Un verano diferente III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por davicio.
Me daba un poco de vergüenza tener que bajar a desayunar, como coño iba ahora a darle un beso a mi madre, como coño me comportaba ahora con mi padre, si solo iba a poder pensar en su enorme polla, en esa magnifica corrida que había derramado en mi boca, y en esas palabras que pronuncio al salir de mi cuarto "mañana te voy a follar como no lo han hecho antes, vas a ser mi puta", solo de pensarlo se me aceleraba el corazón.
Pero bueno, no podia cambiar las cosas así que me arme de valor, y respirando hondo baje a la cocina. Solo estaba mi madre, con su sonrisa habitual que me hacia sentirme mas rastrero aun por chupársela a su marido, y pensar en que me follase.
– ¿Has dormido bien?- pregunto
– No, no demasiado bien. Pero estoy bien, debe ser el calor.
– si, tu padre tampoco a dormido muy bien, a pasado la noche dando vueltas.
Mis ojos se iban a salir de las orbitas, y mi cabeza iba a explotar, me sentía fatal.
Y de repente, se abrió la puerta, de poco me da un infarto, la tensión me iba a matar, aunque afortunadamente el que apareció era mi tío, cuando por fin el alma me volvió al cuerpo, me levante rápido y salí hacia la cuadra, necesitaba respirar, pensar en lo que había pasado, en lo que estaba pasando, no podia seguir así.
Menudo jaleo que me había montado, mi propio tío y mi propio padre. No se que coño me pasaba, en que coño pensaba para meterme en este lío.
Minutos después llego mi tío, me sonrió se acerco a mi y me dio un húmedo beso, se notaba que estaba cachondo, aunque yo sentía que le había engañando. Cogio mis nalgas con sus manos fuertes, sobandolas con ansia mientras me decía:
– te he soñado esta noche, y me he levantado muy cachondo, vamos a tener que escaparnos luego un rato…
– si, claro pero ahora para que puede venir papa.-que ya era lo que me faltaba que nos pillara ahí, en pleno achuchon.
– esta tarde podemos decir que tenemos que ir al pueblo, y así en el camino podemos pegar un buen polvo, mira como me tienes- dijo llevando mi mano a su ya endurecido rabo.
– esta bien, después de comer nos escapamos- estando con mi tío por lo menos me sentía protegido, mi padre no me diría nada ante el, y yo tenia tiempo para pensar que hacer.
Nos pusimos a trabajar, quería acabar pronto por que así igual podíamos ir al pueblo antes de comer y pasar allí la tarde, solo pensar en ver a mi padre me ponía muy nervioso, y prefería evitarlo.
Pero claro, las cosas nunca salen como uno quiere, y al los 10 minutos mi padre venia ha ayudarnos como cada día.
Yo no despegaba la mirada del suelo, creo que me estaba mareando, y el corazón se me salía del pecho, mi padre se acercaba cada vez mas.
– ¿Qué hace mi hijo preferido?- dijo dándome una palmadita en el trasero, no era raro que mi padre me saludara así, pero esa mañana parecía que todo tenia doble sentido.
Solo levante la mirada un segundo y le sonreí, continuando rápido con mis labores.
De vez en cuando le miraba de reojo, se le veía contento, muy sonriente, hacia bromas con mi tío, incluso tatareaba canciones. Estaba muy guapo, tenía un brillo especial, o es que el hecho de ser mi padre no me había dejado ver lo guapo que era hasta que cruce la barrera y lo convertí en hombre. No se, pero desde luego verlo así de guapo jugando con mi tío, esos dos cuerpos juntos no me ayudaba mucho, solo podia imaginarme situaciones de lo mas cachondas, no se lo que iba a pasar pero desde luego esos dos sementales lo único que hacían era provocarme.
Mi tío comento que esta tarde el y yo iríamos al pueblo por que teníamos que comprar pienso para los animales, y hacer unos cuantos recados.
Mi padre sonrió con malicia, y dijo que estaba bien.
Yo como ya había acabado con mi trabajo, decidí ir a darme una ducha, fría, a ver si me despejaba un poco alegando que me dolía un poco la cabeza y por eso no me quedaba a ayudarles.
Entre en la casa y allí estaba mi madre, preparando la comida. Me estuvo comentando ciertos temas y tras un rato de charla me mando ir a preguntar a mi tío y mi padre que preferían de segundo plato. De mala gana me dirigí a la cuadra, pero allí no había nadie, así que me fui hacia el cobertizo, que estaba en la parte trasera de la cuadra, ya que estarían allí guardando las herramientas.
Al llegar a la puerta oí algo que me dejo paralizado, era la voz de mi tío, sin duda, pero me había parecido que decía algo de una polla. Le estaría contando a mi padre lo nuestro, bueno que mas daba si mi padre ya nos había visto en plena acción. Una gran tensión se apodero de mí, ¿que estarían hablando? Corrí hasta la parte de atrás del cobertizo donde había una pequeña ventana, quizás así me podría enterar que pasaba , pero la ventana estaba un poco alta, así que acerque un bidón que había cerca y me asome por la ventana.
Cual seria mi sorpresa al ver que no estaban guardando las herramientas sino que mi tío se la estaba sacando a mi padre, su hermano. Mi padre aparecía ya con los pantalones en los tobillos, y su polla bien gorda bajo la mano de mi tío, que se la sobaba con descaro sobre el slip, mientras con sus propias manos se acariciaba sus glúteos con la mirada perdida en el techo. Algo estaba diciendo, pero desde donde yo me encontraba no podia escucharlo bien. Me quede embelesado ante la imagen que me brindaban los dos hombres que tanto deseaba, mi tío de rodillas ante la majestuosa verga de mi padre, mirándola, acariciándola con deseo, y de pronto la mitad de esta desapareció en su garganta, estaba perplejo ante la mamada tan tremenda que estaba viendo.
Mi padre flexiono un poco las rodillas, mientras cogia con fuerza la cabeza de mi tío, y comenzó a mover las caderas en un candencioso vaivén que simulaba una follada. Mi tío fuera de apartarse, se amarro al culo de mi padre, apretándolo con avidez.
La colosal polla de mi padre casi desaparecía entera ante cada embestida, recordaba su sabor, su tacto que ahora estaba disfrutando mi tío, y de una forma brutal.
Yo estaba al máximo también, la erección que aguantaban mis pantalones era importante, y me la acariciaba sobre el pantalón, no quería perder un segundo de la visión que tenía.
Mi padre cedió un poco en la follada que le estaba dando a la boca de su hermano, y lo retiro la polla, levanto para ofrecerle sus enormes cojones. Mi tío no se hizo mucho de rogar y comenzó a lamer esos fabulosos huevos, mientras mi padre seguía jugando con su polla haciéndose una buena paja. Volvió a metérsela en la boca y a penetrarlo con rudeza, esta vez mucho menos rato ya que de pronto se la saco y apuntando a su cara comenzó a soltarle grandes chorros de semen, que mi tío intentaba tragar. La corrida fue brutal, se veía a mi padre intentando recobrar el aire, mientras mi tío volvió a meterse esa verga a la boca para limpiársela de toda la leche que aun le chorreaba.
Mi tío se incorporo dándole un beso cargado de lujuria, sus lenguas parecían en guerra, se mordisqueaban los labios, a la vez que la mano de padre se fue deslizando por el pecho de mi tío, suave, palpándolo despacio, hasta que llego a su paquete, abultado ya, claro, por la mamada que acababa de realizarle a mi padre.
Mientras mi padre se encargaba del cinturón, y bajarle los pantalones, mi tío se deshizo de su camiseta, quedando en un segundo desnudo, con su herramienta dura y a merced de mi padre, que lo miraba y sobaba con descaro.
Cuando mi padre se disponía a agacharse para introducirse toda la polla en su boca, oí un ruido, me incorpore y escuche atento, si había oído un ruido, era mi madre llamándonos, salte rápido del bidón y corrí hacia ella, hacia su encuentro antes de que llegara demasiado cerca del cobertizo.
Al verme llegar tan corriendo, me miro extrañada y me pregunto que pasaba, por que corría.
– Nada mama que quiero darme una ducha antes de comer,
– ¿has preguntado eso a tu tío y a tu padre?
– ehhhh, si si mama, que pongas lo que tu quieras, que no tienen preferencia porque tu todo lo cocinas rico- dije cogiendola del brazo para llevarla a casa.
-Y ahora ¿que hacen?- dijo intentando ir hacia el cobertizo
– estoo, nada recoger, ven vamos a casa que creo tengo algo en el ojo y me pica, mira a ver si me lo puedes quitar.
– Anda tira, a ver si se te va a infectar.
Y así conseguí, que mi madre entrara para casa, aunque yo ahora si que creía que éramos una panda de degenerados que no nos importaba nada mi madre. A punto había estado de pillar a su hijo sobandose la polla mientras veía a su padre y su tío proporcionarse unas mamadas de escándalo. Desde luego esto tenía que acabar, no podíamos ser tan inconscientes.
Un rato después, cuando mi madre ya estaba acabando de poner la mesa, aparecieron los dos cabrones, sudorosos y oliendo a sexo, o eso pensaba yo que sabia de donde venían.
Ambos me lanzaron una mirada picara, cómplice que yo rehusé con una mirada de querer asesinarlos, ellos se miraron y sonrieron. Creo que pensaban que estaba celoso o algo así, pero en realidad lo que me preocupaba era mi madre.
La comida fue larga y nadie hablaba más de lo estrictamente necesario. Al acabar dije que me iba a dormir un poco.
– no te olvides que tenemos que ir por pienso- dijo mi tío
– si, además yo os acompañare también- dijo mi padre con una sonrisa picara
– no me encuentro bien, así que no voy- respondí algo molesto, tenia una sensación muy rara, por una parte deseaba estar con ellos, disfrutar de sus cuerpos, de sus magnificas pollas, pero no entendía como a mi padre le daba igual mi madre, como podia follarse a su hermano, a su hijo y luego actuar como si nada pasase. Me indignaba ese comportamiento. Así que no iba a ir con ellos esa tarde.
– voy a hablar con el- oí tras las puerta que decía mi padre
– déjalo ahora, esta un poco raro y si vas a molestarlo ahora será peor, ir al por el pienso y luego ya hablaremos con el- respondió mi madre.
Media hora después mi padre y mi tío salieron hacia el pueblo a "comprar pienso".
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