Treceava vez con Ronny, el machote cubano de la vergota de 25 cm y muy gruesa
Conseguí una lencería fina muy hermosa que el amante de mi mujer le había regalado a mi esposa cuando yo le conseguí una hombre con una verga grande y gruesa para cogersela y ahora me lo puse yo para que me cogiera mi negro.
Treceava vez con Ronny
Logré encontrar por allá en varios cajones de los closets del apartamento, las piezas del traje erótico que Aníval le había regalado a mi esposa, el hombre de verga gruesa y grande que hacía tiempo había conseguido para que se cogiera a mi mujer. Me lo probé y me di cuenta que me servía, y por cierto de sólo vérmelo puesto, se mojó mi pene de líquidos preseminales, me veía muy sexy y me acordaba como aquel machote blanco con su poderosa y gruesa verga se cogía a mi hermosa esposa mientras ella seductoramente vestía este traje o también Javier la complacía con su gran verga y ella gemía de gusto, vistiendo la misma lencería, el yo vestir ese mismo traje me hacía imaginar de manera inconsciente, que aquellos hombres me estaban follando era a mí, por eso me excitaba tanto, seguro que a Ronny le iba a gustar verme con esa ropa; entonces como pude lo empaqué y lo llevé para lucirlo a mi amante.
Me metí en el baño a arreglarme, era una sorpresa para mi negro hermoso, no conocía ese traje sexy tan especial que le iba hoy a lucir a mi amante. Me lavé muy bien la colita y me puse a maquillarme con dedicación, bastante Primer en todo mi rostro, lo dejé secar un poco y luego apliqué una capa completa de base, esperé que secara un ratico y luego me puse a delinear los ojos con el lápiz, sombras azules brillantes en los párpados, me coloqué las pestañas postizas, les apliqué rímel para rizarlas, luego el corrector en las mejillas, nariz, centro de la frente, barbilla y sobre el labio superior y cerré el trabajo difuminando con la esponja muy bien y aplicando polvo humectante en todo el rostro. ¡Finalicé mi labor delineando mis labios con un rojo sensual y provocativo y quedé divina! Miré el resultado y me gustó mucho, ¡estaba radiante! hermosa, me veía muy bonita, parecía una mujer de verdad y más joven, era lo que quería para excitar más a mi macho, para que me cogiera con más ganas, iba a probarlo a ver qué tal le parecía a mi amante y cómo se comportaba.
Luego me dispuse a vestir el traje sexy que había llevado, me coloqué el corpiño, las medias, los guantes, aseguré los 4 sujetadores, me coloqué la peluca de pelo negro larga y rizada, la peiné bien y quedó espectacular y luego me puse mis tacones y ahí sí estuve lista para salir a recibir verga de mi negro hermoso que seguro ya estaría impaciente por cogerme.
Cuando salí del baño, pude ver la cara de asombro de mi machote cubano, ¡estás divina! me dijo, mientras yo desfilaba por toda la habitación para que mi negro me viera bien y me deseara aún más.
Ronny estaba acomodando el trípode para empezar a grabar y en esas estaba cuando yo me agaché y tomé su vergota en mis manos, con mis uñas delicadamente pintadas de rojo intenso, y me puse a mamarlo con ganas, con pasión, con deleite.
El me miró con deseo y me hizo señas que siguiera haciendo lo mismo, pero en la cama. ¡Se acostó y se acomodó bien y yo entonces me dirigí a su gran herramienta y empecé de nuevo a disfrutarla, estaba enorme! no me cabía en la boca de lo dura que estaba. Yo estaba ansioso y muy excitado y lo estaba mamando con todo el gusto del mundo, me enloquecía esa vergota tan enorme de mi hombre, ahhh, qué belleza de pene, el color, el tamaño, la forma, el grosor, esa longitud tan asombrosa y lo mejor, completamente erecta y llena de líquidos preseminales, también estaba muy excitado mi machote cubano.
Y no era para menos, esa mujerzota que tenía al frente no era la misma persona que había entrado al baño, un señor maduro, calvito, agradable, pero con sus añitos encima, ahora era una mujer sensual, encantadora, joven, de hermosas curvas, bella y sexy, a mi negro el cambio le había llamado mucho la atención y estaba cumpliendo su fantasía de acostarse con un femboy y yo de que me cogiera un negro con una verga descomunal.
Yo seguía mamando su vergota con pasión y lujuria hasta que mi hombre me dijo con voz ronca: ¡bésame! qué gusto me dio! me encanta que me bese y casi nunca lo hacía sin disfraz, ahora sí le provocó hacerlo, ¡qué delicia! Me acerqué a su boca y lo besé con mucha pasión y deseo reprimido y él me correspondió con igual sentimiento, así estuvimos un rato hasta que me dijo: ponme a mamar! claro papi, así lo hice, me acerqué y puse mi verguita en su boca y él empezó a chupármela la cosa más rica de este mundo, la absorbía, subía y bajaba sus labios sobre mi pene que se endureció del gusto y así estuvo dándome placer un rato hasta que me pidió que lo pusiera a mamar culo, me acomodé y puse mis nalgas en su rostro mientras yo quedaba de frente a su poderosa mandarria y me puse a mamarlo de nuevo mientras él mamaba mi culito con mucha dedicación y deseo, metía su lengua en mi hoyito, me mordía las nalgas, me metía un dedito untado de saliva, ahhh, estaba en el cielo lleno de placer y de gusto y yo le correspondía mamándole esa vergota con gusto, saboreando sus líquidos sexuales, disfrutando de esa erección tan potente que tenía mi machote cubano hasta que, lleno de deseo, Ronny me dice: ponte en cuatro!
¡Cómo no iba a obedecer! Era lo que más quería en la vida en ese momento, sentir esa extraordinaria dureza de su vergota abriéndome el culito, mis deseos eran muy intensos. Me puse en cuatro paticas, inhalé dos veces de mi esencia sublime, clavé la cara en la sábana y paré mi colita para ofrecérsela a mi semental cubano, que con su poderosa vergota en la mano, de rodillas se acercó poco a poco hasta que tuvo su miembro frente a mi esfínter asustado pero deseoso y con ganas de ser penetrado, yo le eché abundante lubricante en base a agua y él fue enterrando su enorme pene dentro de mí y yo, obnubilado de placer por la excitación del momento más las sensaciones aumentadas por el relajante inhalado, estaba en éxtasis sintiendo cómo esa vergota abría desaforadamente mi culito y complacía a mi hombre el deseo de penetrar a ese travesti tan hermoso y sensual que tenía enfrente, era su fantasía, a mi hombre le gustaban más los hombres vestidos de mujer que las mismas mujeres o los hombres sin ningún disfraz. Su lívido se potenciaba cuando se disponía a penetrar a un hombre que se creía mujer, aumentaba su deseo la visión de las prendas femeninas lucidas por un hombre normal, heterosexual pero que en su inconsciente deseaba ser mujer y lo disfrutaba como una puta en celo.
Le atraía mucho ver a un hombre que hacía poco en la calle cualquiera que lo hubiera visto no hubiera pensado que le gustara vestirse de mujer, pero que en la intimidad cambiaba por completo, se vestía y se maquillaba como una mujer y además disfrutaba de su verga igual o mejor a cómo lo haría una mujer de verdad. Y para acabar de ajustar, su enorme miembro no lo aguantaban las mujeres, les costaba tragarse su vergota, en cambio esta marica que tenía al frente, tan bien vestida y maquillada, tenía un culito a la medida de su verga, apretaba al entrar, le acariciaba muy bien la verga cuando lo tenía todo adentro, sin la soltura de una cuca muy mojada y ancha pero sin la rigidez de un culito virgen que a la larga también incomoda, estaba perfectamente diseñado ese agujerito para satisfacer los deseos de aquel hermoso ejemplar masculino y a punta de muchas sesiones de verga lo tenía ya acostumbrado lo suficiente para que entrara con cierta facilidad pero a su vez le apretara lo suficiente para hacerlo experimentar un delicioso placer.
Por eso estaba disfrutando tanto mi hombre la culeada que me estaba dando, mis nalgas le gustaban mucho y hoy era especial, porque ese culo divino que tanto le gustaba y que podía penetrar sin condón con confianza, lo rodeaba un conjunto de mujer exótica, que vestía un liguero muy sensual, hermosas medias, guantes sexys, una cabellera larga espectacular y un rostro hermoso de mujer divina, ojos grandes y de pestañas rizadas, labios gruesos y carnosos, en su juventud, aquel hombre había sido un muchacho muy hermoso y apetecido por los hombres y las mujeres y todavía conservaba algo de aquel atractivo, pero, además, con el maquillaje, revivían las facciones del chico lindo de antaño y eso tenía muy excitado a Ronny, que empujaba su vergota hasta el fondo y lo sacaba y lo metía rítmicamente mientras yo gemía y me quejaba del placer y el gusto que me hacía sentir Ronny con su vergota cogiéndome con una pasión desbordada y deliciosa.
Así estuvo Ronny dándome verga pareja un rato delicioso, hasta que me dijo: ¡ponte en pollo asado! Ni corto ni perezoso obedecí a mi amo, puse dos almohadas bajo mis nalgas y él se acercó con su verga super parada, le echó más lubricante y ¡zás! Hasta el fondo me la metió y yo… ¡ahhh qué delicia Ronny! Y para acabar de ajustar el momento tan especial, mi negro hermoso se agachó y me besó con una pasión desbordada y empezó a meterme su verga hasta el fondo mientras me besaba metiendo su lengua en mi boca y jugueteando con mis labios y llenándome con su saliva toda mi boca mientras llenaba mi culo con su poderosa y super parada verga que me entraba por completo y sin dolor ni molestia, puro placer, luego de inhalar mi frasquito especial, estaba disfrutando esa verga como nunca antes y ese beso me tenía loco de placer y gusto, por la combinación de verga y boca a la vez, ¡es lo máximo!
Pero el placer no terminaba allí. Loco del deseo y la excitación, Ronny se acomodó y se encorvó y logró meter mi verguita en su boca mientras me cogía con la punta de su verga y así estuvo un rato dándome verga y boca en mi pene y estaba en la gloria, ¡a punto de venirme en su boca cuando dijo me voy a venir! ¡Y me dio unos cuantos bombazos más y luego dijo te la voy a echar encima! ¡Y sacó su vergota toda parada y terminó de masturbarse sobre mi verguita y cuando de repente empezó a botar chorros y chorros de leche y a llenarme las bolas y mi pene con su esencia del amor, ahh! ¡Qué gusto! Ronny se quejaba del placer y escurría su semen sobre mí, sacando hasta la última gota de su esencia masculina, ¡qué rico!
Pero se me había cortado mi orgasmo cuando él me sacó su verga de mi culito hambriento, por lo que esperé a que volviera Ronny del baño y le dije que yo no había acabado y que quería terminar. Me dijo que descansáramos un ratico para recuperar fuerzas y luego lo volveríamos a intentar.
Luego de unos minutos, Ronny comenzó a masturbar su enorme polla y me llamó para que se la mamara, así lo hice, me acerqué lascivamente y tomé aquel coloso medio flácido entre mis manos, abrí mi boca lo más que pude y me metí como casi la mitad, no estaba muy duro y lograba hacerlo, cuando se paraba bien ya no podía meterlo tanto. Estuve chupándolo y acariciándolo con mi lengua un rato hasta que se puso duro como una piedra y entonces mi negro hermoso dijo la frase que tanto me excita: ¡ponte en cuatro!
Obedecí prontamente, eché abundante lubricante en mi hoyito, eso quedó como la cuca de una mujer toda excitada, babosa, babosa estaba mi colita, como a mi negro le gusta, no le gusta echarse lubricante en la verga, le gusta es que el conducto esté bien lubricado para enterrarlo hasta el fondo y sentir mejor la penetración, el desplazamiento de la carne. Tomé mi frasquito del amor, le di dos buenas inhalaciones y agaché mi cabeza contra la sábana de la cama y paré mi culito esperando la penetración, mientras Ronny se masturbaba su inmensa verga hasta que la tuvo a punto, dura y gruesa, gigantesca, se acercó detrás de mí, puso el glande en la entrada de mi culito y fue presionando poco a poco y su vergota iba entrando lenta y deliciosamente dentro de mí, ¡haciéndome sentir un placer exquisito, profundo, intenso! Ahh, qué delicia! ¡Que verga tan grande por Dios y cómo abría mi culito de bueno, fantástico!
Estaba en la gloria, Ronny terminó de incrustarme su vergota en mi culo y empezó a moverse la cosa más rica de este mundo y a decirme: ¿le gusta la verga del negro? ¿Le gusta a mi perra? ¿Así es que le gusta? ¿Bien dura y bien gruesa? ¡Pues tenga mi putica que eso es suyo! y me agarra de las caderas y empieza un mete y saca divino, ¡espectacular! y yo a gozar como una puta en celo, gimiendo y contestándole: sí Ronny, me encanta esa verga, dame duro por ese culo, así, ¡qué rico! Mientras me masturbaba suavemente, sin afanes, para extender el momento lo más que pudiera, pero las sensaciones eran muy fuertes, Ronny hablándome sucio y dándome verga duro por mi culito ansioso, sus manos en mis piernas me hacían sentir más entregada por completo, su verga metida toda hasta el fondo y tocándome de todo por allá adentro, hasta que no aguanté más y me vine a chorros y en un orgasmo fuerte, potente, largo, delicioso, rico, ahh, qué acabada tan buena, no joda, este coño e´ madre negro me sacaba unos orgasmos increíbles con esa vergota taladrándome mis entrañas, valía la pena cada centavo gastado en este momento tan especial para obtener un placer tan exquisito, qué delicia por Dios, no joda, divina esa vergota, me encanta, estoy enamorado de este negro y de su poderosa mandarria, me la paso es pensando en cuando volveré a estar en sus brazos, espero que sea muy pronto porque me muero de ganas de me haga volver a sentir lo mismo de estas veces, ¡qué rico! Si quieres ver fotos y videos de este y de otros candentes encuentros que he tenido con ronny, puedes buscarme en manyvids con el nombre de whiteyandbbc76, te espero!



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