Un Amigo, hermano y amante 2: Despues de Luna Nueva
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por White_Tiger.
Bien, inicio mi relato con la película "Luna nueva", Walter, Mónica Rachel, Yo y algunos amigos mas, entre ellos nuestro entrenador Jerry, que iba solo, habíamos ido a ver la película que tanto se hablaba, en el gimnasio. Invite a Jerry porque él iba a ir a verla ese día, así que se diría fue una reunión entre amigos (o mejor dicho entre, entrenadores/as y clientes del gimnasio) En fin, la película no estaba mal, al menos fue fiel en su mayoría al libro, aunque si me incomodo un poco la escena donde Jacob, se quita la camisa para secarle la frente a Bella. Un momento después de que pasara esa escena, Rachel, mi novia me levanto la camisa con tanta fuerza, que casi me la quito. (Era una camiseta sin mangas) y me dio una palmada juguetona en el pecho. Después de un momento, se giro hacia a mí y me la quito por completo.
-Tus estas mas bueno que Jacob -dijo en voz alta y los demás se soltaron a reír. Yo también reí nerviosamente aunque deseaba me tragara la tierra cuando unas chicas de la fila delantera giraron para mirarme con desprecio. Una miro dos veces, con una sonrisa que se me figuro picara y de deseo, porque Rachel aun sostenía mi camisa en lo alto, mientras me la pasaba y luego me la ponía y acomodaba creí oír que esa chica le susurraba algo a la otra, la que me había mirado feo, pero no les hice caso aunque después Irma me dijo que las chicas de adelante, de vez en cuando giraban para mirarme.
Acabada la película, Jerry, Isaac, Adam, Rachel, Mónica, Walter, Irma, Perla, y yo (Sergio). Nos fuimos a una discoteca, puesto que apenas y eran las 10 y algo de la noche. Bailamos, bebimos algunos tragos, reímos y criticamos lo bueno y malo de la película. Muy entrada la noche, como a eso de la 2, fue cuando Mónica, casi a rastras me saco a mí y a Rachel de la pista de baile. Al llegar a la mesa vi a Walter sosteniendo media cerveza y parecía estar entre borracho y dormido.
Hasta ahora solo había bebido dos jugos con poco alcohol, pero un momento después, comprendí una cosa que debió ser obvia. Walter no sabía beber. Y era obvio pues había vivido con su abuela y su medio-hermano en el campo y su abuela Georgina era muy estricta. Siendo sincero, no sé por qué no me sorprendí de que Walter no hubiera bebido jamás una gota de alcohol, hasta esa noche.
-Hermano -le dije, acercándome a él. Este medio abrió los ojos y se tambaleo un poco. Pasados cinco minutos di por perdida la salida a la discoteca así que salí con Jerry ayudándome a llevar a Walter, seguido de Mónica y Rachel. Los demás se quedaron, porque querían seguir bailando.
-No me esperaba esto -dijo Jerry una vez estábamos en la calle y habíamos avanzado casi media cuadra -Pobre Walter, fíjate -sonrió como aguantándose las ganas de reírse -emborrachado con media cerveza.
-Es porque su abuela es muy estricta -dije defendiendo a mi amigo -Haber, Walter -le dije este murmuro algo entre dientes. Tome aire me agache y me pegue a su cuerpo, de un empujón y un tiron tomandolo por su cinturon, lo levante sobre mi hombro como si cargara un costal de harina. Su cabeza y brazos colgaban por mi espalda, de ese modo podía sujetarlo de la cintura y las piernas. Jerry me miro con ojo crítico, así como Mónica.
-¿Puedes cargarlo? -pregunto. Antes de que respondiera, Rachel se me adelanto.
-Claro, mi Sergio, no tiene esos músculos por nada.
Jerry inflo su musculoso pecho con orgullo, ya que Jerry, como he dicho ya, era y es nuestro entrenador. El parecido de nuestro entrenador con Batista se perfilo más, aunque Jerry no tenía los hombros tan anchos, ni tenía tatuajes.
Avanzamos al menos 20 minutos más, yo soporte el peso de mi amigo un buen trayecto, cuando Jerry se ofreció a cargarlo él, Rachel lo interrumpió diciendo en voz alta -Ahí viene un taxi, e hizo señal, para que se detuviera. Pasado 1 minutos Rachel y Mónica subieron a él y partieron a su casa, Jerry y yo decidimos esperar al siguiente, aunque me imagine que Jerry deseaba volver a la Discoteca.
-No hay problema si nos dejas a ambos -le dije -Ve, diviértete.
-No, respondió -por aquí suele haber vándalos y si te ven a tú, cargando a Walter, seguro vendrán encima tuyo, ya que serias un blanco fácil, porque tendrías que defender a Walter.
No dije nada, esperamos casi 10 minutos, donde Jerry me relevo cargando a Walter con mayor facilidad. Eran casi las 2 y veinte creo, cuando sonó el celular de Walter, yo conteste y escuche su abuela entre preocupada y molesta. Yo le conté lo que había pasado y me disculpe en nombre de mi amigo y por mí, ya que había sido yo, el que había sugerido ir a la discoteca, pasado un largo regaño de 5 minutos, le ofrecí a la Señora Georgina, dejara a Walter dormir en mi casa.
La idea no pareció agradarle, pero pasado otro regaño de 5 largos minutos acepto, prometiendo nos regañaría a los dos mañana (O en unas horas) a la hora de la comida, ya que Walter nos había invitado a comer en su casa, a Rachel, Mónica y a mí.
-Debería ser directora de algún colegio -se río Jerry mientras avanzábamos -hasta acá oí sus regaños, ahora comprendo que Walter sea tan tímido.
-Y que lo digas -le conteste y tuvimos que avanzar casi una hora hasta que llegamos a unas cuadras de mi casa. Era mi turno de cargar a Walter, supuse estaba dormido porque respiraba entrecortadamente. Le pase las llaves de mi casa a Jerry y abrió para permitirme dejarlo entrar, y llevarlo con cuidado al cuarto de invitados.
Cuando regrese Jerry colgaba de mala gana su celular.
-¿Pasa algo? -le pregunte
-Parece que no contestan aquellos -respondió de mal humor. Cuando encendí la luz del vestíbulo, note que andaba sudando (como no, ambos habíamos cargado a Walter por 1/4 de ciudad), yo igual así que le ofrecí un vaso con agua, que Jerry acepto. 2 minutos después estaba sentado en el sofá, sin camisa bebiendo el líquido mientras pasaba los canales de la tele, sin dejarle en uno por mucho tiempo. Yo acabada de acomodar a Walter en la cama. Para que durmiera tranquilo y sin calor, a duras penas le había quitado la camiseta, pantalón, tenis y calcetines, apenas cerré vi que Jerry entraba al cuarto de baño. Yo avance a mi cuarto y empecé a desvestirme, estando en bóxer me dirigí al baño, para lavarme los dientes, y note la puerta del W.C, estaba entreabierta, cuando me asome, me quede sorprendido pero me pude controlar.
Ya en otras ocasiones había visto a Jerry sin camisa (Como esa noche) y en traje de baño en otras veces, pero jamás desnudo. En ese momento, de pie frente a la tasa del baño, tenía el pantalón y su ropa interior (tipo tanga) abajo y estaba, masturbándose, muy concentrado.
Comparado Walter y conmigo, pues las medidas de nuestros penes eran inmensas. Walter debía tenerlo entre los 13 y los 14. Yo lo tenía en los 22 cerrados (Lo sé porque me lo había medido) Jerry en cambio debía tenerlo entre los 28 y los 35. Era inmenso y bien grueso, me recordó a esos pepinos que se usan, para ciertas ensaladas y comidas exóticas (Y una que otra película porno) antes de que terminara salí del baño e hice de cuenta que no había visto a Jerry, entrando en la cocina y encendiendo la estufa diciendo en voz alta que prepara algo por que tenía hambre.
Unos momentos después Jerry salió del baño con la expresión de profundo placer, se puso la camisa y dijo volvería a la discoteca para pasar el rato. Le di los buenos días y lo acompañe hasta la puerta, un taxi por casualidad paso por la calle y Jerry se marcho. Estaba cerrando la puerta cuando escuche una voz adormilada a mis espaldas.
-Hermano -dijo Walter pasándose la mano por el cabello, este miro confundido alrededor y pareció reconocer mi casa -¿No estábamos en el lugar ese? -pregunto.
-Te emborrachaste a la primera cerveza, bueno a media cerveza -le dije tranquilo, note que Walter se había sonrojado avergonzado por eso. -Es normal, le dije antes de que dijera algo, además seguro que antes no habías bebido alcohol.
-No -contesto aun apenado, se acerco más y a medias note, tenía el pene erecto. -¿Como llegue a tu casa? Sentí a alguien que me cargaba, pero era distinto a veces tenía más musculo.
-Jerry y yo, te trajimos cargando hasta acá, se acaba de ir.
Antes de que pudiera decir algo, Walter se había acercado mas, efectivamente tenía el pene erecto y se notaba por que en su bóxer empezaba a aparecer una mancha de eyaculación involuntaria.
Mientras escuchaba mi relato de como Jerry y yo por turnos lo traíamos, se me escapo contarle que había visto a Jerry masturbándose. Cuando acabe de narrarle lo que había visto, Walter se abrazo a mí y me beso (Nos habíamos sentado en el sillón.)
-Es una lástima que se hubiera ido -murmuro Walter, yo me aparte un poco de él, su beso aunque me había gustado, tenía el sabor a cerveza. -me hubiera gustado que el también…
-Lo dudo -le interrumpí -Jerry será, estirado algunas veces, pero no creo hubiera querido tener sexo contigo y conmigo. -Aunque para mis adentros también deseaba que Jerry se hubiera quedado, su pene era no solo tentador si no fácil de extrañar.
-¿Quieres que tu y yo..? -pregunto con ese brillo inocente en sus ojos.
No le conteste con palabras, si no con acciones, cuando me quite el bóxer y le quite el suyo. Me dirigí a su pene erecto y lo lamí, pasando mi lengua por este y después de 5 o 6 lamidas, metí su pene en mi boca por un largo momento. Walter puso ambas manos en mi cabeza, el empezó a guiarme mientras hacía mi cabeza adelante y atrás, y yo, me deje dirigir. Saboreando su sexo y su semen el cual trague cuando sentí mí boca llena de un líquido pegajoso, cálido, resbaladizo, y un poco aceitoso, o al menos así me supo.
Cuando saque su pene de mi boca me puse de rodillas y abrí sus piernas suavemente para dirigirme a su ano y lamerlo, después de tres lamidas me levante sintiendo mi pene palpitante y colorado, pues estaba empezando a eyacular, Walter viendo esto me tomo de la cintura y me jalo hacia él, sentí sus labios cerrarse alrededor de mi pene y la mamada de este me dio placer y gusto.
Igual que él, puse mis manos en su cabeza, su cabello era muy suave y empecé a guiar el ritmo de la mamada, como él lo había hecho, intente apartarlo cuando llego el momento y mi pene empezaba a bombear mi semen, pero Walter no se separo y sentí como llenaba su boca y lo engullía suavemente, casi a sorbos.
Se levanto y me apretó más a su cuerpo, de nuevo sentí quería fundir su cuerpo al mío, cosa que no me desagrado al sentir contacto con su torso cuajado de músculos firmemente marcados y sensuales que te derretían con solo mirarlos. Nos miramos y besamos, yo pase mis manos alrededor de sus fornidos hombros y lo bese como a mi Walter le gustaba, con más intensidad, más unión, pasión y templanza.
Estuvimos así, besándonos intercambiando nuestra saliva con el rosar de nuestras lenguas un largo minutos, después de mala gana abrí los ojos cuando él se separo y tomaba mi mano para agacharme, pues él se acababa de acostar en el sillón, pero sus cortas y musculosas piernas sobresalían por el brazo de este, mientras el resto de mi Walter descansaba en los cojines dirigiéndome una mirada, que… mas que mirada era una petición silenciosa que me animo y me izo girar y avanzar hacia sus piernas.
Le lamí el ano un momento medio largo, mi pene como respondiendo a esto, palpito, busque su punto y la cabeza de mi pene, toco la abertura de su ano, lo oí gemir y eso me alentó. Solo fue un ligero empujón, solo eso, y mi pene dulce y casi sin oposiciones, se introdujo con suavidad, pero lentamente en su ano, mi Walter gimió y creo yo también lo hice porque lo introduje suavemente todo, hasta que mis genitales tocaron sus nalgas.
Lo saque y lo metí lentamente, pues quería disfrutar cada penetración. Walter me rogo lo hiciera rápido y fuertemente, para mas placer pero yo no quise por qué no quería hacerle daño, aunque si empecé a penetrarlo más rápido pero después lo saque, rodee el sofá y tomando a Walter de los brazos lo levante, lo hice ponerse de pie y le levante una pierna para abrazarlo y penetrarlo parado.
Walter en un principio se resistió pero se abrazo a mí y recargo su cabeza a mi pecho para soltar gemidos de gozo y varios "Sí" conforme lo penetraba y lo abrazaba por la cintura para después levantarlo en brazos. Mi amigo me rodeo los brazos por los hombros y me dio muchos besos cortos mientras lo llevaba en voladas a mi cuarto.
Lo deposite en mi cama y sin miramientos me subí sobre él, como yo era más alto descendí un poco porque nuestros rostros quedaran a la misma altura, vi atentamente esos ojos puros e inocentes antes de sentir el calor en mis labios y como nuestras lenguas se unían y deslizaban la una a la otra, su saliva ya no tenía ese sabor a alcohol aunque no me importaba, para mí, su saliva así como el semen de mi amigo, eran un néctar dulce y sabroso que mi cuerpo, a gritos quería mas.
Me incorpore sentándose en su cintura, como poniéndome a gatas me levante con mis manos un sobre el labrado abdomen de Walter y la otra, sujetando el pene palpitante de Walter el cual guie a mi ano.
Con la misma facilidad que yo con él, su pene prácticamente, se deslizo dentro de mí, y yo en mis pensamientos le di la bienvenida mientras lo "acobijaba" en mi interior. Fui yo quien decidió los movimientos y el ritmo y profundidad de la penetración, solo lo saque una vez y a regañadientes cuando Walter dijo que deseaba cambiar de postura. Mientras me levantaba y él y yo, nos "desconectábamos" sentí como mi ano, dejaba salir un torrente de semen y mi mano creo por impulso, toco mi ano y retuvo una buena parte dentro de mí.
-Si yo… fuera hembra… -le susurre acostándome de nuevo sobre él, para besarlo -Si fuera mujer, me gustaría parir un hijo tuyo -le susurre entre besos, el no se resistió y en un giro quedo sobre mí.
-No -dijo entre besos y jadeos -Yo sería quien gustoso, te daría el hijo a ti, Sergio, "mi" Sergio.
Nos besamos tras esto casi 5 minutos y ahora el abrió mis piernas y me penetro de nuevo de frente, yo suspiraba y gozaba, pasaba mis manos por su torso y cuando note, Walter estaba cansado, lo empuje hacia a mí, supuse tendría sueño y no me equivocaba, después de que recargara su cabeza en mi pecho, principalmente en mi pectoral izquierdo, como queriendo escuchar mi corazón, se quedo profundamente dormido.
Me desperté algo entumido a las 9 de la mañana, y al bajar la vista note a Walter aun dormido y abrazado a mí. Me dolía el ano y al intentar mover las piernas comprobé que Walter y yo, seguíamos aun unidos, su pene que me pareció empezaba a ponerse erecto aun estaba suavemente introducido en mí. Cosa que me gusto pero también dolía, de mala gana lo desperté, el se aparto medio dormido y después se acostó a mi lado y siguió durmiendo boca arriba, con su pene eyaculando, pero mi Walter no pareció notar esto.
Fui al baño a cumplir las necesidades que mi cuerpo y pasando por la regadera, supuse podría darme un baño aunque Walter era quien más probablemente necesitara bañarse, porque hacía ya una hora o quizás 2, que debería haber vuelto a su casa, supuse su abuela Georgina estaría más que enfurecida con su nieto y conmigo.
Lo desperté de mala gana, ya que se veía muy cómodo profundamente dormido. Me acerque a su abdomen y lamí el pre-semen y después estuve mamándole el pene aprovechando que lo tenía erecto. Walter empezó a despertarse y después de un beso, de esos que a él tanto le gustaban, nos bañamos juntos entre varios largos momentos de sexo oral, le estaba por pasar su bóxer cuando note, el se había puesto el que la noche anterior había tenido puesto yo. Se vistió y me recordó la comida era a las 2. Tuvimos un largo beso de despedida antes de que se fuera.
Yo aun desnudo regrese a mi cuarto y guarde el bóxer de mi Walter con cariño, unos días después lo guarde en una pequeña vitrina en mi armario.
Una semana después, en la visita a unos tíos abuelos, de Walter, (Los hermanos de la Señora Georgina) donde fui invitado, en una cabaña en medio cerro volvimos a tener sexo, pero esa será la historia para otra ocasión.
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