Una experiencia inigualable.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sentía que alguien me observaba pero la lluvia era mi preocupación.
Se acercó a mi mesa se presentó y pidió permiso para sentarse conmigo.
Charlamos de temas inconsecuentes, sospeche sus deseos ulteriores y comencé a acariciar mi bulto visiblemente.
Sonrio y me guiñó un ojo.
Fuimos a mi departamento.
Inmediatamente después de cerrar la puerta y sin mediar una palabra nos abrazamos besandonos intensamente.
Nuestras lenguas exploraban nuestras bocas incansablemente.
Le sujete la cabeza con mis manos y le bese los ojos, la frente, mejillas y cuello.
Aún sin desnudarnos frotábamos nuestras ya durísimas vergas.
Era evidente que ambos estábamos muy bien equipados.
Sin dejar de besarlo le abri la camisa, arrancándole los tres últimos botones.
me dijo al oído "si,si, soy tuya".
Esas cuatro palabras me exitaron aún más.
Su parcialmente velludo y bronceado pecho con carnosos pezones era una invitación imperdible.
Lo solté y le dije que se desnudara frente a mí eróticamente.
Obedeció sin decir una palabra y mirándome fijamente quedo totalmente desnudo excepto por una diminuta tanga blanca de hombre.
todo su cuerpo estaba dorado por el sol, sin marcas de traje de baño.
Giró ofreciéndome su bronceado culo.
Le ordené que se arrodillará frente a mí y me desnudé, en segundos mi peluda polla de 20 centímetros por 8 de ancho frotaba su cara.
Abrió la boca y se la clave hasta lo más profundo de la garganta le saltaron dos lagrimas pero la mamaba sin parar, acariciandome los huevos llenos de leche por explotar.
Sabía dar placer oral.
Fuimos a la cama.
Se acostó boca abajo con las piernas abiertas y dijo "soy tuya para lo que quieras y como quieras".
Me acosté junto a él preparandome para follarlo largo rato.
Le hice ponerme un profiláctico con la boca, tenía experiencia de como hacerlo.
Lo folle en varias posiciones y cada vez más fuerte.
Gemía desesperadamente entre dolor y placer hasta que largue toda mi leche dentro de él.
Agotados y sudorosos nos quedamos abrazados en la cama, su mano derecha no soltaba mi verga.
Finalmente pidió "no me dejes solo esta noche".
Dijo que era casado sin hijos en un matrimonio fallido.
Ese día su "mujer" estaba de viaje.
Y que quería un amante fijo como yo.
Aunque es muy varonil dijo necesitar un hombre que lo hiciera sentir hembra y que la dominará.
Agregó que frecuentemente viajaba por trabajo y quería que su macho lo acompañara lo más posible para entregarse por las noches después del trabajo.
Acepté su propuesta, inmediatamente le ordené que me mamara nuevamente, con pasión me besó, lamió y se tragó mi verga entera acariciando mis bolas.
Le metí tres dedos en el culo.
Lo volví a follar por largo rato.
Su sumisión y obediencia era total.
Finalmente nos duchamos y pasamos la noche juntos.
Desayunamos en bolas me pidió una camisa prestada, se vistió y se fue a trabajar.
A las dos horas me llamo por teléfono diciéndome que no dejaba de pensar en mi, su macho.
Desde entonces viajamos juntos dos veces por mes.
Con el correr del tiempo hemos desarrollado una amistad sincera y le soy fiel.
Se divorció, se mudó conmigo y somos felices.
Su devoción por mí es indiscutible.
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