Tres profesores, tres señores, en la secundaria
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando llegue a tercero de secundaria, con mis 15 años y cinco de masturbarme, diario, como loco al menos tres veces y hasta 5 veces por día; 1.70 de estatura del 1.80 que hoy mido; y ya tenía 18 de los 20cm finales que me creció la verga, traía las hormonas al máximo. Tuve suerte, me tocaron tres maestros que me gustaron: el de español llamado V, el de Biología y Química de nombre E, y el de educación física, M. Ellos entre 28 y 30 años.
El de español me parecía un señor muy guapo, de mi estatura, ojos verdes enmarcados por unas pestañas largas, chinas y tupidas; cabello ensortijado, labios rojos, muy bigotón, blanco y muy, muy, pero muy peludo. El de biología-química, más bajito, nalgón, de espalda ancha y una incipiente pancita, blanco y peludo, pero menos que V. El de educación física, grandote, moreno, varonil, muy macho, brazotes, abdomen plano, un cuerpo ancho de todos lados, todo, pero todo en él era grandote, pelo en pecho y siempre bien rasurado. Mi materia favorita: español; la que soportaba, educación física, y la que odiaba: biología y química (además de matemáticas).
Mi favorito era V, no había clase que al empezar o al finalizar y en corto, no dejara de comentarle que si así estaba el caminito, como estaría el pueblito y le tocaba los pelos de su mano, o le jalaba la camisa para verle más abajo los pelos del pecho que se unían a la barba. Siempre he sido alto, y estaba muy ejercitado y podía ver a los ojos a mis maestros, les tenía mucha confianza, y a V no dejaba de mostrarle alguna revista porno que recién compraba, buscando calentarlo.
El de educación física, M, era un gusto verlo, escuchar su voz profunda y varonil dándonos instrucciones, regañándonos, exigiendo y motivando. Por eso, además de las clases grupales, comencé a entrenar con la selección de baloncesto. Por poder verlo cambiarse al inicio y al final de los entrenamientos, y verlo en la ducha, ufff, me costaba un enorme trabajo no tener una erección inmediata, y ocultar mi enorme verga, llegaba a casa a jalármela pensando en sus nalgas, sus piernas, su chilote prieto y peludo, su voz.
El de Química-Biología, E, era un divorciado, mamón, regañón, exigente, sarcástico, le gustaba presionar y vernos sufrir con su materia, siempre dejaba un buen de tarea, y nos traía cortitos en el salón y laboratorio, no podíamos cotorrear nada con él… en clase, fuera de ahí se relajaba, pero siempre en su estilito de burlarse y joder a los demás. Siempre tenía el comentario hiriente que te dejara como pendejo ante los demás.
Al primer mes, al salir de una clase de V, comentó que ese día habría partido de baloncesto de profesores y alumnos del turno matutino contra los del vespertino; e invitó a dos de mis compañeros y a mi a unirnos. tras el partido, todos a la regadera, no lo podía creer, tenía frente a mi a los tres señores que más me gustaban, tuve una erección inmediata, me gire hacia la pared, me enjabone y talle sin voltear, espere a que todos salieran, me la jale furiosamente, y de inmediato brotaron chorros y chorros abundantes de semén, siempre me han salido de 7 a 12 fuertes y bien gruesos que se estrellaron con furia contra los azulejos y no pude reprimir un fuerte ahhh… al terminar me sentí un poco mareado y comencé a escuchar unas palmadas que se convirtieron en aplauso, detrás de mi, el entrenador.
Me dio tanta vergüenza, baje la cara y no sabía donde esconderme, se acercó, completamente desnudo, me abrazó de lado con su musculoso brazote y con la otra mano me tocó mi pene y dijo… wow, además de grandote lo tienes bien lechoso, bajo su otro brazo, lo pasó por toda mi espalda y llevó su mano a mis nalgas y sonrió y dijo, ricas y duritas, de machito, como me gustan… cuando gustes, pasa por mi casa, diario llego después de las 7 y me dio un beso, y hurgó un poco con su lengua… me dejo volando… Espere en las regaderas y cuando salí ya se habían ido todos.
Mis calificaciones en Biología-Química, cada vez iban peor, no entendía nada y el profesor más me jodía y presionaba. Mi madre fue a la secundaria, y le pidió asesorías personalizadas al profesor… pinche suerte, ahora además de soportarlo en grupo, tendría que aguantarlo individualmente. Y empecé a ir dos días a la semana a su casa, por dos horas o más.
El de español estaba muy contento, llevaba calificaciones perfectas, concursé y asistí a una competencia intersecundarias, gané y me fui al estatal, en donde quede en tercer lugar, demasiado para el tipo de secundaria donde estudié, de la zona metropolitana, de barrio pobre, llena de chacales, machines y chicos banda… (con los que tuve algo, pero será otra historia)…
Lo pensé mucho y a los tres días estaba súper nervioso, pero mucho más caliente, tocando el timbre de la casa de mi profesor de educación física. Y ahí estábamos, frente a frente en su recámara, me comenzó a besar y acariciar, a esa edad no me importaba, atrás, adelante, arriba o abajo, mi cuerpo pedía a gritos sexo. Se acostó y dejo que mis manos recorrieran todo su perfecto cuerpo y músculos, luego él a mi, no paró de decirme todo lo que le gustaba. Pidió que con mis labios y lengua saboreara sus tetillas peludas, sus bolas y su chilote, ambos estábamos super duros y bien dotados.
El profesor, me pidió la lamiera, chupara y metiera mi lengua en su hoyito, excelentemente enmarcado en esas dos duras nalgotas, bien rasuradas y suaves. Luego comenzó a chuparme la pistola, era muy bueno se la tragaba completa, a diferencia de cuando me hizo chupáserla, no pude ni con la mitad, siempre me ahogaba, era la primera vez que lo hacía. En cambio él era un experto mamador, me succionaba con una fuerza que hasta me hacía sentir que se me iba el alma.
Después de ensalivarle el culito, me pidió que se la clavara, con fuerza y de un sólo chingadazo, me costó trabajo encontrar su hoyito entre esas dos nalgotas, se la coloque y empuje un poco, y dijo con fuerza hacia adelante campeón, rómpeme el culo, y lo tome de la cintura y lo jale con fuerza, empuje mi vergota y él ayudó reculando hacia mi, y se la metí hasta el fondo, gritó y me espanté, hasta lo solté e intenté salirme y dijo, dale, dale, rómpeme cabrón, y comencé a bombearlo, y en dos minutos estaba terminando en su apretadísimo culo, que hasta sentía que me cortaba la verga.
No dejo que me saliera de él, y dijo quédate ahí, quieto, comenzó a acostarse y yo encima de esa cuerpazo, musculoso, fibroso, firme, lo goce en serio, mi verga perdía dureza muy lento, parecía que quería quedarse hinchada y dura ahí adentro, descasamos unos minutos, yo encima de él, y cada cierto tiempo apretaba nalgas y culo, sentía como exprimía mi verga, también su culo la quería dentro, más tiempo.
Nunca perdió su dureza, siempre estuvo entonada, a gusto dentro de su húmedo culito, y me vergota comenzó a despertar de nuevo, y dijo: eso es, bendita juventud, ahora sí cabrón líjame y rómpeme el culo con fuerza, ufff su voz de cabrón, de señor, grave, pesada y fuerte pidiéndome que lo cogiera, me calentaba más y me ponía el chile más duro y fuerte, quería no sólo abrirlo sino dañarlo, y él mordía la almohada pujaba, se quejaba pero no quitaba las nalgas, todo su cuerpo estaba durísimo en la misma posición, deseoso de recibir mi caliente ataque.
Me fui a mi casa flotando, todo era más claro, nítido, comprendí que el mundo giraba en torno al sexo, y que entre cabrones era muy intenso, de macho a macho. Al día siguiente, en la secundaria, de por si mis compañeros me parecían de hueva, ahora era peor, tan infantiles, tan ignorantes, tan bobos… y empezó la primera clase, la segunda y llego la o hora del entrenamiento y M, como si nada, comenzó las instrucciones y todo mundo a las duchas, él no entró, llevaba prisa y se despidió, pasó a mi lado y dijo, ya sabes cuando quieras… y durante todo el año quise muchas veces.
El profesor V, estaba súper contento, ya que uno de sus alumnos participaría en el estatal de español; así que viajamos de la ciudad de México a Toluca, a la final, llegamos una noche antes, compartiríamos habitación… y desde el autobús iba caliente recordando todos los encuentros anteriores con el entrenador. Al llegar a la habitación, el profesor V, se metió a bañar, le urgía un regaderazo, porque no se había bañado desde el día anterior.
Y verlo desnudarse, ese cuerpo todo lleno de pelos, me puso muy, pero muy caliente, se dirigió al baño y apenas escuche el agua correr me saque mi vergota y comencé a jalarla con fuerza… peeerooo, no se había metido a la regadera, sólo dejo correr un poco el agua y regresó por sus calzoncillos y me quede helado cuando me vio sobre la cama con mi pitote entre mis manos. Vaya, vaya así que anda muy caliente ¿verdad señor?… y yo inmóvil, se acercó y soltó la toalla que lo cubría y pude ver que era una alfombra de pelos. Lo tienes grande ehh, dijo cuando lo tomó entre sus manos y subió y bajo varias veces su manos. Además de bien lechoso, por lo que pude ver en las regaderas.
Vente, vamos a bañarnos juntos… y me tomó de la mano, nos metimos a al regadera y con el jabón en sus manos recorrió todo mi cuerpo, era muy excitante como resbalaba el jabón, luego me pidió que lo enjabonara a él, y disfrutaba acariciar todos sus pelos, por todos lados, luego me volvió a enjabonar, pero ahora puso énfasis con una mano en mi verga y con la otra en mi culo. Un rato lo disfrutamos así, luego nos enjuagamos y salimos, nos secamos uno al otro, me puso boca abajo y comenzó a chuparme el culo, luego se dio vuelta y me pidió que se lo hiciera a él.
Luego, me hizo chupársela, no era tan grande, ni tan gruesa, pero muchos de sus pelos se quedaban en mi boca, se acomodó e hicimos un delicioso 69; como dije previamente, a esa edad, sólo quería experimentar, lo que fuera, las hormonas estaban al cien, la verga se ponía como si fuera de cemento, y pedía a gritos estar dentro de un culito, deje de chuparle su verga y me concentre en su culito, y comenzó a gemir y dejar de mamar mi verga, se quitó, se colocó boca abajo y murmuró, clávame, pero despacio, hace años que no me lo han clavado, desde hace 9 años, y menos desde que me casé. Me prendió más, y le coloque mi vergota en ese culo peludo, e intenté penetrarlo como al entrenador de un chingadazo y gritó, se quitó y dijo no, así no, despacio cabrón, te dije que hacía mucho que no me lo metían.
Me sentí mal por el regaño, pero no sé me bajo la dureza, al contrario pensar en ese culito, cerradito, peludo, de cabrón, de hombre, de casado me calentó más, se me puso más rígida, como si eso fuera posible. Espera, me dijo, se puso crema corporal y me pidió que le metiera un dedo, despacio, y así lo hice, luego de un rato con mi dedo adentro y moviéndolo en círculos como me dijo, me pidió sacarlo y ahora intentarlo con dos, y así lo hice, luego ya eran tres dedos los que horadaban y escarbaban en su culo, los metía y sacaba completos y colocándose en cuatro patas, dijo, ahora sí, como gustes niño… se la puse en la entrada y se la deje ir de golpe, pujo y se quejo al mismo tiempo, y me encantó ese sonido animal, ese sonido de macho follado, traspasado, violentado, y comencé a bombearlo con fuerza…
Era una delicia ver ese culo rojo, muy rojo, traspasado por mi prieta vergota, y ver como su infinidad de pelos se pegaban a mi pitote, gracias a la crema corporal y salivazos que le echaba, cuando salía y entraba de esa cavidad de macho, lo estuve bombeando un buen rato, no quería terminar, era una delicia empalarlo, tener a un casado que me doblaba la edad. Bigotón y machote siendo sometido por mi, a mi ritmo, mi gusto y fuerza, le solté un lechazo que hasta sentí que casi podía levantarlo ensartado a mi verga… y comenzó a venirse y su culo apretaba mi verga al ritmo de su venida.
Nos quedamos dormidos, despertó temprano, como si nada, se metió a bañar y al salir, ya lo esperaba con la verga bien dura, y mi profeso de español dijo, ay cabrón se me olvidaba que a esa edad sólo quieres coger todo el día, deja te ayudo, y comenzó a mamar, lo hacía bastante mal, pero se sentía delicioso, me gustaba ver su bigotote largo, que alcanzaba a tocar y desplazarse sobre mi verga. Sólo me mamaba la cabezona y chaqueteaba el resto, quise tocarle el culo, y dijo, no niño, espérese a la noche, lo traigo bien madreado de la cogidota que me dio ayer. Y le solté los chorros de semén, no sabía tragarlos y creía que saldrían menos, así que una parte se la trago y otra buena cantidad le cayó por toda la cara, siendo una delicia ver esa cara peluda y su bigotote llenos de mi leche. Baje mi rostro y comencé a limpiarlo con mi lengua… que rica me supo mi leche.
Nos fuimos al concurso, regresamos al hotel a la hora de la comida, pero no comimos, pasamos directo a "preparar las maletas"; me dijo que todo lo hiciéramos rápido, para no atrasar la entrega de la habitación; de inmediato comencé a dedearlo de a uno, dos y tres dedotes, listo para la cogidota, se lo clave sólo por 15 minutos y me vacíe dentro de su culito, y me safe de él, pensando que ahí terminábamos, pero de inmediato comenzó a limpiármelo con su boca y succionar con fuerza, me lo levanto de nuevo y se me sentó encima, se movía delicioso, movía en círculos sus nalgas, apretaba y aflojaba su culito, no aguanté ni tres minutos y volví a llenárselo de leche, al tiempo que se vaciaba y me aventaba sus mecos de hombre, de señor, de casado, de cabrón en todo mi pecho. Nos limpiamos con las toallas y salimos contentos y deslechados hacia la ciudad, de regreso. Cuando me dejo en la puerta de mi casa, se bajó del taxi para despedirse y me dijo… como sabes soy casado, pero cada que tenga chance te avisaré y ojalá puedas, yo lo vi directo a esos ojazos verdes que me encantaban y le dije que sí… después de eso, nos veíamos los viernes por la tarde, para irnos a un hotel del centro y coger toda la tarde.
En contraste con el viernes de "español", o el martes y jueves de "entrenamiento", los lunes y miércoles de biología y química era una monserga; había que ir a la casa de E, que como lo había descrito, y en ese entonces yo sin conocer el término, el profesor era un verdadero osito, chaparrito, blanco, peludillo, más bajo que yo, con una pancita incipiente y unas nalgotas, las cuales creo hacían llevadera esas tardes de tormento, cada que se levantaba por algo me le quedaba viendo a ese par de carnosidades de cabrón, duras, firmes, que subían y bajaban deliciosamente.
A la segunda o tercera clase particular, en su casa, el profesor se había relajado, era menos pesado que en la clase, pero creo que en las clases se desquitaba y más me presionaba. Y me la soltó si decir agua va… verdad que el de educación física está bien sabroso… me quede helado, no sabía si me hablaba al tanteo o sabía algo… notó mi perturbación y se disculpó, se paró por algo a la cocina, y me quede petrificado ¿le habría dicho algo, sabía todo, él también se lo cogería, era una broma, esperaba que yo sólo me descubriera?.
Regresó con dos copas de vino, y me preguntó ¿te gusta?, no, nunca lo he probado, pues pruébalo, y le di un enorme trago como si fuera cerveza y me andaba ahogando, y escupí casi todo, le salpique la camisa, mis pantalones, y me dijo vete al baño a limpiarte, llegó tras de mi y se quitó la ropa, ufff delici-Oso señor, se salió y fue a ponerse otra camisa y me prestó una de sus playeras más grandes, que me quedo algo justa.
Me sirvió de nuevo y me dijo que lo sorbiera de a poquito, de a traguitos, de cualquier forma hice caras y se rió abiertamente, es normal, no te preocupes, cuando crezcas te gustará, bueno, pero no crezcas más, ya estás muy grandote, a ver párate, y se puso frente a mi, – a ver más derecho… hay cabrón sí estás grandote ¿cuánto mides?, 1.70 le dije, y apenas tienes 15, todavía vas a crecer y jugando basquetbol más. Y tomó mis manos, mírate tienes unas manotas y de qué número calzas, del 28 (cm)… no pues sí tienes todo grandote, y estiró una mano y me tocó una nalga con fuerza y bien nalgón, y yo estiré mi mano y le dije, ya con toda la confianza, pero si estás no son nada pequeñas, a lo mejor hasta más grandes que las mías… y nuevamente rió con ganas…. ahh qué cabrón eres
Si quieres las comparamos a ver quién las tiene más grandes… y como no queriendo la cosa y cómo un inocente juego nos bajamos los pantalones, me hizo agarrarme con mi propia mano y recorrer una de mis nalgas, y la tomó y la llevó a una de sus nalgotas, peluditas, y la recorrí, acerqué mis dedos a su raja, la recorrí y toqué su anito, respingó y dijo a ver, ahora me toca a mi, y recorrió, pero con su dos manos mis nalgas, su respiración se aceleraba, y de repente bajo y comenzó a besarme las nalgas a mordisquearlas, me empujo e hizo que me doblara hacia adelante y comenzó a comerme el culo, me puso un dedo y trató de meterlo, pero no podía, yo apretaba muy fuerte mi culo.
Se levantó y comenzó a desnudarse por completo, me ordenó hacer lo mismo, y quedamos frente a frente, un delicioso osito treintañero, chaparrito y su cachorro alto de 15 años. Me tiró en un sofá y comenzó a mamarme la verga, si bien no se la tragaba toda, le echaba muchas ganas, movía la cabeza rápidamente y succionaba con fuerza, ensalivaba sus dedos y trataba de introducirlos, pero yo no aflojaba, después de un rato desistió y me dijo "ay cabronicto también estás bien chiludo, con este pitote haz de romper cualquier culito", me tomó de la cabeza y la llevó hasta su chilito, pequeño pero súper duro, me indicó que se lo llenará de saliva, me giró y nuevamente empezó a echarle saliva a mi culito.
Me puso empinado sobre el sofá, se subió y comenzó a "introducir" su chilito, que en verdad no llegaba ni a mi culito, apenas a abarcaba mis nalgotas, y murmuraba a mis espaldas, que rico, delicioso niño, exquisito cuerpo, me encantan así de grandotes y cabronzotes y empezó a echar su leche entre mis nalgas. Cuando acabó se desplomó a mi lado, respiraba con fuerza y quedo boca-arriba, luego me dio la espalda y regularizaba poco a poco su respiración, pero yo seguía con mi chilote bien duro, y le toque sus nalgas y comencé a buscar su culito… y dijo, no cabroncito a mi no me cogen, soy divorciado y sólo activo (esto último, en ese entonces, no lo entendí), y la verdad me valió madres yo quería culo de macho… y seguí, ya molesto, con fuerza y firmeza dijo: que no cabrón, que a mi no me lo meten… y me subí encima de él… sometiéndolo boca abajo.
Pero yo sí, quiero clavarte profe, se me antojan tus nalgotas, y empezó a forcejear y reírse nerviosamente, ya en serio, quítate, no me late que me lo metan… cómo sabes profe, ¿ya te lo han metido?… no, pero a mi no me gusta, yo sólo quiero clavarlo. Te va a gustar E, sólo pruébalo… nooo, menos el tuyo, estás bien cabrón, me romperías el culo… y trataba de safarse, empezaba a hacer fuerza, él tenía mucha, de un señor, pero yo estaba más alto y más ejercitado, así que podía controlarlo… empezó a enojarse, quería quitarse y más me prendía, tener a un machote activo a mi disposición, forzándolo….
Poco a poco se dio cuenta que su cogida era inminente, y se enojó en serio, comenzó a amenazarme, que me reprobaría, que me acusaría con mi mamá y cada vez me calentaba más, sus recursos de desesperación para que lo soltara, y más fuerza usaba. Después de varios minutos, simuló darse por vencido, y aflojo el cuerpo, yo afloje y de inmediato trató de safarse y ese fue el principio de su perdición, lo sometí con fuerza, con mis brazos, con mi peso, con mis fuertes piernas le abrí las de él, dirigí mi chilote a su culito y no se dejaba, alzaba la voz pero no gritaba (sus vecinos podrían escucharlo), no cabrón, no, chingada madre no, yo no soy puto.
Y más me calentaba, pinches nalgotas, duras, firmes, de cabrón, dirigí con una mano mi vergota hacia su hoyito, y empuje, la cabezota traspasó violentamente su culito, y gritó fuerte, yo estaba como enajenado, como ido, sólo quería traspasarlo, y en seco empece a clavarlo, y sentía muy apretado y caliente, su culito, iba sólo la mitad y seguía gritando, estaba llorando y mordiendo la almohada, su cara llena de lágrimas y mocos me encendía más.
Estaba violando deliciosamente al cabrón que me hacía sufrir en clases, y al recordar esto, se la deje ir completa, aunque yo me lastime un poco por metérsela en seco. Brincó, su cuerpo parecía convulsionarse, buscando safarse de mi torturante abrazo, y más rico sentía, y de nuevo comenzó, ya cabrón, ya, termina ya, puto… y escucharlo desesperado, adolorido y sobajado, más quería traspasarlo, más dura me la ponía. Y comencé a bombearlo, despacio, lento, gozando cada pliegue de sus tripas y volteando hacia afuera una pequeña parte de sus intestinos, y luego, volver a metérselos.
poco a poco iba acelerando mi ritmo, y en determinado momento, totalmente vencido, violado y traspasado, mi profesor, mi osito, chaparrito, aflojó su cuerpo, y deje de abrazarlo con fuerza, coloqué mis brazos a su lado y empece a bombearlo ritmícamente, dejo de escucharse su voz y dio paso a su respiración fuerte, acompasada al ritmo de mis penetraciones, y comenzó a pujar, a llorar de gozo, y voltié hacia abajo para ver como entraba y salía mi vergota, y pude notar que salía embarrada de sangre, de bastante sangre, de su culito virginal, que había sido roto a puro vergazo, de un niñote grandote y cogelón como yo.
Seguí bombebándolo, mucho rato, en algún momento paró las nalgas, y me acomodé, luego quedo en cuatro y lo tomé de su cintura y empece a jalarlo hacia mi, a ver como su culo se tragaba completa mi verga, y podía ver sus pelos manchados de sangrita de su culito y más me calentaba, pensar en ser el primero, el primer cogedor de este machote. Estiré mi mano y toque su chilito, lo tenía super duro, y comencé a acariciarlo, me puse saliva y más se lo movía, gritó me vengoooo… y en mi mano recibí su lechita, saque mi verga y embarré su hoyo con su propia leche, para usarla de lubricante y metérselo completo, resbalaba mejor, me gustó más, sentí menos molestia y le di con fuerza, con rapidez y le solté toda mi leche dentro.
Caí desplomado encima de él, por el esfuerzo de la pelea y de la cogidota… no… de la violación que le había dado. Se quito de debajo de mi, y se acomodó entre mis piernas, y su cara quedo justo en mi estómago y se durmió, y a mi también me ganó la pesadez postcoital; de rato desperté y él estaba bañado y cambiado, me besó y preguntó ¿listo señor? tiene que irse, ya es tarde y su mamá lo espera. Me levanté como impulsado por un resorte y dijo, el baño está listo, no se vaya a ir oliendo a sexo, me metí a bañar, y salí rápido, al despedirme se paró frente a mi, en puntas y me dio un beso muy delicado, rozando mis labios y dijo: gracias, lo necesitaba…
Regresé a la siguiente asesoría y no hubo sexo, me dijo que tenía el culo escocido y muy sensible, lo cual me calentó, y me dijo, ay cabrón, estás en la edad, se hincó me desabrochó el pantalón y comenzó a mamar, lo tuve mucho rato así, se tragó mi leche; las siguientes asesorías fueron alternadas entre violaciones y mamadas, y en las clases mejoró mucho su humor con todo el grupo, cambió su fama de enojón y manchado a alegre y dicharachero.
Durante todo tercero de secundaria, alterné mis lechazos diarios entre mis tres profesores, con cada uno era una experiencia diferente y me acoplaba excelentemente, desarrollaron mi gusto por el español, la biología y química, y por supuesto por el basquetbol; y en cuanto a hombres, los treintañeros, los machos, de preferencia casados; lo que aumentó mi indiferencia por los jóvenes, jotitos y afeminados.
Experimenté muchas cosas, de arriba a abajo, de abajo hacia arriba, de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás, de ida y vuelta, por la efervescencia de la edad, hasta creo se pusieron de acuerdo para repartirse mis ímpetus de adolescente, mi cuerpo, mi leche y mi culo; y lo creo porque al terminar tercero, terminamos en una orgía entre los cuatro, como despedida, pues V se cambiaba de ciudad con sus hijas y esposa; y M fue asignado a una coordinación deportiva en otro estado, el único que se quedaba era E., pero había hecho las pases con su ex-esposa y regresarían a vivir juntos, yo me fui a la prepa y ya no regrese a la secundaria, nunca. En la prepa no tuve maestros con quiénes aprender o practicar, tampoco en la universidad, ni en mis trabajos, ya siempre fue lejos y fuera de mis ámbitos de estudio o de trabajo, pero eso luego se los contaré.
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