Un joven espectador, está viendo cómo me dan por el culo en el aseo público.
Nada más girarme, yo me quedé completamente quieto mirándole a la cara, no sabía que hacer, solo me quedé quieto esperando a que él hiciese algo. Lo que hizo al momento luego de contemplarme de arriba abajo, fue llevar su mano a mi polla la cual empezó a palpar, pudiendo comprobar lo empalmado y .
Este relato ya lo escribí y publiqué hace tiempo, fue el primer relato que escribí y publiqué, fue una de las folladas que me dieron que más veces recuerdo, siempre que estoy cachondo me viene al recuerdo este día. El relato cuando lo escribí por primera vez, lo titulé:
“Follado en baño público con espectador inesperado”.
Todo lo que en él cuento, sucedió y ocurrió tal y como lo cuento, o al menos como yo lo recuerdo. Fue la primera vez que alguien estaba delante mía viendo como me daban por el culo. Aquello que fue algo inesperado, pues el joven entró en los aseos públicos sin esperar encontrarse con aquello que de repente estaba viendo, un jovencito que era yo prácticamente desnudo en medio del pasillo, siendo follado por un hombre de unos 40 años, podemos decir que era un autentico macho, era todo un semental al que le gustaba romper los culitos de jovencitos, jóvenes maricones como era yo que solíamos acudir a los aseos públicos en búsqueda de viejos o maduros que nos aliviaran la calentura con la que solíamos andar. El joven que había acudido a los aseos públicos, por supuesto que iba buscando plan, pues aquellos aseos públicos solía ser lugar de encuentros homosexuales. Estaban en la plaza de Pontevedra, plaza céntrica de mi ciudad, La Coruña. En frente la plaza estaba y sigue estando el instituto Eusebio da Guarda, y en la esquina rodeando la plaza, estaba la cafetería Manhattan plaza. Por eso en dichos aseos públicos solía haber muchos viejos o maduros que iban a la caza de jovencitos.
El caso es que yo aquel día cuando salí por la tarde noche de casa, ya había salido preparado, me había duchado y lavado a conciencia e incluso me había lubricado un poco el agujerito, andaba caliente y tenía intención de ir en búsqueda de alguien con el que sacarme aquella calentura que tenía desde hacía ya unos días.
Lo primero que hice cuando llegué al centro de la ciudad, fue ir a beber algo a los pubs de moda, luego como la calentura cada vez era mayor, me fui por los cantones, frente a estos queda el parque jardín, “jardines de Méndez Núñez”, lugar de cruising y donde se suele ir a mantener encuentros homosexuales. Cuando yo iba caminando justo frente a dicho parque, no me atreví a cruzar, me parecía algo temprano, pues todavía se veía bastante trafico y a mi aquello no me gustaba mucho, prefería ir más de madrugada y que no hubiera tanto trafico de autos, así que al momento me vino la idea de acudir primero a los aseos de la plaza de Pontevedra, así que para allí derechito que me fui.
Recuerdo que cuando estaba llegando a la bajada a los aseos públicos, todavía la cafetería Manhattan estaban terminando de limpiar y recoger, por lo cual apuré el paso, no me gustaba que me pudieran ver, así que nada más enfilar la bajada que había hacia los aseos públicos, bajé las escaleras como alma que lleva el diablo. Las escaleras que daban acceso a los aseos públicos serían unos 16 escalones, luego al llegar abajo, había 3 puertas, todas en línea, nada más bajar las escaleras, ya quedaba a la izquierda la puerta de aseos de señoras, esta solía estar siempre cerrada, luego a la izquierda de esta, quedaba la puerta de aseos de niños y justo al lado contrario, o sea a la derecha del aseo de señoras, quedaban los aseos de caballeros. Tanto el aseo de caballeros como el de niños, la puerta siempre estaba abierta, tanto de día como de noche, la puerta solo se podía entornar, pues le habían sacado la cerradura y era imposible cerrarlas.
Cuando empecé a bajar las escaleras, ya por todo el cuerpo me recorría una tremenda excitación y nerviosismo, sabía que a aquellas horas allí se iba en búsqueda de sexo, todo el mundo que iba a aquellos aseos a aquellas horas sabía muy bien a lo que se iba y yo por supuesto que lo sabía muy bien, ya había mantenido relaciones sexuales en más de una ocasión en aquellos aseos públicos. Solo que sabía que a aquellas horas ya no solía haber apenas gente, la hora punta de aquellos aseos públicos, era a media tarde que era cuando salían los jovencitos del instituto. Desde media tarde hasta las 11 de la noche, era un ir y venir de gente, sobre todo viejos y maduros a la caza de jovencitos. A aquellas horas en la que fui yo, sería entre la 1 y 2 de la madrugada, yo creo que era más cerca de la 1 que de las 2, por lo que sabía que era posible que no encontrase a nadie, ya no era la primera vez que me pasaba el bajar a los aseos y no encontrarme a nadie.
Al entrar en el aseo de caballeros, justo a la izquierda después de pasar la puerta quedaba un lavabo de manos, y luego la pared de azulejos que iba hacia la derecha y a todo lo largo del pasillo, nada más girar a la derecha, quedaban los urinarios, no recuerdo muy bien si eran 3 o 2 los urinarios, luego pegados a los urinarios, iban 3 aseos, los 3 eran para hacer las necesidades de cuclillas. Luego al final y justo enfrente al lavabo, quedaba una puerta donde guardaban los utensilios de limpieza, esa puerta siempre estaba cerrada, solo en una ocasión la vi abierta, por eso se que allí guardaban los utensilios de limpieza.
Al entrar en los aseos ya vi que no había nadie, aún así fui hasta el final, iba recorriendo los 3 aseos que había, quería cerciorarme de que no había nadie. Los 3 estaban con la puerta completamente abierta y pude comprobar que efectivamente allí no había nadie.
Durante unos instantes no supe que hacer, no sabía si esperar un poco a ver si por casualidad bajaba a los aseos alguien igual que había hecho yo, o subir para la plaza y desde allí vigilar si bajaba alguien a los aseos públicos. Pensando en eso fue que se me dio por ponerme a mear, tenía ganas y no quería estar apurado si aparecía alguien, así que me fui hasta el último de los aseos, allí bajé la cremallera de la pretina, bajé el slip que llevaba y saqué la polla y huevos para poder mear a gusto. Así que terminé de orinar, me quedé unos instantes acariciándome la polla, cada vez la tenía más dura y tiesa. Estaba justamente en eso, cuando escucho unos pasos bajando las escaleras que dan acceso a los aseos públicos.
Bufff, al momento todo mi cuerpo se puso en tensión, estaba escuchando como bajaba alguien y de repente me entró un nerviosismo por todo el cuerpo que me hacía temblar. No hace falta decir que en aquellos momentos estaba algo asustado, no era la primera vez que estando en aquellos aseos me había topado con algún indeseable, eso lo sabía muy bien, pues aún no hacía mucho tiempo que me había pasado, aún y así yo seguía acudiendo a aquellos aseos públicos, la calentura y excitación siempre terminaban por vencer el miedo. Así que sabiendo que en unos instantes alguien entraría en los aseos públicos donde yo me encontraba, sin hacer ruido alguno me quedé allí en aquel último aseo, me puse a hacer que estaba meando. Escuché como aquellos pasos entraban al aseo de caballeros, como se pararon unos instantes nada más entrar, seguro que se había quedado en los urinarios, hasta que escucho como aquellos pasos siguen caminando, venía registrando los aseos igual que había hecho yo hacía unos instantes. Noté como se paraba al llegar a donde yo estaba haciendo que meaba, en esos momentos todo mi cuerpo estaba en máxima tensión, apenas respiraba cuando de pronto noto su mano posarse sobre mi hombro izquierdo y como me gira hacia él, bufff, cuando al girarme le pude contemplar la cara ya pude respirar, a aquel hombre lo conocía de vista, ya lo había visto muchas veces en el pub Salón que había en la marina, pub donde solía parar muchos homosexuales, la mayoría de ellos viejos homosexuales de La Coruña, pues allí en aquel pub era parada de muchas viejas glorias y no tan viejas. Lo que nunca había sospechado, era que aquel semental que tenía frente a mi en aquellos momentos, le fuese aquello, aunque luego pensando, ya todo me iba encajando en mi cerebro, pues ya en otra ocasión lo había visto entrar en los aseos públicos de la playa de Riazor, lo que nunca había llegado a sospechar nada de él. Claro que ahora que lo tenía frente a mi en aquellos aseos públicos y que acababa de girarme hacia él poniéndome la mano sobre el hombro, estaba muy claro que era con toda la intención de mantener alguna relación sexual, por algo se iba allí y sobre todo a aquellas horas.
Nada más girarme, yo me quedé completamente quieto mirándole a la cara, no sabía que hacer, solo me quedé quieto esperando a que él hiciese algo. Lo que hizo al momento luego de contemplarme de arriba abajo, fue llevar su mano a mi polla la cual empezó a palpar, pudiendo comprobar lo empalmado y caliente que yo estaba. Al momento ya me agarró por la polla tirando por mi hasta sacarme del habitáculo, dejándome en medio del pasillo frente a él.
Siguió palpando mi polla y huevos, era como si me estuviera revisando, justo cuando yo al ver como me palpaba, vi que él ya llevaba la polla de fuera. Dios, si yo estaba empalmado, él no estaba menos que yo, al momento ya llevé mi mano a su polla. La cabrona era larga, era más larga que la media, además era toda proporcionada, no era una polla gruesa, era de las pollas que más me gustaban a mí. Nada más tocarla ya su tacto me gustó, tenía una piel muy suave y daba gusto acariciarla.
Así estaba acariciándole la polla y mirando para él, cuando comprendí lo que iba a pasar, él luego de palparme la polla y huevos, sin esperar a nada más y sin que ninguno de los 2 dijésemos nada, estaba empezando a aflojarme la correa del pantalón de pinzas que llevaba puesto aquel día. Estaba claro que él era todo un macho y si había bajado a los aseos públicos, era para darme por el culo, el era el macho semental y yo la putita que le iba a entregar mi culito, eso estaba muy claro.
No se si fue una casualidad el que bajase a los aseos públicos justo cuando acababa de bajar yo, o es que no fue casualidad y me había visto bajar, cosa que era muy posible, el caso es que ahora estaba allí frente a mí, aflojándome la correa del pantalón, para luego seguir quitándome la ropa y disponer de mi culito como tenía intención.
Mientras él me iba quitando la ropa, yo seguía de pie mirándolo a la vez que no dejaba de acariciarle aquella polla que tanto me estaba gustando, no era capaz de hacer ni decir nada, ni siquiera se me ocurrió agacharme y chupar aquella polla que tanto me estaba gustando acariciar.
Él nada más aflojarme la correa del pantalón, luego de desabrocharme este, tiró de mi camisa hacia arriba para luego bajarme el pantalón junto al slip que llevaba puesto, era un slip que me habían traído de regalo de México, más que un slip, parecía una mini braguita, pero a mi me gustaba mucho ponerla, era algo que me excitaba verme con aquel slip que me habían regalado. Dejó mi pantalón y slip a la altura de las rodillas y al momento ya me giró para que le diera la espalda. Subió mi camisa hasta dejarla sobre mis hombros, tiró del slip más hacia abajo, pues el pantalón ya me había caído por sí solo a los tobillos, llevó su mano a mi culo, empezando a pasar su mano por todo el canal de este, me estaba revisando al igual que me había revisado la polla y huevos anteriormente. Vio que estaba recién duchadito, palpó mi agujero, comprobando que lo tenía algo lubricado y este se abría con facilidad al presionar con su dedo.
Al ver que tardaba giré la cabeza para ver que era lo que estaba haciendo, cuando vi como llevaba su mano a la boca, mojaba los dedos con su saliva y luego pasaba estos por la punta de su polla, repitió la operación y ahora pasaba sus dedos por mi culito, buscando mi hoyito, dejándolo pringado con su saliva.
Hasta ese momento ninguno de los 2 habíamos dicho nada, ninguno había soltado ni media palabra, allí estaba todo muy claro, el estaba preparando mi culito para darme por el culo y preñarme bien preñado. Yo estaba tenso y algo nervioso, sabía que me iban a dar por el culo y aunque estaba excitado y lo deseaba con todas las ganas del mundo, seguía algo nervioso esperando a que me penetrase.
Cuando ya me tuvo bien preparado, volvió a subirme la camisa más a los hombros, dejándome prácticamente desnudo frente a él, puso luego su mano sobre mi espalda haciendo que me encorvase un poco y así mi culito le quedase mejor para ser penetrado, arrastró sus pies colocándolos en medio de mis piernas y pegaditos a mí, noté como colocaba la punta de su polla sobre mi agujerito y mientras me sujetaba con su mano, dio un golpe de cadera, introduciéndome por completo su polla dentro mía.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillé a la vez que todo mi cuerpo se erguía, notando como su polla se introducía por mi culo, me la había metido por completo, me la había clavado hasta los mismísimos huevos.
Él por supuesto no me soltó, me tenía bien sujeto por las caderas, ya me tenía introducida por completo su polla y no me iba a soltar. Tirando por mis caderas hacia él a la vez que impulsaba su pelvis, me seguía introduciendo su polla, quería tenerme bien ensartado, cosa que ya me tenía. Dio varias culeadas para que pudiera sentir como me tenía penetrado, volviendo a hacerme chillar.
¡Ohhh!¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillaba yo de gusto, notando como su polla llegaba a lo más profundo de mi ser. El muy cabrón me había hecho poner de puntillas y gemir como pocas veces lo había hecho.
Teniéndome así ensartado, luego de darme varias culeadas, fue cuando me habló por primera vez en la noche, mientras me sujetaba con sus manos fuertemente por las caderas y con la polla introducida hasta los huevos, mientras me tiraba hacia él, me dijo:
Ven, vamos para atrás, así me puedo apoyar sobre la puerta, era la puerta donde guardaban los utensilios, donde se quería apoyar para estar más cómodo y poder darme por el culo estando él mucho más cómodo.
Nada más tirar por mi hacia atrás, al yo agacharme para sujetarme el pantalón y slip y así poder moverme mejor, me salió la polla del culito, ¡ooohhh! Dios que gusto me dio al notar como su polla salía de mi culito, nada más dar yo un paso atrás, él ya volvió a introducirme su polla por el culo, cosa que me hizo volver a gemir, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gemí al notar como me volvía a introducir la polla por el culo.
Ahora ya estaba apoyado a la puerta y me tenía bien sujeto con sus manos por las caderas y su polla de nuevo totalmente introducida, me la había vuelto a clavar hasta la empuñadura. Estaba empezando a culearme ya salvajemente, cuando de repente vemos como entraba en los aseos un joven, joven que nada más vernos se quedaba en la entrada, mirando como aquel macho, me estaba dando por el culo allí en medio del pasillo del aseo de caballeros. El joven abría los ojos como platos, tenía la boca a medio abrir y no daba crédito a lo que estaba viendo.
Yo nada más verlo, me quedé de piedra, yo creo que hasta me puse pálido. Dios, me moría de vergüenza, me sentí totalmente descubierto, para mi aquello era algo impensable, me quise zafar, pero el que me estaba dando por el culo no me lo permitió, solo me dijo, y fue cuando me habló por segunda y última vez en la noche:
Tranquilo, tu tranquilo que no te va a pasar nada, y sin soltarme en ningún momento, siguió dándome por el culo sin importarle nada el que aquel joven nos estuviera viendo, podía ver muy claramente como me estaba dando por el culo, como yo chillaba a la vez que me bamboleaba con las embestidas que me estaba dando el macho que me tenía bien enculado, hasta podía escuchar perfectamente el golpeteo que daba la pelvis del que me estaba follando al golpear esta contra mi culito, así como los gemidos míos y la agitada respiración del que me estaba dando por el culo, plof, plof plof plof plof, se podía escuchar junto a los gimoteos que yo daba y la especie de gruñidos que daba el que me estaba follando.
Yo al principio me moría de vergüenza, me sentía totalmente descubierto, era como si alguien estuviera viendo mi alma, era como si pudiera ver mis más ocultos secretos, estaba viendo mí yo más íntimo y aquello me daba muchísima vergüenza.
Veía al joven como no perdía detalle de la follada que me estaban dando, los ojos le brillaban como si fuesen antorchas, estaba claro que estaba excitado y el ver aquello lo estaba poniendo muy pero que muy caliente. La cara de lujuria y lascivia que tenía aquel joven era muy palpable.
Como yo no podía hacer nada, solo mirar para aquel joven que no perdía detalle de la follada que me estaban dando, poco a poco aquella situación me empezó a gustar a la vez que me excitaba el ver como me miraba con deseo aquel joven espectador. Yo no dejaba de gemir y chillar a la vez que todo mi cuerpo se bamboleaba, apenas podía apoyarme, pues solo podía poner la mano izquierda sobre uno de los marcos de la puerta de aquel último aseo y la otra apoyarla sobre la pared de azulejos, cosa que no me servía de mucho, pues la pared iba a todo lo largo y no me servía de apoyo. Yo veía al joven mirarme y veía como mi polla y huevos se bamboleaban con cada enculada que me daba el macho que me estaba dando por el culo, podía ver como mi polla no dejaba de salpicar gotas de semen, gotas que iban en todas las direcciones, pues la verdad es que la follada que me estaba dando aquel semental me estaba gustando, me estaba gustando mucho y el cabrón me estaba haciendo gozar de lo lindo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillaba y gemía yo mientras aquel semental me estaba dando por el culo salvajemente, me bamboleaba y hacía erguir cada vez que su polla me llegaba a lo más profundo de mis entrañas, aquella polla llegaba a lo más profundo de mi ser y me estaba gustando, me estaba haciendo gozar como a una perra en celo. Ya en aquellos momentos todo me daba igual, ya no me importaba que estuviera aquel joven mirando como me daban por el culo, solo sabía que estaba gozando como nunca y todo me daba igual, no quería que aquello terminara nunca.
Estaba que me derretía de gusto, cuando escucho como el macho que me estaba dando por el culo, empieza a gruñir a la vez que apuraba las embestidas, ahora notaba sus dedos clavados en mis caderas y como las penetraciones eran mucho más profundas y salvajes, se podía escuchar el plof, plof plof plof plof del golpeteo de su pelvis al chocar contra mi culito mucho más fuertes y rápidas, cuando noto como este se empieza a correr dentro mía, luego de soltar un fuerte alarido, me estaba preñando, estaba dejando su semen en lo más profundo de mis entrañas.
Así que terminó de descargar todo su semen dejándolo dentro mía, sin decir nada de nada, sacó su polla de mi culo y sin importarle nada el que aquel joven siguiera allí viendo como me daba por el culo, agarrando con una de sus manos la polla y con la otra aguantándose el pantalón, fue hacia donde estaba el joven mirándonos, pues allí era donde estaba el lavabo y sin importarle nada que aquel joven viera todo, se puso a lavarse la polla.
El joven abría la boca y los ojos como platos, le brillaban como 2 faros encendidos, vio perfectamente la polla que me había metido por el culo aquel macho, como se había corrido dentro mía dejándome preñado con sus mecos y como ahora se disponía a lavarse como si nada hubiese ocurrido allí.
Miró luego para mí después de ver como el que acababa de darme por el culo se estaba lavando, como yo prácticamente desnudo, con la polla todavía tiesa y completamente pringada y goteando pequeñas gotas de semen, me agachaba para coger un trozo de papel que llevaba en el bolsillo del pantalón, vio como me lo pasaba por el culito tratando de limpiarme un poco el esperma que se me iba escurriendo por el abierto culito que me había quedado, miró para mí como esperando a que le dijera algo.
Y claro que le dije, solo me hizo falta hacerle una seña con la mano para que viniera y al momento ya estuvo a mi lado.
Ya venía con la polla de fuera, no se cuando se la sacó, pero traía un empalme de campeonato, vamos que estaba empalmado como un burro, tenía una buena polla, era tan larga como la del que me acababa de dar por el culo y yo creo que algo más gorda, al menos así lo noté tan pronto me la metió por el culo.
Ya estaba de nuevo yo ensartado en una polla volviendo a chillar y gemir y todavía estaba el que acababa de preñarme lavándose. Estoy seguro de que en sus pensamientos estaba en lo maricón que yo era y la follada que estaba recibiendo aquella noche.
La verdad es que sí pensaba aquello que era lo más probable, pues tenía toda la razón, en aquellos momentos yo era un cuerpo en llamas, estaba caliente a más no poder, mi culito solo quería polla y que lo siguieran follando.
Cuando aquel joven espectador empezó a correrse dentro mía, pues no tardó mucho en hacerlo, estoy seguro de que la calentura y excitación que tenía era tan grande o más que la mía, el estar viendo como me daban por el culo, lo había puesto como una moto.
Yo creo que cuando el joven espectador se empezó a correr dentro mía dejándome preñado por segunda vez en la noche, todavía no se había marchado el primero que me había dado por el culo. Lo que si recuerdo es que le pedí que no me sacara la polla del culo, quería correrme yo y antes de que me sacara la polla del culo, empecé a menearme la polla corriéndome nada más tocarme. Dios que gusto sentí, gemí a la vez que me estremecía de gusto, menuda follada que acababan de darme.
Menos mal que aquella noche no apareció nadie más en aquellos momentos en que me estaban follando, porque estoy completamente seguro de que si por casualidad llega a venir alguien más, yo me hubiera seguido dejándome coger, aquella noche estaba completamente desbocado, era mucho la calentura que mi cuerpo tenía y por encima el ver como aquel joven espectador inesperado, me miraba mientras me daba por el culo el primero de mis sementales, al final me había puesto mucho más cachondo de lo que yo ya estaba, vamos que al final vencida la vergüenza del momento, aquello me había gustado.
Luego de darme por el culo el joven espectador inesperado, este esperó a que yo me limpiase y vistiese y salimos de allí los 2 juntos, luego el se iba para la dirección contraria a la mía, nos despedimos nada más salir de aquellos aseos públicos y yo marché andando para mi casa, iba todo sudado y agotado, notaba el culito completamente abierto y como los mecos con los que me acababan de preñar, se iban escurriendo por mi culito y mojando mi slip Mexicano que tanto me gustaba y que me habían regalado. Pero eso sí, iba contento y muy pero que muy satisfecho.
Esta es una de las mejores folladas que me dieron en mi vida, es la que más veces recuerdo y es la que cada vez que ando caliente, siempre me viene a la memoria.
Si queréis escribirme o contactarme, podéis escribir a:
O Podéis buscarme en Twitter por:
@danisampedro91
Desde La Coruña, saludos.
Dani.
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