Un aventura con los Alumnos
Empiezo a trabajar en un nuevo colegio.
Hola, voy a empezar esta serie de relatos presentándome. Me llamo José Luis y tengo 27 años, soy de tez morena unos 1.72 de altura y un poco de barba que me la intento afeitar cuando pueda. Soy homosexual pero lo de camuflar bien, hace unos meses conseguí trabajo como profesor de geografía en un colegio católico pero no tan jodido con la religión, me dijeron que me ponían a cargo a los chicos desde 1ro de secundaria hasta 3ro es decir enseño a niños entre 11 a 15 años. Las clases se realizaban de manera normal, los niños son los más difíciles de hacer que presten atención pero nada que un grito en general no los asusté para que se queden tranquilos, no era tampoco un profesor que le gustaba desaprobar a los alumnos así que no había quejas hacia mi persona, en cuanto a los chicos nunca se me había pasado por la cabeza meterme con alguno de ellos, normalmente como era un poco alto habían algunas alumnas de toda la secundaria que intentaban llegar a mi pero como me gustaban los hombres simplemente las ignoraba, recuerden que no era tan obvio sobre mi sexualidad.
Lo importante de esta historia ocurrió un viernes en la tarde, eran más o menos las 4 de la tarde y me había quedando en un salón revisando los exámenes de mitad de año, estos exámenes eran medio decisivos debido a que te avisaban si debías esforzarte para el final de ciclo que era más pesado que las demás pruebas. Cabe recalcar que las clases acababan a las 2:30 de la tarde pero a mí me gustaba quedarme un poco más para calificar con la nota que se merecían. En eso siento que tocan la puerta del salón y veo que era Fabrizzio, uno de mis alumnos de 2do de secundaria que tendría unos 12 años, 1.59 de estatura y tez trigueña, el pequeño usaba lentes y se me acercaba un poco triste:
José Luís: Hola Fabrizzio, es tarde ¿Que haces por aquí? ¿Necesitas algo?
Fabrizzio: Hola profesor..si pasa algo
JL: Dime, ¿Cual es el problema? ¿Tiene que ver con la nota?
F: No profesor no es eso… Es sobre Piero
Me había dado cuenta que Piero era uno de los bullies del salón, recuerdo que una ves lo escuché diciendo que le gustaba pegar para entretenerse, obviamente lo confronté y se fue molesto.
JL: Con que Piero.. ¿Qué te hizo esta vez?
F: (Entre sollozos) Me quitó el dinero que tenía para regresarme a mi casa, me acorraló en el baño y me lo quitó
JL: Ese rufián! Mañana mismo lo confrontaré, quiero que me esperes en la sala de profesores para ir a primera hora si?
F: De verdad profe? ¿Haría eso por mi?
JL: Es mi deber como profesor verlar por mi estudiantes, ven aquí
Lo acerqué a mi y nos dimos un abrazo cálido, estás situaciones no eran recurrentes, así que me gustaba tener esta conexión con mis alumnos
F: Muchas gracias por ayudar profesor
JL: No hay de que Fabrizzio, toma te daré propina para que regreses a casa, también coméntale a tus padres para que le den una sanción mayor
F: Si profe…
Luego de separarnos nuestros rostros quedaron frente a frente, nos quedamos mirando a los ojos fijamente y sentí por primera vez las ganas de besar a uno de mis alumnos, no se si fue el sentimiento de protección o la dulzura de su rostro, pero sus labios se veían perfectos para que choquen contra los míos, rápidamente salí de mi trance
Jl: MM!! Bueno! Toma rápido y regresa a casa
F: Emm gracias profesor
Fabrizzio se fue corriendo, creo que se dio cuenta de la situación y se fue avergonzado, me sentía muy raro y a la vez a mil por hora, terminé de calificar y regresé a mi casa.
Al llegar dejé mis cosas y me metí a la ducha, vivía solo en un apartamento a 25 minutos del colegio, me desnudé y abrí la ducha. El agua caia por mi cuerpo, no lo tenía tan tonificado pero se notaban un poco mis pectorales que era lo que me gustaba, luego de enjabonarme sentí que se despertaba mi pinga… No era de masturbarme a seguido pero creo que lo que ocurrió con el pequeño Fabrizzio había activado mi adrenalina, nunca había tenido ganas de conocer más a fondo a mi alumno pero esta vez había ocurrido, empecé a tocarme pensando en el rostro del peque y como sería besarlo, sus labios tan hermosos se verían muy bien besando mi verga, que por cierto era de 17cm, no es la gran cosa pero si me había dicho que la sabía usar muy bien que era lo importante. Empecé a imaginarlo dándome una mamada, subiendo y bajando por mi verga llenando su pequeña boquita de mi miembro, luego lo imaginé dándole la vuelta y viendo ese delicioso huequito siendo abierto por mi lengua, saborear esa entrada debe de ser delicioso, y por último, ensartar ese culo por primera vez, mi pene entrando hasta el fondo y escuchar el sonido de mis huevos chocando de la rica preñada que le daría. Un tiempo después y estaba eyaculando en la pared de la ducha, solté uno chorrazo bien grande como pocas veces, le di una limpiada y terminé de ducharme.
Me vestí y me puse a continuar revisando pruebas, ya era de noche y solo me tocaban algunas para terminar. En eso me salió la prueba de Fabri, me alegré al saber que había aprobado con 15 lo cual era satisfactorio.
Guarde mis cosas y me fui a dormir, esperando ver de nuevo a mi alumno preferido..
CONTINUARÁ
Espero que pronto llegue la continuación, pues el relato promete.
Muy prometedor, continua👍
Deves continuar ese relato. Pinta muy bien de momento, pero me dejaste con ganas de mas
como continua
wow ke rico, sigue…
Hola podrías continuar escribiendo hay das más detalles del chico hojala tengas en tu clase alguno flaquito éxitos
Por suerte, en mi época de estudiante, varios maestros, profesores y demás personas afines a las instituciones educativas, tuvieron aventuras sexuales conmigo. Besitos.