Trio Gay
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace unas semanas recibí la llamada de un amigo de Madrid quien posee un piso de verano en el municipio de Santa Pola y me invitó a visitarlo, días después ya que tenía unas cortas vacaciones. Yo vivo en la provincia de Alicante en una ciudad cercana.
El tiene 30 años y es alto 1,90 y no está muy grueso pues pesa unos 70 kilos, rubio, cachas pues se cuida mucho en el gimnasio y vive normalmente en la capital de España donde trabaja de comercial de una empresa de automoción.
Yo cuento con más de 40 años y nos conocimos en la costa levantina en uno de sus múltiples viajes hace muchos meses y mantenemos de vez en cuando algunos encuentros sexuales. El que se llama Prudencio tiene novia pero también le gustan los hombres.
Creía que íbamos a estar solos el y yo en su vivienda de playa, pegada a la orilla del mar y en primera línea, pero al llegar allí me encontré con la grata sorpresa de que estaba con el hermano de su novia, llamado, Rodolfo, un chaval de 28 años, también de enorme altura, casi 1,85 y cachitas. Tras saludarle me comentó que era su primer trío gay y que también era bisexual. Me enteré que había estado en encuentros con otros hombres pero no había llegado a tomar parte en un trío.
Aprovechó unos días de asueto que tenía y quiso acompañar a su futuro cuñado a la zona de playa. Durante el viaje se enteró que a Prudencio también le molaba el sexo masculino y se interesó por tomar parte en este encuentro tras comentar Prudencio que me había hecho partícipe de esta estancia en Santa Pola.
Entramos los tres en la habitación y tras desnudarnos, comentamos lo dura que teníamos la pija los tres. Yo que soy más bien pasivo empecé por chupar ambas pollas al unísono pues ellos estaban de pie al lado de la cama. Tras estar un rato con la mamada, Prudencio me metió varios dedos en mi culito y de ello se aprovechó Rodolfo para ensartarme su verga que medía unos 20 centímetros. No me dolió apenas, pues estoy acostumbrado a que me la metan, tras restregarme lubricante.
Yo seguía comiéndosela a Prudencio que estaba muy a gusto y me metía sus 17 centímetros en mi boca, mientras me cogía la cabeza para acompasar el ritmo.
Prudencio me dijo que aflojara la mamada, mientras que Rodolfo dejó de follarme y comenzó a taladrar a Prudencio y éste era quien me la metía. Así estuvo un buen rato dándome por detrás, mientras él recibía la polla de su futuro cuñado. Al final ambos se corrieron entre jadeos continuos al igual que yo que era pajeado por Prudencio.
Disfrutamos bastante en esta primera cita pues los besos, caricias y toqueteos fueron intensos durante la follada y quedamos en volver a realizarla próximamente pues la excitación y morbo de la misma nos hizo gozar por lo que esta primera experiencia ha abierto la puerta a futuras quedadas que serán mucho mas intensas en verano durante las vacaciones.
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