Una noche de Emergencia.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por joseosvaldo83.
Una noche de Emergencia.
Esa noche me encontraba acostado en mi habitación en el hotel donde trabajaba como médico de turno, era como todos las noches aburridas de televisión y chateo, nunca me imaginaria que la pasaría tan bien.
Esa noche suena mi teléfono un mensaje de WhatsApp, era mi amiga bailarina Yuli que un compañero de ella se encontraba mal de salud y que necesitaba que fuera al consultorio a examinarlo, decidí cambiarme y caminar al consultorio a esperar por Yuli y mi paciente.
Llegue encendí el aire acondicionado y me senté en la computadora del consultorio a esperar que llegaran.
Tocan la puerta, mando a pasar y entra ella como siempre con su dulzura y cariño, luego me dice mira Joshua este es el paciente, al verlo también era bailarín, era blanco, rubio, de ojos café y más bajo bajito que yo, tenía un cuerpo esbelto y muy definido.
Lo mire y me di cuenta que era gay.
Al presentármelo pues le doy la mano y él se quedó mirándome mucho a la cara, al parecer también yo le impacte al el entrar al consultorio.
Lo invito a la parte de atrás del consultorio para evaluarlo y que se acueste en la camilla, a esto mi amiga Yuli dice: Joshua yo me voy mí novio me espera para cenar y le dijo, tranquila que yo resuelvo.
Al acostarse en la camilla le pido que se quite la camiseta y que me explicara que se sentía, este seguí mirándome con ojos de que te quiero comer, pero yo profesionalmente debo comportarme y le pregunte que le pasaba.
En conclusión de su condición era Asmático y le digo que solo había que nebulizarlo y listo.
Luego nos sentamos en el escritorio y le pido una seria de requisitos que hay que llenar para informe médico, uno de ellos y el que más me interesaba su número de teléfono celular, el cual cuando me lo facilito le pregunte si era su número personal y me respondió con una afirmación y me sonrió.
Al darle el alta pues vi que se fue hasta su habitación y yo me fui a la mía, me quede con las ganas de seguir hablando con él y no aguante, le escribí por el chat y rápidamente me respondió diciéndome que él sabía que yo lo llamaría o le escribía.
Pues de tanta charla me dijo que me visitaría a mi habitación que quería que le pusiera un medicamento que necesitaba y que vendría a mi habitación.
Le di mi número de habitación y al cabo de 25 largos minutos y de erecciones hechas por mi pensar de que quería el en mi habitación, tocan la puerta, rápido voy y abro, estaba vestido con un pantalón sudador muy pegado y una camiseta blanca muy ajustada que se le marcaba su cuerpo.
Al pasar noto que en su mano solo trae su celular, lo cual pregunte cerrando la puerta y colocando el cerrojo del seguro despalda a el: y que medicamento es que necesitas que te ponga.
Al voltear este ya estaba totalmente desnudo acostado boca abajo en mi cama, no sé en qué momento se las quito pero si sabía el hermoso culo que se elevaba en el final de su espalda y me decía: Sabes bien que medicamento quiero, esas palabras y la imagen tan provocativa me llegaron a la mente y pues solo se me paro en un segundo, no dude en quitarme mi pijama, me le pegue en la cama y se voltio y rápido metió mi pene en su boca, Dios mío que rico lo chupaba, se lo metía entero en la boca, lo lamia, lo mordisqueaba, era tan rico que solo me consolaba gemir.
Luego de unos 20 minutos del mejor sexo oral que me han dado, le dije que me vendría, a este ni le importo siguió y al contrario intensifico la chupadera, me di una de las mejores venidas que me he dado en un sexo oral, pero de la excitación tan grande que tenía en ese momento mi pene seguía bien erecto, se despegó y me dijo, quieres meterlo, rápido afirme y se voltio, al ver aquel hoyito tan rico y rosadito, se lo comencé a mamar, se lo lamia y le metía la lengua para dilatarlo, solo escuchaba los gemidos de él y eso me ponía más excitado.
Me dijo no aguanto más mételo, mételo.
.
.
por favor.
Sin pensarlo me despegue y rápido le asome mi pene en la entrada de su hermoso hoyito, le metía solo cabecita, se escuchaba sus gemidos de placer, luego se lo fui entrando más y más hasta que le llegue a meter los 19 cm de pene que tengo, Dios mío que rico se sentía dentro, apretadito, calientico, rápido empecé con el mete y saca y solo se escuchaba el sonido de nuestros cuerpo chocando uno con otro y sus gemidos de placer.
Solo me decía dame, dame más duro coño papi, que rico lo haces, esas palabras me excitaban más y le complacía con más placer.
Después de 30 minutos de cambio de posiciones y de placer brindado aquel chico le dije que me venía otra vez y me dijo: dámela toda échamela dentro, déjame sentir como ese semen tuyo me llena mi culo, Dios que rico que lo hacía, sin previo aviso sentía el placer más rico que puede sentir un hombre que es el de venirse, sentía como los chorros de mi leche salían de mi pene que estaba tan duro, una y otra vez salían con tanta presión que cuando me di cuenta él también se estaba viniendo.
Cansados de tanto placer me salí de dentro de él y caminamos hasta el baño y nos bañamos juntos, las únicas palabras que se pronunciaron desde de aquello fueron, “Que buen pene tienes y que rico que lo tienes, me encanta tu leche y cuando volvemos hacerlo, mañana” Yo afirme y le dije que lo esperaría.
Él se fue y yo me acosté a dormir sabiendo que mis días de trabajo en el consultorio del hotel sería muy placenteros.
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ESTO FUE REAL.
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