Un misterioso chico llamado "Atyaananda"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En cuanto al sexo, qué se puede decir, es para mí el mayor misterio. Siempre que salía a la calle, o debía asistir al colegio, me llamaban mucho la atención los chicos, en un principio no sabía a qué se debía, simplemente la mirada se desviaba hacia sus rostros, y me era difícil ignorarlos, las chicas también causaban una sensación parecida en mí, pero no era tan fuerte como con los hombres. A los 13 años recién me di cuenta de que algo más que una simple contemplación era lo que sucedía en mi interior, extrañas imágenes aparecían en mi mente en las cuales me imaginaba a mí mismo abrazando el cálido cuerpo de otro chico, sentir su calor junto a mi cuerpo, y ese suave roce del pelillo que emana de la piel de un adolescente. Sin embargo aún no había experimentado con otro chico (y eso era lo que yo quería), pero todo cambió aquí en la India hace 1 semana…
Y bien pues, son 6 meses los que llevo en este barrio de Nueva Delhi, y hace una semanas que mis padres me metieron en un colegio público, que lleva el nombre de Gandhi en honor a su importante rol para el país. Solo me faltan 2 años para egresar, pues tengo ahora 16 años. En cuanto a mi cuerpo no me quejo, pues es delgado y moreno, con los pectorales levemente marcados, mis cejas son gruesas, mis labios finos, mis ojos poseen un color marrón intenso, me gusta llevar el pelo relativamente corto peinado hacía el lado izquierdo y la mayoría me distingue por un peculiar lunar que se posa por sobre mi ceja derecha.
El primer día fue muy extraño, la profesora me presento a la clase, yo sonreí y rápidamente me senté junto a un banco vacío. No muchos estudiantes habían asistido, ya que poco menos de la mitad de los asientos se encontraban desocupados. En nuestro recreo, conversé un poco con un chico llamado Nityanda, me habló acerca de chicas y bromeó acerca del decaído culo de una compañera de clases, yo asentí con una risa y me dijo que necesitaba ir al baño, me quede allí sentado en una banca, que detrás tenía un hermoso árbol con una placa biográfica de Gandhi, mientras leía lo que decía, se me acerco un chico de otro curso, y dijo: "Tú debes ser el nuevo alumno Pakistaní, veo que te gusta leer, me llamo Atyaananda". Procedí a darle la mano para saludarle, era tibia y muy delicada, luego me fije bien en su rostro, que era realmente hermoso: Sus ojos muy saltones eran realmente llamativos, de contextura delgada casi igual a la mia, era un poco más moreno que yo, sus pómulos sutilmente marcados y su pelo era corto adelante y atrás paralelo al nivel de sus hombros, me dio la sensación de estar viendo a un Dios Hindú
Al contemplar todo su ser quede realmente en un estado de éxtasis, que se desvaneció cuando tocaron para regresar a clases, él me dijo que podíamos conversar después si es que yo así lo deseaba, le dije que con gusto, y me marché a clases. No logré poner en ningún momento atención a la materia que se nos exponía, solo pensaba en él, en Atyaananda, hasta que por fin: "ringgg….." la campana de salida, tomé mi bolso y salí del aula, en la salida me encontré de nuevo con Atyaananda que estaba conversando con otro amigo suyo, me invitaron a conversar un rato a la plaza, por mi estaba bien, así que acepté. Ambos parecían interesarse mucho por temas controversiales, de política y filosofaban acerca de distintos tópicos, realmente tenían buenos temas de conversación, y se interesaron mucho con mis vivencias en Pakistán, yo les conté lo que recordaba, luego el amigo de Atyaananda dijo que debía irse por que tenía un compromiso a esa hora, nos despedimos de él y continuamos con nuestra interesante charla, la cual me daba una excusa perfecta para mirar ese rostro tan cautivante. Ya eran las 8 de la noche y Atyaananda me pregunto en donde vivía, le dije que a 8 cuadras del colegio, junto a una tienda llamada "Frutos de Krishna" o algo parecido. Entonces sonrío de una manera muy bella y dijo que vivía a 2 cuadras de allí, así que nos fuimos juntos, cuando llegamos a mi casa estaba a punto de despedirse, cuando me di cuenta de que no traía conmigo las llaves, y recordé que mis padres habían ido a una fiesta en la casa de mi tío, de la cual seguro llegarían a las 3 o 4 de la mañana (si es que no después). Atyaananda se río, yo me enoje un poco, entonces me dijo que si quería podía quedarme en su casa por la noche, sonreí y le dije que sí…
Al llegar a su casa me saludo su padre, que era un hombre muy simpático, Atyaananda le explicó la situación y él lo entendió claramente. Luego fuimos a su habitación, me contó que su madre había muerto cuando él tenía 4 años al ser atacada por un loco que, según declaró después, "Shiva" le había dicho que esta mujer debía morir. Los ojos de Atyaananda se humedecieron por un momento pero luego sonrió y dijo: "por algo mi madre me llamo "Atyaananda" que significa "lleno de alegría". Luego me contó que su padre trabajaba de noche como guardia de un Banco muy importante en la India y que le pagaban muy bien. Yo de inmediato pensé que eso significaría que nos quedaríamos solos…
Eran ya las 10:30 de la noche, el padre de Atyaananda ya se había ido a trabajar, Atyaananda escondía abajo de su cama un Vodka Ruso, me preguntó si yo quería, le respondí: Por qué no. Bebíamos mientras conversábamos acerca de la vida, del significado de la existencia y todo eso, estaba empezando a embriagarme y Atyaananda estaba más o menos igual. Ya eran las 12 de la noche más o menos, así que Atyaananda me dijo que era mejor dormirse para poder asistir mañana a clases, me dijo que durmiéramos los 2 en su cama que no había problema. Hacía mucho calor a pesar de ser ya muy tarde, así que sólo había una sábana que cubría la cama. Atyaananda se puso unos pantalones cortos, que eran de tela muy suave y rojos, para dormir, lo cual me permitió ver su atractivo abdomen bien marcado, y los bellos de sus piernas que le daban un aspecto de suavidad muy agradable, que junto con su bello y moreno rostro, me daban una sensación muy agradable que recorría todo mi cuerpo como electricidad.
Fue avanzando hacia su cama dejando ante mi vista la suavidad de su espalda y sus nalgas que sobresalían de una manera armoniosa y firme hacia afuera. Me dijo que me acostara ya, le dije que primero tenía que ir al baño, luego de descargar el estanque en el baño. Volví a la habitación de Atyaananda, él ya estaba acosado mirando hacía la pared. Entonces como yo también tenía mucho calor me saque los pantalones y la polera dejándolos a un lado, quedándome solo con los bóxers blancos que me había puesto en la mañana. La luz estaba apagada, pero aun así había luz en la pieza, que se filtraba a través de la cortina, luz proveniente de la luna y de los focos que iluminan las calles. Caminé hacia la cama y levante la sábana, no pude evitar quedar hipnotizado con las nalgas que se marcaban a través de ese delgado pantaloncito, y esa suave y morena espalda, aguantando la tentación de tocar o hacer un "roce accidental" con mi pene, me acosté junto a Atyaananda mirando hacia arriba. entonces él se dio vuelta hacia mí y apoyó su cabeza en mi hombro, de una manera muy suave sentía su cálido rostro en mi hombro, yo pensé que estaba durmiendo y no pude resistir la tentación de poner mi mano en su cara y acariciarlo, levantó un poco su cabeza, abrió sus ojos y me miró sonriendo, luego acostó nuevamente su cabeza y la apoyó en mi hombro, no dijo nada, pero su sonrisa me lo dijo todo, con mi otra mano acaricié sus pezones y él me decía susurrando: "no…" pero sin oponer resistencia alguna, luego el también respondió acariciando mis pezones, que estaban tan erectos como empezaba a ponerse mi miembro.
Poco a poco fui acercando mi mano para acariciar el pene de Atyaananda, mi mano comenzó por sus pezones, bajando lentamente por su abdomen, hasta pasar por su vello púbico, para sentir ese agradable calor de sus testículos y frotando el cuero de su pene de arriba a abajo este comenzó a erectarse lentamente, el me hizo lo mismo. Ambos nos hacíamos una paja mutua, lentamente, mientras con la otra mano tocábamos nuestros pezones. Yo me acerque a lamer los pezones de Atyaananda, esté levanto mi rostro y me besó introduciendo su lengua por la parte izquierda de mis labios que luego entro en contacto con la mía, sintiendo como si ambos nos complementásemos. De pronto Atyaananda se dio vuelta hacia el otro lado, tocando mis nalgas y empujándolas para que mi pene frotara su culo, que poco a poco con su otra mano fue dejando al descubierto al bajar sus pantaloncitos cortos, sus nalgas eran perfectas; redondas y morenas evocaban una sensación de dureza pero a la vez suavidad, lo cual me ponía muy caliente, sin aguantar más, baje mis bóxer y acerqué mi glande hacía sus nalgas, y comencé a frotar sin intención de penetrarle. La sensación que me invadía nunca antes la había experimentado, el roce del pelillo de sus nalgas acariciaban suavemente mi falo, cada vena de mi pene era cuidadosamente acariciada. Yo no me atrevía a penetrarle, no sabía que sentiría, estaba algo asustado. Entonces escuche como Atyaananda escupía su mano la cual posteriormente usó para lubricar mi pene, realmente era muy agradable, y, sin decirme nada empujaba hacia atrás sus nalgas con la intención de ser penetrado, poco a poco sentí como mi glande abría lentamente su delicioso ano.
Con ayuda de mi propia saliva, ayude a que se lubricara mejor. Sentía como mi pene entraba lentamente, hasta la mitad, luego empujé un poco más para que entrase entero, y cada parte de mi falo era cuidadosamente acariciada gracias a la humedad de nuestras salivas, entrada y salida era un éxtasis que me empujaba a seguir, sus tibias nalgas golpeaban con suavidad a mi vello púbico que servía como almohada para cada penetración, poco a poco sentía que la sangré se acumulaba en la punta de mi pene cada vez más y más causando una sensación de placer que nunca había logrado con la masturbación. No aguante más y un suave liquido blanco, inundo el suave culo de Atyaananda, realmente salía mucho semen, a pesar de que estaba eyaculando, seguía penetrándole, para lo cual el semen servía como lubricante, lo cual causaba aún más placer en mi Pija. Luego agotado de tanto placer, por fin retiré mi pene. Atyaananda me abrazó, sonrió, me beso de una manera aún más excitante, luego untó el semen que salía de su ano en mi abdomen de una manera muy cariñosa, yo estaba realmente feliz. Posteriormente me preguntó si quería bañarme, le di una positiva y fuimos juntos.
Estando ya en la ducha de caer el agua, se puso tras mío, se agachó y comenzó muy sutilmente a lamer mis nalgas, yo estaba realmente disfrutándolo, le dije que si quería me penetrase también, el sonrió y me beso nuevamente. Al estar de pie nuevamente, y estando tras de mi, acerco su pene, que como pude apreciar era un poco más moreno que el lo cual realmente me ponía cachondo, comenzó a frotar su glande en la apertura de mi ano, casi penetrando, solo masturbaba la punta de su glande con mi ano, era muy placentero. Entonces fue cuando, con su mano izquierda comenzó a masturbar mi pene, y con su mano derecha tocaba mi rostro y mis pectorales, subiendo y bajando. Sentí como de a poco mi recto comenzaba a abrirse, dando la entrada a la morena y dulce verga de Atyaananda. No aguanté las ganas de mover mi culo, para que lo hiciese más rápido, ya que el agua de la ducha facilitaba la entrada y salida, esto me estimulaba mucho. Atyaananda gemía muy fuerte, él lo disfrutaba realmente y me besaba tiernamente el cuello, poco a poco comenzó a aumentar la velocidad, fue tanto que al final dio un gran gemido, inundando mi interior con su semen, que raro se sentía, pero a la vez agradable. Me di vuelta y nos abrazamos acariciando todo nuestros cuerpos. Y el agua de la ducha iba limpiando mi culo manchado con el semen de Atyaananda.
Luego de salir de la ducha nos dimos cuenta de todo el tiempo que se nos había ido y ya eran las 7 de la mañana. Nos vestimos para ir nuevamente al colegio, sin decir una palabra más, cada uno fue a su salón. Al salir al recreo me enteré de que Atyaananda tuvo un ataque de epilepsia, y que fue llevado al hospital. Está allí hace una semana, y creo que debería ir a verlo, pero no me he atrevido teniendo la tonta idea de que lo del ataque fue mi culpa. Sin duda debo ir a verle, ya veremos qué pasa…
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