Un hetero de verdad termina en mi cama.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Se me hace imposible contar esta historia llevándolos al momento que que tuve a un heterosexual en mi cama, tendré que contar cómo empezó todo. Sí, es un relato largo y sí, es cierto. La realidad siempre supera a la ficción. Ah y mi nombre es Gabriel, casi olvido escribirlo. Contaba yo con 17 apenas cumplidos cuando ocurrió así que voy a describirme físicamente para ese momento: mis ojos marrones con pestañas largas, mi cabello negro corto, mi piel blanca y mi estatura 1. 66 (y sigo igual creo), mi cuerpo con el potencial de ser bien sexy si hacia ejercicio pero como nunca me animé seguí con mi cuerpo delgado, mi pene normal como de trece o catorce centímetros lo suficientemente grueso y recto, mis nalgas blancas con lunares pero nada impresionantes. Un chico regular. Acababa de salir de bachillerato y necesitaba de manera urgente entrar en un curso que me preparara para una prueba para entrar a la universidad. Me había decidido por derecho en la Universidad de los Andes de Mérida (un estado cerca de San Cristóbal donde viví toda mi vida). Inscrito en el curso tuve el placer de encontrarme con algunos amigos con los que me había graduado y con otros que ya tenían dos o tres años de haberse graduado, entre ellos nuestro hetero, su nombre Ricardo. Para el momento el ya tenía cumplido sus veinte y se disponía a presentar una prueba para estudiar Química en la misma universidad a la que iba. En aquel tiempo no lo veía como algo sexual, simplemente un conocido así que lo describiré mas detalladamente a medida que continué el relato. Llevaba mucha ropa deportiva al curso ya que siempre se dedico a los deportes y al gimnasio, debido al tiempo que llevaba sin hacer nada más que ejercicio se notaba sus músculos grandes pero no exagerados y definidos, eso sí, muy definidos. Su cara era linda, su piel blanca, sus cejas gruesas y ojos grandes, su boca canosa y su nariz perfilada. Su cabello estaba rapado en aquel momento pero se lo dejaría crecer luego. Desde el primer día nos lo llevamos bien ya que él conoce a un primo mío que estudio junto a él. Nos hicimos muy compañeros. Sucedió que como los dos nos queríamos ir a Mérida buscamos un apartamento o residencia de estudiantes y como ya teníamos mucha confianza no pensamos en que habría problema en vivir juntos y repartir los gastos del alquiler y demás cosas. Aclaro que en ningún momento hubo algo sexual o amoroso de mi parte y mucho menos infinitamente menos de parte de él, simplemente nos reuníamos a estudiar a pesar que en su prueba eran cosas diferentes a las mías. Le comentamos a nuestros padres y estos se conocieron, se agradaron y la idea se dio. Presentamos la prueba, quedamos y llegó el momento de mudarnos. Él empezaba clase antes que yo pero igual me fui al mismo tiempo que él porque quería trabajar y sentir la libertad de vivir semi independiente. Llegamos a un apartamento que queda en la Avenida las Américas, frente al Cosmos (que es como un supermercado), en el sexto piso. Acomodamos nuestras cosas y nuestros padres se quedaron unos días. El apartamento era de un señor que se fue a vivir con sus hijos a México y lo alquilaba a buen precio. Tenía una sala con un un sofá pequeño y uno grande, inmediatamente la estrecha cocina con su lavadero y en un pasillo estaban tres habitaciones. Dos de ellas estaba cerradas porque servían de deposito y la tercera era la nuestra, la que tenía baño. Dos camas individuales, una para cada uno, una pegada a la puerta del baño y la otra en el otro extremo, en la cual había un espejo que ocupaba toda la pared y se notaba que habían despegado algunas pegatinas del borde. Nos separaba medio metro de espacio. Teníamos un televisor y yo había llevado mi play 2 para cuando estuviese aburrido. Así empezamos a vivir juntos y empecé ver a Ricardo algo distinto. Los días en los andes venezolanos transcurrían con la dureza de la situación en el país pero Ricardo y yo tratábamos con humor todo. El iba a sus clases y yo trabajaba en una tienda en el centro de la ciudad en la mañana y parte de la tarde. Íbamos al comedor universitario juntos ya que no conocíamos a nadie (yo me las arreglaba para conseguir comida a pesar que todavía no tenia el carnet) y nos dividíamos las tareas de limpieza del apartamento. Decidimos unir nuestro mercado debido a la situación de escasees y así. Al principio no note que me estaba pasando cuando veía a Ricardo llegar pero luego fue tan obvio, tan instintivo. Ricardo nunca dejó el gimnasio, se inscribió en uno que queda cerca del Mercado Principal apenas llegó. Desde que llegamos el pudor quedó a un lado y vivimos con los hábitos de nuestras casas. Yo iba siempre en short corto sin franela ni medias, descalzo siempre. Ricardo iba siempre en bóxer que de paso le quedaban justos, apretados. Poco a poco fui notando el cuerpo de Ricardo. Cuando llegaba del gimnasio se quitaba la ropa y la dejaba tirada en el suelo, totalemte sudado quedando en bóxer. Se notaba la raya del culo por la humedad que dejaba en el bóxer, su culo era redondo y paradito como bombas de una fiesta; subiendo su espalda se mostraba ancha y cuando se movia sus musculos se definian, así como los musculos bajos de la espalda que marcaban esa silueta en “s” que tanto da placer ver, finalmente se mostraba su trapecio inflamado por el ejercicio y sus hombros fuertes que daban lugar a unos brazos no muy grandes, no exagerados pero sí gruesos como para que te abracen y un antebrazo fuerte, de macho. Sus piernas no eran gruesas pero si fuertes, aunque miento, eran gruesas pero Ricardo mide 1. 94 y por lo tanto sus musculos son largos. Sus pies eran un poco pequeños con respecto a su tamaño y eran la unica parte femenina de su cuerpo, delicados. SU cuerpo blanco se mostraba sudado en aquel momento y notaba como las gotas de sudor le bajaban por su cuerpo esculpido. Luego se sentaba en el sofá pequeño y abria las piernas, poniendo sus manos detras de la cabeza. Una leve pelusa de vello se mostraba en sus axilas, el resto era lampiño. Y luego lo que note fue lo que me hizo pensar “Puta sea, de verdad esta muy bueno y vo con él”. Así, con las piernas abiertas Ricardo mostraba un paquete respetable. Se notaba su tronco grueso y el grande y dos formas ovaladas o esféricas que serían sus testiculos. Siempre me deleitaba unos segundos con esa escena y luego disimulaba. Así empezaron a ser mis días. Platicábamos mucho de muchos temas, tocábamos cosas personales y de un momento a otro nos hicimos amigos de toda la vida. Todo esto mientras viviamos nuestras vidas nuevas, cocinabamos, jugabamos al play o saliamos con las personas que conocimos en ese mes. Fue muy rápido la manera en que forjamos confianza. Nos prestábamos la ropa, no nos daba pena nada el uno con el otro aunque siempre mantuvimos cierto grado de respeto. Y nunca peleabamos (los que han vivido con rommies saben que a veces las peleas son inevitables). Cuando jugabamos play lo haciamos en su cama que quedaba cerca del televisor y a él no le importaba que por comodidd pusiera mies piernas sobre la suyas haciendo una X, el acostado y yo sentado contra la pared-espejo. Simplemente, nos hicimos amigos. Claro, el sabía que soy homosexual pero nunca le importo o lo juzgo y mucho menos se insinuó, preguntaba cosas que le daban curiosidad como a todo el mundo. Por lo tanto siempre fui respetuoso con él a pesar que cada día quería sentir su verga penetrándome. Imagínense ver todos los días a un hombre con el cuerpo de un dios del Olimpo caminando en boxer. Su paquete se movia con el vaiven de sus pasos, cuando se sentaba se le marcaba demasiado, su trasero me saludaba cuando me daba la espalda y a veces cuando se agachaba se le podía ver una perfecta forma de corazón (que buen culo el de este tipo se los juro) con sus testiculos colgando metidos en el boxer. Gracias a dios nunca le vi una ereccion mañanera porque siento que hubiese cometido una locura. Así vivía amigos hasta que un día pasó algo impensable. Estaba oscureciendo, había sido un sábado muy frío ya que en los picos había caído nieve. Pasamos toda la tarde jugando fútbol en el play. Él bajo la sábana que cubría todo su cuerpo hasta el cuello y yo pasando frío sentado cerca del borde. Ya casi de noche nos colocamos algo, creo que Mtv y empezamos a hablar (yo me quede en su cama no había nada de raro en eso) y empezó a contarme en como una vez se había cogido a una prima. Su relato empezó a excitarme, el tumulto de sábanas ocultaban a su vista la parte inferior de mi cuerpo y mi erección. Su prima en una fiesta de diciembre había entrado en el baño sin tocar y él estaba orinando, al ver su pene se queda boquiabierta y él descaradamente mueve su verga. Baje mi mano y empecé a tocarme entre mi pene y mi culo, ese lugar erógeno. Yo lo miraba y él miraba la TV mientras me contaba. Luego cuando todos dormían la puso a mamar en la sala de su casa, ahogándola. Eso me hizo presionarme más fuerte, mi piel hervía. Siguió su relato, de como le había costado penetrarla pues resultaba que apenas tenía catorce su prima pero que igual le daba nalgadas por zorra. Yo me presionaba más fuerte, como si me estuviese penetrando. Sigio hablando hasta que en un momento me dice “¡Epa, EPA!”. Asustado quito mi mano y le digo debilmente “¿Qué, ah?” pensando que me había visto peor no era así. -Que ella me dijo que se lo había mamado una vez al padrastro pero que le gustaba mas el mpio porque era bonito. -Aaaaaah ya. -Me reí. – Bueno, lo que le pregunte. ¿A usted como le gustan los guebos (pene, verga)? Porque se nota que le gusta mas mamarlo. -Callese sapo. pues los grandes me llaman la atención pero que no sean negros. Pero esos duelen así que si es normal y blanquito para mi está bien. -Qué zorra, le gustan de negro. – Jajaja coma mierda, callese. – Entonces el mío le gustaría, es bonito. (me reí nervioso) -Bueno dele, si lo dijo su prima pues confie en su familia. – ¿Quiere verlo? – Yo me alarme y dije que no de una vez, siempre quise anteponer el respeto porque si era una broma y decia que sí podía volver todo raro. – Jaja yo sé que quiere. Y lo tengo parado, estoy que me cojo otra prima. -Guardese marico (acá en Venezuela decir marico es como decir chico sin insultar pues). – Se lo voy a mostrar, yo sé que le da curiosidad pero no me lo vaya a tocar. – Que no quiero. Lo deseaba más que nada en el mundo. El se quito el boxer bajo la sábana y yo oculte mi erección con una almohada. Me hizo espacio para que me sentara justo a su lado, tal vez no me quería tan cerca de su pene. La luz azulada del atardecer y del televisor daba una sesación más fria al ambiente pero yo estaba muy caliente. Debido al tamaño de la cama mi brazo pegaba con el suyo y eso hizo que me excitara aun más pero él no podía ver mi cara. En todo ese rato no hubo ningún silencio él siguio hablando normal y su voz no era de lujuria sino divertida como siempre. Hizo un redoble de tampores con su voz y fue bajando la sabana. Fue mostrando su pecho, grande y marcado. bajando por sus abdominales (pude nortar que tenía una finisima capa de vello en ellos) uno, dos, tres cuadritos. bajo más, llegando a la pelvis irrumpiendo más abajo de la línea del bronceado, emergió unos vellos recortados de manera muy sexy y se detuvo. “Aaaaah mentira marico, como le voy a mostrar el pipi” y no hubo dicho esto cuando destapó todo su cuerpo y su verga erecta reboto en su abdomen. Todo esto ocurrió en segundos, no hubo silencio ni tensión sexual, solo un momento raro pero divertido. Pero para mí pasaron horas: Su pene llegaba un poco más arriba de su ombligo (hablo de algo que mido uno noventa y pico), era blanco, su grande estaba descubierto parecía una fresa, su tronco largo era sufiestemente grueso no exagerado y en ese momento se agarró las bolas que me parecieron muy grandes pero la verdad eran de tamaño ideal para su verga. Luego con su mano se subio la verga erecta para mostrame mejor y pude notar que una vena grusa le recorria todo su tronco. Quería lamersela pero no podía. Subió y bajo su prepucio dos veces, lentamente como si se masturbara, algo decía pero no le oía hasta que dijo “Huelala si quiere pero ni se le ocurra tocarla”. Hipnotizado y excitado me acerque poco a poco a su verga, moviendome en cuatro y parando mi colita como si un instinto natural me colocara así, baje mi cabeza y por un estimulo entreabri un poco los labios “Eeeepa no, pilas, no vaya a hacerlo”. Cerre bien mis labios y le olí la cabeza. Un olor a macho, a guebo limpio y a un poquito de orin, un olor para despertarse en la mañana. Fueron un par de segundos eternos y me aparte un poco dispuesto a olerla toda pero él se la guardo. Ricardo se río y yo también como si lo que hubiese pasado no me matara por dentro. -Bueno ya la vio y hasta la olio. Yo sé que le daba curiosidad, yo noto como me mira el bulto. Así se le quita la idea ¿no? – Yo un poco desconcertado no supe que cara poner pero solo repondí “Aja sí”. Nos reímos de nuevo con un par de bromas que no recuerdo a lo que él me dice, seriamente. “Marico salga que me voy a hacer la paja”. Me impresionó que me dijera eso tanto como que me mostrara la verga. Sin decir nada salí del cuarto y el se levantó cerrando la puerta y colocandole el seguro. No lo espié ni hice nada porque no quería faltarle el respeto, cagarla. Pero seguía tan excitado que me quite la ropa y me fui a la sala, al sofa pequeño, sentandome y colocando mis piernas en cada reposabrazos. Me masturbe y me metí un dedo pensando en la verga de Ricardo, imaginando que salía de la habitación y me cogía ahí mismo. Cuando acabé me limpié en el lavadero. Al rato oígo que abren la puerta y me voy al cuarto. Ricardo y yo nos miramos y nos reímos, todo era muy gracioso quitando la tensión sexual que yo tenía. Pienso que esto dio pie a lo que sucedió luego y algo era seguro, nuestra confianza era absoluta. Las semanas pasaron, trataba de no mirarle el paquete ni el culo que tenía, por el resto de su cuerpo no había necesidad por lo que andaba en boxer siempre en el apartamento. Aún así no podía evitar mirar cuando limpiando o buscando algo se agachaba o se ponía en cuatro, marcando en el boxer sus dos nalgas curvas. O cuando caminaba y su verga se movía, a veces cuando hacía mucho frío su pene se acortaba un poco más en el boxer pero sus bolas predominaban y se movian en un vaiven provocativo. Pero trate de ser más respetuoso, lo juro, eramos amigos. Tuvimos más confianza con respecto a contarnos detalladamente nuestros encuentro sexuales y ya no teníamos pudor al momento de cambiarnos o algo así. Por mi parte no mostraba mucho ya que sabía que no le gustaban los hombres pero cuando él lo hacía miraba de reojo alguna que otra parte que dejaba visible. Así fueron esos días hasta que llego Paola, la chica que por sus fantasías sexuales cumplió las mías. Así ocurrió todo: Ricardo conoció a Paola mientras haciamos la cola del comedor. Era una chica alta con el cabello teñido de morado, blanca muy blanca, con en cuerpo lleno de curvas que supe le gustaron a Ricardo inmediatamente, llevaba short cortos aquel día y en su muslo derecho tenía un tatuaje como de un árbol celta o algo por el estilo. Su cara era de niña linda, así muy tierna (una sádica oculta jaja). Comimos juntos y nos la llevamos muy bien, Paola le dio el número a Ricardo y con un poco de celos note la tensión sexual que se tenían, casí se cogian allí. En la semana Ricardo se lo pasó pegado a su teléfono ( cosa que después me encantaría) y salió dos veces con Paola a tomar o quien sabe a qué pero supe qu no a coger. Llego el viernes y mientras Ricardo estaba en el teléfono y cenabamos me miraba a cada rato con una sonrrisa de pena en el rostro. Yo le dije que qué le pasaba, que cual era su mariquera hasta que me contó. Paola quería coger con él pero con la condición de hacer un trío conmigo y él estaba tratando de convencerla para que no. Yo le dije que las mujeres realmente no me gustaban un poco y él me comento que no quería porque se sentiría raro si yo llegara a hacerle algo y que no quería dañar nuestra amistad. Seguimos hablando y él me mostraba la conersación, también me mostro los nudes de Paola y supe porqué le tenía tantas ganas. Su cuerpo era realmente provocativo y su vagina era grande, rosada, incluso sentí un poquitín de curiosidad por saber a qué sabía esa vagina tan hermosa. Pasó un rato y Ricardo frustrado me pregunta: -¿Si yo le dijera que sí a Paola usted se aníma a hacerlo? -Emm pues. -obviamente quería- no sé es que si después andamos mal por eso y bueno no cuadra. -Hagamos algo. si usted me promete cumplir con unas condiciones le acepto a Paola, me la quiero coger marico, de pana que si. Y yo sé que usted quisiera, yo se porque en su lugar yo querria- Y razón no le faltaba. -Ehhm ¿Qué condiciones?- Ricardo la pensó un rato y me dijo. – Si ella dice que haga algo no le va a hacer caso si tiene que ver conmigo. No tocarme adrede. No pedirme que le haga algo porque marico uno excitado se pone loco, bueno usted loca jajajaja. -Mmmmm ¿entonces? -Bueno lo otro es que si usted le hace algo a ella pues la verdad me da igual y no me vaya a tocar con su pene jaja. De resto si quiere mirar y demas esta bien. ¿Va? -Pues dejeme pensar- Quería gritarle que sí. -Marico es que si no me la cojo me mato a paja. -Dele pues pero nada de ponernos raros despues -No, nada -Bueno prometido lo de los dos -Prometido marico Todo había empezado. Ricardo le dijo a Paola y le conto las condiciones, ella acepto encantada. Al otro día vendría al apartamento. Hay algo de lo que luego me enteraría, Paola estaba muy interesada en que queria verme hacer y muchas cosas de las que pasaron ellos ya la habían hablado y por eso creo que fluyo todo. Llegó el sábado con la rutina normal hasta la tarde cuando Ricardo se fue a comprar condones y lubricante y a buscar a Paola. Yo me quede y me fui de una vez al baño, me afeite completamente (ingenuamente pensé que así le daría menos incomodidas a Ricardo) y me exfolíe la piel para tenerla suave. También me hice un lavado anal (lo más completo que pude, hasta que el agua saliera limpia totalmente y curiosamente tengo un relato al respecto y NO no es sobre mierda sino lo contrarío jaja) porque no quería oler para nada mal, ni sudando o algo así. En fin, me coloque crema y perfume neutro luego de ducharme muy bien. Me puse un short sin nada de bajo, un shor corto. Al rato llegaron, eran como las tres de la tarde y hacía calor. Nos saludamos y hablamos, ellos se prepararon algo de comer y yo no quería nada. Ricardo comentaba que no podía creer que iba a tener un trío conmigo y bromeamos sobre eso para que no tener un silencio incomodo. En un momento me fui al cuarto para dejarlos solos y encendí la TV colocando no sé qué canal pero con poco volumen. Me senté en la cama que quedaba al lado del baño y a los minutos llega Paola con Ricardo. Paola se sienta a mi lado y empezamos a hablar. Ricardo se va al baño y abre la llave de la ducha y le grita a Paola si se quiere bañar a lo que ella le responde que sí pero no con él. Nos reímos y Ricardo siguió duchandose en silencio. Al rato sale con un boxer blanco puesto que contrastaba con su piel un poco dorada porque ese año había ido a la playa, sus nalgas paradas y redondas se veían más exquisitas porque el día anterior había hecho gluteos (sí, nos sabíamos hasta nuestras rutinas de todo) y se fue a la otra cama. Paola salto de la cama y se fue a duchar cantando. En eso Ricardo me mira y con una sonrisa me dice “Estoy que sudo leche por esta tipa”. Le respondí con un asentimiento y una sonrisa complice porque ya en ese momento tenía yo una erección. Al rato Paola cierra la llave y abre la puesta del baño. Desnuda posa en el marco de la puerta y sonrie para Ricardo. Sus pezones rosados estaban erectos, su vulva me hizo recordad graciosamente a la de una yegua y su piel blanca estaba rosada en algunas partes por el agua caliente (el cabello no se lo había mojado). El día estaba caliente y el vapor que salía del baño me hizo sentir que empezaba a sudar. Paola pasar por mi lado y me guiña el ojo y se va directamente a la cama donde estaba Ricardo. Se le va como una gata cazando y se le monta encima mientras él la agarra de las caderas rozandole el culo, la espalda, las piernas. Yo hipnotizado me quedo viendo pero abro la ventana por el ambiente sofocante, además que no quería que se empañara el espejo de la pared para ver más. Se besaron y veo como Paola mueve su vagina sobre la gran erección de Ricardo. Así estuvieron un rato mientras yo me tocaba la erecci? que tenía sobre el short. En un momento Ricardo salvajemente agarra a Paola y la pone abajo de él y le sube las piernas haciendo el misionero. La chica gemía poco y me hizo recordar cuando yo gemía, lo hacia muy parecido. Ricardo hacia simulación de cogersela y en un momento no aguantó más y se quitó el boxer tirandolo al suelo. Su verga erecta babeaba con precum y no dudo en empezar a restregarselo a Paola por su vagina. La gima gemia más fuerte. Las nalgas de Ricardo estaba blancas, muy blancas con un par de lunares hasta donde podía ver y eran lampiñas, a pesar de su dureza eran lo sufiecientemente grandes para vibrar un con el movimiento. Los dos estaban en su burbuja sexual aunque Paola a veces me miraba. En un momento mientras Ricardo le besaba el cuello me mira y me hace una seña para que me quite el short. Sin dudarlo lo hice, sentandome contra la pared y recogiendo mis piernas aunque dejandolas abiertas para así tocarme mi ano ya que estaba muy excitado y me masturbaba, llenado mi mano de mi precum. Quería ser Paola, estar bajoo Ricardo sientiendo su verga pidiendo penetrarme. Yo gemia un poco, no muy audible y Ricardo estaba en su mundo haciendo rogar a Paola por su verga (Paola no le hizo sexo oral esa vez y creo que nunca lo hizo). Ricardo baja y empieza a hacerle un oral mientras a ratos le metía dedos y le frotaba el clitorís. Yo me frotaba mi ano como si fuera una vagina. Quería sentirme como Paola, quería sentir la lengua de Ricardo que no estaba a más de un metro de mi culo. Note que Ricardo no era muy creativo en el sexo, era de esos machos que cogen en tres posiciones maximo y se dedican es a maltratar las vaginas de sus mujeres. Las nalgas de ricardo se veian jugozas cuando se movia y su pene babeaba demasiado. Su lengua era larga y podía ver que la metia en la vagina de Paola. Uff que no daría por sentirla en mi culo. En un momento se separo de Paola y saco de su bolso que estaba en el suelo muchos condones y los lanzo en una mesa de noche que estaba al lado de la cama (no entre estas porque el espacio era pequeño) y un libricante. Le echo lubricante a la vagina babeante de Paola quien soltó un gemido por el gel frio. Abrio un condon y lo fu poniendo en su pene. Me excitó ver como el condon le llegaba hasta como dos cm más arriba de sus bolas, como le apretaba su verga grande. La puso en misionero de nuevo y le fue metiendo la verga. Yo agarré el lubricante y me lo eche en el culo, metiendome un dedo. Viendo como Ricardo empezaba a embestir a Paola. Era un macho, un caballo dandole guebo. Sus nalgas vibraban y se oia al paf paf paf de sus penetraciones. Luego lo hacía lento, la besaba y volvía a darle duro. Ella a veces le decía que le diera más despacio pero Ricardo no la oía y le daba duro, ella gemía, le gustaba. Yo también gemía al verlo, quería ser Paola. Quise ser mujer por una noche para que Ricardo me penetrara y me acabara dentro, me preñara. El sudor corria por mi frente, estaba sudando mucho y Ricardo no se quedaba atrás. En un momento Paola le dice algo a Ricardo y él en su trance medio asiente con cara de “si si esta bien pero dejame cogerte no me interrumpas”. En eso Paola me llama y me coloco a su lado sientiendo el movimiento de la cama y a Ricardo haciendo pequeños quejidos. Pude ver mas de cerca como esa verga entraba en la vagina de Paola, como sus jugos la envolvían, era una verga hermosa. Paola me dice que le chupe el culo a Ricardo. Encantado estaba de oir eso pero recorde las condiciones pero al ver que Ricardo no dijo nada y ella me decia hagalo hagalo no dude más y me puse tras ellos dos. La espalda de Ricardo y su pelvis en movimiento era suficiente escena para hacerme acabar así que no me metí más mis dedos, simplemente me pajeaba. El sudor recorria la espalda definida de ricardo hasta perderse en la raya de su culo que se abria y cerraba por los movimientos. No podía creer lo que haría, no podía y no puedo creerlo ahora. Pense en ese momento que aun así tendría que tener mis limites para que Ricardo no se sintiera incomodo, sabía que en el fondo esto era por peticion de Paola, de algo que posiblemente ya habian habado (cosa que me entere luego así era). A pesar de eso no quise desaprovechar la oportunidad y fui besando la humeda espalda de Ricardo, por su columna fuerte. Cada beso hacía que mis labios quemaran y mi mente volara. Estaba besando la espalda de un hetero en pleno sexo. Me agache y vi sus algas aun en movimiento. Eran hermosas. Dos esferas suaves, lampiñas (y note que en donde salian innevitablemente los vellos estaba completamente depilado), fuertes, masculinas, sin que ningun hombre nunca les hiciera algo. Lami sus dos nalgas a lo que el voltea su cara y me dice con cara de un poco de asco “No me vaya a morder. maricón!” y empezo a coger mas fuerte a Paola quien pude notar me miraba por el espejo. Estaba excitadisima. No supe que hacer hasta que las manos de paola agarraron las nalgas de Ricardo. Las abría para mí mientras esté se la cogia partiendole la vagina. Su raya era blanca, sin pelos pues se notaba que ahí seguro se había depilado. “Chupaselo!” me gime Paola. El ano de Ricardo era parecido al mio, rosado jugoso aunque totalmente cerrado. Ahí estaban las dos manos de Paola abriendo todo el culo de Ricardo que a su vez la penetraba en ritmicos paf paf paf. Me puse en cuatro y agache mi cara hasta su culo en movimiento. Abrí lo mas que pude mi boca y saque mi lengua. Me acerque y empece a lamerle desde abajo y fui subiendo, su movimiento hizo que le lamiera el culo mas de tres veces en una sola lamida. Sabia saldo, rico, me lo quería comer totalmente. Seguí lamiendo mientras Paola gemia más duro mirandome. En un momento Ricardo voltea (esta sería la unica vez en la que puedo asegurar Ricardo me miraría a mí, solo a mí de manera sexual) y me mira, yo lo miraba fijamente mientras le lamia el culo de arriba abajo, cuando senti que me seguía viendo se lo chupe y apuñale con mi lengua a lo que el gime y frunce sus labios como haciendo puchero, me miraba con cara de chupamelo mas y así lo hice. Fueron unos segundos epicos que nunca olvidare. Segui chupando y él siguio cogiendose más rico a Paola quien le decía que le encantaba o que veía. Ricardo excitado le dijo si le gustaba como le estaban chupando el culo a él (cosa que me encendio más) a lo que ella le respondía que sí. Él le abofeteo la cara y las tetas, luego le cerro la boca y se la cogio profundamente. Yo seguia chupando su culo, las manos de Paola se habían ido pero la manera en que se estaba cogiendo a Paola hacían que su culo quedara abierto para mí. No me importó su indicación en ese momento y le lamí las nalgas y se las mordí levemente, eran un manjar, suaves. Seguí chupando su culo y mirandome en el espejo, viendo la cara de placer de Ricardo, imaginando que era solo por mi hasta que Paola tuvo un orgasmo y le rogo que parara un momento. Yo me senté en la cama mirandolos a los dos. Uno sobre otro descansando. Nadie hablaba solo respiraba. Yo seguía teniendo el sabor salado del culo de Ricardo en mi boca. Ya el día estaba pasando y el atardecer se mostraba naranja por la ventana. En un momento Paola se voltea y sigue la calentura. Colocandose en cuatro y parando bien el culo para Ricardo. Esto lo encendio demasiado porque este le mordio una nalga, le dio una palmada y empezo a besarle y morderle la espalda mientras agarraba el lubricante y se lo untaba en su vagina. Ricardo se puso de rodillas (es realmente alto) y empezo a penetrar su vagina. Yo enseguida segui masturbandome. Mirando como Ricardo agarraba de las caderas a Paola y le hacia rebotar su culo, mirando solamente como él la penetraba, como si solo le importara eso. Paola genia y arqueaba la espalda diciendo cosas como “Así, dale, mas duro papi”. Veia a ese mecho penetrar a su hermbra y simplemente quería ser yo el que estaba en cuatro en ese momento. Me masturbaba como un chamito de catorce, me eche un poco de lubricante para pajearme mejor y cada subida y bajada era como un orgasmo ya que veia e Ricardo con su gran verga penetrar salvajemente la vagina de Paola y a su vez ver como sus nalgas se endurecian con cada movimiento. Paola me miraba a mi y miraba a Ricardo a través del espajo, casi con los ojos en blanco. Luego Ricardo puso su mano izquierda fuertemente sobre la cadera de Paola y la aferro para meterselo rapidamente y con la izquierda (con su pulgar) le rozaba el ano a Paola. Paola intencificaba sus gemidos. Le escupio el culo y siguió moviendo su dedo en él. Yo empece a meterme un dedo y a masturbarme por el culo como si fuese una vagina, ver a Ricardo hacer eso me ponía al tope. En eso Ricardo me mira como si estuviese en un sueño y me sonría mientras mueve su dedo en el ano de Paola diciendo “¿Quiere mariquita? ¿Quiere guebo? ¿Quiere que se lo escupa y le meta el dedo?” Yo no podía ni hablar solo lo miraba a la cara, a su cara burlona y me masturbaba mas fuerte. Quería gritarle que sí que lo hiciera. Ricardo nalgueo un poco a Paola, le sago el guebo y se paro. Luego se puso de cunclillas y con la ventaja de tener el guebo grande se lo metio así, dejando su culo bien abierto y agarrando a Paola por los hombros. Paola al recibir tanto guebo se habia dejado caer en la almohada mientras paraba bien el culo. Asi empezo a cogersela bien fuerte Ricardo mientras yo me masturbaba a punto de acabar. Paola me mira fijamente y me dice “Acabele en el culo, hagalo”. Todo lo que salia de su boca era musica para mis oidos pero debía esperar la reacción de Ricardo que seguia cogiendose a Paola como si no existiera nada mas en el mundo. Ella insistia y Ricardo solo me hace un movimiento de cabeza como aprobandolo. No espere más y me pare justo tras Ricardo que seguia cogiendose a Paola. Su culo abierto para mi estaba delicioso y sus bolas al aire parecian en ese momento las de un caballo, rebotando adelante y atrás. Viendo esta imagen y masturbandome no pudo aguantarme mas y tres chorros espezos de leche salieron de mi verga. Uno paro en su espalda dorada por el sol, otro un poco arriba de sus nalgas y otro en el culo. Paola decía sí, que rico y gemia demasiado. Los vecinos nunca se quejaron y eso me sorprendio. Yo no podia creerlo. Ricardo voltea y me dice “Limpieme”. Yo me fui con mi boca abierta y me comi mi semen lamiendo su espalda. Deje que el semen que había caido cerca de su culo se bajara y luego se lo lami, me comi se culo de nuevo y mi semen. Seguí un rato chupandole el culo y luego me aparte. Deje que la siguiera cogiendo y me fui al baño. Me mire al espejo y vi lo sudado que estaba pero me sentia tan sexy, tan unico por esta experiencia que me sonrei. Descanse un rato oyendo los gemidos de los dos. Al rato vuelvo y sin ser invitado me sente con ellos en la cama. Ricardo un poco cansado se la cogia despacio. Paola le dice que dejara que yo se lo mamara y él le dijo con una risa leve que no que eso se lo bajaría de una y que no abusara tampoco. Yo sonrei, ya me estaba pajeando porque con solo ver a Ricardo desnudo me excitaba. Paola insistio pero Ricardo no quiso. Ricardo le saca la verga y pude ver lo grande que le había dejado el hueco de la totona a Paola. Se quita el condon y lo tira al suelo. Le dice que lo cabalgue y ella acepta. No se puso condon de nuevo (al Parecer Paola tomaba pastillas). Ricardo se sienta y debido al tamaño de la cama pone sus piernas sobre las mias. Yo me masturbaba mas fuerte sintiendo sus batatas fuertes sobre mis piernas delgadas. Paola bien perra se senti en su verga de lo mas sexy y al no tener condon Ricado solto un gemido de macho grande. Su verga erecta desde esa posición era demasiado porno, tenia la verga mojada en la punta y fue desapareciendo en la vagina de Paola, cada centimetro desaparecia hasta perderse toda dejando las dos bolas colgantes de Ricardo. Paola era una maldita rompe guebos moviendo sus caderas de una manera que tenian a Ricardo en otro mundo. “Lamale el guebo mientras me coje” me dice Paola. Esta vez no espere nada de Ricardo porque literalmente sus ojos estaba semicerrados y si no le estaba chupando las tetas a Paola estaba mirandola a la cara extasiado. Yo no fui directamente a su pene mientras la penetraba. Tenía que cumplir mis fantasias. Me levante y fui besando las piernas de Ricardo pero bajando hacia sus pies. Empece a hacerle masajes, a relajarlos. Luego baje mi boca y empece a lamer sus pies suaves del talon a los dedos, a besarlos, a olerlos. Eran perfectos. Segui lamiendo sus pies y luego sus dedos, los chupaba como si fueran su verga poniendo enfasis en el gordo. Al parecer le agradaba la sensación porque abria sus dedos cuando pasaba mi lengua por ellos. Lo miraba a ratos pero Ricardo nunca me miró, solamente estaba entre las tetas de Paola o mordiendo su cuello mientras ella excitada por verme y por la verga de él seguía cabalgandolo como un experta. Luego de estar así un rato (masturbandome a la vez) subi por sus piernas y fui besandolas (no mucho, no quería que pasara algo malo, sentia que en cualquier momento Ricardo me diria ¡basta!). Me acoste frente al culo de Paola y a su vagina siendo penetrada. Los jugos de ambos se mostraban viscosos a cada metida y sacada. Le lami las bolas a Ricardo, jugoza y sudadas casi me hacen acabar al contacto de su suavidad de su hombria pero Ricardo me dijo “Nooo me hace cosquillas no marico”. Me detuve y queríendo probar su verga puse mi lengua justo donde se llebava a cabo la penetración, lami su tronci junto con los fluidos, Paola gemía demasiado puesto que mi nariz quedaba justo en su culo y a la vez por lo que veia. Para mi era incomodo no poder lamer bien la verga sedienta de cuca de Ricardo pero tenia que hacerlo, moria por ello. Luego de un rato realmente me canse y le regale a Paola una chupada de culo, era rico lo admito y me excite un poco pero lo hice mas por devolverle este gran favor. Los deje solos un rato mientras me masturbaba sentado viendolos. Luego volvio a poner a Paola en misionero y siguio cogiendosela. Yo me acoste boca abajo al lado de Paola y la veia. Estabamos en otro mundo. Le pregunte a Paola que se sentía y ella solo me dijo que grande. Yo excitadisimo agarre lubricante y me llene el culo de el y nos dos dedos. Me puse en cuatro (yo estab al lado de Paola) y colocando mi cabeza en la otra almohada meti me mano entre mis piernas, subiendo mis dedos el medio y el anular hasta mi culo. Empece a intoducirmelos, quería ser la mujer de Ricardo, si no me quería como hombre sería su mujer, su perra. Me masturbaba como su tuviese una vagina. Adentro sentía mi recto suave, me tocaba el punto g, sintiendo su dureza. Empece a gemir compitiendo con Paola. Pareciamos gatitas sedientas de leche. Ricardo me miraba a veces como impresionado de mis acciones. Yo lo miraba. Detallaba su cuerpo sudado, su cara linda, su cuerpo marcado, como sus musculos se marcaban más en cada penetrada, como su verga era tan grande que no podia creer que entrara toda en Paola. Quería esa verga en mi culo, me daba mas dedo, mas duro, me los sacaba y metia a la par que Ricardo embestia a Paola. Su cara era de macho cumpliendo su naturaleza. En eso Ricardo me ve y se da cuenta que me metia los dedos a la par que el se lo metia a Paola. Empezo a hacer otra cosa innimaginable (Paola lo miraba todo extasiada). Puso una mano en mi nalga y fuertemente me dio una nalgada. No me lo esperaba y solte un gemido desde lo mas profundo. Su mano bien abierta hacia caido con mucha fuerza en mi nalga y habia podido sentir incluso su piel raposa que se le hacia por alzar pesas en el gimnasio. Gemi fuerte, sentia mi nalga arder. Ricardo abofetio las tetas de Paola que tambien se sorprendio al ver esto. -¿Le gusto mariquito? ¿Quiere mas? – Yo me daba dedo como nunca. Ricardo empezo a nalguearme a diestra y siniestra mientras penetraba a Paola. Me dio tantas nalgadas que solo sentia ardor sobre ardor. Gemia como puta. Paola le decía, sí, dale, dale duro. Y el con su mano abierta me daba en cada nalga mientras me decía que era bien marico. En una levante mi cara para mirar mejor sus nalgadas a lo que el me abofeteo en la cara y me escupió. Esto me puso a mil y no me aguante le suuplique por mas nalgadas y el me las dio. Me agarro de la muñeca y me saco los dedos del culo. Lo penso como dos segundos y me dio palmaditas en el ano. Esto me hizo gemir mas, me estaba frotando el ano con sus dedos y le daba palmadas. Yo le decía papi sí dame, soy tu perra, tuya. Y él se río, le daba palmadas y estas sonaban baosas por el lubricante. Me agarro la muñeca de nuevo y me meti los dedos de nuevo. Y él me dio un par de nalgadas mas mientras me decía que era una loca, una marica puta. Me vi en el espejo y no creia lo rojas que estaban mis nalgas. Él agarro por el cuello a Paola y la asfixio un poco dandole duro por la cuca. Paola acabo en un orgasmo grande. Se aparto un poco y la verga de Ricardo salio rebotando y salpicandonos de liquido. Ella se froto el clitoris y culmino su orgasmo, pude ver que le salia un poco de liquido de su vagina, no a chorros sino goteando. Ricardo no se aguanto y se lo metio de nuevo, esta vez ella resistio y mas bien le siguió pidiendo verga. Siguieron en su misionero, a veces Ricardo se levantaba un poco y ponia las dos piernas de Paola en un solo hombro y se la cogia así para que ella descansara. Yo seguía dandome dedo y mirando a mi semental. Paola le dice a Ricardo algo, algo que tení que hacer y él la mira como bueno esta bien, resignado a las peticiones de su hembra. Paola me dice ven bebe acuestate sobre mí (Yo parecía una marioneta al lado de estos dos personajes tan altos, Ricardo una bestia y Paola una chica alta y rellena pero no como gorda sino como una tipa buena). Yo no entendía por qué pero lo hice. Senti mi pecho sobre sus tetas y la verdad se sentia comodo. Nuestras caras se miraban y la bese un rato. Mis piernas abrazaban su torso y podia sentir la fuerza con la que Ricardo la empujaba. La deje de besar (realmente esto no me excitaba pero a ella sí). Ella me agarro las nalgas, le gustaron a pesar que no eran la gran cosa. Decía algo con que parecían de niño y las abrió, yo pare el culo porque sabía que Ricardo a pesar de estarse cogiendo a Paola de manera obligatoría me estaría mirando a mi y a mi ano abierto. Paola le dice hazlo papi, hazlo. Y luego entendi que era cuando voltia. Ricardo me escupio en el culo, no fuertemente, dejo caer su baja en hilo hasta que se poso en mi culo. Pude sentir ese liquido caliente llegar hasta mi ano, su saliva, su liquido celestial estaba en mi ano directamente de su boca. Gemi ahora mas con voz de niño que de mujer, me sentia totalmente extasiado. Ahora fui yo quien abrio el culo con sus manos mientras Paola me agarraba el cabello. Ricardo siguio escupiendo mi culo y a ratos yo me trataba de meter su saliva en él. Utilizaba su saliva como lubricante a pesar de que ya tenía simplemente porque quería meterme dedos y luego sentir de nuevo su saliva entrar directamente en mi recto. Gemia mucho al igual que Paola. Ricardo se la cogia suavemente. El ultimo escupitajo que me echo lo agarre y me lo comi, sabia a cualquier saliva caliente pero era de él y eso me encantaba. Paola dice en un momento “Lo voy a hacer” y él le responde que sí que ya que quería acabar. Yo ni loco me aparte, seguía acostado sobre Paola. Ricardo empezo a embestirla fuertemente y al parecer ella hizo “eso” (luego super que lo que hizo fue apretar su vagina). Ricardo empezo a rugir como una bestia diciendo cosas como que Rico mami, que rico maldita. Yo ya no podía ni darme dedo, simplemente todo mi cuerpo estaba excitado. Ella gritaba de placer. Ricardo se la cogia fuertemente y en un momento se agacho totalmente y pude sentir su abdomen y su pecho sobre mi, caliente y fuerte. La cosa era que Ricardo no aguantó y se abrazo a Paola, penetrandola como cuando un perro coge. Y en el medio estaba yo que debido a que no me podia mover pero tenia a Ricardo encima simplemente frotaba mi pene sobre el abdomen de Paola. Sentia como mis nalgas tocaban el abdomen duro de Ricardo, como este gemia sobre mi oreja y como luego se besaba con Paola. “Me vengo maldita, me vengo” empezó a decir. Lo que sucedió luego fue muy rápido y fue otra cosa planeada por Paola. Ricardo saco su verga gruesa totalmente mojada, con su cabeza de fresa bien roja y su vena pronunciada. Paola dejo sus piernas casi a la altura de sus hombros y como pudo me bajo un poco, tomo mi pene y en dos intentos fallidos trato de meterselo en su vagina. Yo me sorprendi pero la deje y en el tercer intento lo metí y ella apreto por dentro. Esa sensación totalmente nueva no me desagrado y mas bien estuve a punto de acabar. Paola gemia aunque yo no me movia, solamente voltee a ver la cara de Ricardo que estaba milisegundo de acabar y agarre mis nalgas y las abrí para él. Él a pesar de estar arrodillado tenía la cabeza de su verga como a treinta cetimetros de mi culo y finalmente vi que por su glande salía un chorro espeso y caliente y paraba en toda mi raja. Acabo con los ojos cerrados, como cinco veeces sobre mis nalgas y culo y uno sobre mi brazo. Yo noa guante y con una mano me meti el semen que pude en mi culo y con la otra tome el semen restante y me lo lleve a la boca. Paola apreto su vagina y acabo, yo empece a acabar mientras tenia mi pene dentro de ella, dejandole todo mi semen. Mientras a la vez tenia el semen tibio de Ricardo sobre mi cuerpo y entrando en mi recto con mis dedos y mientras me su semen. Tipio y espeso estaba salado pero es el mejor semen que me he comido. Todo había acabado, me quite encima de Paola y creí oír como un gas vaginal, y mientras me acostaba vi como mi semen salia de su vagina. Ricardo tenia cara de estar cansado. Nadie hablaba, había pasado demasiado. Sentí un poco de vergüenza con Ricardo. Ya era de noche y Paola dijo “Es una de las mejores culeadas que he echado” a lo que Ricardo dijo “La mia tambien pero tambien la mas homosexual” y ahí rompimos esa tensión extraña y nos reimos. Ricardo empezo a hacer unas bromas leves sobre mi las cuales negue y me hice el serio. Me fui a bañar y luego ellos dos se ducharon solos, cogieron en la ducha pero no me uni a nada, ya había hecho lo mío. Paola se fue porque vivia en una residencia donde luego de las once no abrían a nadie y donde le informaban a su padres si ella no llegaba. Ricardo y yo nos quedamos, limpiamos. No hablamos de lo que hicimos nosotros, relamente nunca lo hicimos y todo siguió normal. Muy normal. Yo estaba feliz y aun hoy me pajeo pensando en esa noche. Esa fue la vez que tuve a un hetero en mi cama. Juro que no es un un hetero curioso, simplemente se dejo manipular (cosa que agradezco) por esta chica que por alguna razón lo traia loco y él haría casi de todo por tenerla. La historía no acaba aquí, luego de eso algunas cosas sí cambiaron y a mi favor. Ya son cosas mas cortas pero tengo la necesidad de contarlas. Y les aseguro que esto pasó, lo juro por lo más sagrado que tengo. Sé que parece imposible pero me ocurrió y bueno, es tan genial. Soy muy afortunado. Paola y Ricardo siguieron cogiendo pero sin mi. A veces llegaba al apartamento y me encontraba que se la estaba cogiendo en la sala. La cosa se volvió común, verlos coger sin que le simportara mi prescencia y yo los disfrutaba. Disfrutaba ver a Ricardo como un animal salvaje. A veces me masturbaba viendolos a una distancia prudente. Esa era mi vida, ver a Ricardo coger. Pero no era todos los días, no era algo molesto. Nuestra rutina seguía igual como nuestra amistad totalmente afianzada. Otra cosa era que Ricardo ya no le importaba que lo viera desnudo, a veces se paseaba por el apartamento sin nada. Su verga flacida se veía más grusa de lo que era y el glande se asomaba un poco por el prepucio, sus molas bailaban bajo la verga y se movian como bolas de toro. Sus nalgas se le marcaban a cada paso. Yo trataba de no hacer todo algo sexual, lo ignoraba y eso para él estaba bien. Claro, a veces era imposible no mirar pero lo hacía cuando él no me miraba o estaba concentrado estudiando. A veces orinaba con la puerta abierta y me deleitaba de esa verga meando. Desde ese tiempo dormía desnudo y yo miraba en las mañanas cuando su verga destapada estaba erecta y mientras dormía yo la miraba y me masturbaba bajo la sabana. A veces despertaba boca abajo y miraba como el sol del amanecer se reflejaba en sus nalgas que parecian burbujas blancas. Algo gracioso pero para mi excitante era cuando me mostraba el culo. Sí, me lo mostraba. Era cuando jodiamos, o sea, bromeabamos. Casi todos los días jodiamos con algo, venezolanos al fin y a veces cuando él estaba en boxer me decía “Callese maricon, usted lo que quiere es cogerme el culo maldito sucio”. Y se bajaba el boxer y se daba palmaditas en las nalgas pefectas que tenía. Me decía mirelo porque ya no puede chuparselo se agachaba como en cuatro o me abria las nalgas para mostrarme ese culo rosado. Eso pasaba muy rapido, no daba tiempo a pensamiento y por alguna razón lo hacía muy gracioso. Claro, yo me mataba a paja pero todo era una broma. Luego empezo lo que para mi fue mi consuelo por no volver a estar tan cerca de sus encuentros sexuales pero hubo cosas que realmente se pasaron, que fueron mas alla. Todo gracias a que existe el teléfono. Ricardo y Paola se lo pasaban teniendo sexo por el teléfono, si no era por Whatsapp era por skype cuando el Internet estaba rápido. Hasta el momento nunca lo vi hacerse la paja frente al telefono o algo así. Pero como ahora se la pasaba desnudo a veces lo veía (con mucho placer) con su verga erecta mientras miraba el teléfono, le tomaba fotos y se iba al baño a pajearse. Nuestra convivencia de comediantes se prestaba para muchas bromas; yo siempre que estaba con él (más cuando estaba desnudo) tenía un sentimiento de estar excitado así que si me sentaba lo hacía parando el culo o cuando limpiaba lo hacía en cuatro tratando de ser sexy pero por simple placer ya que sabía que él no iba a hacerme nada. Una vez lavando los platos tenía el culito bien parado a lo que él pasa con su verga erecta (no se la detallaba siempre porque si él se sentía incomodo con él desnudo a mi lado no iba a poder verla de nuevo taaaaaan seguido como ahora) y me la arrecuesta sobre el short diciendome “Mami se nota que quiere guebo”. Yo me muerdo los labios pero de inmediato lo empujo, mojandolo y le digo que deje la estupidez y que no me trate de mujer. El hizo una broma sobre que yo tenia una mujer interior y así seguimos insultandonos en broma. Desde ese día no volví a utilizar short sino boxer. El a veces me lo arrecostaba estando erecto o no porque le parecía gracioso y le contaba a Paola en persona o en teléfono sobre lo “marico” que me ponía. Yo me hacía el molesto pero por dentro me moría. Hubo una vez que del cuarto llego a la cocina (yo limpiando de nuevo) y miraba su telefono mientras se masturbaba. Tal escena me prendio demasiado y me erecte de una vez. Estaba teniendo sexo por skype con Paola que en ese momento no estaba en Mérida. Tenia los audifonos puestos así que no la pude oir. En eso llego y me arrecuesta violentamente a la barra de la cocina, me baja el boxer y me arrecuesta su verga humada en el culo diciendo “Mira como tengo al maricon amor te gusta? Mira como se pone, así te quiero ver mi amor, metete un dedo en el culo amor, si asi” Me la arrecosto mas fuerte y yo simplemente gemia. Luego así como llego se fue y yo no aguante, me masturbe ahí mismo. Su verga estab humeda, caliente y se sentía muy grande. Todavía lo recuerdo y se sentía como un verdadero miembro caliente, algo para ahogarse. Maldito Ricardo me utilizaba. La barrera de un hombre heterosexual y uno homosexual se había roto toalmente porque él me veia como algo equis cuando se excitaba para él yo era solo una catapulta para darle placer a Paola y a su vez ella darle placer a él. Pasaron luego un muchas de cosas que nunca olvidare y que me dejaron pensando mucho de las cuales nunca hablamos aunque siempre que comentabamos algo sobre sexo él me decía que nunca pensara que él era homosexual pero que conmigo pues había llegado a cierto punto anormal para él pero que no ceyera que era por mí porque era para Paola. Para mi esta tipa era una bruja y se lo agradezco totalmente. Estas cosas fueron las que pasaron: Un día yo ya estaba dormido. Y me despierto viendo a Ricardo totalmente desnudo con el teléfono en la mano y con la luz del flash encendida, luego supe que estaba grabando un video para Paola por lo que decía. Contaba “Mira como agarro al maricón, mira como se pone”. Me quito el boxer violentamente, yo ya estaba más que despierto esperando por él. Me agarra y me levanta el culo, yo paro bien mi colita queríendo recibir verga. Él seguia con su “Mira como se pone parece una jevita, te gusta amor? Quieres que me lo coja?”. Empece a masturbarme y a gemir y el estaba grabando eso, empezo a darme nalgadas, muchas nalgadas mientras me decía lo puta que era que si me habían violado y por eso me comportaba tan marica. Yo solo gemía. En un momento me escupe el culo y me pasa su glande (el narraba lo que hacía mientras grababa dirigiendose a Paola) por todo el medio. Yo me estremeci sientiendo esta potente verga, la quería adentro. Empece a decir “Ricardo cogeme, cogeme, cogeme soy tu mujer”. El se río y me nalgueo muy rudo “¿Ves amor? Mira como se pone el que dice ser machito, mira que puta. No maricón, no te voy a coger, siente mi verga, sientela maldito maricón – Y me pasaba la verga que yo literalmente pedía a gritos. ”. Yo me chupe mis dedos y le pedi su saliva, el me escupio el culo y yo me los meti. Me daba dedo mientras me masturbaba y gemia el nombre de ricador. El me rozaba las nalgas con su pene y sus manos y me daba nalgadas. “Acaba Gabriel, no voy a quedarme aquí, ni crea que em lo voy a coger”. Me empezo a dar nalgadas tan fuertes que gritaba a veces de dolor pero entre tanto acabe gimiendo su nombre, suplicando por su verga. El de inmediato se fue a la otra cama enviandole el video a Paola, ella al parecer le habia enviado otro y empece a oir los gemidos de la chica. Ricardo se pajeaba como si nada hubiese pasado. Yo me deje caer en la cama, exhausto. No podia creerlo. Solo veia la gran verga de Ricardo al otro lado, como su vena gruesa llena de sangre palpitaba. Como su cara se perdia en las imagenes del video que estaba viendo. Me quede dormido, al parecer eran como las cinco de la mañana. Cuando me desperte Ricardo seguía masturbandose pero se veia mas limpio como si se hubiese bañado mientras yo dormía. Me excito verlo bajo la luz del sol, su piel brillando mientras su cara miraba el telefono con su boca entreabierta y su verga ya inflamada de tanta paja. Tenía la verga erecta pero no me toque. Solo miraba. En eso me doy cuenta que estaba por Skype realmente. Ricardo me mira y me dice venga. Dirigio la camara hacia mi. Y luego se siguio grabando completamente hacia él, mostrando todo su cuerpo de dios. En eso veo como sus bolas se encogen te Ricardo acaba sobre su abdomen marcado. Inmediatamente me dice “Limpiemelo”, yo me lando a su abdomen y voy chupando su semen espeso y caliente a la par que le doy besos. Oigo por el telefono los gemidos de Paola al verme haciendolo. La piel de ricardo olia a jabón y a sudor de macho, el semen depositado en su ombligo me lo deje en la boca un rato y luego me lo trague. Sin preguntar agarre su pene que se estab poniendo flácido y le chupe la cabeza, limpiendolo todo. El hablaba como si nada con Paola que acaba de tener un orgasmo al parecer. Se la iba a mamar, estaba decidio pero Ricardo me mira y levantando una ceja me dice seriamente “Ya es suficiente ¿no?” y yo la suelto inmediatamente. Me voy al baño y me ducho pensando en lo que paso. Pasaron unos días y todo seuía normal. Aquella vez fue la única que ví a Ricardo mirandome molesto pero no pensé más en eso debido a que seguimos tratandonos normal. Una vez que Paola estaba en el apartamento yo leia en el sofá grande algo que me habían envíado de la universidad (sí, finalmente ya estaba estudiando). Paola estaba sentada en el comedor y Ricardo estaba a mi lado desnudo hablando con ella. Eso era más que normal, de un segundo a otro estarían cogiendo y yo ni los espiaría porque de tanta paja a veces ya no sentía. De un momento a otro noto un silencio total y cuando alzo la vista veo a Paola y a Ricardo mirandome. Ricardo agarra mi libro y lo lanza (pensé mierda si se daña no voy a tener como pagarselo a la universidad) y me acuesta sobre sus piernas, dejando mi culo justo montado encima de ellas. “A ver, el niño se porto mal y parte es marico, vamos a darle una tunda”. Yo trate de soltarme pero Ricardo me bajo el boxer y me dio una nalgada mientras me insultaba. Vi que Paola empezo a pajearse bajo a falda, era su muñeco de diversión. Unicamente hacía eso, me nalgueaba y yo sin pena le pedía más. Me abrío el culo y me lo escupio poniendo su dos dedos en mi ano y frotandolo. Eso me hizo gemir demasiado diciendo metemelos, metemelos. Pero él me nalgueo fuerte y me lo nego. Siguio asi un rato hasta que Paola llego y empezo a besarlo. Él me empujo al suelo y ahí los dos siguieron con su faena. Yo no me aguanté y me les quede mirando mientras me masturbaba. No forme parte aquella vez de nada grande aunque en un momento Paola me dice que le lama las axilas a Ricardo. Lo hice y me gusto, se las lami poco tiempo ya que él no quiso más. El final fue épico porque mientras Paola lo cabalgaba le pedía que me acabara a mí en la cara. Cuando él estuvo a punto de acabar yo me encontraba en el suelo de rodillas, con mis dedos metidos en el culo y masturbandome frenéticamente. Con la lengua fuera y la boca abierta esperando su leche caliente. Paola se levanto y lo guió a mí. Lo besab y el puso su verga frente a mi. No me atreví a tocarla. Hasta que empezo a resoplar, con una mano se masturbaba y con otra le metia dedo a Paola que a su vez lo besaba. Bufaba como toro y un chorro largo me lleno la cara, el cabello y la lengua de semen. Siguio callendo en mi cara y yo me lo saboreaba como lechita caliente. No aguante y me metí todo lo que pude su verga en la boca, se la mame como si me cogiera, lo hice cinco veces hasta que él me aparto y siguió masturbando a Paola hasta que acabó. Yo también acabé mientras me comia la leche que Ricardo me había lanzado en la cara. Todavía podia sentir toda su verga en mi poca. Su cabeza tibia entrando y tocando mi lengua hasta seguir dentro, mi esfuerzo por ser un experto. Mis labios cubriendo mis dientes y sientiendo como todo el tronco entraba sin necesidad de cerrar un poco mi boca porque la ocupaba toda, sintiendo como su vena era fuerte y hacia presión a mis labios. De como ahogo mi garganta pero mis ganas de verga ganaron y me la lleve más alla haciendome sentir que iba a vomitar pero metiendomela toda. Creo que lo pudo lograr, no lo sé. Así paso esa épica vez. Nunca me pidio que se lo mamara, el juego de recostadas y nalgadas siguió. También me seguía acabando en la cara o en mis nalgas cuando Paola no estaba, lo grababa y se lo enviaba a ella. Así era nuestra vida cuando la rutina lo permitia y cuando no estabamos haciendo cosas normales de amigo. Ricardo estuvo de acuerdo que contara esta historia pero prefiere mantener en secreto al igual que yo nuestra situación actual. Solo diré que Paola es su novia seria ahora y que seguimos siendo amigos. Si quieren conocerme dejenme sus contactos, sus whatsapp y de donde son. Me encantaría conocer gente nueva y morbosa. Dejare mas relatos luego pero no quiero hacerme una cuenta Así que busquen mi nombre. Se despide Gabriel Ramirez.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!