Una deliciosa aventura en el metro
Uno de los más grandes y placenteros orgasmos de mi vida….
Recién estoy llegando a casa después de una deliciosa aventura en el metro de la CD de México, ya otras veces he tenido experiencias muy ricas que en otro momento les comentaré… Me gusta mucho usar lencería y ropita de dama desde los 11 o 12 años como casi todas las que experimentamos ese gusto culposo iniciamos a hacerlo con ropita de alguna hermana o prima. El día de hoy desperté temprano y con un deseo enorme de salir a buscar una nueva experiencia en el metro, no pude aguantar ya que hace mucho me imaginaba poder hacerlo pero está vez con ropita de nena debajo de mi ropa de caballero. Me puse mi tanga favorita de encaje negro que aprieta de forma exquisita mis nalgas mientras invade mi trasero y rosa mi culo con esa suave textura del encaje, me puse un pants negro de esos de microfibra sumamente delgado para poder experimentar de forma más clara cualquier mano que decida acariciar mis nalgas o disfrutar el calor de cualquier miembro que decidan empujar en mi trasero, realmente es un gusto enorme que he descubierto por este tipo de experiencia y hoy es el día de ir más allá al buscar nuevamente una experiencia pero vestid@ con mis prendas de dama favoritas. Cómo siempre que busco este tipo de encuentros llegué al andén y de inmediato me dirijo al final del pasillo para poder entrar en el último vagón, cómo siempre en hora pico estaba a reventar y fue difícil lograr entrar totalmente apretados todos sintiendo los primeros contactos normales al intentar hacerlo, al arrancar su recorrido el metro y de manera normal todo ese caos inicial se ve disminuido al acomodarnos todos y quedar cada cual en su espacio; primer contacto una mano curiosa rosando mi pierna de manera temblorosa y yo casi brincando de felicidad al descubrir a mi primer acosador, sin embargo al percatarse que no me molestó el contacto corrió su mano a mi entrepierna y me acaricio la verga de manera rápida y acto seguido se acomodo de lado para ofrecerme sus nalgas y que fuera yo quien disfrutará de su trasero, muy decepcionad@ termine prestándole mi mano y cuerpo para que se fuera contento, llegamos a una estación donde haría un transbordo y poder regresar a casa, de igual manera subí al último vagón que no venía tan lleno y sin embargo apenas arrancó el metro sentí como alguien se acercó a mi y de manera rápida acaricio furtivamente mi cadera, obviamente no hice ningún movimiento para no auyentar a mi atrevido compañero de viaje y esté al ver mi pasividad ante su irrupción me tomo por la cintura metiendo su mano por debajo de mi playera acariciando suavemente mi abdomen y aproximando su verga dura a mis nalgas, mismas que en un movimiento discreto acomode para sentir ese tronco de carne justo en la mitad de las ellas mientras el me jalaba fuertemente a su cuerpo y yo moría de excitación ante su decisión y seguridad para tratarme como su mujer en turno, pasó su mano por el frente y acaricio mi verga de manera furtiva y recorrió su mano por mi cadera hasta las nalgas y sorprendido se dio cuenta rápidamente por lo delgado de mi pants que lo que había debajo no era ropa de hombre, entre extrañado y curioso repitió el movimiento y por desgracia comprobó que mi ropa interior era lencería sexy y el resto de recorrido de la estación solo se dedico a recorrer con sus dedos curiosos el contorno de mi ropa, algo había sucedido que le mato las ganas de abusar de mi cuerpo con sus manos expertas… Lo que siguió entonces fue algo que hasta este momento sigue haciendo que me estremezca de deseo por repetir algo igual ya que apenas arrancando a la siguiente estación un hombre joven que venía observando la acción decidió actuar y tomar control de las cosas, de forma segura fue aproximando su cuerpo al mío para discreta y encantadoramente hacerme retroceder dos pasos con el solo peso de su cuerpo hasta ponerme de espaldas a la puerta que en el recorrido no se abre, en verdad yo me sentía a mil ante la embestida de su cuerpo y la cercanía del mismo, sin más empezó a acariciar mi costado derecho y se percató de mi ropa de dama debajo de ese delgado pantalón deportivo que portaba, el hombre delgado rubio y tatuado pego su cuerpo de frente al mío y en un movimiento rápido introdujo su mano por debajo de mi ropa percatando se de inmediato de la suavidad de mi encaje, acaricio deliciosamente mis nalgas mientras arrimaba su miembro al mío y empujaba de manera firme haciendo que por reflejo abriera mis piernas para poder sentir como su verga durísima empujaba mi entrepierna como buscando por dónde entrar a mi cuerpo, era super deliciosa esa sensación de puta en celo que me estaba haciendo sentir, disfrutando cada milímetro que su cuerpo embarraba contra el mío mientras mi mente gritaba en silencio «se dio cuenta de mi ropa» «que no deje de hacerlo» «lo está disfrutando» «que rico se siente» «NOS VAN A VER»… Este último pensamiento me hizo volver a la realidad y espantad@ volví el rostro para comprobar que en realidad tres hombres jóvenes al rededor se habían percatado de lo que estaba sucediendo y veían con ojos sumamente curiosos mis carnes que para ese momento ya se mostraban dado que en su ímpetu por acariciarme había bajado mi ropa con la sola fuerza de su brazo entrando a acariciar mis nalgas, era imposible que no se dieran cuenta de mi ropa de dama, estaba ahí siendo tratad@ como puta con mi consentimiento y total cooperación ante los ojos de otros machos excitados de ver mis nalgas y parte de mi pierna expuestos por mi gentil acompañante que no hacía más que amasar mis carnes ante la mirada lujuriosa de nuestros compañeros de viaje, fue entonces que pasó sus manos al frente y bajando con su mano derecha el frente de mi tanga libero mi verga a punto de estallar mientras con la mano izquierda la aprisiono y empezó el movimiento de vaivén sobre mi verga haciéndome retorcer de placer al tiempo que el hombre más cercano aprovechando el afán de mi caballero en turno decidió participar de manera activa recorriendo mis nalgas con su mano áspera y ávida de sentirme y brindar amor, mi mente no cabía de placer en mi cuerpo y mientras el primero me la jalaba deliciosamente yo levantando mis nalgas facilitaba la entrada de los dedos de mi segundo compañero para acariciar mi culo por arriba de mi ropa de nena. Finalmente mi cuerpo no soporto más y se convulsionó de manera espectacular para brindarme el orgasmo más delicioso de toda mi vida haciendo que mis piernas vacilaran al detenerme de pie mientras de manera casi imposible contenía gemidos de placer ante el gran regalo que me habían dado mis furtivos compañeros de viaje, de reojo veía a los otros curiosos sonreír por lo que habían visto y mis hombres no paraban sus caricias ante el espectáculo de mi orgasmo, seguimos así unos momentos maravillosos y en eso el metro entro a una nueva estación con lo que ambos se apartaron un poco y yo aproveche para subir rápidamente mis ropas y bajar a empujones sin darles tiempo de reaccionar para seguir a la puta que recién habían disfrutado, no volví el rostro para ver quién veía, solo camine nervioso por el andén aun sintiendo mis piernas temblorosas por el copioso orgasmo y eyaculación obsequiados. [email protected]



(3 votos)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!