un día, un tren, una cogida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por soyputo.
Había sido un largo día, de trabajo, había tenido que viajar a Buenos Aires, por tramites y algunas compras, ya era la tardecita y estaba llegando a retiro, para tomar el tren para Zárate, no veía la hora de llegar, y estar cerca de mi macho, Manuel, ya que el cansancio, cosa rara, me ponía cachondo, él lo sabía.
Tenía mi campera en la mano, la que había llevado, por las dudas, cuando uno viaja, no sabe si va a cambiar el tiempo, también tenía la bolsa con las compras que había realizado, unas resmas de papel para la impresora y algunas bombachitas para estrenar con mi maridito, envueltas y escondidas dentro de la bolsa con las resmas, soy puto, pero no lo ando publicando por todos lados, eso no quiere decir que en algunas circunstancias no sea elocuente lo mío, es difícil disimular muchas veces cuando vez un buen macho, un buen tórax, o unas buenas piernas, brazos o sencillamente un buen bulto.
En ese entonces tendría unos treinta y cinco años, más o menos, y me dedicaba a publicidad y si bien tenía una pareja estable, no convivíamos, pero no nos faltaba sexo, yo siempre quería y el siempre me la daba. Se llamaba Manuel era mayor que yo, y tenía una pija infernal, pero eso no era todo, lo mejor era el uso que le daba. La forma en me rompía el culo, un culo ya roto hacía rato, a los 16 ya lo había entregado y de ahí no paré.
Pero bueno, no les voy a contar todo eso, en este relato, en el que les voy a contar lo que me pasó en el tren, entonces volvamos a Retiro, eran las 18:45 y a las 19:40 salía el único tren directo a Zárate, es decir sin transbordo en Villa Ballester, lo que lo hacía parecer más efectivo.
Llegué a la boletería, para sacar mi pasaje, la cola de gente era bastante larga, pero bueno siempre pasaba, había que tomarlo con paciencia, estando en una cola de gente, a medida que va pasando el tiempo uno empieza a buscar mirar algo que lo entretenga, para que pase el tiempo más rápido, mi forma preferida era mirar los hombres que pasaban y catalogarlos de la siguiente manera, con ese no, con ese puede ser, con ese me dejo, con ese quiero, y con ese en donde sea y cuando sea.
Cada tanto, encendía un cigarrillo y no perdía de vista mi entretenimiento, no se veía mucho, demasiados “con ese no”, algunos “con ese puede ser” y no más de cinco “con ese me dejo”. Generalmente miraba hacia la izquierda, ya que ahí estaba el pasillo de la entrada principal y pasaban más gente, es decir mas hombres.
En cierto momento, giré la cabeza hacia el otro lado, donde estaban las otras ventanillas. No se si mi sexto sentido, o si mi cola me avisaba. Pero giré la cabeza como dije y lo vi, fue instantáneo, “con ese donde sea y cuando sea”. Un calor me recorrió todo el cuerpo, no tendría más de 25 años, musculoso, no muy alto, morocho, unos bíceps impresionantes que su camiseta azul sin mangas y bien pegada al cuerpo dejaba ver, los pantalones de gimnasia bien ajustados, marcaban sus piernas y glúteos, pero mi mirada se plantó en su bulto, no era normal, ese pedazo de macho era deforme. Poderse comer un machito de esos es lo que reconforta ser puto, eso era lo hermoso de ser puto, poderse comer un macho como ese. Yo me lo comía con la mirada y no sabía que hacer, eran esos momentos en que se me hacía difícil disimular mis gustos.
Un pensamiento lascivo me recorrió la mente,“que me vea, que se de cuenta y que me coja”. Entonces saqué el atado de cigarrillos, me acerqué a él, y le pregunté si tenía fuego, entonces sacó del bolsillo de su pantalón un encendedor, y prendió mi cigarrillo, le hice un gesto con el atado ofreciéndole uno, con la cabeza negó. Entonces volviendo a la cola, le dije gracias, a lo que me contestó “de nada papá”. Yo pensé, ¿papá? Mamá quiero ser, pero de tus hijos.
Ese fue mi primer encuentro esa tarde con ese ejemplar de macho, no fue la única, se ve que el destino me lo puso en el camino, mis pensamientos me hacían volar, los “nervios” seguían, era imposible dominarlos, cada tanto, es decir cada unos 10 segundos, miraba a la otra cola, para verlo…..
-eh, viejo que esperas? Me increpó alguien.
No me había dado cuenta pero estaba en primer lugar para sacar el boleto, y me reclamaban que me apure.
-Perdón, uno a Zárate, gracias.
Pagué, y salí, hacia el hall central, en un kiosco, compré una revista de crucigramas, para el viaje, salí caminando despacito hojeando la revista y me paré delante del tablero electrónico, para ver de que andén salía mi tren.
-Ahora si convídame un cigarrillo.
Levanté la vista y era él, pidiéndome el cigarrillo prometido antes, me dije para mí, si cariño, como no te voy a dar un cigarrillo, te entrego lo que me pidas. Sólo atiné a decir: -Como no. Acto seguido él tomaba el cigarrillo. El corazón estaba a mil, como hacer para no tocarlo.
Decidí ir al baño, por lo menos para salir de esa situación incomoda, pero antes escuché que decía, “anden 5 me toca”, entonces, yo que me había olvidado mirar el tablero, recordé que debía ver de donde iba a salir, un escalofrío recorrió mi cuerpo mi tren salía del andén número cinco, coincidíamos otra vez, el mismo tren.
Salí hacía el baño, necesitaba mojarme la cara, como para enfriarme un poco, llegué al baño, los lavatorios estaban tranquilos, así que me mojé la cara, me lavé las manos, y me sequé, todavía faltaban unos 30 minutos para que saliera el tren, así que decidí esperar un poco ahí para no encontrarme otra vez, no porque quisiera evitarlo, sino para no alentar más mi calentura. Saqué un cigarrillo y el encendedor lo prendí.
-Regalan encendedores en el baño?
Levanté la vista y el estaba ahí, pillándome con el encendedor que “antes no tenía”. Podría haber dicho que me había olvidado que lo tenía, que era un despistado, muchas excusas valederas, pero decidí tirarme un lance. “disculpame” le dije, a lo que agregué “es que me aburría en la cola y busqué una escusa para charlar con alguién”
-y me elegiste a mi?
-si, los otros parecían más acartonados.
-Los otros eran más acartonados, o te interesaste en mi?-me increpó
-piensa lo que quieras- le contesté y me fui. Salí del baño más caliente que antes, era evidente que prácticamente le grité en la cara que me moría de ganas.
-¡esperá!, mira esta todo bien, no quise ofenderte- me dijo
– no me ofendiste, sólo que insinuaste algo y yo te conteste que pienses lo que vos quieras, para eso sos libre.
-y no es peligrosa esa contestación?
-peligrosa?- quise saber en el sentido que lo decía
– te digo que me puedes estar fijándote en mi, y vos me dejas que yo piense lo que quieras
– mira, yo no te voy a afirmar nada, ni por si ni por no, dedúcelo tu y ves lo que haces.- acto seguido me alejé en el sentido donde estaba el tren que debía tomar, no sabía como habría tomado esto último. Enseguida lo supe:
-Te gusto?- se me había acercado nuevamente y esta vez me atacó directamente.
No le contesté que si, que me gustaba, tampoco le dije que no, pero bueno, decidí alentarlo:- Mal no estas.
Ahí si, me volví a adelantar, esta vez caminando más rápido, no es que huía, porque sabía que él tomaba el mismo tren. Más directo que lo que le dije era super regalarme, era decirle, ¡claro que me gustas si estas refuerte!
Entre al tren y me senté en un compartimento doble, es decir los asientos eran de dos y de tres, yo elegí uno de dos y me senté mirando en el sentido que iba el tren del lado del pasillo, como para que me viera. No aparecía, así que comencé a hacer un crucigrama de la revista.
Cuando el tren se puso en marcha, por un momento dejé la revista y levanté la vista, para observar como partía el tren de Retiro. Si al llegar a la estación de tres de Febrero el no aparecía, lo buscaría yo, para estar cerca, por lo menos, ninguna locura, no suelo hacerlas, muy rara vez encaré yo directamente a un macho. Estaba cavilando todo esto cuando siento un chistido, entonces levanto la vista, miro hacia el otro lado del pasillo, enfrente mío, del otro lado estaba él, y me llamaba, con un gesto me dijo que me fuera a sentar con él. Evidentemente, algo iba a pasar, pero bueno, pensé que lindo es ser puto. No le hice caso y no me fui a sentar con él, por lo menos no pensaba hacerlo al primer intento, iba a esperar un poco, no mucho, haber si se arrepentía. Aunque estaba dispuesto a regalarme con él, por lo menos intentaría disimularlo un poco.
No pasaron dos minutos, él volvió a insistir, con la cabeza me rehusé, dos minutos más y repitió el gesto, ahí entonces, yo que estaba sentado, del lado del pasillo, me corrí hacia la ventanilla y sin mirarlo, palmeando el asiento, le contesté, en gestos, yo no voy pero si vienes tu, serás bien recibido.
Yo miraba hacia el exterior, pero noté que se levantaba y venía hacia mí. La verdad estaba dispuesto a todo, que fuera lo que quiera, si me quería coger en medio de toda la gente que lo hiciera, no me lo iba a perder por nada del mundo.
Se sentó al lado mío, yo no lo miraba, no quería mirar a los ojos, no sabía como reaccionaria yo, que él tomara la batuta.
-Te haces desear, che.
-como que me hago desear-dije
-si, te llamaba y no venias
– bueno pero ahora estas acá. Y no hace 5 minutos que salió el tren.
-ok. Entonces te gusto?
-Es necesario ser explícito, no basta con las actitudes?
– no te enojes, solo pregunto
-Mirá, estan las cosas muy claras, por lo menos de mi parte no creo que sea necesario ser explícito, aunque no me molesta
-Es que me gustaría escuchartelo decir
-Bien, que quieres que te diga? Estas refuerte, y si, si me gustas.
-como te llamas? Yo Fernando
-yo soy Ricky.
-hace mucho que sos puto?
-A los 15 me cojieron por primera vez
-te violaron?.
– no, me deje
-que haces en Zárate?
– tengo una pequeña agencia de publicidad, recién comienzo
-tenes novio?
-Diriamos que tengo marido
-Ah, bueno.
-que pasa?
– no, digo, tenes marido y andas levantandote machos en Retiro?
-yo no ando levantando machos en retiro
-Bueno digamos que no, pero recién me confesaste que yo te gustaba
-Si, no lo niego, pero que tenga marido no quiere decir que no me pueda calentar con otro macho.
-bueno, no andas levantandote machos por ahí, pero te cambio la pregunta, tu marido es muy cornudo?
-No, no niego que me tire mis canitas al aire, pero no es muy cornudo.
-digamos que con esta más, o menos de diez.
-primero no cuento las veces, y segundo que todavía no le estoy metiendo los cuernos, no pasó nada
-pero va a pasar
– si vos lo decir.
-que decis vos
-yo creo que te moris de ganas.
Acto seguido agarró mi mano y me la llevo a su pierna, y me la fue llevando hasta su entrepierna, yo por supuesto no hice ningún esfuerzo para impedírselo. Mi mano llegó hasta su bulto, impresionante, y ahí se detuvo, él soltó mi mano, sabía que no hacía falta, sabía que no la iba a retirar y también que sabía bien que hacer.
Yo no podía creer lo que estaba viviendo, no me importaba ya que la gente que estaba en el tren viera mi degradación con ese hombre. Iba a ser suyo y nadie me lo impediría. Entonces él fue aproximándose hacia mi lentamente, pasó su mano por detrás de mí y comenzó a acariciarme la nalga. Yo estaba en otro mundo, entonces, el lentamente posó sus labios sobre los míos, los cuales los recibieron desenfrenadamente e inmediatamente yo le estaba comiendo la boca. Abrí bien la boca y su lengua entro dentro de mis fauces, hambrientas de tanto macho.
Sentí, o por lo menos me pareció escuchar a lo lejos, “¡que asco!”, no sabía si lo escuché o lo imaginé, sólo atiné a contestar para mis adentros, que va a ser un asco, es delicioso, es desesperadamente hermoso lo que estoy viviendo.
Me dejé seguir llevando, su pedazo, se iba agrandando cada vez más y más, mi mano sentía erectárse ese mástil, impresionante, mientras, con la otra comencé a acariciarle el pecho, a recorrerselo por todo él.
Por un instante, su boca se retiró de la mía, como para tomar aire, yo lo mire, no me vas a dejar así, me dio un pico.
-donde nos bajamos- le susurré
-para que te quieres bajar?
-quiero que me cojas, guacho, quiero que me la des!
-y tenemos que bajarnos para eso?
-no me pensaras coger acá- le dije, como suplicándole, que no lo intentara, no porque me fuera a negar, y él, eso lo sabía. Fue como suplicarle, si quieres me dejo acá pero por favor no. No se si me explico.
-vamos- me dijo.
-adonde?
-vení, acompañame, que te voy a romper el culo.
Sin más lo seguí, él me esperó y me tomó de la mano, sabía que nos estaban mirando, no me importaba un carajo, lo único que me importaba en ese momento era llenarme mi boca y mi culo con ese pedazo impresionante de pija.
Salimos del vagón, y me metió en el baño, era chiquito, pero que importaba, cerró la puerta y la trabó.
-así no nos molestan.
Yo me apoyé contra el pequeño lavabo que había y esperé, él se volvió, me miró y me apretó contra el lavabo, yo lo abracé, y le comí la boca de un beso, él sin dejarme respirar, me rompía la boca a lengüetazos, nuestras lenguas parecían estar librando una batalla como espadas, mis manos recorrían todo su cuerpo, su hermoso cuerpo, él con sus manos acariciaba y estrujaban mis nalgas, a esas alturas, muy mojadas.
Lentamente, mis manos fueron bajando hacia su entrepiernas, su verga estaba que estallaba dentro de su pantalón, comencé a besarle el cuello, primero, luego el pecho, y fui bajando lentamente, cuando llegué a su cintura, bajé sus pantalones y con gran sorpresa, sinceramente no lo esperaba, no tenía slips, así que ante mí quedó ese monumento al mástil, hermoso, enorme, impresionante, sin palabras.
Puse mi boca sobre su pija y la besé, luego fui hasta sus testículos y se los lamí y lentamente con mi lengua fui recorriendo toda la enorme superficie de su pija hasta llegar a su cabeza, la cual introduje en mi boca, lentamente, desesperadamente, y fue entrándome su pija toda en mi boca, cada vez más grande, cada vez más apetitosa, la sentía latir dentro de mi boca, sentía caminar por los pasillos del vagón, el tren disminuía su marcha, estábamos llegando a una estación, no pares ahora por favor déjame que te la chupe toda.
– Bueno, para un poquito que te voy a dar el postre- dijo, y puso su mano sobre mi barbilla y con un movimiento imperceptible, me indicó que me levantara, volví a estar frente a él, lo besé en la boca…..
– Date vuelta- eso hice, con mis manos me apoyé en el lavabo, con sus manos me bajó el pantalón, y enseguida el slip, yo con los pies me los saqué, para que no molestarán. Puso sus manos en mis caderas y me retiró un poco del lavabo. Me encanta cuando me guían, con su pie me indicó que abriera las piernas.
– Vas a conocer lo que es un macho
– Dale, no me hagas desear más- contesté
Entonces con la punta de su pija fue recorriendome toda la raya del culo, para abajo, para arriba, lentamente, ardía de deseos, entonces pozó su pija en mi ano y empezó a jugar con su cabeza en la puerta del ano, de pronto empezó a hacer presión sobre mi esfínter, justo en el momento en que arrancaba el tren nuevamente, eso apuro el momento ya que la cabeza de su pija se introdujo en mi culo, ¡que hermoso!,
-como la queres?- me dijo
-Toda, ponemela toda
Lentamente fue introduciéndome su pija en mi culo, cada vez más adentro, yo estallaba de placer.
De pronto sentí golpear la puerta del baño, a lo que siguió:
-Vamos que el baño no es de uno solo-
¡y ahora! No le íbamos a dar bola, justo en ese momento, enseguida se escuchó otra voz:
-No le van a abrir, se estan cojiendo a un puto adentro
Bueno si tenía una duda de si se habían dado cuenta, esas dudas ya no las tenía.
-Seguí no pares- le dije
Él seguía metiéndome su enorme pija en mi idiosincrasia, no terminaba de entrar nunca. Hasta que mis nalgas empezaron a sentir sus caderas, y siguió, y siguió. Por fín sentí sus testículos posarse sobre mis cachetes en la puerta de mi culo. No tengo palabras para describir lo que sentía en esos momentos, y esto recién comenzaba.
Siguió haciendo presión sobre mi culo, como queriéndome introducir su pene más adentro.
– vamos que te empiezo a dar bomba
– dale papá, no pares
empezó a retirarla y volvió a introducírmela hasta el fondo, volvió a retirarla, esta vez un poquito más y más lentamente, y sentí como su cabeza tocaba nuevamente mi esfínter, esta vez del lado de adentro, volvió, lentamente a introducirme su miembro, con sus manos me acariciaba las cachas del culo.
– que pedazo de puto!- exclamó, no estaba en condiciones de contradecirlo, que argumento podía tener para rebatirlo.
Siguió con sus movimientos dentro de mi culo, con su pija entrando y saliendo, no toda, y cada vez más rápido, entonces dijo:
-agarrate fuerte que vamos a galopar.
Su pija entraba y salía de mi culo, cada vez con movimientos más frenéticos, más, y más…….
Sus manos se posaron en mis pechos y me seguía dando bomba, con mis manos me tocaba mi pija y acariciaba sus piernas. Estallaba de placer.
Ya su vaivén era incesante, lentamente comenzó a gemir, cada vez más, estaba llegando al climax.
-Como la queres la leche?
-Adentro, toda adentro, acabame adentro
De pronto retiró casi toda su pija del culo, dejó sólo su cabeza adentro, y tomando impulso la volvió a introducir violentamente dentro de mi culo, e inmediatamente acabó dentro mío, no puedo describir con palabras lo que sentí cuando su leche llenaba mi culo de placer, lentamente fue sacándola de adentro. Cuando estuvo toda afuera, siguió acariciándome, y su pija refregándomela en los cachetes del culo, entonces llegué yo a acabar, que placer, que cojida.
Me di vuelta, lo miré, lo besé en la boca.
-bueno andá que me voy a lavar un poco, me levanté el slip y me puse el pantalón. Antes de salir lo besé nuevamente, y lo miré como queriéndole preguntar ¿ y ahora?, no me animé y salí.
Cuando abrí la puerta había varios esperando para bajar, ya que el tren estaba llegando a Escobar. Las miradas parecían flechas acusadoras, “ahí está saliendo el puto”, parecían decir, ¿y a mi que me importaba? La cogida que me habían pegado bien valía la pena, lo único que lamentaba era que no sabía si lo iba a volver a ver. Volví lentamente al vagón y me senté, esta vez de espaldas al baño, no quería verlo salir del baño e irse.
Me quedé mirando hacia fuera, la estación de Escobar no tenía nada distinto a cualquier otra, fea, vieja, sucia, pero yo no miraba la estación, pensaba en el baño del tren y el placer que había sentido dentro de él.
-yo bajo en Campana, vos?- me dijeron
Miré, era él que había vuelto, le sonreí, lo abracé, lo besé, y le dije:
-yo también, por supuesto.
Continuará………
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