Un día en la playa con mi novio R. y una otra sorpresa grata.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Recuerdo que en la playa había una zona de dunas, en la que reparé pero no mi noviete R. Siempre habíamos tenido una buena conexión el y yo, tanto amistosamente como sexualmente, ya que me traía por el camino de la locura esa piel blanca que portaba consigo, suave, de cuerpo delgado, bien guapo de cara… Era un ángel, mi ángel, y tenía a muchos chicos detrás, pero era yo el que lo tenía en su poder…
Ya dije que le conozco desde hace mucho, y ahora mismo, mi pequeño muchacho tiene 17 años, y yo 19. Me encanta la forma que tiene de follar, de chuparla, de besarme, de acariciarme el pene y demás… Volviendo al tema, R. y yo nos dirigimos a la zona de las dunas de arena, para tener un poco de intimidad y salvaguardar así el respeto de las personas que había en la zona que no era para nudistas. Tras las dunas había un bosque de pinos, y decidimos ponernos allí, donde nadie nos viera y donde podíamos, si es que realmente queríamos, darle fuga a nuestros episodios sexuales, a cada cual más maravilloso que el anterior.
Era un día soleado, caluroso de Agosto, y decidimos quitarnos toda la ropa y dejar nuestros miembros al descubierto. Mi amor estaba cansado, y decidió dormirse un ratito, el cual yo aproveché para dormir también, pero apenas quince minutos. Cuando desperté, R. estaba boca arriba, como si fuera un Jesucristo en la cruz, con el pene erecto (debía de estar teniendo un sueño erótico). Estaba tan guapo con esa pequeña verga de 15 cm, que no pude resistirme a metérmela en la boca.
La situación era idílica. Mi pequeño estaba dormido, desnudo, boca arriba, frente al mar, y yo estaba bien cachondo y le empecé a hacer una mamada, cosa que era muy normal entre nosotros, porque nos encanta chupar la polla del otro. Él despertó de su sueño, y me dijo que qué estaba haciendo porque le estaban entrando ganas de hacerlo conmigo. Rápidamente, R. se puso en pie, y me quitó mi bañador, dejando al descubierto mis 18 cm de pene, bien depilado a excepción de una pequeña rayita que me encanta dejarme. Me la empezó a chupar, a hacerme una garganta profunda, a darme un pequeño mordisquito en el glande y a lamerme los huevos y a metérselos en la boca. Yo estaba en el octavo cielo si es que existe.
Le puse boca abajo encima de mi, mirando hacia los pies y comenzamos a hacer un 69. Me metía su pene entero en la boca junto a sus testículos, le acariciaba el ano, se lo lamía también, y le metía dos dedos. Él a mi me lo lamía también y me lo dilataba, porque a ambos nos gusta el placer anal, a pesar de que yo generalmente sea el activo en la relación. Me moría por follarme a R., y se lo dije: "Mi amor, quiero que me penetres, pero quiero estar yo encima y ver la cara que pones mientras me tocas el culo." Nada más decirle eso, se puso mucho más duro aún, se tumbó en la toalla, y me metí su pene por el ano, bien lubricados ambos, y comencé a subir y a bajar como si estuviera cabalgando un caballo. Me estaba poniendo a mil notando su pene erecto dentro de mi. Él veía cómo mi pene y mis testículos rebotaban, bamboleaban cada vez más rápido y notaba la presión en el pene, ya que yo contraía mi ano a propósito para otorgarle otra sensación.
Para mi grata sorpresa, de repente aparece un primo mío… A. APARECIÓ SORPRENDENTEMENTE. (A. es el niño aquél que le sacaba 5 años que tuve una experiencia con él, que éramos primos. En otro relato mío aparece). Me estuvo contando antes que iba a ir a esa playa ese día, pero yo no sabía la hora. Al vernos a mi novio y a mi desnudos, dijo que si se podía unir a la fiesta, y obviamente le dijimos que si. Yo seguía cabalgando la polla de mi pareja, y A. se puso con el ano frente a la cara de R., que se lo lamió bien relamido. Me saqué el pene de mi trasero y me dispuse a penetrar a R. no sin antes hacerle la mejor mamada de su vida y el mejor anilingus que le habían hecho con masturbación peneana incluída. Al penetrarle, vi cómo A. se giraba sobre el cuerpo de R. Para empezar a chuparle la polla, lo que dejaba su boca frente a mi pene también y, por tanto, me permitía sacar el pene del culo de mi pareja y follarme la boca de mi primo. Eso hacía, a intervalos de 5min en el culo de R., 5min en la boca de A., y así durante un buen rato.
Finalmente, A. y yo decidimos hacerle una mamada conjunta a mi novio, para que finalmente se corriera en nuestra boca, cosa que me puso muchísimo más cachondo de lo que estaba, y decidí empezar a follarme a A. Tras un beso con el semen de mi pareja en la cara, le comencé a salivar el ano, bien depilado de ese muchachito de 14 años que quería cabalgar y tener dentro mi polla. Finalmente se la introduje mientras mi novio le chupaba la polla a mi primito hasta que unos diez minutos después comencé a tener espasmos en la zona anal. Mi orgasmo estaba muy cerquita y se lo dije a ambos. Antes de eso, R se había tumbado encima de A. y había comenzado a cabalgar su polla, por lo que hubo un momento en el que A. y yo estábamos penetrando al amor de mi vida. El caso es que yo estaba llegando ya al orgasmo y me corrí en la boca de mi novio y de mi primo. R. y yo nos miramos y le dijimos a A. que se la íbamos a chupar y que se iba a correr en nuestra boca, como R. había hecho antes.
Finalmente mi primo se corrió en nuestra boca y se quedó allí con nosotros. Nos fuimos a tomar algo después para mitigar el calor que hacía. Después nos fuimos a casa (mi pareja y yo a una, y mi primo a la suya) y nos quedamos dormidos tras ver una película en la TV y de haber preparado una cena romántica.
Espero que les haya gustado este relato, y como siempre digo, dejen sus comentarios para poder ir mejorando con el paso del tiempo y satisfacer así sus necesidades lectoras. Hasta otro episodio:
M.
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