un top rojo que ensenan mi ombligo y no tenía mangas, una vez ya puesto se acercó a mí y me dijo al oído que a partir de ahora seria su perra y que eso me iba a gustar, yo asentí y el ya desnudo me puso a 4 patas en la cama y empezó a azotarme con una fusta en mi gran culo apompado mientras yo le pedía más y le decía que había sido una perra mala, fue entonces cuando el hombre empezó a lamerme el culo mientras me ordenaba gritarle que me encantaba que siguiese porfavor que yo era su puta, después de lamerme y dilatarme el culo llamo a otro hombre de complexión parecida a el y me ordeno chuparmela al desconocido, mientras yo se la chupaba mi hombre me inserto de golpe el pene en mi gran culo y no pude evitar soltar un gemido mientras chupaba esa polla, seguí lamiendl entre gemidos hasta que el desconocido se corrió en mi boca y mi hombre en mi culo, después del coito el hombre me regaló una ropa muy apropiada para mi, me apunto una dirección en un papel y me fui de allí.
Al día siguiente me levanté y me puse la ropa que me había regalado, unos pantalones cortos ajustados por los que se me veía un trozo de culo, un suspensorio rojo y una camiseta ajustada sin mangas que me hacían sentir bien perra, acto seguido salí de casa y me dirijo a la dirección que era una tienda de tatuajes, el dependiente me dijo que un hombre ya había elegido y pagado mi tatuaje, yo sin preguntar que era dije que me le pusiera donde el dijo, después de que me le hiciera en el culo me lo miré y en una nalga ponía una i y un corazón y en otra daddies, yo al verlo me sentí muy perra y desde entonces empecé a vestirme así.
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