UN COMIENZO ALGO PRECOZ PERO MUY INTENSO.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por BOY_K9.
Mi iniciación sexual gay a mis 8 años con un primo de 24 años.-
Esto ocurrió exactamente hace 16 años y algunos meses, cuando yo era un pequeño de 8 años de edad, con una contextura física diminuta y delgadita, era el mas pequeño de mi clase, fue entonces que por la decisión de mis tíos de irse a vivir a Europa, y a colación de ello mis padres decidieron invitar a los padres de Alberto (mi primo) a realizar un viaje en un fin de semana largo (fin de semana + un feriado de día lunes en mi país), el objeto de ese viaje era disfrutar ambos matrimonios en un lugar turístico de argentina, una hermosa ciudad que tiene casino, llamada Córdoba, tanto a mis padres como a mis tíos son personas que les gusta el juego y la apuestas como pasatiempo en época de vacaciones.
Fue por esa afición al juego que mis padres decidieron dejarme 5 días al cuidado de mi primo Alberto en su casa. El día de partida era viernes de verano de mucho calor, nuestros padres partieron muy temprano –alrededor de las 6 A.m.-, luego de la despedida nosotros nos fuimos al interior de la hermosa casa que poseían en una zona muy acomodada de nuestra ciudad en donde nos supusimos a desayunar, yo muy feliz y algo exaltado por la alegría que me provocaba quedarme junto a mi primo, a quien yo admiraba y quería, el era un chico de cuerpo trabajado en gym, de estatura algo baja, piel trigueña, quizás era su buen humor y desmedido afecto hacia a mi lo que hacia que yo lo viera como si fuera un hermano mayor, fue mientras el desayuno que el abrió una puerta de la cocina que daba exactamente a un bonito jardín donde tenían una piscina repleta de agua cristalina, fue cuando al ver esa mañana soleada y la piscina, que se me ocurrió pedirle a mi primo que fuéramos al agua luego del desayuno, el aceptó y yo me dispuse a beber con avidez mis alimentos.
Algo después de media mañana ya nos encontrábamos ambos cambiándonos nuestra vestimenta por bañadores, yo me cambié antes que Alberto y me fui al patio trasero, ni bien el traspasó el portal de su casa al jardín pude apreciar su diminuto bañador que denotaba ya un buen paquete por dentro, debo agregar que al verlo ya sentí algo de curiosidad, por lo que podía ocultarse debajo de sus calzones, realmente el bulto era llamativo, creo que Alberto alcanzo a percibir como yo me quedaba viéndolo, porque ni bien miré su paquete, el comenzó a tocarse con sutileza. Ni bien ingresamos a la piscina comenzamos a jugar los típicos juegos de adultos con niños en la piscina, fue entre algunos aventones que comenzamos con algunos roces sutiles, me gustó mucho lo que sentí al tocar su paquete y pude notar que mi primo también facilitaba las cosas de manera que mi cuerpito haga contacto a cada instante con su paquete, en un punto me abrazo mucho y me decía cosas bonitas, como:
-Alberto: Que alegría me da de que estemos juntos unos días primito!! Tu estás contento?
-Camilo: si muy contento Alberto, de verdad estoy feliz!!
Mientras me decía cosas tiernas que me hacían sentir más a gusto aún, me acomodo de manera tal que yo quedé un poco sentado sobre su abdomen y ambos en una situación de semi-flotabilidad, en sus movimientos para intentar flotar hacía que los roces de su paquete sobre mis nalgas fueran cada vez menos disimulados, todo era como un juego en el cual yo me sentía consentido e internamente muy deseoso de tocar su gran paquete. Al darme muestras de afecto me dijo:
-Alberto: Te gusta como juegas conmigo primito?
-Camilo: Si primo me gusta jugar contigo.
Ni bien asentí que si, el tomo mi manito y la llevó –con mi colaboración- sobre su paquete, pude sentir por primera vez lo duro y grande de su verga, ni bien sentí semejante pedazo en mi manito mi corazón se aceleró mucho por la emoción desconocida de tocar el pene de otra persona.
-Alberto: Te gusta primito?
-Camilo: Si Alberto se siente extraño jeje!!.
Allí con rapidez tomo mi manito y la metió dentro de su slip y pude sentir el contraste entre el agua fresca con lo caliente de se verga, allí puso cara de felicidad y nos quedamos quietitos mientras yo acariciaba su enorme y caliente vergón, pasó algunos segundos cuando me corrió a un lado y me pregunto:
-Alberto: Quieres verla?
-Camilo: Si me gustaría verla! (Afirmé)
Fue entonces que el se dejó flotar por completo y salio a superficie una verga gigante, cabezona, negra y llena de venas gruesas, quedé hipnotizado viendo su enorme pene fue allí cuando tomó nuevamente mi manito para que le acaricie ese mástil caliente e interminable. En mi inocencia yo sentía muy rico toda esa situación, el me dijo:
-Alberto: Si tu prometes guardar el secreto, yo puedo enseñarte unos videos que son exclusivos para adultos, pero debes juramentar que solo será nuestro secreto?
-Camilo: Si Alberto ya quiero verlos (le dije en medio de muchísima ansiedad por lo que estaba aconteciendo)
Mientras todo sucedía con cierta calma y naturalidad, salimos de la piscina y me dispuse a seguir a mi primo, quien miraba hacia todos lados del vecindario en una inequívoca actitud de que nadie lo viera a solas conmigo, una vez dentro de la casa fue lentamente poniendo cerrojos de puertas y ventanas, a todo esto, yo no sospechaba nada de lo que faltaba por venir, por el contrario, estaba muy contento de sentirme “cómplice” de mi primo mayor ante una picardía que veríamos juntos. Una vez que terminó de cerrar todos los lugares de acceso a la vivienda, nos dirigimos a su living y allí me dijo:
-Alberto: Camilito -si tu quieres- nos quitamos nuestros slips mojados? para estar mas cómodos en el sofá y así vemos los videos con naturalidad. (Mientras me lo decía ya se quitaba su maya exponiendo nuevamente su vergón erecto)
-Camilo: Si Alberto. (Le dije mientras yo también me sacaba mi bañador con algo de vergüenza, dejando expuesto toda mi pequeña humanidad y mi pene pequeñísimo)
A todo esto, yo ignoraba por completo lo que estaba por acaecer, en unos segundos el colocó una película de adultos de sexo gay, mi capacidad de asombro estaba colmada, pese a esas sensaciones nuevas y extrañas, mi confianza hacia Alberto era del 100%, en pocos minutos de no saber nada sobre sexo, estaba viendo como un grupo jóvenes formaban parte de una orgia gay descomunal, donde todos hacían de todo lo que humanamente se puede hacer entre hombres, por algunos instantes todo esas imágenes me despertaron sentimientos desencontrados, yo sentía mi corazón latir con mucha intensidad, no podía quitar los ojos de la TV y tampoco quería hacerlo. En la poca claridad del lugar la mano de mi primo encontró la mía para hacerme tomar su pene nuevamente, el me guiaba mi manito hacia todo el largo de se verga, su pene se sentía durísimo, caliente y suave, luego de algunos minutos, me dijo:
-Alberto: Camilito -si lo deseas- tú y yo podemos jugar como lo hacen esos chicos en la TV? Eso claro que será una hermosa experiencia para ambos, tú sabes que yo te quiero mucho y tú me quieres a mí.
-Camilo: Si primo pero me da algo de miedo, no se nada de esto!
-Alberto: No te preocupes, yo jamás te haría mal, tú solo relájate y déjame guiarte. Si tu te sientes mal, solo me lo avisas y nos detenemos, OK? (Al decirme esto me dio un tierno beso en la frente)
Camilo: esta bien primo, pero si te pido que te detengas tu lo haces por favor! (Le dije ya algo tenso y un poco asustado)
-Alberto: Cuenta con eso primito lindo! Tu solo acuéstate aquí a lo largo del sofá y relájate mientras yo te daré unos besitos en tu pene y veras que rico se siente.
Yo me acosté mirando hacia el techo casi oscuro del salón y pronto pude sentir como Alberto puso mi pene en su boca dándome una sensación muy rica y placentera, estuvo algunos segundos chupando y me pregunto:
-Alberto: Te gusta Camilito?
-Camilo: Ssssi primito, mucho, sigue. (Dicho esto, me acomodé aún mejor sobre el sillón y me relajé un poco más)
Al verme distendido, el bajo su cabeza y comenzó a explorarme con su lengua con una exquisita suavidad, lo hacia con mucha tranquilidad, lo que me inducía a relajarme cada vez mas, yo solo podía cerrar los ojitos y morder mis labios en clara señal de que todo va bien, todas esas señales mías era claramente correspondidas por Alberto, en un punto su lengua encontró mi pequeño orificio anal, al hacerlo sentí muy rico y suave, lamia mi ano y acariciaba mi abdomen, dándome unos cosquilleos de placer indescriptibles, paso un largo tiempo entrando y saliendo con su lengua, quizás unos 10 o 15 minutos y conforme pasaba su lengua por mi orificio yo separaba mas y mas mis nalguitas permitiéndole mas posibilidad de acceso con su lengua, digamos que minuto a minuto mi participación era un poco mas distendida y Alberto decodificaba -segundo a segundo- mis actos cada vez mas participativos, en un punto metió un dedo en mi ano con muchísima suavidad, eso ocasionó cierta molestia lo que me hizo retraer mi ano al punto de cerrarle el paso, fue un acto mas instintivo que pensado, entonces me dijo:
-Alberto: Relájate primito todo esto te va a gustar mucho y tú sabes que te quiero mucho. Verás que lo que viene es aún mas rico!
El placer sentido hasta allí fue muy rico y sin nada de que preocuparme, es así que esas palabras sirvieron para que yo me distendiera aun mas y separara un poco mis nalguitas y por primera vez, miré a mi primo a los ojos mientras el ponía su dedo anular en su boca salivándolo mucho y lo dirigió a mi pequeño orificio, pude sentir como comenzaba una suave presión y logro meter en mi colita ya dilatada por su lengua una porción de su dedo sin provocarme dolor, fue allí que decidí relajarme un poco mas y separar mas mis nalguitas, así facilité mas su sutil “entra y sale”, en poco instantes logro meter y sacar por completo su dedo de mi ser, eso me gusto tanto o mas que las lamidas de mi huequito, sin darme cuenta que allí me estaba convirtiendo inevitablemente en su putito, Alberto sabia perfectamente lo que hacia, por instantes se detenía para darme charla y hacer que confíe mas y mas en el diciéndome cosas agradables y dulces, yo no hacia otra cosa que sumirme en un universo nuevo y extremadamente placentero, no podía hacer otra cosa que dejarme llevar por lo acontecido y mediante gestos y movimientos, le iba dando señales a mi primo para que siguiera con su plan sexual indeclinable. Por espacio de muchos minutos estuvo salivando, entrando y saliendo de mi dándome mas y mas placer, al punto tal que no percibí el punto en que el en vez de un dedo comenzó a meter dos, su arremetidas con los dedos eran muy suaves, en punto me dijo.
-Alberto: Ya lo ves Camilito, te estoy entrando con mis dos dedos mas gruesos y no te a pasado nada!! Te lo dije que te iba a gustar. Deseas que siga?
-Camilo: Si primo, por favor sigue y no te detengas,… sigue. (En ese instante separé mis pequeñas y livianas piernas lo que mas pude para que el pudiera mover sus dedos con absoluta libertad).
Cuando Alberto me vio tan participativo decidió sacar sus dedos y tomó un pote de crema lubricante y embadurnó completamente sus dedos y comenzó a meter sus dedos una y otra vez al punto que yo casi ya ni sentía sus entradas, así se encargó de que mi anito quedase con mucho lubricante dentro, y me dijo:
-Alberto: Primito creo que ya estas bien dilatado como para recibir mi pene en tu ano!
Eso me asustó mucho porque yo conocía bien las dimensiones de mi ano y las de su tremendo mástil, le dije:
-Camilo: Pe ..pero primo es que me da miedo de que me duela mucho.
El me dio varios besitos por mi rostro y me respondió:
Alberto: Acaso hasta aquí te hice doler? (Me lo dijo con tono firme buscando darme confianza) Quizás te duela un poquito al comienzo pero luego todo será mucho más rico que ahora, te lo prometo. Además tu ya lo sabes, cuando tu lo desees yo me detengo.
Dicho esto con mucha suavidad, yo sentía temor, pero también irrefrenables deseos de seguir con la “faena”, fue entonces cuando consentí con mi mirada y el me dijo:
Alberto: Tú solo respira profundo y relájate lo que más puedas.
Seguí sus consejos y el me tomo con sus manos por mis tobillos, separando bien mis nalgas y acomodándome en el ángulo correcto, luego vi como ponía mas crema en su verga dejando esa barra morada cubierta por un capa blanca. Su verga media unos 21 x 6 cm el primero me sacudió su verga como diciéndome…esto te vas a comer ahora…, entonces comenzó a pasar su verga resbalosa por encima de la mía, lo que me daba mucho placer sentir esa barra de carne a punto de penetrarme, con la cabeza de su verga encontró mi anito, fue muy lindo sentirlo en la puerta de mi orificio, como hacia una muy suave presión sin la mas mínima señal de dolor para mi, estuvo largo rato haciendo lo mismo en mi ano, a tal punto que yo me dispuse a participar moviendo mis caderitas, fue entonces cuando el me beso en la boca y empujó con mayor presión, logrando entrar la cabeza dentro mío. El me beso en la boca para que no gritara, yo quise salirme y me tomo con fuerza y me dijo:
-Alberto: Shhhhh!!! Ya está primito!! Shhhhh!!! , quédate quietito, ya está lo peor.
-Camilo: Haaaggggg!!! Duele porfa porfa quitamela!! Huggggg!!!
-Alberto: Shhhhh!!! Solo quédate quietecito que ya pasa.
Me dio otro beso y me abrazo de manera tal que yo no me moviera, así me inmovilizó, hecho esto, nos quedamos quietos y yo tolerando el dolor que pasaba poco a poco, estuvo quizás 5 minutos sin moverse, pero ya con su cabezota dentro de mi ano, el dolor comenzó lentamente a ceder y comencé a sentir esa sensación única de ser desvirgado por un hermoso macho, en un punto volví a respirar profundo y me distendí un poco, fue entonces cuando el comenzó a besarme fogosamente en mi boca y me decía cosas ricas, esos besos nuevamente reactivaron mis resortes internos, otra vez comencé a participar, fue entonces que pasaron varios minutos, cuando el me dijo:
-Alberto: Querido primito, ahora ya pasó lo más duro, ahora yo voy a pasar mis brazos por detrás de tu caderitas y te voy a levantar suavemente para que tu quedes sentado sobre mi verga y seas tu el que controla las cosas de aquí en mas. Lo autoricé con mi mirada y fue cuando el me subió hacia su pecho y quedé literalmente empalado en ese enorme pedazo de carne humana, con mis rodillas sobre su abdomen pude frenar en parte la presión que me daba la gravedad para caer sobre su verga, fue cuando el me preguntó si quería ver nuestros cuerpos en un espejo, yo accedí, me llevo caminando hasta un espejo enorme y fue muy rico ver como su enorme cabeza negra estaba perdida dentro de mis nalguitas, jamás podré olvidarme de esa imagen, una vez visto mi propio empalamiento volvió caminando hasta el sillón, fue cuando hizo un pequeño tropiezo –a la distancia ahora creo que lo premeditó- provocando un suave caída sobre el sillón lo que posibilitó que su verga entrara un poquito mas, eso dolió pero ya no tanto como el inicio, ahí me di cuenta que yo podía colaborar un poco mas y comencé a mover suavemente mi caderitas de arriba hacia abajo y viceversa, cada vez que yo subía con suavidad mi primito ponía mas y mas crema lubricante, en cada bajada yo podía sentir que su barrote me entraba milímetro x milímetro, en un punto el me dijo:
-Alberto: Te lo dije camilito, iba a doler un poco pero que te iba a gustar mucho! Ya casi tienes un buen pedazo dentro.
(En realidad, mas que un buen pedazo yo ya tenia 75% del pene dentro.)
-Camilo: Pero ya no me entra más, ya basta porfa!!!
-Alberto: Pero primito, hasta aquí fuiste un verdadero hombrecito y disfrutaste mucho tu solito, tú tienes que confiar en mí y ser buenito y dejarme jugar un poco a mí, no seas injusto.
Mientras el me decía esas cosas y sentía mi empalamiento ya como algo tolerable, al hablarme el siempre lograba que yo me relajará al extremo, al punto tal que el comenzó suavemente a subir y bajarme sobre su verga y eso comenzó a gustarme mucho, el sabia hacerlo con suavidad pero con contundencia, en un punto me miró a los ojos con ternura y ya era yo el que subía y bajaba, el me seguía mirando cuando puso ambas manos por detrás de mi espaldita y me tomo por mis hombros y me bajo con fuerza entrando totalmente con su verga, quise salirme pero no pude porque ya me tenia nuevamente, mis nalguitas hicieron tope con su humanidad, eso dolió pero ya no tanto, nos quedamos una vez mas quietos unos instantes, mientras el me felicitaba por ser tan guapo y tolerante, yo sentía mucha felicidad y dolor al mismo tiempo, estuvimos unos minutos como congelados hasta que el comenzó a besarme en la boca nuevamente y me acostó en el sofá ya totalmente penetrado, fue cuando comenzó un entra y sale muy suave, reactivándome, me tomo por los tobillos y los puso casi sobre sus hombros, en esa posición yo podían ver cuando sacaba toda se vergota para dejarla entrar una y otra vez, a ese punto yo no podía creer lo dilatado que estaba, el entraba con suavidad pero con relativa facilidad, estuvo mucho tiempo así cogiéndome, diciéndome cosas ricas y besándome por toda mi boca, mi cuello, mis oídos, en un punto ya habíamos tomado ritmo tanto así que el dolor era imperceptible comparado con el placer, estuvo penetrándome durante minutos hasta que sentí que se desplomo encima mío vaciándose completamente dentro mío. Luego de unos segundos el me levanto otra vez encima de el y me llevo caminado hacia el baño y bajo la ducha no bañamos y me la fue sacando poquito a poquito, el trato de que yo no vea lo que me salía, pero si logré ver todo esos líquidos mezclados con un tenue hilo de sangre.
Y esa fue mi primera vez como pasivo, ya cerca del mediodía nos dispusimos a almorzar con mucho apetito ambos -cual si fuere- no hubiéramos desayunado jejejeje!!! Ese día me lo hizo 4 veces, y varias veces más en los días subsiguientes y como me hizo tragar su semen, pero eso ya forma parte de otras historias que quizás algún día les cuente.
Espero les haya gustado mi historia personal y les pido sean amables en sus mensajes. Saludos desde Argentina…
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