Un descuento del albañil
El niño levantaba las patitas y las sacudía en el aire cuando sentía el ojete muy reventado..
El niño salió al patio y el albañil que estaba comenzando a construír una pared lo llamó, chistándolo.
El pequeño se acercó curioso.
-Qué te hacía tu papá ayer que gritabas tanto?
-Me rompía el culo -respondió sin dudar.
El hombre tomó por el brazo al pequeño y lo hizo ingresar al cuarto a medio construir.
-Cómo te rompía el culo?
-A él le gusta romperme el culo con la verga. Me dice «te voy a romper el culo, chupame la verga» y a mi me duele.
-Desde cuando te rompe el culo? -preguntó sentándose sobre un tacho de pintura y acercándolo para acariciarle suavemente la cabecita y bajar la mano hasta el culito gordo. Llevaba puesto un pantaloncito corto que se le metía en el ojete. El hombre comprobó que no llevaba nada abajo.
-Desde hace mucho. Él me dice que ya no me tiene que doler pero a mi me duele cuando me rompe el culo.
-Y te rompe el culo todos los días.
-No todos los días -respondió el padre y el albañil se puso de pie de un salto. -Pero si estás pensando en romperle hoy, abrile antes el ojete con los dedos porque todo el barrio se entera que lo culio y mis mis amigos se lo quieren culiar a cada rato. -dijo, luego observó a su hijo un momento, giró y se fue.
El hombre miró al niño y volvió a sentarse, esta vez se sacó la verga dura por arriba del pantalón y le bajó el pantaloncito al chiquito que se asustó e intentó irse.
-No. Te voy a reventar un ratito el culo. Un ratito nomás.
-No! Me duele.
-Los amigos de tu papá también te culian?
-A veces me despierto cuando ya me lo están por romper. Una vez mi papi me tuvo que llevar al médico porque dice que me rompieron tanto el culo que me desmayé y para que el médico no les dijera a los otros médicos que tenía el culo roto… me lo rompió el también.
La verga del albañíl ya babeaba, lo tomó por la nuca y sin mediar palabra le metió el choto en la boca.
Lo sentía atragantarse y vomitar bilis, pero estaba demasiado concentrado en escupirse los dedos para abrirle el culo gordo.
El pequeño era rellenito, pero el culo gordo que se cargaba le llenaba de leche las bolas a cualquiera.
Tenía el ojete suelto, al pendejito ya lo culiaban desde hacía mucho. Imaginó la cantidad de veces que lo habían reventado a vergazos y se excitó aún más. Lo agarró de la cabecita y le empujó la verga hasta la garganta varias veces.
El cuerpo del niño comenzó a desplomarse cuando le faltaba el aire y el hombre no dejaba de limarla la garganta con la chota. El hombre aprovechó el momento, lo tiró en el piso boca arriba, se puso sobre él tapándole la boquita y comenzó a meterle la verga larga y gorda por el culo.
El niño pareció recobrar el conocimiento y comenzó a pegar manotazos pero ya no podía moverse porque tenía la chota del hombre hundida hasta el ombligo.
El hombre comenzó a meter y sacar la verga con rapidez, la pancita del niño saltaba y se le salían pedos del ojete maltratado.
-Aguantá un poquito, ya termino, no grites -rugió.
El niño levantaba las patitas y las sacudía en el aire cuando sentía el ojete muy reventado.
-Si te dejas culiar, voy a terminar enseguida. Vas a dejarte culiar? -preguntó y el niño, llena de lágrimas la cara, asintió asustado.
El hombre le sacó la mano que le tapaba la boca, lo hizo levantar de un tirón, lo llevó hasta las escaleras de madera, lo hizo subir hasta que tuvo el culo gordo a la altura correcta y le metió la verga de un solo empujón.
-AAAYYYY -gritó el chiquito, y luego intentó gritar pero le salían las A entrecortadas por los rebotes que le hacían pegar a vergazos.
Le reventó el culo por cinco minutos y se lo reventó tanto que el niño terminó desmayado.
El albañil lo acostó sobre una tabla, le metió el mango de un martillo para que no se le cerrara el ojete y se paseó por el patio fumando un cigarrillo.
-Ya terminaste? -preguntó el padre.
-Una segunda vuelta y le hago un descuento -gritó el albañil, el padre asintió y volvió a ingresar a la casa.
El albañil regresó cuando lo escuchaba quejarse, ya tenía de nuevo la verga durísima, esta vez el padre le había alcanzado aceite de cocina. Le sacó el martillo, le llenó de aceite el culo y el chiquito chilló cuando el hombre volvió a meterle la verga hasta el ombligo y comenzó a sacudirlo a vergazos.
Como sigue? necesito mas.
Excelente relato. como sigue?
Como sigue?
Por favor hace una segunda parte con el padre y el albañil juntos me vine muy mucho con este relato y los anteriores
😋
Que rico 😋, manden msj en tlg: Name3sin para morbosear y charlar