Una invitación a una violación.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Dan y algunos pueden recordar mis relatos que casi todos tiene que ver con mis primos, les recuerdo que era delgado, color de piel morena, ojos negros, de estatura normal para la edad que en ese entonces tenía.
Les cuento que cuando tenía unos once años ya sabía algo de sexo pues mi primo Alejandro, se había encargado de enseñarme lo que era sentir dentro de mi culo un buen pene. Mi primo Ale, me enseñó muchas cosas, su verga era grande y con forma de gancho, doblado hacía arriba, aún recuerdo que por ser yo más pequeño de estatura y por su puesto de edad, ya que mi primo tenía cuatro años más que yo, cuando logró penetrarme de pie en un baño, cuando metía toda su tranca en mi culo me levantaba del piso y me dejaba suspendido en el aire.
Esto se los cuento como antesala de lo que viví en unas vacaciones en las que nos tocó ir de visitas a una hacienda que tenía el papá de mis primos en un estado del interior de Venezuela, específicamente en el Estado Portuguesa.
Después que llegamos a la finca, mis primos nos mostraron todo el lugar, fuimos a un rio que pasaba por la parte de atrás de la finca, un rio de mucha agua y fuerte caudal, nos bañamos y luego regresamos ya entrada la tarde.
Al día siguiente se me ocurrió acercarme a las caballerizas a curiosear por los alrededores, estando por allí, sentí un fuerte dolor de estómago y me fui a la parte trasera de los establos y me agaché para hacer mi necesidad, ya cuando estaba por terminar siento la presencia de alguien y volteo a ver sin pero sin dar importancia, la sorpresa es tal que a unos seis metros de donde yo estaba veo a un joven de color muy oscuro que estaba orinando junto a una piedra, pero me miraba aquello me descontroló y como pude me subí el short para irme, pero lo que veía entre las piernas de aquel muchacho me dejó hipnotizado, la verga de aquel muchacho era tan negra como su cuerpo no lo tenía erecto pero así puede notar que con sus dos manos al alrededor no lo cubriría, aquello era largo y grueso en el detalle y con la mirada fija, no note que se acercó a mí y ya cuando lo tuve cerca fue que reaccioné. Ángel, se llamaba me dijo y quisiera darte este regalo y blandiendo con su mano lo sacudía de arriba abajo, yo no sabía que hacer aún estaba ido e impresionado con el tamaño. De pronto reaccioné y le miro a la cara, para eso tuve que subir la cabeza, pues ahora que lo tenía cerca pude ver que era mucho más alto que yo, pude detallar sus ojos, su tez, su cuerpo mucho más desarrollado que el mío creo que por el trabajo en el campo y ese pene grandísimo y gruesísimo. Él me toma del brazo y me dice hola me llamo Ángel y no pude evitar ver tus hermosas nalgas redonditas y quise tenerlas, a lo que yo contesté, pero que te pasa, no ves que soy sobrino del dueño y te pueden botar por querer violarme, él se dijo a reír y me dijo tú crees que no noté como mirabas mi pene tan encantado, no le respondí a eso pues era verdad, yo había quedado prendido a aquella tremenda verga, volvió a decirme quiero que te lo comas, pero tienes que acompañarme porque por aquí pasan todos los trabajadores de la finca y me llevó al rio y por unas piedras que hacían como de cueva entramos y nos sentamos sobre unas hojas que estaban tiradas en el suelo, luego supe que era su cogedero, él me tomó la mano y la hizo llegar a su gran pene, tenía la piel muy suave, se le sentían las venas y el glande era morado y muy grande, parecía una pera al revés.
Después de detallarlo táctilmente, me pidió que se lo mamara, yo estaba como zombi, hacía lo que él me pedía, comencé a oler desde la cabeza, todo el tallo hasta que llegué a la base con abundante pelo enroscado. Volví a subir con la misma velocidad y llegué de nuevo a aquella cabezota, abrí mi boca y la introduje, al sentir el calor de mi paladar, Ángel se estremeció y pude notar como la piel se le erizaba, sabía que le estaba gustando, lo primero que hice fue chupar fuerte aquella cabeza como quien quiere extraer el sumo de aquella semilla, mientras él ponía su mano en mi cabeza y comenzaba a embestirme, cogiéndome por la boca, así estuvimos un buen rato, luego comenzó a meter su mano por mi short y pude sentir cuando tocó mi hueco algo sucio por no haberme limpiado al asustarme pues él me veía, él sacó la mano y se limpió con un trapo y me pidió que me quitara el short, yo solo obedecía, él tomó el mismo trapo y lo pasó por mi raja y la limpió, aquel gesto me dio más confianza y me entregue a seguir mamando aquella bestia, al rato después de pasar su dedo por mi culo no virgen y haberle puesto mucha saliva, me tomó de la cintura e hizo que me sentara sobre sus piernas, así estuvo largo rato rozando su vergota por mi raja y lubricando con su líquido preseminal, cuando sintió que ya estaba lo suficientemente lubricado, apuntó aquella cabeza a mi gruta, mi primera reacción fue cerrarla, pero luego me fui relajando, él era delicado, comenzó a empujar su palo en mi culo mientras me sostenía de la cintura, al abrirse un poco mi esfínter, sentí mucho dolor y prense mis piernas, él supo que dolía y lo retiró, volvió a poner mucha más saliva y comenzó nuevamente la penetración yo sentado de espaldas a él solo me sujetaba de sus piernas mientras las mías estaban alrededor de las de él. Con un poco de presión entró aquella cabeza e inundó mi interior, yo le decía que con cuidado pues me dolía bastante, él siempre delicado, no se movía, cuando yo sentía poca molestia me hacía hacia él y él respondía empujando poco a poco aquel guerrero dentro de la cueva. Ya con la mitad de su tranca en mi culo, dejaba salir un poco luego volvía a meter y en cada metida dejaba entrar unos centímetros de su verga hasta que pudo meterla por completo, después de no sentir dolor comencé a levantarme y dejarme caer en su tranca, me levantaba hasta que llegaba a la cabeza, sin sacarla y volvía a caer sobre mi macho, así estuvimos bastante tiempo, luego él me pidió que me bajara y me pusiera de perrito, lo hice y al sentir que me enterraba nuevamente su barra, se me salieron las lágrimas, él solo metía y sacaba su arma, luego me cambió de posición y me puso boca arriba y puso mis piernas en sus hombros y se dejó entrar nuevamente su invasor en mi culo, supe que se fue todo porque sus bolas quedaban aplastadas contra mis nalgas, cerraba sus hojas y me embestía con mucha delicadeza
Al rato de estar así, comencé a notar su expresión, apretaba los labios y sus ojos comprendí que estaba a punto de eyacular, al mismo tiempo comencé a sentir como se hinchaba su verga dentro de mi culo y al momento los chorros de leche muy caliente que me llagaron al estómago, Ángel, seguía bombeando y yo sentía como le salía leche, creo que tenía como un año que no se cogía un culo pues drenó leche como 15 minutos, ya vacío se dejó caer poco a poco de costado y sentí el plot de su pene cuando salió de mi culo, el olor a semen se sentía en donde estábamos, mi pene a estallar sin que lo tocara comenzó a emanar un líquido blancuzco, creo que ligado con orine, claro yo tenía 11 años estaba por desarrollarme. Al rato Ángel me dijo que me agachara y comencé a botar chorros de leche con hilitos de sangre, eso ya lo había visto cuando mi primo me cogió por primera vez y no me asusté, él limpió mi culo con mucho cuidado y me dijo que si lo quería hacer nuevamente que esa era su cueva y que siempre estaba en horas de la tarde después de su trabajo con los animales, salimos de allí, yo me fui a la casa y pasé directo al baño, nadie me vio y regresó con sus animales.
En los días siguientes nos vimos varias veces, creo que mi primo sospechaba algo, porque cuando nos íbamos a dormir y él quería cogerme a mí me dolía el culo y lo rechazaba, otras veces cogía con mi primo en la noche y a día siguiente con Ángel nuevamente en la cueva, para el próximo relato les cuento lo que pasó cuando Ale, nos descubrió.
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