Un encuentro con el doctor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno…. no se si han leído mi historia de mi hermano con el vecino… pero esta me sucedió a los 14….
A mi me gustaba (y aún me gusta) jugar fútbol en mi vecindario, por esa razón mis padres me quisieron inscribir en un club deportivo. En el habían muchos niños de mi edad, otros más grandes, otros mas pequeños; también estaban los entrenadores y el medico (Mauricio). Después de unos meses en el club, ya me tenían catalogado como uno de los mejores jugadores, por esta razón, el entrenador cuidaba mucho que yo no me hiriera. Después de unos meses, nos tocó jugar con un equipo rival, en el cual íbamos ganando, pero una falta hizo que me cortara el muslo y me saliera sangre. El entrenador, asustado de perder al mejor jugador, me mando directamente donde el medico del equipo.
Al llegar a enfermería, el medico me saluda cordialmente
-Buenas jorge-
-No tan buenas Don Mauricio- contesté
-haber, dime que te paso-
-Me hicieron una falta y me corte la pierna- dije mostrando la herida
-Haber déjame ver-
Acto seguido, empezó a revisarme, levantando levemente mi pantalón corto. En un descuido (o tal vez no), puso su mano sobre mi entrepierna, tocando levemente mis testículos. Al terminar me soltó y dijo, alejándose hacia un mesón.
-No es tan grave, solo un par de vendas y ya está-
-Ufff, que alivio-
-Pero….-
-Pero que?- Conteste, temiendo no poder jugar
-No puedo colocarte la venda si llevas los pantalones puestos, porque se resbalaría y no quedaría fija-
-Ningún problema- Dije, sacándome las zapatillas, bajándome los pantalones y quedando sólo en boxers
-Aquí está de nuevo el problema- dijo, apuntando mis boxers -Es como si tuvieras otro pantalón corto-
Yo, indeciso, me volteé y me saqué los boxers, mostrando todo el culo al medico
-Puede hacerlo sin que yo esté mirándolo de frente?- Pregunte con vergüenza- Nunca he estado desnudo frente a alguien que no sea mi familia-
-Pues claro, ningún problema- Al decir esto, se hincó y empezó a vendarme el muslo.
Después de un rato, empecé a sentir el sonido de un rose y unos cuantos jadeos pausados, como si no quisieran ser oídos. Volteé un poco la cabeza y vi al medico sobándose la entrepierna. Al ver esto me empecé a mover un poco, lo cual hizo que el medico rozara de nuevo mis testículos. En ese momento los jadeos cesaron.
-Pues que tienes aquí- Dijo con tono burlón, tocando uno de mis testículos, amasándolo. No dije nada
-Mmmmm, que callado estás, haber si con esto hablas- Me agarró mi penecito
-Ayyyyyyyy- Dije asustado, casi sin voz
-No te quejes, que esto te va a gustar, y a mi también- Me volteó bruscamente
-Wow, que pedazo de poronga te gastas- Dijo viendo mi pene semi-erecto, y al instante se lo metió dentro de la boca. Yo empecé a gemir de excitación. Don Mauricio empezó a meterme los dedos al ano, lo cual me empezaba a doler.
-Me encantaría que me metieras el gigantesco pene que tienes (a esa edad ya estaba bien dotado, con bastante pelos y con un pene erecto de aproximadamente 18 cm y 4 cm de grosor), vamos, ensartarlo- Se volteó, se bajó los pantalones, dejándome ver su culo blanco lleno de pelos y sus bolas, que colgaban entre las nalgas, eran peludas y grandes, totalmente rosadas- Escupe en el ollo-
Lo hice y luego se lo empecé a meter, él gemía y me decía -Oh… vamos….. siiiii…. siiiiiiiii…. Más fuerte….. aprétame las bolas, masturbame- Al decir esto último, baje mi mano y se la pasé por entre las piernas, y agarrando su pene erecto, lo empecé a masturbar
Luego de un rato, empezó a eyacular, al igual que yo. Me dijo que lo volveríamos a repetir, si yo quería.
Se repitió varias veces, hasta que él se tuvo que ir del país, pero lo hice gozar (y yo también gocé) como nunca nadie lo hizo
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