"Una Buena Obra me costó mi Heterosexualidad" (Parte I)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Manjarres.
Mi nombre es Alexander y tengo 19 años. Les voy a contar lo que me pasó a mediados del año pasado. Nunca pensé que un chico 100 % heterosexual como yo, que de pana nunca antes me habían llamado la atención los hombres; terminaría siendo humillado de la forma en que yo lo fui…
Esa noche mi amigo Roberto y yo habíamos salido a celebrar el fin de los exámenes en la universidad. Nos dirigimos a un bar cerca de la casa que alquilábamos en una buena zona de la ciudad. Allí estábamos y nos dedicábamos a tomarnos unas cuantas cervezas hablando de la vida, de los estudios, de las chicas, de la familia; eso era prácticamente todos los fines de semana. En eso estábamos cuando se acercó un sujeto; no tenía un buen aspecto y eso lo podría afirmar cualquiera que se encontrara presente en ese momento. Era un tipo joven, pero de mal hablar y falto de modales, mal vestido y hasta algo descuidado. Pese a eso nos cayó bien y terminó sentado en nuestra mesa. Ahí nos contó de su vida; venía saliendo de la cárcel después de estar 3 años preso por robo con intimidación. Nos confesó que estaba caliente por darle a una "jevita" y que terminaría tirándose a lo primero que viniera, nosotros reímos porque lo vimos como una broma.
Charlamos hasta altas horas de la madrugada hasta que finalmente el sueño nos venció y decidimos irnos a casa. El tipo, llamado Gabriel, nos dijo que no tenía dónde dormir así que Roberto y yo pensamos sería una buena idea darle alojamiento por esa noche y hasta estaríamos haciendo una buena obra. Finalmente llegamos a casa, decidimos darnos una ducha antes de dormir y hasta le dijimos a Gabriel que se diera una ducha, así lo hizo y entre Roberto y yo le prestamos ropa limpia para dormir; nos despedimos y cada uno se fue a su pieza. Al tipo le dijimos que durmiera en el sillón. No sería cómodo pero serviría por lo poco que restaba de noche. Yo me fui a mi pieza y me acosté solamente con unos bóxers negros y una camiseta del mismo color. De ahí no sabría nada hasta que desperté repentinamente…
Me encontraba boca abajo con mis manos atadas sobre mi cabeza y mis tobillos también atados muy apretados. Por la sensación de frío, comprobé que mi trasero se encontraba al aire, estaba totalmente desnudo de la cintura para abajo!! Fue cuando traté de moverme, que sentí el aliento del tipo del bar sobre mi rostro. Fétido e incómodo. Sentí un cuchillo en mi garganta y me habló:
_Ahora te vas a quedar calladito que me voy a descargar contigo maricón.
En eso escucho como si hubiese escupido y siento unos dedos tratando de meterse por mi culo con mucha fuerza. Al tener los tobillos amarrados juntos, no podía mover mis piernas, presionaba con mis nalgas sus manos poco si con eso pudiera detenerlo…
_Ummm…. No por favor!! – Exclamé. Trataba de zafar mis manos pero era imposible. Los dedos entraban cada vez más y más. No había nada que los detuvieran. Sin hacer caso a lo que le dije, respondió:
_Tienes buen culo perra!! Tres años esperando culearme a alguien!! Sabes lo que es eso?! – sus susurros calaban hondo en mi cabeza.
En eso mi violador saca su miembro de unos short que le había prestado Roberto y lo comienza a apuntalar entre mis nalgas indefensas.
_Noooo…. Pare Gabriel por favor. No me lo haga… No… No me haga esto… Ayyy… Ayyy… Noooo… Pare por favor… Ahhhh… Aaaaaayyyyyyyyyyyyyy…
Por el dolor y a pesar miedo por el cuchillo con el que me amenazo este tipo, se me escapo un grito de dolor y es que el pene de mi agresor se adentraba en mi culo destruyendo todo a su paso y sin que nada lo detuviera; Gabriel tuvo que tapar mi boca para que no emitiera ruido alguno. Y con un último empuje bien fuerte, sentí como reventaba algo en mi cuerpo, mis lágrimas salieron y al tipo no le importaba ya nada. Gabriel bombeaba dentro de mí con fuerza y tocaba mi pene con la firme intención de que éste se erectara.
_Te voy a calentar hasta que me pidas más perrita – Me decía con burla.
De hecho, estaba cumpliendo su objetivo con creces; mi pene se estaba parando aun en contra de mi voluntad y más rápido de lo que yo hubiese imaginado. Me comencé a retorcer tratando de evitar que siguiera, pero mis extremidades atadas lo impedían. La desesperación se convertía en placer con mi pene totalmente revolucionado, sin embargo yo aun sentía dolor y humillación; lloraba ya no sabía si de dolor o porque me sentía menos hombre.
_Noooo… Pare… Por favor Gabriel… Ayyyyyy…. No me excite más… se lo suplico… No me humille así… Me duele… Pareeee… Ayyy…. Ahhhh… Noooo…
Mis suplicas no eran escuchadas… Mis nalgas desnudas chocaban con su bajo vientre y su pene duro y ancho se adentraba cada vez más y más en mi culo.
Mi excitación era cada vez más. Estaba a punto de explotar y no sabía por qué. Estaba siendo violado por un desconocido y estaba punto de acabar yo antes que él. No entendía el porqué, pero lo único que para mí fue obvio en ese momento es que él tenía experiencia en esto. Mientras sus embestidas bajaban de intensidad sus manos me masturbaban más y más fuerte. Debo reconocer que el hecho de estar atado siempre me ha excitado, pero estar siendo abusado no estaba en mis planes y mucho menos por un hombre. Pero debo reconocer que sentir esa hinchazón en mi culito y estar siendo masturbado por manos ajenas, toscas y grandes me confundía por completo.
_No me haga acabar por favor… Por qué me hace esto?! Ayyy… pare, se lo estoy suplicando. – Le decía yo llorando, pero el tipo no hacía caso y seguía con su trabajo.
_Te apuesto a que vas a acabar antes que yo perrita, porque yo sé que te gusta mi guevo. Sé que tú y tu amiguita son marisquitos!! Me di cuenta en el bar. Quieres guevo perrita!!! – vociferaba mi agresor triunfante.
_Ayyy… No siga… No siga… Pare… Me duele… Noooo… Noooo… – Gemía yo ya sin fuerzas.
A esas alturas sólo quería que mi amigo no se despertara y me viera en tan incómoda y humillante situación. El sujeto continuó con su ataque hasta que lo inevitable ocurrió; eyaculé una gran cantidad de semen sobre las sábanas de mi cama sacando una carcajada de mi atacante. Mi humillación fue extrema y mi violador comenzó a bombear en mi culo más fuerte que nunca. Ahora sin la excitación anterior el dolor se multiplicaba por mil.
_Noooooooo… Pare… No puedo más… Ahhhhhhh… Ummm… Ummm… – Trataba de no gritar para no despertar a mi amigo en la pieza de al lado, pero el dolor era insoportable.
La verga de sujeto era más grande que nunca. No entendía cómo podía aguantar tanto sin acabar. Me hubiese gustado al menos poder mover mis piernas para poder separarlas para que su miembro entrara libre, pero ni eso podía.
_Eres un maricón. Una perra puta!! Te dije que te irías primero o no?! Jajaja… ahora me lo vas a chupar como una perrita. Me entendiste?!
_Noooo… Eso no por favor. Váyase de mi casa por favor!! Ya déjeme en paz!!
Sacó su pene de mi ano y me giró dejándome boca arriba. Con el cuchillo desgarró mi camiseta dejándola en mil pedazos. Ahí estaba totalmente descubierto ante ese sujeto. Me volteo colocándome boca arriba y el se sentó sobre mi pecho hasta dejar su miembro sobre mi boca.
_Ahora chúpala toda perrita!! Y sin morder porque te desfiguro la cara y quedas marcada de por vida!!
_Ummm… Ummm… – Lo metió todo en mi boca dejándome prácticamente sin aire.
El bombeaba mi boca profundo, tanto, que un par de veces me produjo arcadas.
_Ummm… Nooo… Ummm… No… Por favor… Nooo… Ummm… Ummm… Ummm…. – Parecía que no acabaría nunca. De verdad esos años en prisión los estaba descargando en mí.
Me pidió que utilizara mi lengua mientras tenía su miembro dentro de mi boca y así lo hice. Creo que eso le gustó mucho pues se detuvo por unos instantes, pensé que eso sería todo pero el tipo siguió meneándose dentro de mi boca con su verga aún a mil. De pronto se contrajo sacó su verga de mi boca y empezó a acabar grandes cantidades de semen, llenando mi boca, mi cara y hasta un gran chorro de semen cayó sobre mi pecho desnudo.
_Nooo… Ummm… No, por favor… Pare… – Gimoteaba yo con mis labios aún llenos de semen.
_Sabes lo que haré ahora? Me iré a tirar a tu amigo mientras tú te quedas aquí solo. Me escuchaste?!
_Nooo… No le haga nada… Váyase ya por favor Gabriel…
_Que no le haga nada?! Jajaja… Entonces lo voy a traer para acá para que te coja a ti también… Jajaja… Lo voy a obligar a hacértelo…
_Nooo… Váyase… No me haga eso por favor – Suplicaba yo atado e indefenso sobre la cama. La sola idea de ser penetrado por mi amigo me desesperaba.
En eso el hombre se va de la pieza y me deja solo y lleno de semen sobre la cama. A los minutos vuelve con Roberto y con el cuchillo al cuello de mi amigo diciéndole que tendría que metérmelo hasta el fondo y por todos lados… Mi amigo se me quedó mirando sorprendido y a la vez atemorizado. Y yo esperando lo que era obvio que vendría y sin dejar de llorar; ahora mi humillación era mayor…
Continuara…
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