Un amigo hétero en mi cama
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tengo 18 años, y aunque he tenido algunas experiencias sexuales com hombres (con mujeres nunca), jamás tuve algún tipo de penetración, no porque no tuviera chances, soy un chico con aspecto bonito, pero sentía que esas personas sólo me querían utililizar, por lo que siempre puse el Stop. Me considero activo pero estaría dispuesto a probar todo con la persona indicada, bueno, ya basta de hablar de mí. Esa noche había invitado a dormir a un amigo menor que yo, sus padres eran demasiado estrictos por lo que, luego de insistir mucho, lo dejaron, esa era la primera vez, en mi casa ya todos sabían de mi condición, por lo que tuve que aclarar varias veces que llevaba a un amigo y no a un amante, já. Se hicieron las 8 y Lucas llegó, nosotros nos conocimos por internet, y estuvimos chateando durante años, ya nos habíamos visto antes, pero siempre como buenos amigos. Pasemos a lo importante, luego de comer , estábamos en mi cuarto, sobre mi cama mirando televisión(era una cama de dos plazas) y comenzamos a hablar de nosotros, el ya me había contado que siempre lo habían discriminado porque sus gestos eran un poco femeninos, y yo nunca había sospechado nada, ya que sabía que creció con varias hermanas y podía ser que fuera heterosexual. Siempre venía ese tema en nuestras conversaciones, entonces le pregunté si era gay, aunque el ya me lo había negado, y tardó unos segundos y dijo que no, luego le pregunté si estaba seguro, y me dijo, – bueno, quizás sea bisexual, quizás sólo sea una etapa, no se- por dentro me alegré muchísimo, siempre me había gustado un poco pero no me había atrevido a nada ya que creía que era hetero, luego comenzamos a hacernos preguntas, él no sabía nada de mi homosexualidad, por lo que cuando le conté, se sorprendió mucho, y sonrió levemente.
Fui a apagar la luz y sólo nos quedamos con la del televisor, él no se quejó, me preguntó qué se sentía besar a un chico, y le dije que lo mismo que besar a una chica para él, fue ahí cuando me enteré que jamás había besado a alguien, me dió mucha ternura, me acerqué a él y le dije al oído,- si quieres podemos besarnos, digo, como amigos, asi sabes qué se siente- sonrió Y me hizo un gesto con la cabeza de que si, me acerqué lentamente a sus labios tan lindos y carnosos y lo besé fuerte pero a la misma vez suave, como con amor pero haciéndolo saber que sería su dueño a partir de ahora, fue el beso más lindo que di, cuando nos separamos, nos quedamos mirandonos fijamente y sonriendo, Le pregunté qué le había parecido y me dijo que nunca se imaginó que fuera tan lindo besar, ahí me reí, e inesperadamente me besó de nuevo, con más pasión y soltura que antes, nuestras lenguas se entrelazaban de una manera perfecta, me sorprendí de que nunca haya besado, lo hacía tan bien. Quedamos abrazados por largos minutos y comenzamos a besarnos de nuevo, el se tiró a la cama boca arriba y me subí a besarlo, le pasé mis manos por su hermoso pecho y abdomen, por sus brazos, por su cara, le agarraba el cabello, sus manos se mantenían quietas en mi espalda, ya que es un chico muy tímido, y le daría verguenza el tocarme, por eso le agarré ambas manos y las llevé a mi trasero, le dije que no temiera, que yo estaba disfrutando cada parte de él, comencé a besarle su tierno cuello y le oí unos suspiros que me hicieron encender aún más,
Sentía su miembro erecto contra mi, era más de lo que nunca me había atrevido hacer, pero con él no parecía incorrecto ni muy pronto, simplemente perfecto. Nos dimos vuelta y yo quedé boca arriba y el encima mío, puse mis manos en su firme trasero mientras nos besábamos, disfrutando de nosotros, fue un momento inolvidable. Varios minutos así, luego le dije que si quería sacarse la remera, lo ayudé, y luego me quité la mía, era aún mejor tener nuestros pechos pegados al besarnos, uf, ya no aguantaba más, le pregunté, – te dejarías hacer el amor por mi- sujetando firmemente sus nalgas, y me dijo al oído que si, en ese momento todo mi cuerpo estuvo a punto de colapsar, pero me controlé, nos levantamos y lo de vuelta boca abajo, le bajé los shorts y me saqué los míos, me subí encima de él y comencé a moverme mientras besaba su cuello y lo oía suspirar, sentir sus nalgas duras contra mi pene, igual de duro, era tan tentador, tan excitante, y se notaba que él disfrutaba tanto como yo, bajé a sus nalgas y le saqué el boxer con la boca, bien despacio lo iba corriendo por sus piernas, luego comencé a besar esas nalgas hermosas y me adentré, pasándole mi lengua por todos los lugares que se imaginen, y sintiendo cómo se estremecía de placer, cuando le metí un dedo por primera vez me dijo -ay- y le pregunté si estaba bien, y me dijo que si, que habia sido una sorpresa, comencé a girar mi dedo en su interior y a darme cuenta que lo estaba volviendo loco, cuando metí el segundo dedo,
Lucas comenzó a moverse como no pudiendo controlar el placer, le lamí el trasero mientras tenía mis dedos ahí, era delicioso, sin sacarlos, me acerqué a su oído y le pregunté su queria sentirme dentro de él, y me dijo -porfavor- por suerte tenía un mueble con preservativos al lado de la cama, y no se rompió el clima, me lo puse y se lo apoyé en su orificio mientras el miraba para atrás con ansias de sentir mi pene adentro suyo, de a poco fue entrando y era la primera vez de ambos, yo estaba disfrutando como no imaginé nunca, y al se lo veía igual, luego comencé a moverme lentamente mientras besaba su cuello, y sentía mi pene explotar, lo di vuelta y puso sus piernas encima de mis hombros mientras yo lo cogía con toda mi pasión y esmero, nos besamos, nos besamos, era incontrolable el querer acabar en su interior, pero trataba de tardar para hacer gozar a mi hermoso y ya no virgen amigo, todo era perfecto, luego, me senté y él se sentó con toda seguridad sobre mí, pecho contra pecho, besándonos apasionadamente, metiendo mi miembro en él rapidamente, estaba en el paraíso, escuchar sus quejidos era lo más excitante de todo, saber que era su dueño en ese momento y que me estaba clavando sus uñas en la espalda de placer,
Se dió vuelta y se puso arrodillado, lo tomé por la cintura y comencé a darle fuerte como el me lo estaba pidiendo, le metía mis dedos en la boca y el los chupaba con fervor, le jalaba el pelo y a él le encantaba, yo ya no aguantaba más, por lo que lo di vuelta y comencé a masturbarlo mientras se lo metía con velocidad, su cara de placer me hacia quererme venir aún más rápido. En un momento me dijo, -me vengo- y yo contesté que también, fue increíble, al momento de acabar sentí cómo su ano se cerraba al estar en el orgasmo, junté mi cuerpo con el de él y fue el éxtasis de placer más grande de mi vida, mi osito también había acabado y estaba exhausto, mientras nos mirábamos a los ojos nos prometimos que ya no seríamos amigos, y nos besamos mientras yo seguía dentro de él.
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