Un regalo especial para Julio, en su cumpleaños
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hacía tiempo que no veía este chico, por cierto muy guapo y poseedor de un camote descomunal. Debo confesar que me alegré de encontrar a Marcio y recordé las deliciosas cogidas que con él había tenido. Parece que él sintió alguna nostalgia también porque luego me invitó a una fiestecita particular. Le contesté que no podía esa noche porque ya había hecho programa con Julio. Entonces él me dijo:
¿y porqué no los tres? O mejor dicho ¿los cuatro?-
-¿los cuatro? ¿Quién es el otro?, pregunté, curioso
-Adriano está conmigo, te va a gustar-. Y así fue. Hablé con Julio y él concordó ansioso. Comentó:
-mejor regalo no podía recibir, tres machos a un mismo tiempo- y nos fuimos a un flat cerca de la avenida paulista. Adriano era el más joven de los CUATRO, de unos 19 años. Su cuerpo liso sin pelos hasta daba para dudar de su edad. Pero no, ya era adulto. Julio rápido se quedó en pelotas, bajó mi bragueta y comenzó a chupar mi verga. Marció le besaba el cuerpo mientras tanto. Adriano me besó en la boca. Me quité la ropa, todo mundo desnudo, decidimos explotar todos nuestros sentidos. El más ansioso era Marcio. Ora deslizaba su lengua por el cuerpo de Julio, ora besaba mis tetillas. Adriano me ofreció su culo. Yo se lo acaricié y le arrimé un dedo en el ano. Ensalivé mi dedo y se lo metí.
Adriano aprobó. Julio para mientras encapó mi pene, lubricó su culito y se dispuso a ser penetrado. Yo de espalda en la cama con mi verga en ristre, sentí cuando Julio se sentaba en mi camote. Marció mordía mis tetillas y yo le metía el dedo a Adriano. Tanta sensación junta me confundía. Mi cerebro aturdido por el placer perdió la noción de lo que es pudor, prurito moral, esas cosas, y la lujuria tomó cuenta de los cuatro. Adriano movía su culo y pedía más dedo; yo se lo metía y se lo sacaba mientras besaba a Marcio en la boca. Julio se sacó mi verga y le cedió el lugar a Adriano; este se quedó de cuatro patas y me invitó para que lo penetrara. Yo ensalivé su culito y le arrimé mi verga. Le metí la cabeza. Ahhhhhh, gimió el chico. –fóllame rico, méteme toda tu verga, lléname el culito con tu leche-. Dijo. El culo de Adriano era chinito como culo de mujer. Y muy caliente. Comencé el metisaca. Se la metía hasta el fondo, casi con violencia, arrancándole al chico gemidos, gritos, palabras obscenas; él me decía con lujuria: -soy tu puto, soy tu putito, dale, dale mi garañón, reviéntame el culo, dale, dale, ayyyyy-. Marció se me acercó por detrás y restregó su mandarria en mi orto. Buscó la raja de mi culo y colocó la cabeza de su gran camote.
Julio me ofreció su verga para que se la chupara. Cerré mis ojos y disfruté las diferentes sensaciones. Era rico los apretones que sentía en mi verga venidos del culito de Adriano, sentir la morcilla caliente de Marcio me daba escalofríos en todo el cuerpo y me excitaba tener la verga de Julio en mi boca. No aguanté tanto placer y anuncié que me corría. Y me corrí dentro del culo de Adriano. Adriano comenzó a masturbarse frenéticamente y gozó con mi verga dentro. Al eyacular, Adriano me daba con su culo ricos apretones en la verga. Desfallecimos los dos. Pero lejos estaba de terminar aquella orgía. Julio me ofreció su verga para que se la chupara y Marcio abrió mis piernas para follarme con su grueso pepino. Yo no puse resistencia. Mi verga ya estaba dura de nuevo debido al suave toque que Adriano hacía con sus manos. Así, de gallinita asada, sentí la verga de Marcio invadir mi culo. Me dolió cuando su glande aplastó mi esfínter.
Pero no me importó porque Adriano mordía mis tetillas y eso hizo que mi ano pulsara rico, se abriera más para recibir la senda verga de Marcio. Este me la metía y me la sacaba rápidamente y mi culo comenzó a arder. Pero yo aguantaba firme. Después de un buen rato cogiéndome, Marcio anunció que se corría. Y eyaculó en mi culo. Me sacó su verga y mi culo dilatado se recogió aliviado. Entonces Julio pidió que lo cogiéramos los tres en relevos hasta hacerlo gozar. Concordamos. Se puso de cuatro patas y Adriano fue el primero en penetrarlo. Después yo y después Marcio. El culo de Julio era ardiente y él sabía trabajarlo muy bien.
Daba con su esfínter unos apretones bien ricos y prolongados. Me excitaba ver la gruesa morcilla de Marcio en aquel culito apretado. Julio hasta hacía gesto que iba a llorar cuando Marcio se la metía hasta el fondo. Yo le acariciaba los cabellos para distraerlo un poco. Así lo cogimos como por unos quince minutos. Hasta que Adriano gozó, derramándole el esperma en la espalda, luego fui yo y después Marcio que exprimió la próstata de Julio haciéndolo expulsar sendo chorro de leche de su verga que corcoveaba sin ser tocada por nadie. Julio gemía profundo en señal que su orgasmo había sido pleno . Mezclamos nuestros líquidos seminales y los esparcimos por la espalda de Julio.
Descansamos. Ahora Marcio reclamó que su culo era el único que aún no había sentido una verga. Acostado abrió sus piernas. Yo le chupé el culito primero y después se la metí. Marció es poseedor de dos hermosos glúteos, duros, redondos y firmes. Muy bellos. Julio lo besaba en la boca y Adriano le chupaba el dedo gordo del pié. El chico gemía fuerte y hablaba un montón de obscenidades. Yo no aguanté más el placer y gocé. Había comido los tres culos de mis compañeros y juro que el de Marcio fue el más delicioso. Marció se masturbó y gozó también. Después de esa gozada decidimos descansar. No hubo más. Pero fue tremenda orgía. Yo fui a la cocina a buscar comida y algo de beber. Todos fuimos. Julio tomó un cubito de hielo y se lo colocó en el ano ya que le había quedado hinchado y ardiendo. El hielo de seguro lo desinflamaría un poco. Conversamos como amigos. Así terminó aquel encuentro. Julio, feliz, comentó:
-que regalo de aniversario! No me puedo quejar. Los quiero a los tres-. Y a cada uno nos dio un beso en la boca.
fin
papito1515@yahoo.com.br
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