Un Negro Encantador
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Desideratum.
Siempre lo veía pasar por los alrededores de mi trabajo, negro, alto como de unos 40 y tantos, calvo, ojos marrones, corpulento, tal vez un poco barrigon, labios gruesos y una hermosa voz.
Ese día nos conseguimos en el banco, yo fui a hacer un retiro de efectivo y él una solicitud de tarjeta de crédito, a pesar de no ser cercanos lo saludé, la verdad es que tiene una energía que a mi me afecta mucho, como respuesta a mi saludo me premió con su magnifica voz preguntándome como estaba, eso dio inicio a una primera conversación, al inicio hablamos de economía, que todo está cada vez mas caro y el dinero no alcanza y cosas así, mas tarde ambos salimos del banco y nos fuimos juntos debido a que vive cerca de mi trabajo, en ese momento toco el tema sexual, que ya ni para condones alcanza, decir eso me puso a temblar pues no sabía su respuesta, él solo explotó en risas.
Allí él me dijo que por eso le gustaba hacerlo con hombres a pesar de considerarse heterosexual, me explicaba que mientras hubiera higiene y confianza era mucho mejor que con una mujer, no habían riesgos.
Eso me puso muy caliente y nervioso, traté de parecer sereno y solo reí, le dije que pensaba lo mismo, aunque no era precisamente heterosexual, pero siempre me costaba conseguir alguien que no estuviera pendiente solo de sexo.
Me preguntó qué buscaba y le expliqué que no buscaba un compromiso, aunque me gustaría, solo una relación seria, ya sea amigos con derechos o algo así, no alguien de una sola vez.
La conversación fue subiendo de tono y ambos fuimos interesándonos en hacer algo, por lo que decidí faltar a mi trabajo e irme con él.
Su casa era pequeña, sencilla pero muy bonita, me invitó a sentarnos en el sofá y que me pusiera cómodo, él empezó a quitarse los zapatos y su característica franela blanca, me dio un vaso de jugo de piña y luego me enseñó la casa, lo último fue el baño, allí fue directo al grano, me preguntó si quería tener sexo con él, ante mi afirmación me indicó una llave en su baño con una manguera especial para lavados anales y me dejó solo.
Yo sabía lo que tenía que hacer, me bañé, y me hice mi lavado, me puse de nuevo mi pantalón y mi franelilla y puse el resto de mi ropa en el bolsito que tenía, luego salí, estaba sentado en el sofá, vestido igual que cuando me dejó en el baño, iba a sentarme a su lado pero me pidió que me sentara sobre él.
De inmediato quitó mi franelilla y empezó a acariciarme todo mientras me miraba lujuriosamente a los ojos, nos besamos y me apretaba fuerte contra él, cabe destacar que soy mucho mas bajito que él, me hacía sentir como muñequito, besó y mordió mis pezones y los chupó como si quisiera sacar leche.
Sentía su miembro erecto chocando con mis nalgas, y el mio no estaba menos duro, él estaba tan concentrado besándome, degustando mis pezones y acariciando mi espalda que me cohibí de ir directo a su pene, traté de tomar algo de control y me fui también a sus pezones, los tenía muy duros y su color oscuro junto con el sabor de su piel me encantó.
Sus manos bajaron hasta mi trasero y lo apretaron fuertemente, eso fue suficiente señal para separarme de él y quitarme el pantalón, él hizo lo mismo dejando al descubierto su enorme miembro de 22cm supergrueso, lo besé nuevamente y bajé a su pene, lamí la punta y luego penetré su pequeño orificio con mi lengua sacando todo rastro de presemen y luego empecé a mamar ferozmente su glande, en un momento me metí todo lo que pude y él empezó a bombearme hasta que palmeé su pierna indicándole que me ahogaba.
Solo tomé un poco de aire y seguí mamando, oir sus gemidos y ver la lujuria en sus ojos me excitaba aún más.
Me levantó y me besó en la boca, me dio la vuelta y empezó a morder mi cuello y espalda bajando lentamente hasta llegar a mis nalgas, las mordisqueó suavemente antes de abrirlas y penetrarme de golpe con su lengua haciéndome gemir como loco, abrió mis piernas y fue bajando hasta meterse mis bolas en la boca mientras me masturbaba gentilmente, se metió mi pene a la boca y siguió mamandome el culo.
Me hizo acostarme boca abajo, pero le dije que quería ver su cara mientras me penetraba, así que me puse boca arriba poniendo mis piernas en sus hombros mientras me iba penetrando suavemente, como tenía tiempo sin tener sexo estaba un poco cerrado por lo cual me dolió un poco.
Siempre pienso mucho lo que hago, demasiado, lo cual es bueno, pero en el sexo a veces me bloqueo por pensar tanto, sin embargo con él fue fácil soltarme, en poco tiempo me estuve meneando como loco disfrutando de su miembro dentro de mi mientras veía su miraba sus ojos que creí que no podrían estar más cargados de lujuria, pero me equivoqué.
Sus ojos tomaron un semblante casi diabólico, empezó a penetrarme con mucha más fuerza, puso sus manos detrás de mi espalda y me levantó para seguir cogiéndome en el aire, yo solo podía aferrarme a él, y la gravedad solo hacía que me diera más duro, lo sorprendí cuando mis gemidos se volvieron gritos muy agudos anunciando que me había hecho acabar sin tocarme, cuando manché su barriga de semen aceleró aún más para acabar él, luego se tiró de espaldas en la cama rendido, me saqué su pene y le quité el condón lleno de semen, me acosté a su lado.
Cuando pudo recuperar el aliento me besó y se disculpó diciéndome que quería ser más gentil pero que no se pudo controlar, que llevaba mucho tiempo deseándome y eso fue mucho para él.
La verdad es que su rudeza si me lastimó un poco, pero lo disfruté mucho, estoy dispuesto a repetirlo una y otra vez.
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