Un niño llamado Tavito

Diferente estilo narrativo, mismo niño caliente..
Era un día alegre y caluroso, el sol aún iluminaba y un joven llamado Joel se encontraba sentado en una mesa junto a sus familiares, sin embargo él tenia la vista fija en un objetivo claro: miraba a un pequeño risueño que brincoteaba en un inflable, lo observaba de pies a cabeza y se detenía en su trasero analizando bien la forma de esas dulces nalguitas que se marcaban en el pantalón corto color naranja que cubría el cuerpo infantil del niño. El joven continuaba disimuladamente intercalando entre la plática con su familia y el manoseo mental que le propinaba a aquél pequeño de 10 años llamado Gustavo.

El día era una situación un tanto especial, era cumpleaños de uno de los primos menores de Joel, el pequeño Richie cumplía 6 y sus padres le habían hecho una fiesta en un agradable jardín de eventos local, sin embargo la mamá de Joel tenía un importante compromiso de trabajo y su hermano Mario ahora tenía novia y había preferido salir con ella,

– Ve tú, para que tu tía no se sienta mal- Le dijo su mamá a Joel.

– Pero yo tampoco quiero ir- Reprochó el muchacho.

– Solo un ratito y te vienes,- Le pedía su mamá mientras terminaba de alistarse para ir a trabajar, -Porqué no invitas a Tavito? Así no vas sólo- Añadió.

– Ok, voy a marcarle a su mamá, a ver si lo deja ir- Respondió Joel aún molesto de que lo obligaran.

Finalmente la mamá de Tavito le dió permiso y así ambos terminaron ahí, Joel soportando un tanto la plática de sus primos y sus tíos, realmente no era una familia que le gustara frecuentar, sin embargo tener a Tavo cerca le ayudaba a sopesar la carga. Tavito se había adaptado pronto al ambiente, estaba junto a niños desconocidos para él, todos amontonados pidiendo comida cuando Joel se paró detrás y de forma disimulada tocó una de sus pompas aprovechando que los demás niños los cubrían, Tavito solo volteó al sentir esa mano palpando su retaguardia y le sonrió a su acompañante que de igual manera le sonrió para finalmente regresar juntos a la mesa para comer. Joel y Tavito se encontraban terminando la comida, la mesa estaba casi vacía en ese momento, solo una de las primas mayores de Joel estaba ahí, pero ella se dedicaba al celular sin prestarles atención,

– Joel, quiero hacer pipí, me llevas al baño?- Le dijo Tavito a Joel.

– Está por allá- Le respondió Joel apuntando con su dedo.

– Llévame, yo no sé- Dijo Tavito con cara tierna.

– Vamos, pues- Le contestó Joel, y comenzaron a moverse por la orilla del jardín hasta llegar a los baños que se encontraban en una esquina del complejo. Entraron en el lugar y dos de los tres minguitorios se encontraban ocupados, así que Joel le hizo una señal a Tavito para que lo ocupara, pero el negó con la cabeza,

-Quiero hacer popó- Le dijo Tavito hablando despacio, sin embargo el único retrete del lugar estaba ocupado, así que debían esperar. Pasaron más de cinco minutos y el baño no era desocupado, quién fuera que estaba dentro debía tener algún problema porque no se escuchaba muy bien ahí adentro.

– Tengo muchas ganas- Le dijo Tavito a Joel haciendo una mueca de inconformidad.

– No te puedes esperar un poco más?- Le preguntó.

– No…-Dijo Tavito moviéndose impaciente.

– Ok, ven- Le respondió Joel y salieron de ahí caminando rápido hasta encontrar a su tía, -Tía, Tavito quiere hacer del baño pero está ocupado y ya no aguanta, me prestas la llave de tu casa para que haga allá?- Le dijo a la señora que miró sorprendida a Tavito como se quejaba.

– Si, si…-Decía buscando en su bolso,-Toma- Le dijo a Joel dándole la llave, Joel apurado la tomó y salió junto con el pequeño para buscar su auto y llegar lo antes posible, el salón de eventos estaba a solo unas calles de la casa de sus tíos, pero no quería que ocurriera una tragedia, así que en cinco minutos ya estaba introduciendo la llave en la ranura de la puerta y pronto subió junto con Tavito hasta llegar al baño de la casa de su tía donde Tavito apurado entró y cerró la puerta mientras Joel esperaba afuera.

– Joel- Dijo Tavito después de unos minutos dentro.

– Qué?- Le preguntó.

– Ven- Respondió el niño.

– Qué?- Dijo Joel nuevamente, girando el pomo de la puerta y entrando despacio, asomó la cabeza y vió a Tavito que seguía con sus pantalones abajo mostrando una erección en su pequeño pene y entonces este se giró mostrándole su perfecto culo a Joel a la vez que se inclinaba,

– Si me limpié bien?- Dijo el niño con un tono de voz diferente, un tono insinuante. Joel entró cerrando la puerta detrás con seguro y caminó a paso firme sin dejar de ver el trasero moreno claro del niño hasta estar justo detrás de él y entonces se agachó hasta que su cara estuvo a centímetros de ese par de cachetes gordos y con sus manos los separó dejando aquél ano goloso expuesto y como si de un imán se tratara su lengua hizo contacto con aquel agujero recogiendo de él un muy ligero sabor a excremento pero que lejos de incomodarle siguió lamiendo gustoso dejando brillante de saliba el ano de Tavito que temblaba y daba muy pequeños gemidos. Joel chupaba el culo de Tavo mientras con ambas manos amasaba las firmes nalguitas del pequeño,

– Métemela- Dijo Tavito matando así el silencio, entonces Joel se levantó y buscó posición para cercar su verga al culo del niño, y en cuanto el glande tocó su ano la piel del cuerpo de Tavo se erizó haciendo a Joel esbozar una sonrisa perversa y con un empujón la cabeza de su pene perforó el hoyito de Tavo haciéndolos a ambos recordar esa sensación del cuerpo del otro uniéndose al suyo. Tavito y Joel tenían ya una semana desde la última vez que habían estado juntos y un tensión sexual se sentía entre ellos, tensión que se rompía ahora que volvían a conectar sus cuerpos.

Penetrar a Tavito no era gran problema para el duro pene de Joel, más aún después de que el niño había usado su recto con normalidad para defecar hace unos segundos, usarlo ahora para coger era sencillo, su conducto se amoldó pronto al grosor de la verga de Joel que con cada metida se iba insertando más en él hasta sentir que ya todo aquél pene que conocía bien se encontraba adentro nuevamente.

Joel soltaba lento el aire por la boca mientras seguía moviéndose generando el sonido clásico del acto sexual, aferrado de la cintura del niño que mantenía levantada la retaguardia rindiéndose ante el placer que aquél pene adulto le suministraba a su tierno cuerpo. Joel bajaba la mirada observando como su duro miembro salía y volvía a entrar entre las pompas del pequeño Tavito perdiéndose en su ano, ese agujero que ya tantas veces había comido completa la verga del joven hombre que se había convertido en su amante. El muchacho seguía con su mano derecha firme, sujeto a la cadera del niño y con la mano izquierda recorría la tersa piel de su estómago por debajo de la camisita de cuadros que cubría el torso de Tavo bajando momentáneamente a masturbar el duro pero a la vez esponjoso pene infantil de Tavito que gozaba cada vez que sentía que la piel de su prepucio bajaba entre los dedos de Joel y dejaba al descubierto su glande al mismo tiempo que disfrutaba el masaje que el constante mete y saca de verga le daba a su diminuta próstata,

– Ya extrañaba tu culito, bebé- Decía Joel con su voz algo más áspera de lo normal, Tavo solo apretaba los ojos sintiendo como ahora aquella mano adulta se movía gentilmente en sus huevitos.

– Yo también- Dijo el niño con un poco de dificultad.

El joven libidinoso retiró su pene del interior del pequeño quién se desconcertó al no sentir más esa pieza de carne en su interior, pensaba en decir algo cuando Joel lo hizo girar y levantándolo lo colocó con medio cuerpo recostado sobre el mueble de madera que estaba junto al retrete, llevó arriba las piernas de Tavito que seguían atrapadas en las piernas de su pantaloncillo con su pequeño boxer enrollado en medio, de esta forma Joel miraba deseoso como los huevitos y pene de Tavito lucían tan tiernos, mientras más abajo su ano abierto y lustroso contrastaba invitando a Joel a volver a depositar su miembro viril en su interior. Joel no se dió a esperar y soltó un gran escupitajo que fué a parar dentro y parte en fuera del ano de Tavito, e inmediatamente se posicionó empalando de nuevo al pequeño que se limitaba a respirar lento y profundo. La altura era un tanto incómoda, Joel necesitaba doblar un poco las rodillas para alcanzar el culo de Tavo, pero aún así no era un limitante para el placer que sentía, era una imagen que le fascinaba al poder tener así a su pequeño noviecito. La escena continuaba, el ya bien desarrollado pene del muchacho salía y se volvía a perder entre las nalgas de un Tavito que gemía muy suave, con su pequeño piquito de niño balanceándose con cada clavada que su amante le daba cuando en un último empujón bien profundo sintió como el pene de Joel se ensanchaba palpitante dentro de su recto, anunciando que había acabado. Joel respiró profundo y sacó su pene del interior de Tavito, sucio de su propio semen y una parte también de excremento, Tavito se preparaba para bajarse y limpiarse cuando de nuevo las manos de Joel lo tomaron por la cintura haciéndolo quedar boca abajo en el mueble, con su culito apuntando a su amante que sin decir palabra introdujo su pene de un tirón y de nueva cuenta sus nalguitas comenzaron a aplaudir contra el cuerpo de su «novio». Esta vez los movimientos de Joel eran más agresivos, apretaba los firmes cachetes del pequeñín que ahora soltaba sonidos más fuertes por su boca gozando la cogida que recibía. Joel se concentraba en ver su pene en medio de las pompas de Tavo, alcanzaba a percibir un poco el aroma a popó y semen pero solo lo provocaba mas a desear aún seguir penetrando al niño como si de una persona adulta se tratase.

Tavito fijaba su vista en la pared que tenía en frente a centímetros de su cara, imaginando la imagen de la verga de Joel entrando por su culo y sientiendo como el par de huevos maduros golpeaban con el borde de sus nalgas, con la boca abierto jalando aire mientras gozaba el recorrido que la verga de Joel hacía en su recto hasta que no pudo más y dejándose ir alcanzó así su final. Joel conocía bien a Tavito, sabía leer su cuerpo y sentía como su compañero sexual había alcanzado su climax, así que aumentando más la intensidad apretó duro el lateral de las nalgas de Tavo repitiendo los espasmos de su pene que regaba por segunda ocasión su líquido en el interior de Tavito.

Joel se separó lentamente viendo como su verga se desabotonaba del agujero de Tavito listo para limpiarse, sabía que tenían ya mucho tiempo fuera de la fiesta y debían apresurarse, él sabía que su tía guardaba siempre toallitas húmedas dentro del mueble donde Tavito aún seguía tendido con su culo comenzando ya a liberar el semen de su interior, así que Joel se agachó viendo de nuevo el ano abierto de Tavo expulsando leche y bajando más la mirada notó que había un poco de semen embarrado en la puerta de madera del mueble, sin embargo era un semen más líquido y de color más discreto, además que no podía ser el suyo ya que se había vaciado por completo dentro de Tavito, o eso creía él, pero no podía detenerse mucho a pensar, así que hizo a Tavito bajar para poder abrir el mueble y buscar las toallitas con las cuales se limpiaron y tan pronto estuvieron bien limpios y alineados nuevamente, comenzaron el camino de regreso a la fiesta,

– Oye, te… Te salió leche?- Le preguntó Joel a Tavito cuando aparcaba el auto ya estando de regreso en la fiesta, en el camino había pensado en el tema y creía que esa podía ser la respuesta al semen en la puerta del mueble.

– Si…- Respondío despacio Tavito con algo de pena, -Nunca me había salido- Agregó, con Ian carita sonrojada. Las palabras de Tavito dibujaron de nueva cuenta una sonrisa en la cara del jóven, estaba orgulloso de que la primer corrida de Tavito la haya provocado él con su pene dentro del culo del pequeño así volteó, le sonrió a Tavito y él niño hizo igual, entonces bajaron del auto y regresaron a la fiesta.

Todo siguió normal, La tía de Joel le preguntó porqué la demora, pero él inventó que Tavito se había sentido un poco mal del estómago y se detuvieron un momento hasta que se sintió mejor, no hubieron más preguntas ni percances, el resto de la fiesta corrió con normalidad, y ese día tanto Tavito como Joel se divirtieron mucho, probablemente más que nadie en la fiesta.