Un rapidito con un maduro dominante.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por contameunahistoria.
Hola mi nombre es Martin y esta es una historia de un Rapidito muy intenso que tuve.
Originalmente iba a ser corto, pero se alargó un poco jeje.
Este es un relato corto como el polvo que me dio mi macho esa mañana, e igual de caliente; hace un par de semanas tuve un encuentro con un madurito que conocí en un chat, todo normal lo he hecho varias veces, nos encontramos y nos matamos en un telo.
Yo soy súper tapado así que suelo tener un solo polvo y desaparezco para evitar complicaciones, pero esta vez hable de más.
Él era súper dominante y me encanto, me dejo satisfecho y me tome unos 20 minutitos para descansar sobre su pecho y conversamos un poquito.
Y así termino mi encuentro del viernes o eso pensé yo.
Ya era lunes por la mañana y yo en mi oficina atendiendo a las diferentes personas que pasaban a hacer sus trámites, y en mis tiempos libre me quedaba viendo el vacío reviviendo esa noche con mi macho dominante, las palabras que me susurraba como me sometía con todo su cuerpo sobre mí y sus enormes brazos, “que bien que hacia el papel de dominante” pensé para mis interiores con una sonrisa en la cara, que equivocado que estaba.
Eran ya las nueve y estaba con una viejita que venía para llenar unos formularios, y la puerta se abre, mi respiración se paró, mi piel se debe haber puesto de todos colores.
Ahí estaba el mi macho dominador, con una sonrisa de satisfacción y su mirada de cazador; tenía a su presa.
Mi habla se volvió como un suspiro y murmuraba mientras le intentaba explicar a la señora lo que tenía que hacer.
Mi mirada estaba completamente fija en él.
El me miraba pavoneándose por mi oficina.
Y ahí me di cuenta de mi error, di demasiados datos, vivimos en un pueblo chico y no había muchas oficinas, y lo peor él sabía que yo era el único empleado.
El revisaba las habitaciones cálculo para asegurarse que estemos solo, el descaro con el que se manejaba hubiese hecho que le gritase si fuese cualquier otro, pero verlo me inmovilizaba.
Terminado su reconocimiento se sentó justo detrás de la señora con una sonrisa en su cara, y las manos en su entrepierna, se manoseaba sin ningún pudor el bulto que se le formaba en su pantalón, la incertidumbre de lo que haría este hombre que realmente solo había visto una vez en mi vida, me tenía temblando, pero ese bulto me estaba excitando de sobremanera, recordando cómo me clavo, y como lo monte, mi boca se sentía seca de la excitación.
Finalmente la viejita se retiró y me quede solo con él, inmediatamente baje mi mirada necesitaba recuperar el control de la situación; yo soy súper tapado y una cosa es mi vida y otra cosa es mi vida sexual.
Y en mi vida sexual soy medio come-hombres, una vez que arreglo un encuentro donde me sienta cómodo, voy sin ningún pudor.
Pero acá esta este hombre de mi mundo sexual estaba entrometiéndose en mi vida, no sabía manejarlo.
Me pare decidido a enfrentarlo, me tenía en sus manos, quise verlo a los ojos para desafiarlo pero su tamaño me intimido, el un hombre de 54 años, 190 de alto, cuerpo robusto, pelo cano y bigote, y yo con mi 23 años 167, 60 kg, piel blanca y apariencia frágil.
Esa diferencia que el viernes pasado me gustó tanto, como para llamarlo mi papi mientras sentía su respiración en mi nuca, ahora era mi perdición.
Baje mi mirada posando mis ojos en su bulto, que solo me hacía avergonzarme más.
Pero estaba decidido:
-Martin: E-ey que haces, d-desubicado acá trabajo yo!!
Fue lo único que pude conjurar, no sé si tenía sentido o no, pero justo cuando pensé que podía juntar algo de fuerza.
El habla:
-Jorge: Martin…
Ahí toda mi fachada se vino abajo yo siempre en mis jueguitos de putito de closet, siempre use nombres falsos, Javier, José, Mario etc.
Y así me engañaba pensando que no era yo.
Pero ahí estaba ese macho dominante que el viernes pasado me uso como quiso y yo le gemía como el mejor de las putas, llamándome por mi nombre, no tenía donde esconderme.
Mis ojos se pusieron lagrimosos, y mi expresión era la de un nene haciendo un puchero.
Me tenía.
-M: P-Por F-favor…
No sabía por qué rogaba, pero era obvio como se iba a dar la situación, quería un poco de clemencia.
-J: Veni para acá.
Apoyo firmemente su mano en mi nuca guiándome hacia el cuarto de atrás yo me dejaba llevar como un nene castigado.
Entramos a una cocinita que había, de 2 x 2 metros, con mesada heladera, y cocina, era claustrofóbico en ese momento.
Me puso contra la pared y me enterró la lengua en la garganta, yo ponía mis manos en su pecho robusto, mitad empujando y mitad sujetándome a su ropa al mismo tiempo.
-M: No acá no, por favor, es mi trabajo alguien puede venir.
Sin hacerme caso procedió a abrirse la bragueta y empujar mi cabeza hacia abajo.
Mientras bajaba mis manos fueron a su bulto como de costumbre, pero mi corazón se aceleraba como nunca antes.
-J: Mientras más rápidos cumplas con tu deber de putito más rápido me voy a ir.
Entendí la situación, y abrí mi boca.
He chupado mi buena cantidad de vergas y tenía costumbre, pero esta situación era toda muy ajena para mí, la forma, el lugar y mi estado de ánimo, y esta mamada también lo fue.
Mi boca estaba muy seca por lo alterado que estaba, y su verga no estaba erecta sino más bien morcillona y esos 20*5 se hacían notar, en vez de deslizar por mis labios como estaba acostumbrado su verga peleaba con mi lengua por la falta de lubricación, y se abría paso de a poco, y al estar morcillona buscaba llenar cada espacio de mi boca.
Sentía como la piel de su verga se pegaba contra mi lengua y las paredes de mis mejillas, haciendo sonidos de chasquidos cada vez que se despegaban; estaba mascando su verga como un chicle.
Me tomo unos minutos adaptarme, me di cuenta que en esa situación la mejor forma de estimularlo no venia del movimiento de mi cabeza si no de mi mandíbula, bajándola y subiéndola masajeando todo su tronco.
Al minuto ya estaba concentrado en la tarea, lamiéndole las bolas con pura dedicación, y embriagado por el sabor a verga de este hombre.
Pero tenía mi meta clara necesitaba hacerlo acabar para poder salir de esta pesadilla, estaba poniendo todo de mí en esta mamada.
Y al verlo a los ojos él lo disfrutaba con malicia.
Y mientras más lo hacía más me estaba gustando.
Pasado los 5 minutos su verga estaba parada en todo su esplendor y dura como fierro, ya me estaba anticipando el final, haciéndome a la idea que iba a tener que tragar todo lo que este hombre quiera que trague, y así poder terminar con todo esto.
Pero mi cola al ser más realista y sentir el nivel de calentura empezó a aflojar los músculos y dilatar solita.
Estaba con hambre de pija, pero tenía que resistir, no lo quería así, no ahí, ni en ese momento.
Puse todo mi esfuerzo en el movimiento de mi boca.
Pero me estaba engañando.
-J: Para, párate.
Trague saliva, sintiendo todos los sabores que me había dejado y el dolor de mi garganta y mandíbula.
-M: no, por favor, así termina, que alguien puede venir.
Me tomo con fuerza de la nuca, levantándome contra la pared.
-J: Párate Mierda!
Con fuerza me apoyo de cara contra una de las paredes apretando todo su cuerpo contra el mío desde atrás, me pasaba sus manos por bajo la ropa buscando cada centímetro de piel, aferrándose a mis tetillas y castigándolas con pellizcos, torció mi cuello hacia atrás bruscamente, devorando mi boca sin ningún tipo de técnica ni estética, solo quería invadirme por donde él quisiese.
Su saliva por mis labios y mejillas, respire recuperando el aire.
Mientras el buscaba la hebilla de mi cinto.
-M: no, por favor, con la boca, alguien puede venir.
-J: NO
-M: por favor, me trago todo, no protesto – le suplique.
-J: ya sé que lo harías, pero no es lo que quiero, quiero culo.
La hebilla de mi cinto cedió, seguido de mi bragueta y botón, y mis pantalones de vestir para la oficina, cayeron hasta mis tobillos, luego siguieron los de él, hasta las rodillas.
Y podía sentir su cuerpo refregarse sobre mi cola, su pansa en mi espalda, su mano buscando mis cadera, para tomarme firmemente, y su verga desnuda frotándose en la franja de mi orto, que ya le daba la bienvenida a diferencia de mí, que todavía buscaba algo en que resistirme, algo, lo que sea.
“Protección!” Pensé preocupado.
-P-para, por lo menos ponete un preservati–¡!! AAAAHYYYY!! NNNGGG!!! MMMHHHH!!!
17 centímetros de carne caliente entraron con la primera estocada, había perdido la guerra, el aullido de dolor que pegue se pudo escuchar en todo la oficina, por milagro no entro nadie, o si hubiese habido alguien afuera también.
Ese iba a ser el único aullido que haría ya que después del primero el poso su mano libre, firmemente sobre mi boca.
Hasta este día no sé si fue por crueldad o por clemencia porque era obvio que no iba a poder mantener la boca cerrado, cada envestida era seguida por sonidos acallados por su boca.
-M: MMMHHH!!!
-J: SSHHH PUTITO!! TRANQUILITO QUE TE ENCANTA.
-M: MMHH!!
– J: ASI TE QUERIA AGARRAR PUTITO
-J: YA ME HABIAN CONTADO DE VOS, SIEMPRE HISTERIQUEANDO EN EL CHAT.
Y SE QUEJABAN
Cada cosa que decía para denigrarme la seguía de una bombeada bien profunda, lo que hacía que se me marcara a fuego en el cerebro, en ese momento odie a mi culo más que nada en el mundo.
Después de cada envestida que me llenaba de dolor y sentía como me desgarraba el orto, mi culo se encargaba de seguirlo por una ola de escalofríos de placer que nacían en mi ojete y me iban hasta la cara.
Mis gemidos dejaron de ser de sufrimiento bastante rápido.
-J: PERO ESOS SON UNOS PELOTUDOS, NO SABEN QUE NO HAY QUE SEGUIRLE EL JUEGO A LAS PUTITAS HISTERICAS, HAY QUE DOMARLAS.
-M: MMMMHH.
Yo ya no podía pensar, solo me concentraba en las sensaciones, cuando un macho te tiene bien dominado y bien clavado y gimiendo de placer, cualquier cosa que te diga es la verdad del universo en ese momento.
-J: Y ESTO TE PASA POR PENDEJA, POR LAS NIÑADAS DE LOS NOMBRES FALSOS Y ESAS ESTUPIDECES
-M: MMHHH –me la enterraba de nuevo hasta el fondo, mi colita respondía meneándose en círculos.
-J: SI VOS FUECES UNA BUENA PUTITA ASUMIDA YO NO TENDRIA CON QUE ASUSTARTE, PERO POR PENDEJA AHORA TE VAS A CONVERITIR EN MI PERRITA PERSONAL ENTENDES.
Sin pensar moví la cabeza en aceptación y murmure un “AJA” mientras me derretía entre gemidos.
Pero de repente volví a tomar conciencia al escuchar la puerta de la oficina, los dos nos alertamos de inmediato, e hicimos silencios, el bajo la cadencia pero no paro, solo queríamos escuchar mejor, pasaron, 30 segundos hasta que se oyó una voz:
-HOLA HAY ALGUIEN?
La reconocía, era una señora que venía regular, vi a mi dominador, como planteándole la situación con mis ojos, él se afirmó fuerte a mi cadera.
No me iba a dejar ir.
Y yo tampoco quería parar a decir la verdad, llegar tan lejos.
Hice fuerzas para separarme de la pared, él lo quiso impedir, pero cuando entendió lo que hacía me dio lugar.
Me apoye sobre la mesada de la cocina, inclinando mi cuerpo y parando bien la cola.
Mi culeador entendió la señal, me saco la mano de la boca, me tomo firme de las caderas y por 30 segundos me dio la culeada más intensa y precisa de mi vida, por suerte todavía teníamos nuestra ropa superior puesta lo que ayudaba a evitar el sonido de nuestros cuerpos chocando entre sí, mientras el me bombeaba el ojete como poseso, yo mordía mi mano con fuerza para no gemir.
-ESTA TODO BIEN??
-M: S-SI mmmhh YA SALGO-… UN SEGUNDO.
– la fuerza de voluntad que tuve en ese momento para no gemir a los cuatro vientos, hasta el día de hoy me impresiona.
Pasaron 30 segundos y el empezó a venirse en mi culo, 15 segundos antes lo había hecho yo, mis piernas desfallecieron en el momento, tuve que concentrar mis fuerzas en mis brazos para no caerme y él se aferró más fuerte a mis caderas.
Líneas de mi leche quedaron bajo la mesada.
Este no había sido el polvo más largo que hubiese tenido, de hecho, deben haber sido como 12 – 15 minutos, pero su lecheada eso sí que duro fácil 40 segundos, de descargue constante, podía sentir los espasmos en mi culo, uno tras otros, el mordiendo mi espalda, por cada uno.
Unos 10 segundos después él se salió de mí, mi ojete abierto completamente dejaba escapar a borbotones la lefa de mi culeador.
Pero no había tiempo o iban a sospechar, así que simplemente me subí los boxers como estaba con todo el semen dentro y bajando por mis muslos, me lave un poco la cara y me arregle la ropa.
El desfalleció en una silla que había, recuperado el aire, antes de salir lo mire con cara cortante, y le dije:
-M: YA ESTA LO QUE QUERIAS, ESPERA A QUE SE VAYAN Y ANDATE.
–un último acto de desafío, para ver si podía recuperar un poco de mi dignidad, lo cual tendría que haber pensado mejor.
Salí como pude, no sentía las piernas.
Y empecé a atender a la persona, con la mejor sonrisa que podía armar en el momento.
Y en el medio que la estaba atendiendo.
Se abre la puerta de la cocina y el sale, la señora lo ve, y se queda muda.
El sale prendiéndose la bragueta y se dirige hacia la puerta, no sin antes guiñarme un ojos y largándome un “NOS VEMOS” con un tono burlón, y sonrisa maliciosa.
La señora solo puso cara de seria, pidió sus cosas sin decir más y salió, y ahí quede yo, lagrimeando.
Pensando en que situación me había metido por abrir la boca de más.
En fin espero que les haya gustado, cualquier cosa comenten, si le falta algo, algún error o si quieren que lo siga, todavía queda más para contar, quedaba un poco de pelea en mi para esa altura, todavía falta contar como mi voluntad se terminó de romper sobre mi propio escritorio.
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