Un pasajero que se pasó de asiento y me inicio al lado pasivo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Culitoparati.
A mis 25 años de vida y 18 de actividad gay, sólo había sido pasivo una vez. Está fue con el esposo de una vecina cuando yo tenía 8 años. Pero fue una experiencia algo desagradable y dolorosa, por lo que juré nunca más practicarlo. Algún día contaré este episodio de mi vida.
Por otro lado les encontré el lado bueno al ser activo. Muero por las nalgas, estar dentro de un buen culo y destrozarlo es la mejor manera de eyacular como loco. Adoro lamer los culos, meter mi lengua hasta cansarme. Meter mis dedos mientras la víctima me hace oral antes de cogérmelo con toda mi fuerza. Puedo meterla a diario y no me canso. No sí es por la edad o por que soy un enfermo sexual.
De esos días que uno se pone a ver videos porno, encontré varios de orgias, de gang bang contra un gay. Uno de ellos es donde le daban verga 5, 6 o más tipos a un pasivo. Me empezó a excitar de sobremanera la forma en que se lo cogían, de como uno a uno se turnaban para primero lamerle el culo, como se turnaban en su boca para mamarles la verga y como se empezaban a acomodar para destrozarle el culo uno a uno y vaciar toda su leche dentro de ese rico culo. Me empezó a calentar la forma en que ese pasivo aguantaba esas 5 vergas una más grande y gruesa que la otra. Me sorprendía la facilidad con la que recibía esos grandes tamaños de falos sin dolor. Se le veía que disfrutaba a cada embestida de cada uno de ellos. Todo esto me fue animando a ser pasivo otra vez. Se me antojó volver a practicar ese lado. Decidí que sería como ese tipo que recibía más de 5 a la vez y a pelo. Aún que suene irresponsable. E iba a hacerlo, lo había decidido. Quería vergas en mi culo y sentir lo que los pasivos sienten cuando yo se las meto.
Comencé a idear como, donde y con quienes haría tal acto. Lo primero que decidí después de pensarlo tanto, es que debía ser en un cine porno. En esos lugares siempre hay decenas de hombres dispuestos a coger y además esas cosas se dan de forma natural y rápida gracias a la admosfera del lugar y claro a que todos asisten a ese lugar a práctica sexual, ya sea como activo, pasivo u observador.
Así que estaba decidido, sería un cine porno. Y sería en otra cd., así que decidí que sería en uno de la cd de México. Había que viajar unas horas a ese lugar por que requería un lugar alejado a mi cd de origen. Donde no me conocieran para darles mis nalgas a todo el que se acercara.
Una vez que decidí día y lugar me dispuse a viajar. Hice una maleta tipo mochila escolar. Quería viajar lo más cómodo posible. Compré dos dildos de tamaños diferentes para ir entrenando mi culito y así no fuera tan doloroso al tener a los activos atrás de mi. Abordé mi camión por la mañana rumbo a México DF. (Ahora CDMX). Pedí el último asiento de ventanilla. Requería privacidad para ir practicando con mi culito.
Afortunadamente el camión iba algo vacío. Las parejas iban casi adelante. Sólo un señor grandote como luchador y algo obeso iba a dos asientos adelante de mi. Así que tenía dos horas para ir entrenando mi casi virginal culo.
Empecé a ver videos porno de orgías con pasivos en mi celular para ir relajarme y empezar. Es la mejor manera de ir entrando en calor. Desabotone mi pantalón y los bajé con todo y bóxer hasta los tobillos. Saqué de la mochila una chamarra para cubrirme por sí alguien se acercaba al baño. Saqué los dos dildos, pañuelos desechables y el bote de lubricante.
Mientras veía los videos empezaba metiendo un dedo a mi culito con ayuda del lubricante. Poco a poco y al ir avanzando mi calentura fui metiendo dos y hasta tres dedos. Una vez que pude con esos tres dedos ya era hora de meter el primer dildo, el pequeño.
Lo llené de lubricante y empecé a meterlo todo hasta el fondo wooooooooooooow se deslizó de una forma deliciosa. El placer que es sentir que algo duro toca tu esfínter es algo eléctrizante y placentero difícil de explicar. No se como me había perdido de esos placeres. Decidí meterlo todo y sentarme sobre el. Se me fue hasta el fondo dejando sólo afuera los huevos falsos. Empecé a cabalgar ayudado por el movimiento del camión. Era delicioso sentir ese falo de plástico invadir mi interior y causarme temblores en las piernas. Subía y bajaba del falso pene con gran velocidad provocando que mi respiración cambiara sin poder controlarme. Era delicioso, era la gloria, estuve unos minutos disfrutando de ese palo de plástico dentro mío ayudado por el movimiento del camión.
En eso estaba cabalgando el dildo cuando de pronto el señor gordo y alto se empieza a levantar para acercarse al baño. "Demonios" pensé… Tomé rápidamente la chamarra y me la puse encima de mi. Me tuve que quedar sentado con la verga falsa dentro de mi. Sintiendo ese placer prohibido dentro de mi. La chamarra me cubría todo, pero me quedé con los pantalones en los tobillos. No alcanzaba la chamarra hasta abajo. Sería difícil que se diera cuenta, las cortinas ayudaban a dar algo de oscuridad. Cambie la app de mi cel al face y fingí estar entretenido en la red social mientras se acercaba y pasaba justo junto a mi el señor grandote. Me sentía extraño sentir el dildo dentro mientras en señor pasaba justo junto a mi. En voz baja me saluda, se sienta en el asiento de a lado. "Me lleva la chingada" pensé!.. Siguiendo en voz baja me pregunta que si no traigo una pastilla para el mareo. Le digo que no, que generalmente no me mareo. Me dice que le invite algo de mi refresco. Yo seguía con la chamarra sobre mi y mis pantalones hasta los tobillos.
Le alcance la coca-cola para que bebiera. Le dije que se la llevara sin problema. La bebe ahí sentado y sin más me pregunta que por que tengo abajo los pantalones. "Chinga tu madre" ya valió verga pensé. Me moría de miedo y nervios. "Me va a reportar con el chofer"… Ya me vi esposado en la siguiente caseta y siendo observado por todos como un pervertido. Como se dio cuenta ese cabrón. Le dije que me estaba poniendo un supositorio. Y me pregunta ¿quieres ayuda? Me sorprendió mucho la forma en que me lo dijo, su cara era de una sonrisa maliciosa. Y claro que lo pensé.
El hombre era feo, era gordo, era grandote y como de unos 45 años. Pero era eso UN HOMBRE!. Su mirada hacia mi era de malicia y de excitado. Se había dado cuenta de lo que estaba haciendo algo raro y sexual y por eso se acercó a mi.
Le dije que ya tenía el "supositorio dentro. Me dijo que me quería ayudar a empujarlo. Y me guiñó el ojo. Eso fue más que una muestra de coqueteo y complicidad. Le dije -Está bien, acérquese!.. Hasta ese momento le seguía hablando de ud., con respeto pos su edad mayor. Retire mi Mochila del asiento para que se sentará. Él mismo retiró la chamarra que me cubría las piernas, para ese momento mi verga ya estaba parada de nuevo. Niño travieso me dijo dándome unos golpes en las piernas. -La tienes grande chamaco! Subió puedo playera para pellizcar mis pezones.
-Déjame ver! me dijo. Pidiendo que me girara hacia la ventanilla. Al hacerlo se dio cuanta que tenía adentro todo el dildo. "Que rico culo tienes cabron!!" Se te ve muy rico con eso dentro de ti. Pinche puto!…. Que rico!!! Me decía mientras acariciaba mis nalgas. El mismo empezó a empujar y sacar el dildo de mi culo. Y con otra mano se empezó a desabotonar el pantalón. Yo veía hacia atrás para descubrir lo que guardaba ese señor gordo. En cuanto pude ver lo que tenía entre las piernas me quedé con la boca abierta. Era una verga muy morena, casi negra, gruesa y muy grande. Uno huevos negros peludos enormes. El hombre no tenía pansa como había creído. Era de esos hombres grandotes como luchadores con piernas fuertes, pecho grande y brazos gruesos. Aún que si era muy feo. Pero con esa verga!!… La cara era lo de menos. No pensé más y me giré para agacharme a mamar ese palo negro delicioso. Me acomodé de tal manera que mientras le mamaba ese delicioso mástil grueso de carne, él con su mano seguía empujado el dildo a gran velocidad, lo sacaba y lo empujaba hasta el fondo de mi culo causando un pequeño ruido que temía que lo escucharán los demás pasajeros. No podía dejar de mamar esa delicia. No era posible tal tamaño, no era posible tal sabor, tal olor. Y sobretodo tal excitación en la que ya me encontraba. Su verga era realmente gruesa. Más que el dildo que tenía dentro.
Me sacó de golpe la verga artificial y me dijo, -Siéntate sobre mi, métete toda mi verga cabron!!… Se recorrió a mi lugar, yo me levanté mientras se acomodaba bien para luego ir sentadome en ese hermoso falo. Wooooooooooow no manches!!!… En cuanto la cabeza gorda empezó a entrar a mi culo empecé a temblar de placer, ese placer al que había huido era el mejor del mundo. Poco a poco me fui dejando caer sobre esa enorme verga. Fue deslizandose en mi interior gracias al lubricante, pero me causaba también algo de dolor ya que era demasiado gruesa. Él sólo gemía de placer, gemía lento y lo más bajo que podía. Después de ir bajando lentamente, Por fin mis nalgas chocaron contra su bello púbico y mis piernas quedaron sobre las suyas. Tenía todo ese tamaño de pene negrote y grueso dentro de mi. No lo podía creer… Empujé hacia abajo fuertemente para sentir el indescriptible placer al ser masajeando mi esfínter con su gorda cabeza fálica. Él quería moverse para empezarme a coger. Pero obviamente con su tamaño corporal y al estar yo encima era algo difícil, dado el espacio del camión y de los asientos., por lo que fui yo quien empezó a cabalgar de lo lindo sobre ese macho semental.
Subía y bajaba sin perder detalle por sí algún pasajero se ponía de pie. Mis brazos se sujetaban del asiento del frente para poder subir y bajar. Así le daba espacio al macho para poder moverse aún que sea torpemente. Me sujetó fuertemente de mi cintura para subirme y bajarme a gran velocidad y metiéndome hasta el fondo de mis intestinos su placentera hombría. Yo ya no aguantaba más, estaba demasiado caliente, sentía que en cualquier momento eyacularía sin tocarme. Mientras el señor embestía su gran palo negro dentro de mi ya dilatado y entrenando culo. Aaaaaaaaaaaaaah!! Wooooooooooow!… Siiiiiiiiiiiiiii aaaaaaaaaaaaaah!!… Serraba en segundos mis ojos para conectarme en el indescriptible placer que me ocasionaba ese desconocido. Me cogía de lo lindo. Esa enorme verga entraba y salía orgullosa y durísima a mi interior. No podía más de placer. Mis piernas no me sostenían firmemente. Tenía ganas de gemir fuerte, de gritarle que me diera con fuerza, con velocidad, que me golpeara las nalgas con sus grandes manos.
Esos minutos con ese palo taladrando mi culo fue lo más maravilloso que había sentido hasta ese momento. No podía ser que me había perdido de tal cosa tan delicosa!! Woooooooooow siiiiiiiii aaaaah aaaaaaah aaaaaaah que ricooooooo!!!… Aaaaaa!!
De pronto él empezó a gemir más seguido y tratando de no gritar, me la enterraba más y más rápido, sentí claramente que su verga se ponía más dura, más tiesa. Sabía lo que seguía. De inmediato arranca a toda velocidad dentro de mi. La empujó fuertemente un par de veces más velozmente y de pronto sentí claramente su leche caliente que invadía poco a poco mi interior. Mientras eyaculaba dentro de mi fue inevitable que yo eyaculara sin tocar mi verga. Mi leche fue a parar en el respaldo del asiento del frente. Mientras el macho seguía contrayendose y lanzando los últimos chorros de leche en mi culo mientras mordisqueaba y besaba mi espalda. Sentía claramente su verga palpitar dentro de mi. Lanzar sus últimas gotas dentro mío y mientras yo contraía mi culo como agradeciéndole su leche y así no dejarlo salir aún. Me lo quería llevar dentro. Que verga más rica!!!
Me mantuve sentado ahí, sobre ese macho grandote hasta que su verga bajó su erección por completo. Al levantarme y dejar salir su ya flácido pene deje salir también algo de leche caliente de mi macho. Tomé pañuelos y lo limpie, aunq me había hecho un enema antes. Había algo de mi interior manchando su verga (ya saben de que, no me hagan decirlo). Me Limpie yo también lo poco que escurrió de mi culo. No fui al baño a expulsar el resto. Decidí conservar ese premio que me había ganado. Al fin había sido otra vez pasivo y lo había disfrutado. Nos arreglamos la ropa, me puse locion y puse al ambiente para evitar esos olores. intercambiamos teléfonos. Se fue a su lugar no sin antes hacerme jurarle que se repetiría la experiencia.
Al poco tiempo llegamos a la Ciudad de México. Tomé taxi directamente al cine porno. Aún sentía la leche del macho en mi culo. Estaba más que listo y lubricado para recibir a quienes quisieran entrar en mi culo.
Llegué al cine, pagué mi entrada, fui al baño a quitarme el bóxer y estar sólo en jeans y playera. Los metí junto con el celular dentro de la mochila. Y la encargué en la taquilla con su respectivo costo, no sin antes sacar el bote de lubricante y pañuelos para facilitar la diversión. Entré a la sala oscura y me recibió con ese olor característico que todos conocemos. Se apreciaba lleno gracias a que era sábado por la tarde…….
(Continuará)
Si llega a más de 30 comentarios este relato… Entonces cuanto la siguiente parte.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!