Un niño muy educado

un chico estudiante demuestra su educación cuando pide verga.
Esa tarde de viernes salí un poco más temprano del trabajo y tenía que hacer tiempo antes de irme. Hace reto que andaba caliente por volver al sendero del humedal, donde se hace mucho cruising, ya estaba cayendo la tarde, que es la mejor hora en la semana, recorrí el sendero completo de unos 400 metros, entre breas y juncos, pero parecía que no había nadie. Llegué al refugio del árbol, que es un lugar protegido por una serie de barreras de malla y cartón que se han colocado, resultando muy sombrío, especial para culiar y alcanzar a cubrirse si viene alguien no habitual, últimamente andan algunos ambientalistas sacando fotos de las aves del lugar.

Había un tipo adentro de ese refugio, sentado en una banca, así que me puse a conversar con él, no se dio de weveo al tiro, dijo que era más voyerista que otra cosa, sin embargo en una de esas estiró la mano y me abarró el paquete, yo de pie frente a él que esta sentado, no la sacó, solo la agarró por encima de la tela. En eso veo que viene alguien acercándose por el sendero que queda justo enfrente de la entrada del refugio, era un chico menor de edad con un polerón con capucha, yo lo veía bien, pero él por el efecto luz sombra solo podía distinguir las siluetas, en esta caso la mía y la de una mano en mi verga.

El muchacho se acercó unos pasos, denotando la curiosidad y calentura de un adolescente, lo que me calentó mucho, me gusta ser visto también. Ya más cerca distingo su cara y sus facciones me resultaron conocidas; resulta que era un alumno del colegio donde yo trabajo, tiene como dieciséis años (es común que se vean chicos de esa edad, pero nadie interactúa con ellos por temor a ser denunciados) Pude haberme escondido en algún rincón, pero no lo hice, me quedé quieto hasta que el pudo reconocerme, estando a unos dos meros de la entrada, me miró fijamente, de forma refleja arqueó la ceja, hizo una mueca con sus labios que pareció un saludo y siguió por el sendero alejándose un poco.

De a poco empezaron a pasar más tipos, muchos miraban con lívido, pero siguieron su camino, entre ellos un señor mayor, que se veía bastante bien mantenido. El men que estaba conmigo dijo que se tenía que ir, así que yo también empecé a caminar por el sendero de vuelta, ya habían llegado otros y se metían entre los montes, yo no quise sumarme, había quedado medio en shock por el chico del colegio.

En eso veo que viene detrás de mí este señor mayor, no se porque, pero mediero ganas de una mamada con él, Me volteé varias veces intercambiando miradas y me desvía dejado de un sauce entre unos matorrales, que no cubrían mucho. Él me siguió, inmediatamente dirigió su mano a mi entre pierna, sacándome el pico al aire y empezando a chuparla al tiro, chupaba muy rico, se notaba la experiencia ya que se metía mi verga hasta la garganta sin ahogarse y sacando quejidos que no pretendía disimular. Ya se había acercado un tipo de unos treinta años que también le empezó a dar pico al viejo y me sobaba el culo muy rico, nunca he tenido problema que me toquen por detrás, es parte de un todo. El men joven acabó rápido llenando de moco la boca del mayor, quien disfrutó la descarga con sus ojos llorosos. En eso estábamos cuando por el sender pasó de nuevo el chico de mi colegio, esta vez era muy evidente, con el viejo de rodillas mamándome y el otro tocándome el culo, los pocos metros de ángulo de visión los pasó muy lento, captando cada detalle. El hombre más joven se fue quedando solo con el señor que no se cansaba de mamarme, tratando que yo acabara, pero algo me decía que debía contenerme.

El chico de 16 años pasó rodeando el lugar y se acercó por el otro lado, se puso a unos cinco metros viendo como me chupaban el pico, yo me giré un poco para entregarle le mejor visión, esta vez intercambiábamos miradas llenas de calentura, hasta que el hombre viejo se puso de pie acusando cansancio, lo que aprovechó el chico para acercarse muy tímidamente, hasta alcanzar con su mano delicada mi pico, apretándolo suavemente. Levantó su mirada de mi verga y mirándome a los ojos preguntó muy despacito ¿puedo?

Se agacho y casi en cámara lenta posó sus labios muy rosados sobre el glande, introduciéndolo de a poco en su boca, apretaba suavemente con su lengua adolescente succionando y soltando de la forma más rica que había sentido, marcaba diferencias con el hombre viejo. Todo en él era suavidad. Daca cierto rato sacaba de su boca mi pico y lo olía y contemplaba, le daba besitos con sus labios y se lo volvía a introducir, de a poco lo llevo hasta la entrada de su garganta y lo deja unos segundos ahí. Intercambiaba sus manitas entre el tronco del pico y mis nalgas cuando lo tenia completo adentro. Estuvimos un largo rato hasta que sentí que ya no daba más, cuando levanto su mirada para encontrase con la mía le devolví la pregunta ¿puedo? Le dibujé en mi boca, y él sin sacarse el pico me hizo un gesto afirmativo, metiéndolo hasta chocar con su gargantilla y luego de algunas succiones terminé tirando todo mi semen que se lo tragó mientras me miraba con los ojos llenos de gozo sintiendo mis descargas que se fueron directo a su pancita. Para despedirse solo hizo un gesto sin emitir palabra, solo lo vi marcharse por el sendero. Era viernes, inevitablemente lo tendría que ver el lunes.

@cairo1310