Un chico de catorce años descubre el placer de mamar

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por dolmenpajas.
El día de mi primera mamada.
Desde que cumplí mis catorce años estaba fascinado con todo lo rodeara el pene y la masturbación, fue ese el momento en que acepte para mi homosexualidad y eso me llenaba de calentura en todo momento.

En esa época era un chico muy delgado, no muy alto, moreno de cabello oscuro y siempre corto, usaba lentes; me masturbaba todos los días, no muchas veces a lo sumo dos, pero siempre lo hacía, usualmente eran las tardes cuando practicaba el ritual masturbatorio, pues en las mañanas estudiaba y siempre fui tímido como para hacerlo en un lugar que no fuera mi cuarto. Aun así vivía obsesionado de hacer cien mil cosas en torno a la masturbación por lo que siempre mi mente cuando estaba en reposo me llevaba a imaginar cosas que me garantizaban erecciones.

Pero la calentura siempre recompensa a quienes pululan por los caminos del sexo y un día mientras ensayábamos con el grupo de teatro del colegio al que asistía me vi finalmente recompensado, el papel que desempeñaba esa vez era uno que ya había hecho tiempo atrás, por lo que mis ensayos eran menores que los de mis compañeros, y esa vez aprovechaba la situación para pasar el rato con amigos que tenían papeles cortos y que casi nunca ensayaban y solo molestaban a los demás; entre ellos Fernando, un muchacho un año mayor que yo, considerablemente alto bien delgado, de piel blanca, que tenía grandes ojos y el cabello alborotado siempre, el particularmente me excitaba mucho, pues imaginaba como esas largas manos masturbarían su pene, lo creía un chico extremadamente pajuelo y ese día descubriría que no estaba equivocado, nos acompañaban Carlos, un chico con mucha pluma para sus trece años, que burlaba a todos por cualquier, el en verdad no me simpatizaba mucho y Jamal, la sensación del colegio pues aunque era pequeño, solo tenía doce años venia de la India y en mi país por alguna extraña razón idolatran a cualquier extranjero; él era de piel aceitunada, cabello en punta y algo rechonchito, de grandes labios que al perder mi mirada en ellos siempre obtuve una erección.

Hablábamos los cuatro sobre cuál era el peor y el mejor profesor, cosas sin importancia, pero algo me habrá emocionado y me levante, comenzando a hablar de pie frente a ello, cuando Carlos bajo la sudadera que llevaba y aunque el uniforme de deportes obligara usar pantaloneta debajo de la sudadera yo no la traía y quede frente a ellos en bóxer, avergonzado subí inmediatamente la sudadera y con odio insulte a Carlos, en eso lo llamaron al ensayo y quedamos solo Fernando, jamal y yo. Estábamos sentados en la parte trasera de la cancha, y como era una tarde salvo por el grupo de teatro el colegio estaba despoblado, así que nadie se acercaría sin que lo descubriéramos antes, para mí eso no tenía importancia pero para Fernando sí; el comenzó a burlarse de mis bóxer porque eran de un color brillante, eran como una especie de rojo, él dijo que nunca usaría uno como esos, que él prefería además la ropa interior tipo tanga, como la que llevaba puesta, Jamal se rió , pues se decía en esa época que esa ropa interior solo era para niños.

Eso a Fernando no le hizo ninguna gracia y se bajó la cremallera del pantalón que llevaba y jalo su pene sobre el calzoncillo, diciendo: le parece que un niño tenga una verga tan grande como esta. Solo se podía ver el bulto, bajo la tela a cuadros de unos slip que le quedaban grandes, de inmediato mi pene se puso a mil, no era capaz de quitarle de encima los ojos, Jamal se quedó callado absorto también viendo ese bulto, hasta que Fernando corto el silencio diciéndole que solo el faltaba por mostrar su ropa interior, el pequeño de inmediato vocifero que no lo haría, que si acaso éramos gays, ahí le interrumpí no sé si defendiéndome o deseando ver su ropa interior, que le dije que si fue muy machito de su parte como le clavo los ojos a la verga de Fernando, que no fuera tonto y que mostrara que al fin y al cabo todos lo habíamos hecho ya.

Tal vez sintió amenazado porque los dos nos levantamos y lo tomamos de los hombros, pero sin decir más se quitó su correa y se bajó los pantalones; estando ahí de pie frente a nosotros, sus pequeños bóxer de rayitas no cubrían nada su erección, el lentamente se tomaba el pene con su mano, tratando de mermar esa excitación que lo agobiaba, Fernando se recosté sobre la tarima de madera a su espalda y se bajó también sus pantalones, mostrando un imponente bulto y con una sonrisa en la cara nos preguntó que si nos masturbábamos, mientras se jalaba esa enorme verga que escondían sus calzoncillos, Jamal dijo que a veces lo hacía en la ducha y los voltearon su mirada a mí, ver a dos chicos que me miraban mientras se tocaban sus penes me éxito mucho y no me controle, me baje la sudadera y los bóxer, dejando al aire mis 14 cms de pene que tenía en esa época, un trozo grueso de carne, con un gran prepucio que cubría una parte del glande, con el que me encanta jugar y con el que ya empezaba a juguetear en ese instante, ocultando rápidamente todo mi glande y liberando completamente al segundo, mis compañeros me siguieron al instante, masturbando ferozmente sus penes que acababan de liberar de su ropa interior; Fernando jalaba su miembro que debía medir unos 17 cms mucho mas grueso que el mío, circunciso y con una abundante selva de vello sobre el, mientras que de jamal solo podía ver sus grandes y largos testículos golpeando sus rellenas piernas pues su pene era muy pequeño y se perdía en su mano.

Sudábamos y jadeábamos, los tres chicos con nuestros pantalones y calzoncillos por los tobillos, bombeando nuestros penes y viéndonos los unos a los otros, yo estaba a punto de correrme pero Fernando se arrodillo, y con violencia le arrebato a Jamal su pene de las manos, por fin lo pude ver, delgado, circunciso, de glande morado, no mediría ni 10 centtimetros, pero eso no detuvo a Fernando, quien se lo echo a la boca y empezó a chuparlo como si fuera una golosina, lo succionaba y el pequeño chico le temblaban las rodillas, al igual que a mi, no controlaba toda mi emoción, y busque la manera de comerme las bolas de Jamal, fue muy difícil hacerlo, con la cabeza de Fernando encima, por lo que preferi solo lamerlas. Lo que vino después fue muy rápido, Jamal se corrió en la boca de Fernando quien me golpeo al quitar su cabeza del sexo de Jamal, y se desplomo en el suelo, con su Pene apuntando al cielo como una bandera, el pequeño se hizo a un lado y yo me abalanze sobre Fernando y comenze a chupárselo, nunca había hecho algo como eso, por lo que solo me dedique a comerme su glande, al poco el tiempo el comenzó a gemir y Jamal fue rápido a taparle su boca con la mano, en menos de nada inundo mi boca con leche, que tuve que pasar rápidamente para no ahogarme y que no pudo saborear casi nada, sin percatarme me acababa de correr también y tenia todo mi pene y vientre llenos de leche. Fernando al verme me la limpio toda con su lengua diciéndome que era la forma de pago por esa rica corrida, rápidamente nos vestimos y fuimos con los demás a ensayar, con grandes sonrisas en nuestra cara.