Tremenda Mondaquera me Acaban de Dar

Esto acaba de pasar hoy 22/09/2025, son las 16:30 hora de Colombia..
En Colombia celebramos el 20 de septiembre el día del amor y la amistad, es algo parecido a lo que llaman San Valentín, yo en realidad no tenía ganas de salir, puesto no tenía con quien y a quien quería invitar seguramente saldría con la mujer. Este Ismael, un chico moreno no muy alto ni muy apuesto, es simplemente un chico que a mí me encanta, Ismael está casado, tiene dos niños hermosos que me saludan de tío, somos amigas hace varios años y tengo muy buena relación con su papá, quien no gusta de mí y cada que puede lo demuestra, es su mujer, lo que ella no sabe es que hace más de lo que ella se imagina, Isma y yo vivimos algo ilícito, lo conocí ya siendo adulto, después de los hombres que me enseñaron el gusto por la picha (prometo hacer tiempo para retomar mi historia).

Volviendo al tema del día del amor y la Amistad, yo estaba aburrido, pues no tenía ganas de salir o si quería pero no sabía nada de Isma, me resigné a no salir, sin embargo, a eso de las 18:00 me llama un amigo (aunque es más amiga, así lo niegue) me dijo que para salir a comer, yo acepté, me alisté y salimos, él dice que no es, pero yo sé que si es y ante la sociedad somos un par hombres heterosexuales que prefieren la vida de solteros para poder hacer de las nuestras, esa noche salimos a comer y cuando estábamos comiendo, ha sonado mi teléfono, no di para disimular, esa 😍@, así tengo registrado a Isma en mi teléfono, en vista de mi cambio de semblante, mi amigo se asustó y pregunto si pasaba algo, le hice señas y conteste la llamada…

Isma – Mano, dónde andas…

Yo – En el Centro… ¿Por?

Isma – Te envío la ubicación en tiempo real de donde estoy, llega, ando con mi hermano…

Yo – Déjame llegar a la casa y llegó…

No le di explicaciones a mi amigo, solo le dije que debía llegar a casa, tan pronto como terminamos de comer nos fuimos, yo llegué a casa por algo de plata y enseguida salí, cuando llegué al lugar que indicó le escribí para avisarle que había llegado… hacía mucho no veía a alguien por verme, enseguida me sentó a su lado, era un lugar con música a alto volumen, estaba su hermano, Oscar, un flaco alto con unas manos grandes y brazos fuertes por el servicio militar, ya que es soldado profesional, este estaba con su «novia», yo sabía que solo era para culear después de la fiesta, estando en ese lugar llegó un amigo, silencioso sabedor de lo que yo siento por Isma, me escribió – Cierra la boca y acomódate la falda, muestra más pierna, no sea que alguna gallina (mujer) te cace al pollo – hice como que no le presté atención y seguí hablando, la noche transcurrió normal, yo disfruté su compañía hasta las 4:00 cuando cerró el establecimiento, nos fuimos juntos en la moto, yo disfruté se sus fuertes piernas de camino a casa.

Al día siguiente, es decir, ayer 21/09/2025, no hablamos en todo el día y yo disfrutaba de los recuerdos de la noche anterior, por ejemplo, de los mordiscos que me dio en una oreja mientras simulaba decirme algo al oído para evitar el sonido de la música. Lo sorprendente fue que esta mañana me llamó…

Isma – Mami, Oscar tiene una preguntadera por ti ¿le ofreciste algo?

Yo – No señor, no hablé con el más allá de lo que tue escuchaste, recuerda que no me soltaste un rato.

Isma – A las 14:00 me esperas en el motel que está a la salida, te voy a enviar el dinero que necesitas, cuando estes adentro, avisa, debes enviar el numero de la habitación.

Por fin iba sentir nuevamente su fuerza y ese trozo de carne en mis adentros.

Cumplido el tiempo le indiqué donde estaba y él llegó en la moto, yo entré en un taxi, supuestamente iba a esperar a una mujer, lo que en realidad esperaría era la una verga que mide 24 cm de largo y un grosor que apenas puedo cerrar mi mano a su rededor, cuando llegó yo estaba en ropa interior…

Como endemoniado se lanzó sobre mí y sus uñas se enterraron en mis nalgas…

Isma – Andabas de perra coqueteando con Oscar, recuerda que ese culo es solo para mi picha, Oscar no tiene por qué andar preguntando por ti, solo te voy a recordar quien es el que manda – cuando dijo eso empecé a temblar de miedo.

Empezó por azotarme las nalgas, pero al mismo tiempo pasaba su barba por mi cuello y mordisqueaba mi espalda, él sabe que eso me enloquece, me retorcía como lombriz expuesta al sol – eso te gusta, eres una perrita – la verdad muy poco me importaba las nalgadas, yo solo quería darle gusto a ese hombre que me enloquece, aunque tenía miedo, ya que hacía algo más de un mes que no me penetraban y él no quería que me subiera – es como yo digo y te quiero clavar en cuatro, después chupas y te trepas, pero ahora en cuatro – decía esto mientras aplicaba abundante lubricante en su falo duro como un bolillo, sentí que empezó a rozar su verga en mi jopo, me fue embardunando del gel que cubría su pene, entonces sucedió.

De un solo tirón me enterró los 24 cm yo pegué un grito muy fuerte, entonces la sacó de un golpe, sentí que me dejó abierto un hueco enorme – quítame el condón ordenó – ordenó con voz firme, cuando se lo quité noté que tenía sangre y algo de heces, yo sentía un gran ardor y miedo, se fue a la ducha a lavarse mientras yo tiraba el preservativo en el retrete, estaba bajando el baño cuando siento que me abraza por la cintura, yo me sobresalté – ya amor, tranquila, no te haré daño, solo quiero que recuerdes siempre que yo soy tu macho y no debes andar buscado picha por ningún lado, ni si quiera con mi hermano – yo0 no dije nada, solo una lagrima corrió por mis mejillas, me tomó de la mano y me llevó a la regadera ahí me lavó con cuidado, entonces me ordenó hacerle un oral, cerré los ojos y me entregue a sentir ese trozo de carne en mi boca y darle placer a mi hombre, por ratos lo miraba y sus ojos cerrados me daban a entender que lo estaba gozando, empecé da jugar con mi lenga en su glande – no amor, me vas a hacer orinar – yo seguí en mi empresa y siento el líquido salado que inundaba mi boca – viste lo que provocaste, ahora te la bebes – me tragué la mayor cantidad de orina que me echó en la boca.

Paso seguido me levantó y me llevo a la cama, donde se recostó mientras se ponía otro condón – ven trépate, métetela tu misma – lo cual hice con algo de dificultad, pues aún me dolía la anterior penetrada, logré meter el glande, el resto lo metió el de un golpe, cuando empezó el amaciceo, su pene me entraba completo sin ningún obstáculo, ya no había dolor, sus manos en mis pezones me enloquecían, sus uñas arañaban mis nalgas mientras intentaba abrir más mi orto, era delirante sentir esos 24 cm adentro horadando mis intestinos y llenándome de aire, yo solo quería darle más placer y no me quejaba – ponte en cuatro, me gusta cogerte en cuatro, te puedo dar como me gusta – yo me acomodé con cierto miedo pues sabía que me iba a dar duro, pues le gusta sentir que tiene el control y mis quejidos lo hacen excitar como loco, ahí estaba yo con el parado y mi matador apuntaba su arma contra mi agujero, el lubricante suaviza la embestida, pero siento que me arde dentro como si me quemara, al decir hay, hay… es como si eso fuese un aliciente para él, empieza a darme más duro y trata de cada vez llegar más adentro de mis entrañas y sentía que con cada envestida sentía que abría más mis esfínteres.

En algún momento empecé a llorar y él lo veía en un espejo que teníamos a un lado de la cama, eso lo animó a aumentar sus movimientos, si sacarla me puso de lado, luego hacía una especie de círculos dentro, sus dientes me sujetaban la piel de la espalda y uñas se enterraban en la carne de mis muslos, en un momento muerde mi cuello y se metió lo más que pudo dentro mío, pensé que me rompería los intestinos, y con un alarido entendí que había llegado, se quedó encima mío un rato, teniendo aun la picha dura, la sacó con violencia como la primera vez, nuevamente sentí ese vacío y una abertura de las que salían mis fluidos – eres la mejor, ninguna mujer me deslecha así de sabroso – cuando decía eso, sonó su teléfono, cuando me mostró vi que era su mujer – maldita gorda – dije en voz bajita, lo cual a él le causó mucha gracia – relájate, que ella no gusta de tí, pero ni te menciona – dicho eso, nos metimos a bañar, sus manos nuevamente me recorrían, pero ya debíamos salir, porque tenía compromiso con sus hijos.

Te prometo que en cuanto pueda retomo mi historia…