Un bello durmiente Sorprendido – En la Pensión III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por jfe_1162.
Debo confesar que con este relato que voy a contar no me sentía muy bien conmigo mismo y aunque fui un niño que comenzó sus aventuras sexuales con adultos bastante temprano no justificaba mi acción sin embargo las situaciones y las acciones tienen sus motivo de realizarse en el momento preciso en que se presenta la oportunidad y a veces nos queda la duda el ¿por qué lo hice? Hasta que lo superas y vives.
Cierto fin de semana llegue a la pensión temprano en la mañana después de una noche de jerga con los compañeros de la empresa donde laboraba – fue una noche loca de copas pero sanamente disfrutada – era como las 6:00am yo tenía los efectos del alcohol pero sabía lo que hacía, subí a mi cuarto, me di un baño y me recosté en mi cama completamente desnudo, como acostumbro y sin darme cuenta deje la puerta de mi cuarto abierta, pues me encontraba solo y Juan, mi compañero de piso no llegaría de uno de sus viajes de trabajo hasta bien tarde la noche de ese mismo día, yo deje la ventana abierta también para que el frio mañanero refrescara mi habitación y así poder descansar, lentamente fui dejándome arrastrar y caí en los brazos de Morfeo (Dios del sueño) y como siempre mi cuerpo duerme y mi miembro se levanta pero no tenía ganas de pajearme o al menos en ese momento no, así transcurrió la mañana y sospecho que era ya como las 10:30am mas o menos cuando sintiendo una sensación agradable y placentera estire mi cuerpo involuntariamente de pronto me doy cuenta de mi situación y sin despertarme siento como unas manos torpes y unos labios húmedos acariciaban mi falo erecto e intentaba introducirlo en la boca babeante y sentía como sus dientes rasgaban, sin hacerme daño, la piel de mi glande, se detuvo por un instante y soltó mi pene, es posible que ya haya realizado ese tipo de movimiento varias veces porque abrí lentamente mis ojos sin que se diera cuenta la persona que tenia entre mis parte intimas de que ya había despertado y mi sorpresa fue aun mayor, era el hijo de mi casera, era un joven de escasos 13 años, me quede quieto de nuevo pero observando a través de mis pestañas entrelazadas haciéndome el dormido para ver que iba a hacer y sin hacer ruido y quieto me observaba la cara y mi miembro que ya para entonces estaba que iba a estallar de la excitación, humedeciéndose los labios lentamente subió su mano y volvió a tomarlo en la base, acerco su boca y succiono el liquido lubricante que brotaba de mis entrañas, el me veía e introducía un poco mas de mi pene en su boca ensalivada lo sacaba y dejaba un hilo de saliva unido entre mi pene y sus labios y regresaba de nuevo a lamer lentamente, no le cabía en la boca de lo hinchado que tenía la cabeza de mi pene por eso sentía sus dientes, lo estaba disfrutando o mejor dicho lo estábamos disfrutando no se cuanto tiempo pues cerraba los ojos y suspiraba cuando se sentía seguro de que yo seguía dormido, me doy cuenta que la otra mano la tenia ocupado masturbándose y yo deje que siguiera disfrutando de mi falo pues a mí también me estaba dando mucho placer y el haberme despertado así merecía que lo dejara tranquilo haciendo lo que él quería.
El hijo de mi casera es un niño de unos 12 años próximo a cumplir 13, con un cuerpo bastante bien formado para su edad en pleno proceso de desarrollo hormonal se le notaba unos incipientes pectorales con un abdomen firme y plano que junto a unas nalgas pequeñas y levantaditas hacían en conjunto un buen ejemplar masculino en potencia para un futuro prometedor además de una cara linda de varoncito con una mirada de pícaro y travieso – y vaya que travieso el chico – ya para entonces Manuelito – que así le llaman a este chico travieso – se había despojado de su sudadera y también empezó a quitarse el short, vi como estaba de empalmado el muy cabroncito, tenía intenciones de llegar más lejos de lo que había llegado y yo continuaba haciéndome el dormido haciendo unos leves movimiento de vez en cuando para que siguiera creyendo que yo continuaba dormido, a todas estas no pensaba en mi casera si llegara a llamar a Manuelito y descubriera que estaba aquí en el planta alta de la casa y en mi cuarto, eso me asusto y me invadió un complejo de culpa por lo que estábamos haciendo, porque aunque él si sabía lo que inicio, dentro de mi había ese sentimiento de culpa pues era un menor de pronto siento como empieza a perder rigidez mi pene y el muy sabiamente bajo su boca unto sus libios con mis líquidos saco su lengua e intentaba penetrar mi uréter suavemente, enseguida mi “Güevo” empezó a cobrar fuerzar y cuerpo de nuevo, ya para entonces el calor y el olor a sexo que invadía mi cuerpo y la habitación hicieron que me dejara consentir por semejante ser, él se veía confiado y seguro de lo que estaba haciendo
Mi pene estaba erguido y con una cabeza roja y poderoso embadurnado de saliva y líquidos seminal que cubrían todo mi pene resaltando las protuberancias de sus venas y Manuel apoyado a la orilla del colchón lamia y seguía intentado metérselo un poco más adentro de su boca moviendo su mano lentamente haciendo que la piel que cubre mi glande masturbándome se deslizara de arriba hacia abajo provocando espasmo dentro de mí y yo con muchas ganas de introducírselo preferí ahogarlos para no hacerme descubrir, mi respiración era más fuerte pero eso a él no le importo, mis testículos estaban flácidos y chorreantes de tanta saliva que iban a parar a ellas luego Manuel se levanto y comenzó a montarse en la cama lentamente colocando ambas pierna a cada lado de mi cuerpo dándome la espalda, abrí un poco mas mis ojos y él se unto un poco de saliva en su ano tomo mi “Güevo” de nuevo moviéndolo por toda la línea de su raja anal y lo dirigió hacia la entrada de su culito que se sentía calientito y estrecho hizo un esfuerzo para meterlo y yo colaboraba poniéndoselo mas erecto pues me excitaba bastante esa escena, ese culito estaba apretadito pero él quería sentirlo adentro y estaba dispuesto a todo, creo que le dolió porque se quedo quieto bajando su cara como de dolor y acariciando mi pene, volvió a untarse de saliva su culito y de nuevo tomo la base mi falo erecto e introduciéndolo en su esfínter, respiro profundo y – zas – sentí como se abría ese esfínter caliente, se quedo quieto hasta que se acostumbrara su culito a la cabeza de mi “Güevote” bien parado, yo sentía como estaba de apretado ese culito rico, después de un instante Manuel comenzó una danza rítmica de ir y venir sin meter más de lo que soportaba, solo la cabeza hinchada de mi falo fue lo que introdujo en su culito que se sentía ahorcando mi falo erecto de lo apretado, pero lejos de desfallecer adquiera mas rigidez, él solo metía y sacaba la cabeza dentro de él y yo con ganas de metérselo completo pero me contuve y lo deje igualmente que disfrutara lo que él soportara, él se masturbaba y también se acariciaba las nalguitas con esos movimientos de sube y baja, se las abría con ambas manos y bajaba de nuevo sin meter más de la cuenta, mis líquidos brotaban abundantemente llenándole su cavidad anal y deslizándose por todo mi miembro hasta llegar a mis bolas enchumbadas, veo como su orificio se quedaba abierto ya que se había acostumbrado a la cabeza de mi miembro y solo le faltaba un empujoncito, empujoncito que yo estaba dispuesto a darle sin que se diera cuenta en el momento oportuno y cuando mas estaba entretenido en sus movimientos y disfrutando del éxtasis del placer que le provocaba mi pene duro y rígido en la entrada de su culito lampiño, caliente y estrecho, me incorpore de un solo movimiento sin darle chance a nada lo tome de la cintura abrazándolo fuertemente le introduje completo mi miembro erecto hasta las bolas enchumbadas de calor y líquidos seminal, abriéndose paso por el estrecho canal intestinal que aunque sé que estaba bastante lubricado le dolió y quiso gritar pero yo le cerré la boca con un beso profundo y largo esperando que el dolor se transformara en el placer, en ese mismo instante pude ver como de su miembro salían varios chorros de leche blanca que traspasaron los límites de la cama y fueron a dar a la pared en una eyaculación espontanea espectacular, él intentaba zafarse de mis brazos y esos movimientos hacían que mi pene se adentraran mas y mas en sus entrañas sintiendo en todo mi pene cada milímetro de sus paredes intestinales y sus nalgas chocaban con mis muslos y bolas húmedas y sudorosas hasta que Manuel lentamente fue cediendo sus forcejeos y viéndome lujuriosamente chupaba mi lengua y nos ensalivábamos toda la cara, así ensartado como lo tenía le susurre y le dije
– ¿No querrás gritar y que nos escuche tu mami verdad?
– Mi mami no está en casa – dijo y agrego jadeante – me dejo solo en casa como castigo
– Entonces recibirás tu castigo como te lo mereces – dije tomándolo de la cintura ensartado como lo tenía y le di vueltas hacia el colchón.
Lo que me acababa de decir Manuelito provoco mas excitación en mi ya que estábamos completamente solos en casa y podíamos hacer lo que quisiéramos. Lo coloque con su frente al colchón de modo que yo pudiera empezar el bombeo de mi pene en su culito estrecho y caliente fácilmente, el muy guarro levantaba sus nalguitas blancas y lisas para sentir más profundo mi pene, sus manitas se aferraban a las sabanas y mordía la punta de mi almohada soportando y disfrutando mis embestidas frenéticas, mis bolas chocaban contra las de él en el vaivén de las mismas yo chupaba su cuello y el arqueaba su cuerpo diciéndome
– Que rico Javier sigue asiiiii hhhaaaa mmmm
– Voy a acabarrrr uuuussfff hhhaaaa
Le llene sus entrañas de mi abundante y espesa leche, yo seguía dándole movimientos aun con mi Güevo dentro de él sintiendo como las paredes de su intestino acariciaban el mismo. Quedamos así por unos minutos hasta que mi miembro se deslizo y salió lentamente de su ano enchumbado y abierto, él me acariciaba lo cabellos de mi cabeza suavemente y yo busque sus labios para estamparle un beso profundo en señal de agradecimiento, chupando su lengua y él haciendo lo mismo con la mía luego le pregunte
– ¿Donde aprendiste a hacer esto? O mejor dicho ¿Con quién?
– Con un primo de mi edad que vive solo con mi tía y cuando voy a casa de ellos dormimos juntos él y yo solos en el cuarto, claro que nunca me habían metido uno así de grande como el tuyo, pero fue rico, aun siento la sensación en mi culito – me dijo pasándose la mano por entre las nalgas sintiendo la leche que le había acabado se la salía y él la untaba sobre sus nalgas blancas-
– Nos damos una ducha juntos –le dije y él asintió
Dentro de la ducha nos enjabonamos juntos y él seguía jugando con mi miembro que estaba volviendo a excitarse igual que el de Manuelito, entonces yo baje y le di una mamada en ese pene en desarrollo con escasos bellos púbicos y sus bolitas las chupaba también lentamente, me lo metía todo hasta la garganta, subí a sus tetillas y él comenzó a arquear el cuerpo a mi merced, lo bese profundamente y él se dejaba hacer todo, luego se tumbo de rodillas frente a mi “Güevo” lo observaba y se lo introdujo de nuevo intentando meterlo completo pero no le cabía en la boca, después de un rato lo levante y lo volteé para mamarle el culito para dilatarlo de nuevo, me levante y lo cargue, él cruzando sus piernas al rededor mío dirigiendo mi “Güevo” hacia el ano dilatado de Manuelito, esta vez entro fácil pero se sentía igualmente de apretadito, nos besábamos y él se movía metiéndose más mi pene dentro de él, ensartado así como lo tenía salimos del cuarto de baño y volvimos a mi cama a terminar nuevamente la nueva sesión de sexo, me senté a la orilla de la cama y se metía mas dentro de él y como lo disfrutaba Manuelito, me acomode en centro de la cama con Manuelito encime y comenzó una faena de cabalgata con mi pene dentro de él hasta que tanto él como yo acabamos, sus chorros de leches llegaron a mi cara saboreándolos y yo llenándole nuevamente su culito de mi leche caliente, bajo y me beso junto con sus líquidos en mi cara y me dijo
– Espero que este sea nuestro secreto
– Con todo gusto lo guardare – le dije. Y agregue – ¿Cómo llegaste aquí a mi cuarto?
– En lo que mamá salió yo me puse a jugar en la escalera, vi que la puerta de entrada estaba abierta y subí a cerrarla, entre a ver quién de ustedes estaba en casa para decirle y te vi desnudo con eso levantado y algo dentro de mi me guio hasta ti y comencé a agárralo y besarlo, me gusto y continúe hasta que sentí como me agarraste por la cintura, me dolió un poco pero me gusto bastante como me sostenías y como me lo metías, te juro que no diré nada a nadie.
– Eso espero mi niño
Nos besamos nos despedimos y él se fue para su casa abajo y yo quede en la cama a continuar durmiendo exhausto…..
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