Un nuevo mundo para todos.
No creí que ese mundo del que trate de alejar a mis hijos los fuera a alcanzar de esa manera y yo lo permití….
Mi nombre es Camilo y tengo 39 años, soy divorciado y tengo 2 hijos, Mateo de 14 y Matías de 7, esos niños son todo lo contrario a mí, yo soy moreno, algo panzón, velludo pero siempre recortado y lleno de canas hasta en mi verga de 18 ctm y gruesa casi negra de piel como una morcilla pero muy sabrosa jejeje, pero mis hijos son blanquitos ambos como su madre, Mateo heredo mi cabello negro pero Matías el castaño claro de su madre, pero ambos sacaron las piernotas y el culote de su padre jajaja, nuestra vidas eran perfectas o eso pensaba yo hasta que paso, Martha mi ex esposa un día estalló de ira, me acuso de infiel y aunque no tenía pruebas de eso fracturo la confianza entre nosotros, la verdad es que no estaba lejos de la verdad pero lo que no sabía es que mi amante era la mejor amiga de Mateo que en ese momento, una deliciosa niña de 9 años de su clase, así es señores lectores, soy un catador de nenas con bastante experiencia, se podría decir que es parte de mí, “el legado de mi familia”, todos los hombres de mi familia han sido iguales pero esa es historia para otro día.
Lo cierto es que mi divorcio fue hace alrededor de 5 años y como buen padre todos los días cada 2 sábados tenía tiempo con ellos, mi relación con ellos habría cambiado con Mateo y se había fortalecido con Matías, mi hijo mayor paso de ser mi mayor fan a odiarme con todo el corazón cosa que le atribuyo a el envenenamiento de su madre y con Matías solo se volvió más consentido que nunca, en los últimos meses Martha se consiguió un nuevo “novio” y pues para mi agrado pasaba más tiempo con mis niños aunque eso significara esconder mi colección de videos con nenas y las potenciales horas de caza pero valía la pena.
El día que todo cambio fue un fin de semana largo, Matías como todo niño empezó a hacer berrinche por el excesivo calor del día a pesar de lo temprano así que como todo padre consentidor los lleve a la primera playa más cercana, Mateo a pesar de su “desinterés” ya había empacado diligentemente hasta protectores solares y Matías solo daba la lata con sus juguetes y así después de 2 horas de viaje llegamos a una playa concurrida, y no es por nada pero mis hijos estaban hermosos, mi hijo mayor en un bañador negro tipo bóxer con franjas anaranjadas al costado derecho como un experto nadador era el centro de atención de muchas niñas y varios hombres también y mi hijo menor enterrado en la arena con el cuerpo embadurnado en crema con su bañador azul cielo con manchas blancas también se robaba muchas miradas, ya llegado la tarde y con Matías exhaustos del cansancio en la parte de atrás de mi pequeño carro atestado de implementos playeros, lo había cambiado pero a diferencia de mi responsable hijo mayor, que iba adelante con su reproductor de música con su bañador y una camisa de rock, mi hijo menor no había empacado ni una camisa de cambio así que con mucha paciencia tuve que resolver y como solo era un viaje en carro particular lo desnude y le puse mi camisa que le quedaba como una bata y me fui con mi barriga y pecho al aire.
No había rodado ni un kilómetro cuando me encontré con una alcabala militar, yo no entendía nada cuando un militar moreno me mando a orillarme en el camino y empezó a preguntarme por mis hijos, admito que me desconcertó pero pude entender pues mis hijo no se parecían mucho a mí, si no fuera por el documento de identidad de Mateo todavía estuviera en la cárcel, y mientras guardaba el documento de mi hijo lo vi, Matías estaba acurrucado en el asiento trasero en posición fetal con la camisa arriba, su culito se podía apreciar en su máximo exponencial, por primera vez pensé en mi hijo como un objeto sexual al pensar que me habían detenido por eso y más cuando este oficial trajo a otro compañero para enseñarle el descubrimiento y ambos rieron, me preguntaron si podían requisar el vehículo y la verdad no pude negarme, me pidieron que ambos nos quedáramos dentro el vehículo y yo con las manos en el volante, abrieron la cajuela donde apenas entraba mi hielera y una sobrilla, otro abrió la puerta de copiloto y viendo las piernas de mi hijo de reojo reviso la guantera, pero lo que me tenía absorto era como el que nos detuvo cada que pasaba por la ventanilla de atrás donde estaba mi hijo menor, le observaba el culito rosado a mi pequeño de 7 años así como yo veía a las niñas de la playa hace unos minutos con la poronga babeante, sin que notara mi mirada vi como entro su mano como un gato ladrón pasando la yema de sus dedos por la montañas de sus nalgas carnosas y la raya divina que llevaba a su precioso tesoro y yo solo dejaba que pasará por morbo, tenía la verga erecta mientras mi hijo mayor ni cuenta se daba de lo que pasaba.
Al rato mientras todos los oficiales se reunieron para hablar y yo trataba de calmarme cuando el mismo militar de ojos grises y piel canela se acercó y me dijo que era libre de irme pero me tendría que pedir un favor, algo escéptico escuche su petición que consistía que le diera un aventón a un pequeño pueblo antes de llegar a mi ciudad pero yo sospechaba sus intenciones y me las aclaro cuando le ofrecí el puesto de copiloto pero se negó diciendo que como era un pasajero temporal no debía incomodar y dijo que yéndose atrás no molestaría, pero cuando lo dijo una mirada de lujuria lo delataba y yo no pude negarme, a los 5 minutos de haber arrancado lo note, su mano ya se perdía debajo de mi camisa, sobaba las nalgas de mi hijo que roncaba muy plácidamente, el movimiento recogió más la camisa dejando la parte inferior de mi hijo al aire desde su ombligo, sus dedos se deslizaron por segunda vez por la hendidura entre sus nalgas cuando note que su otra mano colocaba una cámara digital en el bolsillo trasero del asiento del copiloto y le sonrió mientras con sus dedos separaba las nalgas exhibiendo el rosado anito de mi hijo, yo tenía el corazón a mil mientras buscaba nervioso si mi otro hijo se daba cuenta, no paso mucho tiempo antes de que aquel hombre sacara con cuidado su miembro de unos 15 ctms y mientras se masturbaba lentamente intentaba enterrar sus dedos en la entrada de mi hijo.
Buscaba su pre semen en sus dedos y volvía a intentar hasta que lo logró, un movimiento de incomodidad en mi hijo lo delató y así comenzó su dilatación, la respiración del violador de mi pequeño y la mía parecían haberse sincronizado cuando un segundo dedo entraba en acción, Mateo no se dio cuenta de los pequeños sonidos que hacia su hermano por culpa de sus audífonos, el hombre deslizo sus brazos bajo el cuerpo de mi niño y busco mi mirada aunque ya yo había disimulado mi vigilancia, cargo con mucha sutileza y sin despertarlo, cuando volví a mirar ya lo tenía sobre él, sus dedos dentro de mi hijo frente a la cámara y la punta de su miembro muy cerca de esa entrada, hilos de líquido resbaladizo chapoteaban en ese punto donde sus cuerpos se unían, sus dedos se retiraron lentamente para darle paso a la cabeza de su verga, mi corazón empezó a acelerarse cuando mi hijo dormido empezó a fruncir el rostro ante la presión del invasor pero nada pudo frenarlo, su verga paso aquel esfínter y por las caras de ambos parecían disfrutarlo, el pene se veía algo deforme al intentar pasar por aquel virgen ano, lo veía meter y sacar aquel tolete de mi hijo, yo sabía cómo se sentía esa situación, el desvirgar un hueco tan estrecho, aquel pene al intentar entrar seguía deformándose hacia los lados junto a alguna mueca por parte de mi niño y el militar, en un momento pareció perder un poco el control y rápidamente tapo la boca de Matías cuando enterró lo que quedaba de su pene que entro entre un grito de ensueño ahogado por una mano, sus ojos cerrados por el placer se abrieron para encontrarse con los míos por un momento vi miedo pero rápidamente le hice una seña y lleve mi mano a mi bermuda y apreté mi erección, él entendió y con una sonrisa llena de lujuria empezó a azotarle el culo a mi hijo dormido, veía como hacia a mi hijo cabalgar entre bufidos bajos, la baba de mi pequeño se resbalaba a mares por la comisuras de los dedos de ese hombre y caían empapando mi camisa, su pequeño pene infantil estaba despierto lo que significaba que ese tipo sabia como masajearle la próstata, fueron 2 estocadas profundas la que terminaron el show, sus testículos se convulsionaron violentamente mientras mi hijo era embarazado en sus entrañas, tres estocadas donde sus bolas rasuradas se empapaban del rio de espesa leche que salía del culo de mi pequeño que aún seguía dormido pero respiraba profundamente, su violador se retiraba pero al volver a recostarlo en su lugar decidió limpiarle el culito a base de lengua dejándolo como si nada pero con el ano tan abierto y rojo que se notaba hasta desde mi asiento, el militar apago la cámara y me sonrió mientras terminaba de guardar su verga y acomodaba su uniforme, al poco rato ya habíamos llegado a su destino, me dio las gracias con una mueca cínica y un apretón de mano antes de bajar del carro.
Al rato llegue a casa cargue a mi pequeño hijo aun dormido, Mateo me simplifico la vida al esconderse de nuevo a su cuarto, limpie a Matías bien y aun desnudo lo acosté en mi cama, me masturbe durante un rato mientras recordaba lo que había pasado pero la adrenalina del momento se había ido y sucumbí ante el cansancio con mi trozo de carne en la mano, pero no podía dejar de repasar todo lo ocurrido en la tarde, sentía todo aquello, mi excitación estaba teniendo el sueño más lúcido de toda mi vida, mis hijos, nunca los había visto con morbo, ambos desnudos ante mí, sus culos blanquitos ante mí, mis dedos hundiéndose dentro del calor de sus anos, sentía que estaba a punto de terminar cuando abrí los ojos, Matías aferrado a mi pene con su boca que se inflaba al recibir a sus hermanos, se separó tragando lo que pudo y con mi leche aun en su boca me dijo lo más tierno y morboso que mis oídos pudieron escuchar: “Que rico papi, TE AMO”.
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