Trío desastroso
Sobre cómo me fue en mi primer trío con un amigo y un desconocido .
Lo venía deseando desde que era adolescente y me moría de curiosidad por compartir una cama con otros dos chicos para hacer travesuras. Había conocido a Luis por Internet y nos vimos un par de veces para disfrutar de sexo muy placentero y respetuoso, nos considerábamos una pareja de amantes sin compromisos, libres de hablar y hacer lo que quisiéramos durante nuestros encuentros sexual es. En ellos yo hacía el rol de pasivo, pero también me encantaba ser activo, a lo que Luis se oponía por miedo a ser penetrado, aunque mi verga no es descomunal ni nada por el estilo.
Así fue que un día se me ocurrió proponerle hacer un trío y yo me encargué de reclutar a un jovencito muy bonito que ofrecía sus servicios muy discretamente. Primero nos encontramos Luis y yo para ir en mi auto al encuentro de nuestro «juguete». Llegamos a una plaza, le envié un mensaje e ingresó a mi auto para luego dirigirnos a un motel. Al entrar a la habitación, inmediatamente nos desnundamos, yo comencé ansioso a chupar las vegas de los dos chicos y, cuando me quise culear al nuevo amiguito, Luis me dijo que espere, qué primero quería hacerlo él. Le dije que ok, qué proceda a encular al chico (quien solo se limitaba a decir «si» o «no» y «está bien») pero Luis me dijo que era conmigo con quien deseaba coger primero. Me puse en cuatro y, mientras el chiquillo separaba mis nalgada, mi amigo me la metió con el mismo gusto y entusiasmo de siempre. Yo me puse a chupar el pito de 17 cm del jovencito y aquello ya empezaba a salir bien.
Al poco rato volví a decirle al chico que se diera vuelta para que yo pueda penetrarlo, pero Luis de nuevo se opuso. Me dijo que él no deseaba verme con otro y, con voz nerviosa me dijo «no quiero compartirte, solo te quiero para mi».
Yo me reí, intenté convencerle pero él me dijo «creo que prefiero mirar esta vez». Comencé a besar al nene mientras Luis nos observaba y, después de unos segundos, quize penetrarlo, pero la mirada de mi amigo y mi cerebro que no dejaba de pensar en cómo se sentía al verme con otro, hizo que mi verga no pueda mantener la erección.
Además, el chiquillo también estaba incómodo. Le dije «métemela tú» y, cuando el muchacho se disponía a hacerlo, Luis simplemente no aguantó más y me dijo «ya no sigan, yo te amo, no quieto que sigas por favor».
¿Qué les puedo decir? Fin de la historia, me hice la paja delante de ambos, nos vestimos y salimos de ahí en mi auto. Los dejé a cada uno donde los había recogido y punto final.
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