UN BUEN PADRE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leeyoungjee.
Tenía 22 años cuando Raquel mi ahora difunta mujer me dijo que seriamos padres, ella siempre fue una mujer irregular y a pesar de que habíamos pasado ya dos años de novios la cigüeña nos sorprendió en el momento que menos me esperaba, ella estaba por terminar la normal experimental (quería ser educadora de kínder) y yo trabajaba en una ferretería familiar y estudiaba el segundo año de ingeniero industrial, el día en que me lo dijo con toda sinceridad les puedo decir que el mundo se me vino abajo y definitivamente lo tome de una de las peores maneras, me sentía traicionado, porque en mi mente rondaba la idea de que ella se había embarazado a propósito para engatusarme, coraje contra el mundo, contra ella, contra mí, por los problemas que ya veía a futuro: las faltas de dinero, la burla de mis hermanos, la falta de apoyo de mis padres que apenas y me alcanzo la pubertad muy en claro me habían dejado que si preñaba a una chica se desentenderían de mi y allá yo sabría cómo le haría.
Explote contra ella y en lugar de darle el apoyo que merecía, de darle calor y confianza ante su temor, le lance acusaciones, le grite y le reclame por su “traición”, no le di tiempo siquiera de defenderse o intentar explicarme algo, la habitación se llenó de mis gritos de loco y antes de que siquiera pudiera tomarme de la mano para retenerme dentro, Salí dando un portazo que resonó en toda la casa, afortunadamente en esos momentos no había nadie, de lo contrario las cosas hubieran ido a peor.
Me fui caminando todo el tramo de carretera a una comunidad rural cercana pensando, si pensando en medio de palabrotas y ataques de ira, en que iba a hacer, como iba a mantenernos, si mis padres me dejarían quedar con mi familia en mi cuarto, podría seguir estudiando, cómo reaccionarían los padres de Raquel, ella era la hija mayor y todo su orgullo y ambición recaía en ella y de pronto empecé a reflexionar sobre la estupidez que acababa de cometer, recordé sus manos y piernas temblar mientras yo ladraba como bestia, las lágrimas congeladas en sus ojos que me miraban incrédulos y aterrados, me invadió el miedo a que ella ya no aceptara una disculpa, que simplemente se negara a aceptarme de nuevo y se alejara de mí, que no me dejara conocer a mi bebe, el vacío se apodero de mi estómago al pensar en que decidiera cometer una locura.
Salí corriendo sobre mis propios pasos y a pesar de que habían pasado alrededor de dos horas ella seguía en mi habitación, la encontré recostada sobre la cama en la que tantas veces nos habíamos amado, la misma cama en la que ella me había entregado su virginidad y en la que le había prometido que me haría responsable si llegaba a quedar embarazada, que estúpido me sentí!!!
Mi Raquel era de complexión delgada y baja estatura (1.
55), estaba boca abajo ocultando su cara contra la almohada y su cuerpo se estremecía por el llanto ahogado contra la tela de la almohada, me odie a mí mismo y al no saber que más hacer cerré la puerta detrás de mí, ella se estremeció y cuando me vio recargado en la puerta me miro temerosa, le pedí perdón de rodillas y le prometí que me haría cargo de ella y nuestro bebe, no por obligación sino porque estaba plenamente consciente de que los amaba, todo se arregló y entre lágrimas y abrazos hicimos el amor.
Los meses siguientes pasaron con velocidad, me di de baja temporal a varias materias en la escuela y empecé a dobletear turnos en la ferretería, les hacía trabajos a los chico de otros semestres y logre juntar dinero para darle una buena atención a mi mujer, mis suegros no tomaron en gracia la noticia pero después de un drama con puñetazos a mí, cachetadas a ella y promesas de darla por muerta a partir de ahora la ilusión y el amor de abuelos les gano y terminaron presentándose en mi puerta para hacer las paces, me case con ella por todos los modos y todo para que al final, muriera de parto, murió por una infección que después supimos fue provocada por el hospital en el que dio a luz, yo me vi destrozado, con mi gran amor muerto, mis suegros culpándome por lo que paso y un bebe entre los brazos, contrario al destino de su madre mi hijo nació completamente sano y al día siguiente me lo lleve conmigo, lo registre como Nicolás en honor a los deseos de mi mujer y después de una larga batalla legal el hospital tuvo que responder por la muerte de Raquel, me indemnizaron y a pesar de que al principio veía ese dinero como sucio y maldito mis familiares me convencieron que debía aceptarlo y darle un buen uso y que mejor que la crianza de Nicolás.
Después de la muerte de Raquel no volví a ver atractivas a las demás mujeres.
Pero no fue el mismo caso con los hombres, desde siempre me había sabido bisexual, desde la niñez recuerdo claramente el enamorarme de mis amigos y amigas por igual y ya entrado en la adolescencia con la hormona al mil mis sueños húmedos iban desde el típico culearme a la más buena del salón desvirgándole el coñito lampiño, montándomele encima a mis primitas de 10 años etc.
hasta someter a mi vecino de junto y penetrarlo salvajemente mientras bramaba como los jotitas porno más sexys y calientes de los videos de internet.
Mi sexualidad siempre la censure yo mismo hacia solo meterme con hembras por miedo al qué dirán, por terror a la reacción de mi padre que más machista no podía ser y a pesar de que entre el, mis hermanos y yo las bromas sexuales, aun las que incluían gays, travestis y hombres con jarocha eran cosa común me hubiera matado a putazo limpio si se enteraba que se me antojaban las ancas de guey.
Nicolás estaba por cumplir el año cuando decidí que ya había sido mucho luto para cualquier hombre sano, mi hijo siempre fue mi prioridad y nunca pensaría en ponerlo en riesgo, pero mi verga estaba ya cansada de pajas con videos de jotitos sometidos y tenía incluso la impresión de que mis huevos se estaban hinchando de tanta abstinencia y ganas insatisfechas, desde unos meses antes del parto cuando fue imposible seguir cogiendo por la vagina me acompañaba la sensación de que cada que eyaculaba apenas y me vaciaba, sentía que me quedaba con leche en los huevos pues.
Había vuelto a la universidad y con apoyo de mi madre, que cuidaba al bebe seguía trabajando en la ferretería, el dinero que me habían dado después de la batalla legal contra el hospital estaba bien guardado en el banco y no pensaba gastarlo ni tocarlo en lo más mínimo, no hasta que de verdad Nicolás lo necesitara.
Le invente a mis padres que de una materia de la escuela me estaban pidiendo hacer un viaje de prácticas a la ciudad capital y que necesitaba que se quedaran con el niño, mis padres aceptaron encantados y con un ahorro que tenía desde hace mucho me fui al pueblo vecino a rentar un cuarto en una pensioncilla céntrica, la gente del lugar era muy antisocial y no se veía a nadie en el patio a ninguna hora lo cual me agrado mucho, deje mi pequeña maleta en la cama con apenas un cambio de ropa y mi mochila con unos cuantos cuadernos que tuve que sacar de casa para no levantar sospechas y me metí a darme un regaderazo.
El agua caliente me relajo y después de rasurarme la barba y el bigote me contemple frente al espejo del baño, la verdad es que a pesar de las desveladas y la falta de descanso que había tenido que pasar cuidando a Nicolás y estudiando, a mis casi 24 años me veía aún mejor que cuando era soltero, media 1.
80, mi piel aperlada cubierta por vellos muy oscuros y recortados que bajaban desde la parte alta del pecho envolviendo mis pectorales y tetillas, el camino que surcaba mi abdomen hasta poblar todo mi pubis y mi abultado pene cubierto por la toalla, me la quite y me contemple de abajo también, mi pubis lucia descuidado en comparación con mis días de novio cuando por gustos de mi chica me recortaba el vello de los huevos, el pubis y el pene, ahora había una mata tan espesa como la de mi pecho cubriendo mi verga, mi pene comenzó a erectarse después de que imagine a un chico nalgón abriéndose de piernas y sobándose el hueco para provocarme y meneando sus caderas anhelantes.
Mis 17 centímetros de largo y 7 de ancho rápidamente llenaron mi mano y después de unos jalones ligeros sentí en mis dedos el precum escurrir.
Desde que me hice cargo de mi hijo perdí la costumbre de ir 5 días a la semana al gym pero seguí ejercitándome en casa con pesas improvisadas y corriendo cuando tenía oportunidad, lucia más robusto sí, pero aun así antójable, me veía como uno de esos chicos que siempre aparecen en los videos gays de daddy y big brother, no tenía abdomen rayado pero si estaba delgado, mi cuerpo lucia más ancho con 78 kilos, mis piernas y brazos se veían fuertes y anchos y la visión de todo aquello me hacía sentir aún más ganoso.
Me seque el cabello y el cuerpo, me puse crema y loción y me puse la ropa limpia; una truza roja de spandex que además de corta me marcaba muy bien los huevos y la verga acomodada de lado, un pantalón de mezclilla negra que sin apretar al punto de hacerme ver mariposon si me marcaba el bulto, culo y las piernas, una camisa vaquera azul ceñida al cuerpo y que me apretaba un poco los brazos, me peine rápido hacia atrás, gracias a que tengo cabello lacio y Salí de la pension rumbo a un bar, había investigado el terreno antes de venir y sabía que cerca de la pensión había un bar “la cabañita” donde se podía encontrar a todo tipo de urgidos, desde mujeres hasta jotitos menores de edad que se mochaban con los porteros.
Llegue al bar, un edificio grande pintado de blanco, rojo y negro, el estruendo de la música y las porras se oían desde la entrada y a mi paso me complació darme cuenta de que no pasaba desapercibido, varias chicas que me veían de reojo con varios metros de antelación hicieron ademan de sacarse el calzón jalando del putivestido (supongo que eso eran putas) que apenas y les cubría el culo y las tetas y algunas otras simplemente me piropeban, venia decidido, venia por un mariconcito al que someter y aunque en otro tiempo ahí mismo me las hubiera tirado de pie, ahora no se me antojaban.
Estuve alrededor de una hora rechazando hembras y mirando jotitos, en cuanto a las chicas comprobé que allí no había recatadas arrastradas por las amigas ni mojigatas pues la mayoría disfrutaba con su respectivo macho y las que seguían agrupadas solo esperaban que llegara su oportunidad para putear parejo, hubo una que después de sacarme palabras muy ahuevo y meterme mano para acariciarme los vellos del pecho y los pezones se convenció de mi falta de interés y se fue indignada, otra que me sorprendió un poco porque inmediatamente y seguido de un hola ya me estaba sobando los huevos y rascándomelos sobre la tela con sus uñas de fantasía y una más seria que después de llegarme con el típico hola como estas?, vienes mucho por acá? A que te dedicas? Regreso con sus amigas mas experimentadas a beber.
Los jotitos los había para todos gustos, desde los delgaditos que obvio eran menores de edad y paseaban tratando de aparentar seguridad entre la gente, hasta los machos maduros y muy bien conservados que dejaban que la experiencia y el morbo hicieran llegar solos a los jovenes, muchas posibles combinaciones;
Maduro, pasivo, delgado y cotorra,
Maduro, activo, machote y robusto.
Maduro, delgadito y con actitud de perra en brama .
Jovencito súper mamado y con un paquetón entre las piernas
Jovencitos delgaditos y afeminados.
Mamados afeminados.
Baritas de nardo con actitud de flojera.
Me llamo la atención un chico que bailaba con sus amigos, todos aparentaban tener alrededor de 19 años, el media 1.
70, morenito pero muy guapo y de facciones finas, su voz era gruesa pero no tanto como la mía, de espaldas se le notaban una nalgas duritas pero no muy ejercitadas, tenia ligeramente marcado el antebrazo y los brazos al semiflexionar mostraban un conejo hecho a base de gimnasio; A COMER VINE y sin pensarlo mucho me acerque al grupito.
-Hola, que tal??? Les dije sonriendo y levantando la voz sobre el volumen de la música, dos de sus amigos que en lugar de prestarle completa atención me miraban desde lejos, parecían asustados por las muecas de sus caras, todos voltearon hacia mi y sentí varias miradas recorrerme, les tendí la mano y cada uno de ellos se fueron turnando para saludarme.
-Que tal la están pasando chicos? Les pregunte mostrándome amable y después de mirar el rostro de todos fije mi atención en ese chico.
-Bien, no la estamos pasando muy bien, me dijo un poco nervioso, su postura había cambiado de completamente desinhibida a pasiva y retraída, me encanto ese gesto, desde ahora este chico reconocía su lugar y el mío.
Su nombre era Julián y según sus propias palabras tenía 18 casi 19.
Después de hacer unos cuantos chistes acerca de lo pollitos que se veían, escuchar algunas historias graciosas acerca de sus compañeros, le pedi al chico que me acompañara a la barra para traerles unas bebidas a sus amigos.
-Julián, verdad? Que te parece si me acompañas a la barra para traer unas bebidas? Y dándome la vuelta hacia los chicos les pregunte
-Que les traigo, yo invito.
Después de que julian recogiera los pedidos de sus amigos y se los grabara salimos del grupo y caminamos rumbo a la barra, ya en la barra, le propuse ir primero a fumar fuera y volver, la verdad es que su actitud me saco un poco de onda, porque a pesar de que su mirada (evasiva y penetrante como de escáner cuando según yo me distraía) y su mecánica corporal delataban que estaba que no lo enfriaba ni el hielo trato de rechazar mi invitación de fumar juntos y quiso salir disparado para con sus amigos, lo retuve pasando mi brazo detrás de sus hombros.
-No seas asi amigo, nos acabamos de conocer y ya me dejas solo, que te cai mal?
-No claro que no, me caes bien, es solo que mis amigos, les voy a avisar.
-Pues yo los veo muy tranquilos y divertidos, acompáñame solo serán a lo máximo 5 minutos.
-Está bien, vamos, me dijo aun no muy convencido y después de salir por la puerta del jardín para fumadores y sentarnos en una jardinera ocupada únicamente por tierra nos pusimos a charlar.
Hablamos acerca de mi, de mi trabajo, de mi dirección, de el de sus amigos, de lo llevados y chismosos que eran y mientras nosotros platicábamos y el cigarrillo iba ya a medio camino de acabarse, entro al jardín un hombre de unos 35 años, media 1.
70 mas o menos y trastabillaba un poco al caminar, se le habían subido las copas eso era obvio, este morenazo, paso a un lado de nosotros diciendo buenas noches y después de pasar nuestra distancia se saco la verga y apuntando al arenal empezó a orinarse, su pene estaba completamente flácido era mas moreno que el color de la piel de los brazos desnudos del chico y su glande circuncidado llevaba un pircing grueso de metal plateado, yo no le tome mayor importancia pero al mirarle la cara a Julián, mas obvio no podía ser, el chiquillo estaba que se saboreaba los labios, su boca estaba semi abierta, sus ojos analizaban la escena y cuando se dio cuenta de mi mirada desvió la vista y comenzó a tratar de reanudar de nuevo la conversación, el hombre termino de orinar y asi como llego se fue.
-Yo creo que es mejor que nos regresemos, mis amigos van a pensar que ya me fui
-Tranquilo, no te pongas nervioso, es normal, después de todo a eso se viene a estos sitios no? A mirar un poco y no se tal vez llevarse algún modelito a casa.
Le pase de nuevo el brazo por los hombros y su cuerpo se puso rígido, su cara de nervios me provoco una risa y al parecer lo asuste aun mas.
-Tranquilo muchacho, créeme que no muerdo, pero si me gustaría hacerte muchas otras cosas, claro mientras tu también quieras, se lo dije para ver si por fin entendía que no había nada de que avergonzarse, somos solo dos hombres, deseosos de placer carnal, en un bar, nada del otro mundo.
Se fue relajando poco a poco y sus hombros que antes estaban súper tensos como los de un muñeco ahora mas tranquilos cedían su peso contra mi cuerpo, no dijo nada por un rato, se limito a solo apoyar su peso contra mi, mirarme a la cara como buscando una marca de culpabilidad o malas intenciones y por fin contesto.
-Claro, nada del otro mundo y después de regalarme una sonrisa me beso en los labios, pase mi mano por detrás de su cabeza y lo bese con deseo y ansiedad, sus mano izquierda se apoyo en mi pecho y por encima de la camisa palpo mis dos pectorales, bajo por mi abdomen y llego hasta mi entrepierna, acariciaba mi pene, separe su rostro del mio y muy alegre le comente.
-Te agrada lo que tocas, no lo acaricies mucho a menos que estés dispuesto a acabar lo que empieces
Después de unos minutos besándonos y de sentir su mano amasar mi entrepierna, lo invite a mi “casa” y nos fuimos en taxi, bajamos en la pensión y entramos en el cuarto, el entro primero que yo, se paró a los pies de la cama y miro alrededor mientras yo cerraba la puerta por dentro, deje la llave pegada a la chapa y al sentirme mas cerca se dio la vuelta, me lance a comerle la boca, acaricie con mis manos su espalda y baje hasta llegar a sus muslos mientras que el recorría mi cuello y espalda alta, tome su camiseta por la parte de abajo y la levante hasta quitársela, la tire ahí mismo a nuestros pies y sus manos torpemente empezaron a desabotonar mi camisa, me sentí tentado a ayudarle, pero lo deje hacer, la desabotono por completo, al parecer ver mi pecho y brazos desnudos lo excito demasiado y su nerviosismo se hizo notar de inmediato, antes de que la situación se cortara, me apresure a abrir su cinturón y y el mío, los dos quedamos en ropa interior y mientras el miraba con la baba colgante mi entrepierna yo me apresure a sacarlo de su distracción devorándole la boca, baje hasta sus nalgas y después de estrujarlas metí mis manos dentro de su bóxer, esos calzoncitos rosados aprisionaban su trasero, la piel bajo mis manos se sentía cálida, pequeños vellos rozaban las palmas de mis manos y de su boca escapaban gemiditos acallados, nos recostamos en la cama y su mano derecha busco el calor de mi hombría, se limitaba a friccionar mi pene y tocar con la palma abierta mis huevos, me levante de la cama y ante su mirada curiosa me desprendí de mis calzoncillos, orgulloso le mostre mi fuerte erección y mis testículos en todo su esplendor jaja.
-mira todo lo que te vas a cenar, una sonrisa se asomo en sus labios y me monte de nuevo en la cama, comencé a besarlo, a mezclar sus babas con las mias y a morderle levemente los labios (no lo quería asustar) tome su mano y la empuje contra mi pene, su mano pequeñita y sudorosa me toco como si en lugar de verga estuviera guiando su mano a un cable de alta tensión.
-que paso? No te gusta la mercancía? Le dije separando mis labios de los suyos y viéndolo burlonamente a los ojos, sonrió de nuevo y comenzó a pajearme retándome con la mirada.
-claro que me gusta
Sus manos se alternaban para acariciarme el cipote y me estaba haciendo una manuela que me hacia contraer mi pene una tras otra vez, mi orgasmo estaba lejos de llegar, pero sus manos resultaron de lo más estimulantes.
Me separe de el y baje sus calzoncillos desde su cintura hasta sus tobillos, una verga de 13 cms apareció ante mis ojos era un verga bien rasurada con apenas vellos en los testículos y un prepucio de un color que contrastaba demasiado con el resto de la piel, me recordó a la verga de un actor porno heterosexual que en mi tiempos de novio era mi ídolo por el gran cipote que se cargaba entre las verijas jaja tal vez ustedes también lo conozcan, Bruce Venture.
Era grueso si, a diferencia de muchos chicos de su edad y complexión su pene era grueso, más pequeño que el mío pero no era un espagueti como los de los de muchos chicos que uno se encuentra por ahí, me apresure a voltearlo y el desorientado y nervioso volteo su cara para poder ver qué era lo que yo le pensaba hacer, puse una almohada bajo su estomago y le di un beso negro que le arranco varios gemidos ya descarados y de buen volumen, de uno de los cajones de la cama saque lubricante del dr simi jaja y condones, me calce uno, me embarre de lubricante y reteniéndolo por las caderas empecé a puntear mi hombría contra su carnoso ano, los pliegues de su culito mas contraídos de lo que me pude imaginar me impedían entrar, que nenita miedosa! A pesar de que hace unos segundos su ano estaba más que dilatado ahora estaba casi tan cerrado y tenso como cuando empecé a mamarle la colita, puse mi pene entre sus nalgas gorditas y empuje hacia afuera sus pantorrillas ahora que estaba en pose de perrito hincado sobre la cama para que no fuera a cerrarme las puertas a ese tesorito, me acerque a su cara montándome más sobre su cuerpo.
-relajate, que paso? Ya estábamos listos no?
-es que no se, me da mucho miedo? Me dijo visiblemente nervioso y dudando, intento levantarse y empezó a alejarse de mi cerrando sus piernas, lo retuve de inmediato aferrándome bien a sus caderas.
-tranquilo, aquí nada malo te va a pasar, no me digas que te doy miedo! Ni que fueras primerizo
-miedo no? Es que me vas a lastimar, no pensé que fueras asi de grande.
Creerás que es mentira pero nada así ha entrado en mi antes.
Me dijo apenado y temeroso, su cuerpo se sentía tembloroso bajo mis manos que fuertemente lo retenían por la pelvis.
-mira no te voy a hacer nada que no quieras, el chiste es que disfrutes tanto como yo y que tu también quedes bien cogidito, le dije burlonamente tratando de sacarle una sonrisa.
Créeme que no es tan difícil que podamos abotonarnos por completo, no soy ningún gigante y créeme que tu ano sabrá amoldarse a mí, pero tu tienes que poner de tu parte y relajarte.
Le bese la mejilla izquierda montado sobre su cuerpo y restregando mi pene contra sus nalgas, lo mime, acariciando sus orejas y diciéndole lo guapo que era, lo bien que se veía en la fiesta y lo fui encendiendo de nuevo acariciando su trasero y alagando lo suave y firme a la vez que eran sus nalgas.
-sabes esta parte de tu cuerpo esta de concurso, antes se veían antojables cuando estabas con tu pantalón de putita (riendo dulcemente) pero ahora que estas con el culo en pompa creeme que no podría dormir en toda la noche si no las pruebo.
El se relajo, se volteo quedando recostado sobre la cama y pasando el almohadón que apenas hace unos minutos había puesto bajo su vientre en su cabeza, abrió sus piernas y comenzó a dedear su ano, la piel rosada se amontonaba contra sus dedos, lo estrecho de ese hueco me turbaba demasiado, ya me imaginaba esos pliegues rosados y humedecidos abrazarme en cada embestida, la sensación de friccion contra un ano asi de ajustado y húmedo, mi pene babeaba precum dentro del condon, una sensación de satisfacción por el simple hecho de ver que no experimentaba desde hace tanto.
Tome lubricante lo esparci en mis dedos y mirando fijamente sus ojos ocupe su lugar, mis dedos se hundieron en su ano, primero hasta la mitad, unos segundos después los nudillos, la velocidad paso del suave masaje a la desesperada entrada y salida que ahora dibujaban en su frente arroyos de sudor, sus labios contraídos y sus ojos fijos en los míos, llego el momento y le pedi el almohadón de vuelta, lo puse bajo sus caderas y mientras nos besábamos fui acercando mi cuerpo hasta eclipsar el suyo, apenas y tome sus pantorillas con mi mano, abrió sus piernas y me dejo pasar para unirnos por fin, tome su mano sudorosa y lo hice empuñar el tronco de mi pene,
-que te parece si haces los honores, le dije, buscando parecer lo mas encantador y cortes posible.
Sus ojos se clavaron en los míos y presionando mi glande contra su ano soltó mi pene, sus brazos subieron hasta que sus muñecas estuvieron jalando mi cuello hacia el , a medida que mis labios se acercaban a los suyos, mi pene entraba mas en su cuerpo, cuando por fin estuvimos abotonados hasta la raíz misma de mi hombría el lanzo un suspiro, se veía realmente bello, su rostro cansado y sudoroso, las palmas de sus manos frescas por el sudor en contraste con el calor de nuestros cuerpos, nos besamos largamente mientras que el se terminaba de acostumbrar a mí.
Las embestidas iniciaron lento, decidi tratarlo con la gentileza con la que se desvirga a una chiquilla y a medida que sus quejidos se volvieron suspiros y gemidos me abalance con mayor confianza sobre su cuerpo, las paredes de su ano me recibían celosas de que entrara en su intimidad cada vez que me adentraba en el podía sentir la presión de su cuerpo rodear al mio, fingiendo una falsa resistencia a mi paso y salida.
-Lo vez chico? Te dije que seria genial!
Se limito a sonreírme y jalar mi cuello a lado del suyo, nuestros pectorales se rozaban mutuamente, sentía las tetillas de sus pechos rozar mi piel erguidas, los vellos de mi cuerpo le provocaban pinchazos que al principio le incomodaron pero a medida que el goce lo invadió olvido, estuvimos asi por no se cuanto tiempo hasta que por fin su orgasmo llego, su mano que se movía de lado a lado acariciando su entumecido miembro bicolor acelero el ritmo de la ordeña y en mi costado izquierdo senti la tibieza y viscosidad de su semilla, su ano se contrajo en varias ocasiones y el dolor de una anilla de metal caliente que estrangulaba el tronco de mi miembro me arranco un gemido, después de su orgasmo aumente de velocidad, estaba dispuesto a terminar pero desesperadamente me pidió que parara entre jadeos, me detuve y de un salto se puso en pie, pregunto dónde estaba el baño y salió disparado, sus nalgas rebotaban a cada salto carrera que daba y entre sus muslos se notaba la humedad, me recosté sobre la cama de espaldas contra el respaldo de la cabecera, el condon estaba empapado en humedad y a travez del plástico se miraba un glande rojizo e inflamado que me costo creer fuera mio, la presión de su ano me afecto sin duda y a pesar de el tenue dolor que aun sentía estaba mas que dispuesto a acabar y darme cuantos asaltos mas pudiera con el.
Cuando el regreso me encontró con la verga viendo al techo cual cuerno de toro, abierto de brazos cruzados tras mi cabeza y mis axillas emanando una mezcla de perfume y sudor,
-Te pido que me disculpes, aun no me controlo.
-Que paso?
-Fue un reflejo, no te preocupes, aun no me acostumbro.
-jaja, creíste que te me ibas a cagar encima?
-Se me puso colorado y busco alejar su mirada de la mía, en dos saltos me puse de pie y camine erguido hacia el.
Acaricie su rostro y le clave un beso en la boca,
-Discúlpame fue solo una broma, ven le dije jalándolo hacia la cama, me siguió, y después de recostarlo contra la colcha volví a abrir sus piernas, comenzamos de nuevo el juego sentimental que el se merecía y entre caricias, sonrisas y cumplidos hacia su cuerpo volvimos a unirnos en una sola carne, esta vez el orgasmo le tardo mucho más en llegar y cuando sus caderas se estremecieron he hizo el intento de zafarse de mi penetración lo retuve firme pero sutilmente por las caderas, acelere mis envestidas y logre vaciarme con el, resulto por demás incomodo eyacular dentro de un ano que presiona el tronco de mi verga pero el placer que sentí pudo más que el dolor, cuando por fin nos abandono la muerte chiquita, nuestros cuerpos sudorosos latían entre llamaradas de calor, Salí de sus entrañas con lentitud y vi escurrir de su ano liquido, por un momento entre en pánico, creí que el condón se había roto, pero resulto ser solo el lubricante impregnado de un color diferente, me quite el preservativo y me recosté a su lado en la cama, pase mi brazo der4echo sobre su cuerpo y senti como extrañado se acoplo a mi costado,
-Y dime, te gusto? O que? Le pregunte entre sonrisas después de unos minutos de silencio.
-Claro que me gusto, estuviste muy bien.
-Tu también estuviste muy bien, pero oye puedo hacerte una pregunta? Se extraño un poco y me contesto con un aja.
-Esta es una de tus primeras veces verdad? Se quedo en silencio un momento y por fin me contesto que si, efectivamente era una de sus primeras veces en compartir la cama con otro hombre.
-Hace cuanto empezaste?
-Si al caso serán 4 meses, conocí a un chico en la escuela pero……….
bueno las cosas no salieron bien.
Me dijo un poco melancólico.
-Y por lo que veo calzaba chico el cabron verdad le dije riéndome buscando regalarle una sonrisa.
-Pues si jaja comparado contigo si, su sonrisa regreso y abrazándose a mi cuerpo nos quedamos viendo la televisión por más de media hora, cuando por fin se despidió me sentí un tanto desilusionado, me hubiera gustado que pudiera quedarse toda la noche a mi lado y se fuese hasta mañana pero no hubo razonamiento que lo hiciera recapacitar, pidió un taxi y me dio su número de teléfono, pregunto si podía buscarme en otra ocasión y le pedí que mejor me dejara llamarlo primero.
Al día siguiente me di un baño, quite de mi cuerpo el aroma de su perfume y regrese con mi niño.
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