Una noche inolvidable en la sauna -2-
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como ya comenté en mi relato anterior (Una noche inolvidable en la sauna), posteriormente mis experiencias fueron múltiples. Pero, quiero recordar otra noche especial por la cantidad de acontecimientos que se produjeron.
Tras mi primera incursión en el mundillo de las saunas, la comencé a frecuentar habitualmente. Una noche, nada más llegar y tras la ducha de rigor, nada más darme mi primer paseo viendo el ambiente, me encontré con una pareja un tanto especial. Uno era un hombre mayor y el otro un chico que me pareció menor de edad. Entablamos conversación e inmediatamente después nos fuimos a una cabina. El señor mayor se quedó al margen y el chico y yo nos comenzamos a besar y tocar. Le pregunté la edad y me dijo que tenía 19 años. No estaba muy dotado pero tenía un culito respingón muy bonito y era muy guapo de cara. Nos besamos y tocamos. Le encantaba que le tocara suavemente los pezones, prácticamente se derretía. El señor mayor me entregó un preservativo y el chico se colocó a cuatro patas, pidiendo insistentemente que se la metiera. Yo venía muy caliente y la excitación del momento, me hizo comprender que aquello no iba a durar mucho. Se la clavé a la primera, sin dificultad, pero rápidamente me salí porque no me podía contener. Me tumbé en el colchón boca arriba para cambiar de postura y ganar tiempo. No quería que se acabara tan rápido. El chico se puso encima y nada más introducirse mi polla en su culo, comenzó a gemir con unos grititos compulsivos. No había remedio. Me corrí. Me disculpé como pude y le pedí que me dejara un poco de tiempo para recuperarme. El señor mayor cogió al chico y lo sacó de la cabina.
Me fui a la sauna de vapor y, al poco rato, aparecieron los dos. El chico tenía la polla completamente tiesa. Les propuse continuar pero el señor mayor decidió que no y se marcharon. No los volví a ver.
Desilusionado, volví a la sauna de vapor y vi a tres que estaban sentados. Dos eran de unos 50 años y el otro pasaría de los 70. Me descubrí la toalla y, de inmediato, una de ellos se puso delante mío y se quitó, también, su toalla. Tenía una polla grande pero el capullo era enorme. Bajé un escalón para tenerlo más.. a boca. No me cabía en la boca. Era una polla descomunal. No solo gorda, además era muy pesada. La tenía en la mano y notaba que aquello pesaba mucho. Se la comencé a chupar. El tipo sabía perfectamente lo que tenía entre las piernas y la reacción que tenían los que querían probar aquel enorme y pesado nabo. El otro se puso a su lado. Le empecé a masturbar pero yo estaba concentrado en el pollón. El más mayor se quiso sumar a la fiesta pero la tenía flácida. El segundo en cuestión tardó muy poco en correrse. El del pollón dió unos pasos hacia atrás. Pensé que se iba, Lástima!. Pero no. Tras unos breves tocamientos y a no menos de dos metros, me soltó una impresionante regada. Yo solo veía aquella enorme polla escupir leche sobre mí. Se acercó y me dijo que se la mamara y se la limpiara bien. Lo hice y me corrí con las últimas gotas.
Tras una breve ducha, me dirigí a una cabina a descansar. Al poco rato, Oh sorpresa. Entra en sumiso de mi relato anterior. Le digo que estoy cansado. Me pide chupármela un poco. Vale. Al poco, comienza a lamerme el culo. No está mal. Me excita. Se le cae la baba. Todo mi ojete mojado, introduce un dedo. Le digo que no. Tarde!!!!. En su afición me introduce el dedo totalmente y noto un desagradable pellizo. Saca el dedo y en la punta tenía como un dulce tipo conguito que saborea con deleite. Noto el dolor producido por el pellizco y le suelto un bofetón. Lejos de amedrentarlo, el tema le pone y me pide más. Le doy unos cuantos bofetones más. No es que me guste pero me había hecho daño y el lo estaba pidiendo a gritos. Le obligo a que se masturbe encima del colchón y después que lama su propia leche. Obedece con gran placer. Lo dejo allí lamiendo su propia corrida y me dirijo al cuarto oscuro. En el camino veo un par de ositos que se meten en una cabina y dejan la puerta entreabierta. Tienen unos rabos no muy largos pero bastante gruesos. Aquella imagen me vuelve a excitar y les pido que me dejen solo mirar. Uno acepta pero el otro dice que no. El que quería me dice que la cabina de al lado tiene un agujerito y que puedo contemplar el espectáculo. Así lo hago. Tras unas mutuas mamadas, uno se pone a cuatro patas y el otro se la mete sin contemplaciones a la vez que le suelta enormes caches en el culo. El otro grita desesperado de placer. Salgo de la cabina muy excitado del panorama y me voy, de nuevo, a la sauna húmeda. Allí hay dos. Uno sentado introduciendo su enorme polla a otro que está encima. Son de unos 35 años. El follador, tal vez, algo más. Cuando está apunto de correrse, saca la polla del culo del follado. Se quita el condón y le dice que se la chupe. Me pongo al lado de ambos y en ese momento entra otro en la sauna. Como el follado estaba de pie e inclinado chupándosela al otro, el nuevo aprovecha para meterle su polla en el culo. Yo le cojo la polla al primero y me la meto hasta la garganta. Cuando veo que se va a correr, me la saco de la boca y le dejo que se corra en mi pecho. Que corrida!!!. Noto que me baja hasta los huevos. Los tengo chorreando leche. Cuando se marchan, nos quedamos el follado y yo. Me dice que estoy lleno de leche. Me excita. Le comento que se han corrido dos encima mío. Me dice que no, que uno se ha corrido en su culo. Le introduzco un dedo y, en efecto, lo tiene también regadito. Le digo que se corra encima mío pero es bastante pasivo y prefiere reservarse para otras experiencias. Antes de irme paso por delante de otra cabina y veo dos de mediana edad que están haciendo un 69. Uno de ellos al verme, me invita a pasar y de lado los tres nos los pasamos muy bien. Les cuento mi desagradable experiencia con el pasivo y uno me dice que eso se cura con saliva. Me practica una deliciosa lamida de ojete. A continuación, se ponen de rodillas en el colchón. Yo debajo de ambos. Ellos se masturban mutuamente y se corren encima mío. Me gusta tanto que yo también acabo. Nos besamos y nos limpiamos las pollas con lamidas a trío.
Me ducho y me voy. Esta es una historia real. Hay otras muchas pero esta me parece especial por su intensidad. En mi próximo relato, y último de saunas, os contaré como fui desvirgado. No era mi intención esta práctica pero… a todos nos llega la hora!!!!!.
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