Un trámite bancario terminó en una fiesta ( ÚLTIMA PARTE)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era el segundo día que iba al banco para terminar el trámite iniciado. Mientras me atendía, Andres, el empleado joven, me llevó al baño y nos dejamos ir. Me cogió la boca con desesperación y prometió que a la noche me veía porque quería darme más. Esta situación fue vista por Mario, el Policia, que se me insinuó y al que seduje porque me calentaba. Esté, al terminar el trabajo se vino hasta mi casa y disfruté de su pistola en mi boca. Me dío la segunda descarga del día. Mientras tanto, Marcos, el Gerente, al que tambien vi a solas en mi visita al banco, me hizo sentir su estado de calentura. Prometió verme en dos noches…
Continuando con el relato, Mario me había dejado probar con mi boca, su fabulosa verga. Degustárla, mamárla y ordeñárla me había puesto aún más caliente. Mientras estaba en esa tarea, mi agujero goloso palpitaba de deseo por tenerla, debía lograr que su dueño quisiera cogerme. Ansiaba sentir esa poderosa herramienta, invadiendo mi culo, que abusára de él a su antojo, y que calmara mi deseo de verga. Era el premio merecido por mi trabajo del día…
Luego de probar su sabrosa leche en mi boca, para sorpresa de Mario, le ofrecí mi culo. Se le plantearon dudas ya que nunca se había cogido a un hombre, por lo que debía lograr derribar esa barrera que lo contenía y hacerlo mío. Mientras se recuperaba y le daba tiempo a que pensara en mi ofrecimiento, charlamos sobre su actividad. Me contó que en la Fuerza Policial, siempre corrian rumores de relaciones homosexuales, entre compañeros, entre policias y detenidos. Que él nunca habia sido testigo, pero que supo ver situaciones raras o sospechosas. Que trataba de no juzgar, ya que cada uno elegía con quien y como, obtener placer…
Lo animaba a seguir hablando, recordé el tema que había mencionado del estres y la presión de su trabajo, él me contó que hacía "fierros" cuando le quedaba tiempo, y así descargaba tensiones. Agregó que no disponía de mucho tiempo ya que su mujer se quejaba de que nunca estaba en su casa. Su conversación cada vez me hacía desearlo más, por lo que , con una risa seductóra le dije que el SEXO, el buen sexo, era la forma más eficáz de controlar los niveles de estres, que estaba cientificamente probado…
Se rió, con una risa complice y mientras su mano revolvió su paquete, me miró con deseo. Estaba en el buen camino, debía insistir e insinuarme un poquito más. Comentó que estaba todo transpirado, con el día de trabajo y lo que habíamos hecho. Le ofrecí que se diera una ducha, luego de dudarlo, aceptó. Lo iba a ver desnudo. Mientras charlábamos y bromeábamos, él recibio dos mensajes en su celular, que leyó y por un momento le cambiaron la cara. Pregunté si había problemas. Me contó que era su mujer, que preguntabá a que hora volvia a su casa. Insistí para que le contestara, cosa que hizo y me comentó sonriendo, que le dijo que iba a volver tarde…
Esa respuesta me puso alerta y recomencé el ataque.Volví a ofrecerle darse un baño y dijo que sí.Lo hice pasar al dormitorio para que se desvistiera, busqué una toalla y le mostré el baño. Le dije que yo tambien me iba a cambiar, ya que mi ropa estaba manchada de mi saliba y su leche. Me pidió disculpas y yo contesté que habia sido un placer. Timidamente, comenzó a desvestirse, mientras yo me sacaba la ropa con movimientos insinuantes y adoptando las poses más provocativas. El macho no se perdía detalle del show y cuando se saca los pantalones, su herramienta ya se le notaba bastante despierta bajo su boxer…
Admiré su cuerpo, sus brazos y pectorales eran fuertes, sus piernas rollizas y el conjunto era más deseable. Me acerqué y sonriendo, llevé mi mano a su bulto comentándo que alguien, se había despertado. Me dejó palpar, me atrajo hacia él mientras decía que yo era responsable y rodeándome con sus brazos, me abrazó. Me sentí cobijado en ese pecho fuerte y caliente.Sus manos bajaron por mi espalda y terminaron en mi culo, acariciaban y tanteaban el objeto de su deseo. Suspirando dijo que no sabía que estaba haciendo, pero que quería hacerlo. Contesté que mi deseo era su deseo y que ese culo, que había acariciado, era para su placer. Que él decidía…
Me soltó, se quitó su boxer dejando a mi vista su hermosa pistola, brillante y erecta. Dijo que se iba a bañar y que a la vuelta, iba a tener lo que quería. Sonreí, lo miré con lujuria y deseo, me miró con ansias. Dije que lo esperaba y que no demorára. Mientras se bañaba, no pude evitar tomar el olor de su ropa. Su camisa olía a hombre bravío, a transpiración y deseo. Su boxer tenía olor a meo, huevos, presemen y leche. Mi olfato se embriagaba con los olores de este macho y mi cuerpo ardía de deseo por este ejemplar. Me fuí colocando crema en el culo y jugueteando con mi dedo para comenzar a dilatar mi agujerito…
Y volvió, con la verga en sus manos, pajeandolá y mostrándola en todo su esplendor. Yo lo esperaba tirado en la cama. Se acerca, me abraza y me dice al oido que me desea, que yo disponga como quiero recibirlo y que va a probar eso que lo tiene como trastornado, mi agujero.Le pido que me saque el boxer, sus manos acarician mis nalgas y pasa un dedo por mi raja, haciendomé temblar de placer. Me pongo en cuatro, empino mi culo, le pido que por favor, me lo lubrique con saliba y que primero me lo trabaje un poco, para poder soportar su falo descomunal…
Mario se aboca a su trabajo, con sus manos abre mis nalgas, escupe saliba en mi hoyito y con dedos magistrales la desparrama, un dedo fuerte juguetéa en mi entrada y comienza la penetración. Suspiros de placer de mi parte lo animan a continuar. Sabe como dilatarme, no se si por experiencia o intuitivamente, pero con su dedo simula una penetración. Me lo saca y pido más, arremete con dos dedos, que penétran facilmente por mi trabajo previo. Me tiene en sus manos, me hace gozar y me hace pedir su barra de carne, quiero recibirlo…
Siento una nueva caricia de dedo con saliba y luego, la cabeza de su verga recorriendo mi raja y apostándose en mi agujero demandante. Mario apunta y comienza a penetrarme. Con tranquilidad pero con tezón mete su cabeza en mi culo, que se abre para recibírlo. Me siento completo, invadido, pero deseo más, necesito más. Unos quejidos reales de mi parte frenan a mi amante, pregunta si está todo bien. Respondo que si y exíjo más de él, quiero toda su pistola. Continúa hasta que su mástil se abre camino en mi esfinter, penetrando, descubriendo y ocupando todo mi interior…
Mi macho espera unos momentos para que nuestros cuerpos se conozcan, para que mi esfinter se amolde a su pija, para que la contenga y la desée. Cuando considera que es suficiente, comienza a bombearme, lentamente al comienzo y tomando ritmo despues. Sus embestidas son gloriosas y me arrancan suspiros gozoso.Su barra tiene el tamaño necesario. Su émbolo al entrar, me abre descomunalmente y al retirarse, deja un gran vacio en mi interior. Mi culo ya dilatado y gozóso, lo demanda siempre adentro. El placer que me hace sentir, alcánza niveles increíbles, me eleva a la cumbre y me hace caer a la planicie, alternadamente…
Mario continúa con su trabajo, alterna ritmos, arreméte, penetra profundo, se recuesta sobre mi para decirme que esto es descomunal y responde a mis pedidos de más. Con su maestría, la montaña rusa de mi placer me lleva bien arriba. Alcanzo ese punto insospechado y siempre deseado, donde la inconsiencia invade nuestro cuerpo y se mezcla lo real con lo imaginario. Mi pija, sin tocarme, larga su leche y un profundo quejido, que nace en mi vientre y escapa por mi boca, anuncia un orgasmo anal. Con semejante acabada mi esfinter se contráe y atrapa la verga de Mario, que se siente aprisionado. Pára su movimiento. Se recuesta sobre mi espalda y con su cuerpo apacigua mi temblor…
Superado el momento, le pido que vuelva a su trabajo y cumple. Le pido su leche y se esfuerza por complacerme, retoma con más brios sus penetraciones. Parece que quiere llegar aún más adentro, me hace sentir su hombría en lo profundo. Mis suspiro lo alientan, comienza a moverse acompasadamente, su respiración se acelera, sus quejidos de esfuerzo son más fuertes, se acerca el final. Saca casi toda su pistola y le deja ir con fuerza, empuja con desesperación e invade todo mi interior con una gran descarga de semen. Me siento inundado y complacido….
Me recuesto sobre la cama y el macho con su pija en mi orto, cae jadeante sobre mí. Lo dejo que se recupere, suspira, quiere hablar pero no puede, le falta el aire. Sale de mi cuerpo, se recuesta a mi lado, su respiración se normaliza. Ya tranquilo, me dice que fué increíble. Me mira y tiene los ojos brillantes de lágrimas, dice que fue la mejor acabada de su vida. Contrariamente a la mayoría de los hombres, no pregunta que tal estuvo. Su boca busca mis labios, me dá un beso apasionado como afirmación de lo que acaba de decir…
Me estrecha en sus brazos, hablámos. Pregunto si se siente más tranquilo, menos estresado. Me dice que sí, riendo le digo que está demostrado científicamente, que el sexo sirve para eso. Se rie, nervioso pregunta como sigue esto. Le explico que esto fue un encuentro de sexo, sin compromísos. Un poco de ejercicio relajante. Le cuento que tengo un novio y le recuerdo que él, tiene esposa. Le tranquilizo diciendo que cuando él quiera, y si yo puedo, podemos repetir y está todo bien. Se tiene que ir, se viste, se despide agradeciendo. Dice que tiene que asimilar esta experiencia y que no se olvida de mi ofrecimiento. Lo despido con un abrazo…
Esa noche, alrededor de las 10 me llama Andres y me pregunta si puede pasar a verme. Lo recibo y cogemos. Al irse Andres, me llama Marcos, que perdóne la hora, pero mi casa queda camino a la suya, aunque es tarde, pregunta si puede pasar a verme. Me dice que no aguanta hasta dentro de dos noches, que me necesita ahora. Lo recibo y cogemos. Alrededor de las 2 de la madrugada, me acuesto a dormir agotado pero satisfecho. Necesito recuperarme ya que, al día siguiente, le toca el turno a mi novio….
Hoy, con Andres, que conoció un pibe de su edad, nos vemos de vez en cuando. Marcos, insiste que está enamorado de mí y que deje a mi novio. Me busca todas las semanas y ya casi se comporta según mis deseos, dejó de lado su actitud posesiva. Mario aparece cada 15 o 20 días y descarga su estres, asegura que mi terapia lo ayuda y mucho, a seguir adelante con su rutinaria vida. Mi novio, de quien estoy enganchado, sigue sin decidirse a formalizar nuestra relación. Y por esto, él sabe que no tiene derecho a la "exclusividad" de mi cuerpo…
AMIGOS: Gracias por leer y comentar mis relatos.
Les cuento algo de mí, para que saquen algunas conclusiones. Tengo 34 años. Me inicié homosexualmente a los 17, tapado y con la efervescencia sexual de esa edad. Me crucé con un hombre de 40 que me daba, según él, lo que yo necesitaba, pero me "utilizaba". De él aprendí a catalogar a los hombres y sus necesidades, a no permitir que nadie más me utilizara y no me respetara. A tomar conciencia de que el acto sexual, es una actividad entre dos o más. Tiene que ser placentero para los participantes. Me llevó tres años separarme de él y mucho andar para llegar a estas conclusiones. Hoy disfruto de mi vida sexual plenamente.
No presiono ni obligo a nadie. Pero no soy "juguete" de nadie.No dejo que nadie me trate despectivamente. Me insinúo y llevo las cosas hasta donde puedo y si se dá, es de común acuerdo..
Obviamente que las palabras del relato no son "tal cual". No puedo acordarme de lo que dije o dijeron. Si lo son las situaciones y como se desarrollaron, contadas para vuestro disfrute. Tampoco es real que NO ME CUIDO de las enfermedades de transmición sexual. Ya saben a que me refiero. Eso es un condimento para hacer el relato más interesante. Espero que estas palabras ayuden a los que se inician, no es mi intención ser MAESTRO, pero puedo hablar de un camino que transité. Y por supuesto, como ya saben, no creo en la MONOGÁMIA…
ABRAZOS Y GRACIAS…
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