Un cristal roto cambió mi sexualidad – I I
-«La letra con sangre entra», y/o «Quien la hace la paga»..
Tal y como os decía en mi relato anterior, el tío Blas quería follarme de nuevo esa tarde, pero esta vez a tope, sin tapujos y para ver hasta dónde podía llegar conmigo, en esos pocos días en los que me estaba convirtiendo en su nenaza, en su maricón juvenil, en su coñito anal.
Con el gusto de su follada, volví a correrme con un enorme placer. Y apenas lo hice, Blas sacó totalmente su polla de mi culo, me dio una fuerte palmada en mi glúteo derecho, volvió a apoyar su glande sobre mi ano, se dejó casi caer encima mío y de un solo empujón, me clavó toda su polla. Si no hubiese sido por su peso, hubiese dado un salto de narices, más que por el dolor ¡que me dolió de verdad!, por la sorpresa de ese acto. Su polla se movió dentro de mi como quiso, la volvió a sacar y volvió a hacer lo mismo enterrándola de nuevo, pero esta vez, con menos dolor para mi. Para entonces, yo ya me había corrido tres veces y un rato después, la volvió a sacar entera y me dijo:
– Mira Salva, mira como es de gruesa mi polla y sin embargo ya entra y sale de tu culo como si lo hubiese hecho toda su vida. Ahora te la voy a meter otra vez, pero mira cómo entra abriéndose paso, deslizándose sin problemas, mientras separa tus músculos.
La volvió a apoyar en el ano, me cogió de las caderas y con mucha menos fuerza que las veces anteriores, su cabezota entró casi sin problemas y yo me di perfecta cuenta de cómo se separaban los músculos para dejarla entrar. Y junto con ese glande maravilloso, entró el resto de su polla. Blas empezó a follarme de nuevo con fuerza y yo me volví a correr. Me la clavaba hasta el fondo, movía mi cuerpo con sus manazas y por primera vez, sentí placer. Auténtico placer de notar cómo aquello se movía sin casi dolor dentro de mí, con una sensación extraña y maravillosa de agitar mi aparato digestivo inferior, como si lo arrastrase en cada movimiento, y me juré que si Blas no me despreciaba, me convertiría en esa nenaza que él decía que era yo para él.
Solo doce días antes, prácticamente me había violado, y sin embargo, no habiendo nunca en mis quince años (casi 16) pensado en tener relaciones sexuales con hombres y aunque en mi pandilla habían dos chicos maricones, me estaba entregando a Blas en cuerpo y alma. En realidad, le daba mi culo preferentemente. Yo sentía la necesidad ser follado constantemente por esa enorme polla y por su dueño, el tío Blas. Y mientras pensaba todo eso, noté como me cogía con fuerza de las caderas y supuse que se iba a correr y que si se corría, se acabó la fiesta.
Y así fue, Blas se corrió dentro de mi y descargo una y otra vez, grandes chorros de cálido y pegajoso semen. Soltó mi cuerpo sobre la cama, la sacó toda dura todavía y se sentó a mi lado ¿cómo podía estar Blas, a su edad, siempre empalmado y tardar tanto en correrse? Me acarició, me besó y me dijo:
– Vamos a ducharnos, hoy hemos sudado mucho y los dos olemos a machos usados.
Y eso hicimos, nos enjabonamos mutuamente, jugamos con nuestras pollas vaciando otra vez los huevos de semen intentando no resbalar, nos besamos como apasionados amantes y cuando nos terminamos de secar con las toallas y andábamos hacia el dormitorio para vestirnos, me dice Blas sin mirarme:
– Salva, casi no hace falta que vengas ya a curarte. Te he puesto crema en este bote y cada noche cuando vayas a la cama, tú mismo te puedes poner un poco de crema en el ano tal y como yo te la pongo, por fuera con un pequeño masaje, y con los dedos por dentro, pero solo un par o tres de noches, no hace falta más, el culo ya lo tienes bien abierto y las pequeñas grietas del primer día cerradas.
– Entonces ¿no quieres que venga más? -dije con tristeza-
– Vaya, veo con alegría que te estás volviendo maricón de verdad. Si quieres venir a que te cure, aunque no te hace falta, puedes venir, te lavaré bien y te pondré crema, pero a cambio, también tendrás que venir el sábado por la tarde para follarte, y te aseguro que te voy a follar duro varias horas y por dos razones: a) porque quiero que veas tu mismo que tu culo puede jugar ya con toda clase de pollas durante mucho rato, y b) porque me gustas como nadie me ha gustado nunca y quiero hacer de ti un maricón sin vuelta atrás.
++Te convertiré en una nenaza, es más, cuando folles conmigo te llamaré Marisol, te enseñaré a maquillarte y te compraré medias y zapatos de alto tacón. Aquí dentro irás maquillada, con medias y con tacones de aguja, y ya no te trataré como niño, sino como niña.
++Pero además de todo esto, desde la próxima semana vendrás varias veces a la semana para que te folle, te mee y te cague, para hacer de ti una nena superviciosa y pervertida. En dos o tres semanas y cuando yo quiera y las veces que quiera, traeré amigos para que te follen, follarás con ellos, jugarás con ellos y les harás todo lo que te pidan. Y son hombres que los verás en la calle, en el bar y en la iglesia. Sabrán tus secretos.
++Y no solo eso, cuando unas semanas o meses más tarde considere que estás bien preparada, en los pueblos de nuestro alrededor haré publicidad de ti y les diré que tengo una nenaza con un culo de muerte, y que pueden follarte por 5000 pesetas. Dentro pues de pocas semanas, serás un puto, un chapero, un maricón que alquila su culo a quien sea por dinero. Y es más, dentro de pocos meses, te enseñaré otras muchas cosas para que folles con hombres y mujeres. Quiero convertirte en una puta pervertida, y si quieres que te siga follando y te siga enseñando, me tendrás que jurar que cumplirás todas mis instrucciones, sean las que sean.
++Y por el cristal roto y lo que le diga a tu padre, no debes preocuparte, nunca pensé decirle nada. Solo estaba cabreado ese día, te vi con los pantalones bajados y como físicamente me gustas hace tiempo, pensé en follarte. Lo que no estaba previsto es que me gustaras tanto, que te gustase follar ese culo, y que quieras convertirte en una puta maricona.
++Piensa Salva lo que te estoy diciendo, no hace falta que vuelvas mañana por aquí, pero si vuelves, serás nena, te haré puta, y serás Marisol. Tu pelo será cada vez más de niña. Tus pestañas empezarán a tener rímel y ser curvadas. Te iré afeitando todo tu cuerpo y empezarás a usar ropa interior femenina. Y poco a poco, también ropa exterior. No te hormonaré, pero piénsalo, porque te aseguro que si aceptas ser Marisol, nunca tendrás vuelta atrás. Tú misma desearás serlo cada día de tu vida.
Yo no sabía ni qué decir, ni qué pensar. Terminé de vestirme en silencio mirando a Blas y me iba hacia la salida, cuando retrocedí y abrazándole intensamente, le di el mayor beso que jamás había dado. Él me estrechó fuertemente y me dijo en voz baja:
– Te quiero hijo de puta. Y porque te quiero, te pervertiré como jamás podamos soñar.
Al dejar la casa de Blas («el tío Blas»), mi mente era un caos en ebullición, un auténtico volcán con lava propia. Hacía 12 días que Blas, me había prácticamente violado con su enorme polla y con la excusa del cristal roto de su cabaña. Él mismo, viendo como puso mi ano, se ofreció a curarme todos los días y ponerme cremas curativas y antiinflamatorias. Así fue y poco a poco, pero en pocos días, de manera sibilina y con su larga experiencia sexual, se fue ganando mi confianza y me penetró otras dos veces.
Precisamente esa tercera vez, había sucedido dos horas antes de este caos mental que os cuento, y en ella, yo había disfrutado y ya casi no me importaba que un hombre como Blas, un fornido y peludo neandertal, de 62 años, un jubilado que había pasado gran parte de su vida en Alemania y Holanda, me follase a mí, un joven de «casi» 16 años y con casi nula experiencia sexual y menos aún, viviendo en un pueblo de mediano tamaño en que esto sucedía.
Yo no podía entender, como un joven como yo, católicamente educado, hijo de dos maestros, gustándome muchísimo las mujeres y habiendo tenido ya algún contacto íntimo con alguna amiga y habiendo sido brutalmente sodomizado por Blas, me pusiese luego y en pocos días a su total disposición, hubiese dejado que me penetrara otras dos veces y encima, le había dicho que deseaba seguir siendo follado por él. Pero tampoco entendía cómo Blas me había dicho que, si realmente quería seguir siendo follado por él, me iba a convertir en su nenaza, en su muñequita, me iba a prestar a sus amigos y una vez perfectamente entrenado, me iba a alquilar como chapero, y que mis clientes serian hombres muy viciosos de clase alta, capaces de pagar lo que fuese para ver cumplidas sus perversiones conmigo.
Me iba a comprar zapatos de alto y delgado tacón, medias, braguitas, maquillajes y me enseñaría a maquillarme y mantener mi polla y mi cuerpo perfectamente afeitados, y así, como una jovencita, iría siempre por su casa y con mis clientes. Poco a poco me iría feminizando hasta un límite, para que no perdiese mi masculinidad en mi vida real, incluso me puso un nuevo nombre, Marisol. Así, unos ratos sería Salva. Y otros ratos sería Marisol. Y más adelante, incluso por la calle, unas veces iría vestido de Salva y otras de Marisol. O mitad y mitad.
Y lo peor de todo, no era todo esto, es que sus caprichos y sus pequeños vicios empezaban a gustarme. Empezaba a fumar de sus gruesos y asquerosos puros (que ya no me parecían tan asquerosos) y sobre todo, a besarle y dejarme besar por él en la boca, como si fuésemos ardorosos amantes. Su maloliente saliva me la tragaba y su fuerte olor a multitud de cosas de su boca y lengua, se estaba convirtiendo en néctar de dioses para mí. Me gustaba estar entre sus fuertes y robustos brazos y deseaba ser penetrado por él una y otra vez. Realmente, me estaba sintiendo niña en brazos de un hombre.
Dormí mal, muy mal, pero cuando me levanté al día siguiente, tenía tomada mi decisión y con ella, un enorme cambio de mi futuro sexual y personal. Ni siquiera pensé en lo que podrían decir y hacer mis padres si se enteraban de todo. Con la excusa de ir a su casa para que me curara, iría y de «hombre a hombre», le diría que aceptaba sus condiciones, sería su nenaza, sería su chapero, pero con la condición de que él me follara varias veces a la semana, siempre que pudiésemos hacerlo. Que se convirtiese en mi amante, en mi verdadero macho. Si yo tenía que ser la novia, él a cambio, tendría que ser mi novio.
Ese día, en la escuela, por la mañana y por la tarde, miraba a las chicas, estaba con ellas e incluso con una de ellas nos dimos unos furtivos besos y le toqué las tetitas, y eso me la empalmó de narices. Eso era lo que yo necesitaba saber ¡que aunque me follasen hombres, yo no era maricón porque me gustaban las mujeres!
A la hora prevista, después de mi salida vespertina del colegio, entré por la entornada verja y la puerta de la casa y las fui cerrando a mis espaldas. La voz de Blas me dijo que subiese y al entrar en el dormitorio me encontré a Blas, totalmente en pelotas, tumbado encima de la cama y mientras con una mano se estaba masturbando su enorme y dura polla lentamente, con la otra mantenía uno de sus no muy largos pero gruesos y malolientes puros.
No hablamos nada, nada nos dijimos, solo nos miramos directamente a los ojos ¿para qué más? Mi sola presencia allí era una aceptación total y completa a sus deseos, iba a transformarme en su chapero y me iba a convertir en una puta, en un depravado follador por dinero. Pero a la vez, también cumplía mis nuevos deseos, convertirme en su amante y ser follado, por esa gran masa de carne con la que ahora estaba jugando. ¡Es curioso, iba a entregarme totalmente al que solo hacía 13 días fue mi violador!
Me desnudé totalmente, subí a la cama, le cogí el puro y fumé varias veces seguidas. Se lo volví a entregar y empecé a acariciarle la cara, y al verle entornar los ojos, acerqué mi cuerpo contra el suyo y mis labios contra los suyos, y en pocos segundos me aplastó con sus brazos contra él, y nuestros besos fueron intensos. Yo mismo buscaba su saliva para tragármela y mi lengua jugaba pasionalmente con la suya, mi mano derecha cogió su polla y empecé a meneársela con más rapidez que como él lo estaba haciendo y también Blas hizo lo mismo con mi polla, que con 18-19 cm a los 16 años no era nada pequeña. Cuando Blas notó que me quedaba poco para correrme, me dijo que nos diéramos la vuelta para hacer un 69.
Él se metió mi polla totalmente en su boca y yo sabía de sobra que con la suya solo tragaría su cabezota y poco más, me faltaba entrenamiento y saber abrir bien la mandíbula, pero así lo hice. Me corrí y se lo tragó todo, pero él, como siempre, tardaba mucho en hacerlo, pero como todos los hombres ¡y las mujeres!, llegó su momento y yo no me lo pude tragar todo.
Siempre lanzaba varias descargas de leche, pude tragarme las dos primeras que fueron directamente a mi garganta, pero las otras las quise conservar en mi boca y como en la vez anterior, conservé en la boca toda la que pude y me la fui tragando como pude, pero el resto salió por las comisuras de los labios e incluso por mi nariz. Nos quedamos quietos un momento, luego me levanté, me puse en paralelo a él y besándole de nuevo y mientras le acariciaba su cuerpo con mi mano, le dije:
– He venido tío Blas, no solo para que me cures el culo, sino para que me hagas tu Marisol. He pensado todo lo que me dijiste y lo acepto todo, pero siempre con la condición de que tú me folles constantemente, quiero sentir como tu polla me destroza. Quiero que seas mi amante, mi macho dominante.
– Gracias por venir Marisol. Debo confesar que tenía mis dudas de si vendrías o no, pero me estás demostrando que eres una de las personas más especiales que he conocido. Te gusta el sexo, eres bisexual completo, y creo que en muy pocos meses te habrás entregado tanto al deseo sexual, que podré planificar tu futuro de manera extraordinariamente gratificante para ti, y muy interesante económica y profesionalmente. Cuando termines tus estudios universitarios, se te abrirá un mundo de depravación sexual inmenso. Pero hasta entonces y durante esos años, voy a enseñarte a vivir intensamente el sexo, y yo mismo meteré tu moral en el fondo de tu culo y así ya no la encontrarás jamás.
Se levantó y cogió el botecito que yo conocía con la crema milagrosa y me untó bien todo el ano, la parte exterior y la interior pero ya no me puso primero un dedo y luego dos, me metió dos a la primera sin problemas, luego el tercero y no contento, después de untarme bien y notar yo el efecto refrescante del mentol, con los dedos me tiraba de los anillos anales hacia afuera, desde todas las partes y de todas las direcciones. Puedo aseguraros que en algún momento me dolió, pero lo que más me extrañó fue la facilidad con que los músculos cedían a su presión. Cierto es que me dijo unos días antes, que mis músculos eran muy flexibles por mi edad, pero notar cómo se estaba ensanchando mi culo, me llenaba de alegría… y por lo visto también a Blas que me dijo:
-¡Puta maricona de mierda! Se te está haciendo un agujero más grande que los cráteres de la Luna. Y aunque no lo había pensado hacer hoy, te voy a follar, aunque de manera suave. Y no te preocupes te follaré constantemente ¡cómo no voy a follarme a mi puta preferida!
Y ya no me tumbó sobre la cama ni puso la almohada bajo el estómago. Me puso boca arriba y mis piernas bien abiertas sobre sus hombros. Nunca había oído esa posición entre hombres, más parecía que me iba a follar como una mujer, es más, no me puso ninguna crema salvo la que os he dicho y tampoco él se puso crema en su polla, pero como adivinando mis pensamientos, me dijo Blas:
– Quiero follarte mirándote a la cara y tú a mi. Además, así podremos abrazarnos y besarnos mientras te follo. Y lo vamos a hacer sin cremas lubricantes, no las necesitas.
Le miré con un poco de miedo y cuando apoyó su glande sobre la entrada de mi cráter, estuve tentado de cerrar mi esfínter, pero solo fue pensarlo, relajarme y casi de forma coincidente, empujó Blas su polla. Cierto es que antes me puso crema curativa, que me hizo un masaje más que bueno, pero tanto él como yo, estábamos «en seco» y para mi sorpresa, casi entró en el primer intento (recordad que su prepucio era casi redondo y gordísimo), lo volvió a intentar casi dejándose caer encima mio y esta vez si me lo enterró todo y parte de su polla.
El dolor era bastante menos intenso que los días anteriores y cuando con dos o tres fuertes presiones me lo enterró todo en mi intestino, vi su cara de enorme satisfacción y yo mismo (o yo misma, puesto que ahora yo era Marisol) me alegré tanto o más que él. Una vez todo dentro de mí, me cogió de mis sobacos, me fue levantando lentamente hacia él (en ese momento, al irme doblando, el dolor creció), nos abrazamos y empezamos a besarnos con pasión. Yo estaba empezando ya a besarle como si de mi más maravillosa novia se tratara, y mientras estábamos así, nos acariciábamos también. Yo me corrí de nuevo y Blas me iba taladrando lentamente, sabedor del dolor que en esa posición sentado existe, sobre todo las primeras veces, con grandes pollas, o con pollas de una longitud algo superior. Cuando llevábamos un rato así, me dice:
– Lo dejamos Marisol, no quiero provocarte daño innecesario y estropear mi follada especial del sábado. Ya sabes que no tienes ya que tener miedo y ahora vamos a preparar la fiesta y tu bautismo de niña puta. Quién sabe, a lo mejor, además de hacerte puta, te hago pija. Te compraré revistas de mujeres y con la ayuda de una especial amiga mía, lo sabrás todo sobre ellas y sus gustos para poder copiarlos.
Lo dejamos y nos fuimos desnudos al salón donde estaba el sofá revestido de plástico para no mancharlo y creo que fue la primera vez que me di cuenta que nos movíamos por allí desnudos gracias a la calefacción, ya que por esas latitudes, en Abril aún hace frío. Pero yo quise demostrarle a mi amante y maestro, que todo lo que decíamos yo lo iba asimilando y aceptando ¿por qué digo esto? Pues porque cualquier fumador de puro, sobre todo los pocos fumadores, una de las cosas más fuertes del sabor del puro es reencenderlo cuando se ha apagado y yo hice eso. Cogí el puro apagado (estaba por algo más de la mitad) me lo metí en la boca como si fuese una polla (era muy gordo) y lo encendí y en algún momento, con el estómago algo revuelto y de esta manera, en pelotas, con la polla enhiesta y el puro en la mano, me senté junto a Blas, para hablar del inicio de mi futuro como Marisol, su Marisol.
Nos sentamos muy juntos, yo parcialmente apoyado en él, como si fuese la novia amantísima que desea estar en brazos de su amado. Blas pasó su brazo sobre mis hombros y aún me estrecho más, de repente empezó a besar mi cabeza, lentamente, haciendo de sus labios ventosa sobre la misma, su mano, casi sin moverse acariciaba mi brazo, nos pasábamos el puro del uno al otro, y giró su cabeza y empezó a besar mis labios. Me sentía feliz, dichoso, emocionado, extraordinariamente a gusto, tan a gusto, que cómo un geiser me corrí saltando todo mi semen al aire. Solo fueron dos sacudidas, pero tan imprevistas por los dos, que nos moríamos de risa y ni siquiera nos movimos los dos, bañados con mi semen. Blas me dio otro largo y apasionado beso y me dijo:
— No sé que me pasa contigo. Desde que vine de Holanda hace 4 años y me quedé a vivir aquí, solo tres personas han llamado mi atención, dos mujeres y tú. Hace dos semanas te violé a lo bestia, tú culo pagó mi cabreo de ese día, el cristal roto y mi enemistad con tu padre. No sé por qué, cada vez que te veía con tus amigos y amigas, lamentaba esas amistades, sentía envidia, y cuando te follé, al irte tú hacia tu casa, sabía que no dirías nada de lo pasado, a no ser que ocurriese algo inesperado. Y al venir la primera vez para que te curara, algo dentro de mí me dijo que serías mío. Y no solo mío, sino que podría hacer de ti una maravillosa puta-maricona capaz de follar con hombres y con mujeres siendo un verdadero pervertido.
++Vas a cumplir 16 años dentro de pocas semanas y pronto estarás en la universidad, a más de 200 km de aquí, lejos de tus padres y en completa libertad para explorar y explotar tu cuerpo. Mides casi 180 cm, tienes una magnífica polla que cuando llegues a los 25 años seguro estará entre los 23-25 cm y no será delgada ¡me recuerdas tanto mis primeros años de sexo! Aquí en el pueblo, un amigo de mi padre me folló cuando yo solo tenía 12 años, me enseñó, y luego fueron pasando por mi culo otros muchos hombres que me pagaban ¡cómo podía estudiar, si habían tardes que me follaban 6 o 7 hombres! Y en mi casa hacía falta ese dinero. Tu padre me insultaba por burro y algunos de mis compañeros rebuznaban cuando yo pasaba. Hoy día ninguno de ellos lo puede hacer, gracias a mis puños no tienen dientes y sus rotas narices apenas les permiten respirar. Tuve que irme a Alemania, allí necesitaban trabajadores y casi no miraban la edad, yo era fuerte, aprendía aprisa oficios y el idioma. Y empecé a follarme mujeres, primero españolas y luego alemanas y de otros países. Todas se volvian locas con mi polla y todas me decían que por qué no me dedicaba con mi cuerpo y con mi polla a hacer cine porno. Así que un día decidí ver qué era eso en realidad, me hicieron varias pruebas y me quedé ¿cómo no quedarme pudiendo follar todo lo que quería y encima te pagaban una fortuna? Un día hablaron de porno con hombres y como aún se pagaba mejor, acepté y terminé follando con los dos sexos.
++Luego fui a Holanda y viví a caballo de las dos naciones. Empecé a hacer inversiones incluso en la Bolsa y empecé a ganar dinero. Ahora tengo aquí, en la capital y de forma discreta, varios clubs y locales liberales y gente que me los lleva. Y es ahí donde tu iras a parar. Poco a poco te iré informando de muchas cosas de estas y te iré metiendo en este negocio. A ti te gusta el sexo o no follarías con tantos deseos con quien te violó. Ni dejarías que ahora te fuese convirtiendo en una mujer y es que dentro de un año serás un puto para mujeres y una nena para hombres. Pero aprovechando que tienes un ancho tórax y espalda, a pesar de estar delgado, te llevaré a un gimnasio especializado en culturismo y te convertirás en un Terminator, aunque no con tantos músculos. Tendrás que tomar mucha mierda al principio y sudar tinta china, pero en un solo año no te reconocerás. Te meteré en el mundo del cine porno y del sexo pervertido y en menos de dos años, no querrás ya nunca volver a venir a este pueblo. Pero nada de esto será gratis, porque si vas a la universidad es para que estudies sin dejar de ser puta, y cuando termines la carrera, quiero que sigas a mi lado, trabajando conmigo, siendo mi culo preferido. Pero si no estudias y con aprovechamiento, no cuentes conmigo porque odio los vagos y los que no saben sacrificarse. Vuelvo a repetir que no sé que me pasa contigo, pero te estoy cogiendo un afecto y cariño como nunca se lo he tenido a nadie y eso quiere decir que voy a hacer de ti alguien muy especial. Te depravaré y enviciaré como nunca he hecho con nadie. Es posible, solo posible, que haga de ti el hijo pervertido que nunca he tenido. Pero también puedo borrarte de mi vida en unos segundos.
++Y otra cosa, olvídate del amor. Eso no existe en este mundo en el que vas a vivir. Es posible que te enamores de una mujer o un hombre, y ellos te correspondan, pero cuando un hombre y una mujer se ganan la vida follando con quien les pague, los matrimonios son de conveniencia, o de intereses personales, o de intereses profesionales. Ya te indicaré cual puede ser o cuales pueden ser, las mujeres más adecuadas para ti para los próximos años. Seguro que los dos hablareis de vuestros negocios, del sexo y lo que esperáis uno del otro y seguro que llegaréis a un acuerdo de convivencia, os juntaréis o incluso pasaréis por la Iglesia, las bodas son bonitas allí. Seréis un matrimonio diaria y eternamente lleno de cuernos y ¿sabes que será lo mejor de los embarazos de tu novia y de tu mujer? Qué nunca sabrás quien es realmente el padre de la criatura.
++Y ahora dime qué talla de calzado gastas para comprarte los zapatos de tacones.
Después de todo esto que me dijo, yo estaba anonadado. Vale, yo era alto, deportista, inteligente, memorión y con unas ganas de marcharme a la universidad que no os imagináis. Como acababa de decir Blas, era la libertad absoluta pero… Le dije que calzaba un 41, nos terminamos el puro y quedamos en vernos el sábado. No hacía falta que al día siguiente volviese, que me pusiese un poco de crema esa noche y nada más. Y me marché a casa pensativo, pero no nervioso.
Pero esos dos días me los pasé pensando, analizando, meditando… Yo no era un imbécil ni un estúpido. Era consciente de que mi vida iba a cambiar radicalmente. Blas me iba a convertir en un animal bisexual. Algo así como mi culo para los hombres y mi polla para las mujeres. Pero hablando de mujeres ¿qué clase de mujer me iba a presentar para ser mi novia? Por supuesto, una puta, pero ¿qué clase de puta, de mi edad, mayor, de mi pueblo donde sabíamos que habían putas jovencitas, o acaso esperaría hacerlo al llegar yo a la universidad? Por supuesto, una chica tan especial como para no ser solo una puta, sino una actriz porno y lógicamente, cuando alguien está en el mundo porno, es fácilmente reconocible y por lo tanto, si no es posible ocultar que tu novia es puta ¿cómo ocultar que es actriz porno? Y luego pensé que yo iba a ser lo mismo, puto-chapero y actor porno ¡empate en nuestras vidas personales! Llegó un momento en que mi cabeza fue tal caos de movimientos, que me bloqueé y dejé de pensar. Y esas fueron mis mejores horas, aquellas que no pensé en nada.
Y llegó el sábado tarde. Me duche y casi me fregué con esparto para gustarle lo más posible. Quería seducirle y entregarme totalmente a él para agradecerle sus regalos y lo que quería hacer conmigo. Y sí, sabía que me entregaba a una vida desconocida pero que me estaba empezando no solo a gustar, sino a desear, a pesar de no conocerla. ¿Alguien de vosotros conoce vuestro futuro…?
==============
Ufff hermoso relato, síguele! Contando a futuro o la historia de violación y puteo de tu violador