Una Apuesta Inofensiva pt2

Más sexo que antes 🥵.
Hola, esta la segunda parte del relato «una puesta inofensiva», les recuerdo que todo lo que pasa aquí es ficticio y ninguno de los personajes existe en la vida real.

Después de todo lo que pasó, Carlos pensó que la amistad entre el y Enrique se haría muy incómoda, sin embargo, cuando se subió al autobús, Enrique, lejos de estar disgustado de verlo, parecía hasta más alegre de lo usual. Ambos siguieron practicando normalmente como si literalmente no hubieran tenido sexo el día anterior. Más tarde, ya en la escuela, Enrique fue al baño a mear cuando adentro se encontró a Carlos. «Hola» le dijo Carlos, a lo que Enrique respondió con un saludo 👋. Se desabrocho el pantalón y procedió a mear. El migitorio no tenía ninguna clase de separación por lo que se podía ver todo; la verga de Enrique era muy grande, probablemente medía unos 20 cm, era gruesa y muy velluda (aunque esto Carlos ya lo sabía 😏). Al terminar de mear, Enrique se volteó hacia Carlos, todavía sin abrocharse, y le dijo «Oye. ¿No quieres…? Tu sabes…» mientras se acariciaba el paquete. No se necesitaron más palabras, y Carlos estaba en cuclillas frente a Enrique. Le lamio el pedazo flácido, luego las bolas, y vio como se le erectaba poco a poco. Incluso aunque ya lo hubiera tenido dentro de su boca, le seguía impactando ese tamaño descomunal. «Quisiera que me cogieras» dijo justo antes de meterse el pene a la boca. Iba subiendo y bajando, pasando su lengua por todo el tronco. Enrique gemía del placer al sentir como engullía su verga. Después de estar mamandosela por unos minutos, Enrique la saco de su boca y corrió en toda su cara, chorreando caliente y espeso semen. «Ven a mi casa después de clase» le dijo Enrique.

Después de eso, Enrique ayudó a Carlos a limpiarse y ambos regresaron a sus clases, aunque Carlos casi no pudo prestar atención, ya que estaba muy emocionado y excitado por lo que pasaría cuando llegue a la casa de Enrique. Más al rato, al llegar a su casa, Enrique lo recibió con un abrazo fraternal. «Si viniste! Pensé que no ibas a querer.» Dijo Enrique. «Como no voy a querer, si llevo deseando esa verga desde que te conocí» dijo Carlos mientras metía la mano en el short de Enrique, y su verga iba despertando. «Creo que ya podemos empezar…» dijo Enrique. Cerro la puerta de la entrada, guío a Carlos hasta su cuarto, y comenzó la magia. Carlos le dio un beso en la boca a Enrique, a lo que el le correspondió con un beso apasionado. En lo que se besaban, se fueron quitando las prendas hasta quedarse completamente desnudos. Carlos quiso agacharse para chuparle la verga, pero Enrique lo detuvo. «Esta vez, yo quiero chupartela» Enrique se agacho y se posiciono enfrente de la verga de Carlos. No era tan grande, pero era decente; era de 15 cm, no muy gruesa, y con casi nada de pelo. Al principio dudo un poco, pero después se metió el pedazo entero a la boca con decisión. Se movía un poco lento, pero joder, era muy rico. Subia y bajaba con la lengua por todo el tronco y luego daba lenguetadas al glande.

«Enrique… para porfa…» dijo Carlos mientras gemia. «Todavía no quiero correrme. Creo que ya es momento del «espectáculo principal»…» Enrique se saco el pedazo de la boca, y se levantó para que Carlos se acomodara en cuatro en la cama. Enrique agarró un bote de lubricante y se echó una buena cantidad en la polla.

«Ya la quiero dentro de mi!! La necesito…!» Dijo Carlos sin vergüenza y desesperado por ser penetrado. «Calma, ya la tendrás toda.» Dijo Enrique justo cuando se posiciono detrás de Carlos, la verga apuntando directamente a su hoyo. Poco a poco, la fue metiendo en su ano mientras Carlos gemia. «Oh… mierda… es tan… grande… oh…». Cuando Enrique le metió todos los 20 cm, le empezó a dar embestidas suaves a un ritmo lento. Se sentía tan cálido y acogedor. Mientras, Carlos textualmente mordía la almohada del dolor y placer de ser enbestido por una longaniza tan grande como la de Enrique. Con el pasar de los minutos, el ritmo de las embestidas aceleraba, haciendo gemir cada vez más a Carlos. Sentía como entraba y salía de su recto, sintiendo una mezcla entre dolor y placer, en el que el placer cada vez era mayor al dolor. Enrique cada vez enbestía más recio, haciendo crujir la cama. «Carlos, ya me voy a correr» le aviso Enrique. No tuvo tiempo de responder cuando sintió los chorros de semen disparados dentro de el. Estaban calientes, y sentía como le llenaban el ano. En ese momento Carlos también se corrió, manchando todo su cuerpo y un poco la cara de Enrique.

Después de limpiarse muy profundamente, ambos se recostaron en la cama donde recién habían tenido sexo.

«Enrique, se que todo esto ha pasado muy rápido, pero… espero que esto no arruine nuestra amistad.»

Enrique lo miró desconcertado.

«Uhm… Amistad? Creí que para este punto ya seríamos algo más»

Carlos se llevó las manos a la boca.

«No me digas que…»

«Sip. Carlos,…» Enrique lo miro directo a los ojos «… ¿Quisieras ser mi novio?».

«SI! SI! Y MIL VECES SI!» Carlos salto de alegría y le dio un beso a Enrique.

«Si quiero».

FIN

Quizás parte 3? No se, a lo mejor 👌