Un día en el centro comercial

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Quedamos de vernos en el ultimo piso del Centro Comercial, donde estaba el cine

Cuando llegue subí de inmediato ya que tenía un buen tiempo esperando por mi, al subir al último piso entre al área de las comidas y lo busco con la mirada, buscaba aquel bello niño de 22 años, de piel trigueña, ojos negros y con mirada penetrante, un cuerpo esbelto pero con unas nalgas firmes y duritas.
Cosa que me encantaba, el me vio primero y me dijo aquí estoy con la mano levantada y moviéndola de lado a lado, fui hasta donde estaba el, lo salude y me senté frente a él para poder ver esos ojos hermosos y penetrantes.
Nos dirigíamos un baño que quedaba muy cerca de las oficinas de seguridades de la plaza, ya en aquel momento tenía mi pene queriendo romper mi pantalón de tanto que lo deseaba.

Una ves ya dentro del baño, mirábamos todas partes a ver si estab ocupado algún cubículo, por suerte nuestra no lo estaban, teniamos el baño vacío para nosotro; empecé a besarlo, tiene unos labios tan carnosos y sexi que al besarlo se sentía en las nubes, no dejaba de agarrarle la sangre nalgas tan firmes y duras, aún así sentía que mi pene estallaba de lo erecto que se encontraba, Dios como quería penetrarlo, nos movimos a uno de los cubículos para discapacitados por el tamaño que tenían.

Cuando entramos de repetí se lanza sobre mi pantalón como si fuera un leon atacando su presa, sacó aquel pene que gritaba con locura que lo liberaran de esa prision que lo encarcelaba se colocó de rodillitas y se lo metió a la boca tan profundo como podía, miraba como mi pene se desaparecía en su boca al entrar, entre cada entrada y salida movía su lengua por la cabeza del pene, aquel sexo oral que me daba me llevaba a la luna y me regresaba de placer, eran tan rico que no quería que se lo sacara de la boca, en ese momento podía sentir como salían pequeñas cantidades de líquido seminal por la punta de mi pene, aquello era tan rico que justo cuando pensaba eyaculaba se lo saco, se bajo los pantanes y me dijo échala en mi culo, aquellas palabras resonaron en mis oídos provocando que saliera un poco de mi semen, al voltearse visualicé aquel culo se me puso más duro el pene.

Lo veía aquel hoyo mojadito, rico cerrado, cuando empecé a entrarlo sentía un placer enorme, el gemía de placer al sentir cómodo entraba mi pene por su culo, solo bastó con entrarlo y varios movimientos con su cintura y me fue saliendo chorros y chorros de semene dentro de su culo, el gemía como loco pero sabiendo que no lo podía hacer fuerte como quería, poco a poco aquello se latidos de mi pene hacían que le saliera semen de su pene, cuando lo saque me percaté que ya él se había eyaculancon tan solo unos cuantos movimientos de cintura.

Aquel momento fue tan rico que quedamos exhaustos.

Así fue como lo hicimos en un baño de la plaza comercial donde él trabajaba