Una Travesura Familiar.
Este relato se dio hace algunos años, en algún lugar de México. …lo que les voy a contar aquí es como fue mi primera vez con un hombre joven, que no fue otro que mi sobrino, es el hijo de mi hermana, que viven en USA….
Este relato se dio hace algunos años, en algún lugar de México.
Hola a tod@s, mi nombre es Sallette, lo que les voy a contar aquí es como fue mi primera vez con un hombre joven, que no fue otro que mi sobrino, es el hijo de mi hermana, que viven en USA, él viene a México por motivos de trabajo, mi hermana me pidió que le diera alojamiento por unos días y que platicara con él para que recuperara su estabilidad emocional, ya que estaba viviendo el proceso de separación de su esposa.
Comenzaré por describirme: actualmente soy una travesti madura, aunque por motivos de trabajo sigo vistiendo de hombre, he tenido una serie de aventuras y experiencias por este mundo tan sexual. Tengo 47 años, de complexión mediana, un poco rellenita; mido 1.75 m., sin usar tacones, peso 76 kg., El consumo de hormonas femeninas, ha moldeado mi cuerpo, haciéndolo femenino, no como quisiera pero en fin. Mi cuerpo casi no tiene vello por lo que me depilo el poco que me sale en el pubis, piernas y cara, mi cadera, se ha ensanchado un poco más de la cuenta, por el ejercicio que hago, la verdad tengo una cola redondita y mis nalguitas son lisas como de recién nacido, incluso mis senos han crecido, no soy gorda, tengo algunas llantitas pero nada más: mi cabello lo uso un poco largo por lo que puedo hacerme peinados femeninos, a veces uso pelucas. Me gusta ponerme pantimedias o medias con liguero, tangas y bras, incluso cuando voy al trabajo las llevo puestas debajo del traje masculino, me gustan mucho los minivestidos y las zapatillas de plataforma; como muchas de nosotras, siento que mi alma es un ser femenino, viviendo en un cuerpo equivocado, porque desde niña me vestían y me visto, de recién nacida era una “niña linda”, y así hasta los cuatro o cinco años según me recordaban mis hermanas, recuerdo, después por iniciativa propia y hasta la fecha, en casa siempre estoy vestida,
Mi sobrino es un hombre de 29 años, de muy buen cuerpo, con unos pectorales perfectos, sus brazos muy grandes y musculosos, se nota el trabajo con las pesas, piernas largas, mide como 1.82, es más alto que yo por 7 centímetros, ha de pesar como unos 82 kg, nalgas bien formadas, de ojos azules, pelo ondulado y un poco largo, color castaño oscuro, tez morena clara, de facciones finas, poco vello facial, cuerpo bien trabajado en el gym, impactante a mis ojos. Por cierto se llama Adán.
La casa tiene dos plantas, y en la planta baja hay una estancia amplia, una recámara bastante grande, con baño completo, está acondicionado para las visitas. Yo ocupo la parte de arriba, que tiene lo mismo que la planta baja y, además, tiene su entrada independiente, Solo compartiríamos la cocina, la cual está equipada, con una mesa y cuatro sillas, ubicada en la parte de abajo.
Adán llegó un jueves como a las 23:00 horas, por lo que lo invite a descansar del viaje, puedes usar la planta baja de la casa tranquilamente, podrás encontrar comida en el refrigerador, y lo que necesites me dices, así que te dejo para que descanses, mañana platicaremos, aquí nadie te molestará, le dije.
Como hacía mucho calor, en cuanto mi sobrino quedo instalado, subí a mi piso y me quité la ropa quedando en top y tanga, me puse un short negro que se ajustaba bastante en mis nalgas. Después de un rato de estar en mi recámara sentí sed y bajé a la cocina por un poco de agua. Sin prender la luz, abrí el refrigerador, su luz me ilumino, la jarra con agua estaba hasta abajo y al fondo por lo que me agache frente al refrigerador sin darme cuenta que mi sobrino estaba presente, mirando mi trasero que al agacharme el short se baja y deja a la vista mi tanguita rosa mexicano, sintiendo su mirada giré sorprendida. Él no dijo nada sólo se me quedó viendo, yo solo atiné a decirle, buenas noches, tomé mi vaso con agua y subí hecha un mar de nervios a mi recámara.
Pensando en mi sobrino Adán, me puse un camisón y me fui a la cama, Al acostarme no podía conciliar el sueño, ya que no me quitaba de la mente la forma en que me miraba y su espectacular cuerpo. Paso más de 1 hora hasta que me dormí. Al día siguiente, me puse un coordinado con bra sin aros y de encaje, pantaletas tipo bikini que se ajusta a mis nalguitas y pantimedias de seda, todo en gris del mismo color de mi traje masculino, una camisa de manga larga gris perla y una corbata a rayas negras, grises y rosas. Estaba lista para salir a trabajar, baje a la cocina y Adán estaba con el tórax desnudo, solo tenía su short y un par de tenis con calcetas blancas, se ve que acababa de hacer ejercicios y bebía un vaso con agua.
- Buen día, dije, un poco nerviosa.
- Hola, tío, buen día, ¿listo para el trabajo?
- Sí, me voy, quedas en tu casa hay comida y si no te gusta, a seis calles de aquí hay un supermercado, por si quieres comprar algo. Gracias, tío, me adapto a lo que haya en casa.
Salí corriendo rumbo al trabajo sin dejar de pensar en Adán. Al retorno a casa, me noté ansiosa al darme cuenta que no estaba mi sobrino, así que entre directo a mi piso, me quite la ropa masculina y me puse un vestidito corto que me resaltaba la cintura y por tanto mi culito, con mis zapatillas de plataforma. Así estuve toda la tarde y parte de la noche pensando en cómo llamar la atención de mi sobrino, hasta que escuche que llegaba a casa. Me quite las pantimedias, las zapatillas y el vestido, me puse un sweater amplio con escote y largo que me llegaba arriba de las rodillas, unas calcetas y tenis, bajé a la cocina.
- Hola, ¿vas a cenar? Le dije.
- Hola Tío, no, gracias a esta hora ya no consumo alimentos, solo agua.
Bueno, yo solo tomaré un café, descansa; le dije, para que se fuera a dormir. Me dirigí a la cafetera y preparé mi café, estaba de espaldas a él, con una especie de excitación y nerviosísima por su presencia. Me voltee y tire la cuchara cafetera, me agache y el sweater dejo ver mi bra, por el escote, él otra vez con esa mirada que me excitaba. Él se colocó detrás comiéndome con su mirada, sentí su silueta muy cerca de mí, también pude percibir en él cierto nerviosismo, con un poco de charla sobre su vida después del divorcio y sus actividades al futuro creo que ambos nos relajamos y ya más calmados, él me preguntó qué cuando estaría libre para poder programar alguna actividad juntos, antes de que volviera a la rutina del trabajo, me encanto la invitación, debo decir que me emocionó bastante, el solo pensar en salir con él, me excitada demasiado.
- Me gustaría ir a tomar una copa y satisfacer mi curiosidad.
- Sí, yo le manifesté con mucha más calma que este sábado estaba libre y con pocos quehaceres en la oficina y solamente me limitaría a descansar y dedicarme a arreglar mi piso, podemos hacerlo mañana, le dije.
- Él se puso muy contento, propuso que mañana sábado podríamos salir, a lo que yo le conteste que no había problema,
- ¿a dónde vamos a ir o que se antoja hacer? ¿tienes alguna idea?, le dije.
- Tú sorpréndeme, quizá a un bar y podemos platicar de nosotros, de la familia, además de tomar una buena botella de ron o tequila.
Me senté en una silla frente a él y crucé las piernas, el sweater subió arriba de mi muslo, enseñándole descaradamente mis piernas, entonces me decidí.
– y ¿cuál es tu curiosidad? Pregunté.
Él no sabía que decir, noté que se moría de ganas de verme, tocarme y sobre todo de tenerme, pero no me lo podía decir.
- Bueno, qué piensas decir algo o no. Le dije, tranquilamente, mientras le daba un sorbo a mi café. Estamos en familia y ya me dijo tu madre lo del divorcio, afortunadamente no tienes hijos.
Él seguía callado sin poder articular palabra, no podía salir de su asombro, se debatía entre la vergüenza y el deseo, el bulto en su short, empezó a delinear el perfil de su insinuante pene. Yo lo noté al instante.
- ¿Te gusta ponerte ropa de mujer? Dijo con gran pena. ¿eh?
Él continuaba quieto muerto de vergüenza, tome la iniciativa le agarre la mano y le dije: Si, es algo que tengo desde niña, refiriéndome a mí en femenino, tu madre no te ha contado como ella y tus tías me vestían y jugaban conmigo siendo yo su muñeca, baje su mano y la puse sobre mi culo, le dije siente mis formas de nena, al mismo tiempo que ponía mi otra mano sobre su bulto, no tardó en empezar a subir mi sweater para que ver mi bra, sorprendiéndose del tamaño de mis senos, seguí llevándole su mano sobre mis nalgas, mis senos, mis muslos lentamente, ambos estábamos disfrutando de ese momento, su verga, se iba endureciendo, mientras el gemía, cosa que me animaba, dándole cada vez más ritmo a mi mano, él sintió que eyaculaba y reaccionó para no hacerlo, diciéndome que me mostrara totalmente vestida, le di la espalda, quedé sorprendida, al notar que le intrigaba la idea de que yo fuera travesti, pensé, parece que le gusta, “bueno Sallette, pensé para mis adentros, esta es tu oportunidad”; cómo se pueden imaginar, obedecí esa petición con mucho gusto, subí corriendo a mi piso, diciéndole: bajo en un momento. Para este entonces no estaba preparada, por lo que decidí no maquillarme, solo me puse crema limpiadora para la cara, un poco de rubor, ricé mis pestañas y le dí un poco de color a mis labios, pasé un cepillo por mi cabellera de manera que se hiciera de lado, dándome la apariencia de una chica, elegí para vestirme unas pantimedias negras, una minifalda ajustada de color verde, que resaltaba mis piernas y también mi talle moldeando mi silueta y ajustando mi cintura, una blusa blanca con escote largo y zapatillas de tacón alto. Baje y fui directamente a su cuarto, donde se había refugiado para calmarse, me paré en el umbral
- y le dije: ¿qué te gusta?;
- quedó con la boca abierta y me dijo: ¡estás bellísima!, nunca lo hubiera imaginado.
Me acerqué a él, ofreciéndole mi cuerpo entero, él se quedó quieto y le di un beso en la comisura de los labios, lo abracé por el cuello y seguí besando sus labios solo que ahora mi lengua los lamía, sus manos me tomaron por la cintura las subía y bajaba por mis nalgas, sintiendo la tela de las pantimedias, en ese momento supe que no había ninguna otra cosa en él que pudiera frenar sus instintos de macho, su pene confirma su deseo, levantándose, endureciéndose y tratando de salir de la tela que lo aprisionaba; su deseo por abrazarme, besarme y tenerme fueron muy superiores a su moral, lo tomé de su verga y me dirigí, llevándolo, hacia su cama, ahí le quite el short con todo y calzones, dejando su verga a la vista, agarré sus enormes testículos con una mano y con la otra me introduje su enorme pene en la boca, lo tenía enorme, lo comencé a lamer, primero la cabeza y bajé hasta el tronco, luego sus testículos, él respiraba fuertemente y se retorcía de placer, luego me lo llevé a la boca, me costaba metérmela en la boca, yo seguía chupando y lamiendo, me la metía y me la sacaba lentamente de la boca, la besaba, la acariciaba, llegó a su máximo esplendor, era un pene enorme de unos 24 cm, era realmente monstruoso ese aparato, sin duda un regalo divino y sólo para mí. Seguí chupándosela, mientras se lo masturbaba, me sentía como una profesional del sexo y me encantaba, Adán por su parte no paraba de gemir, se notaba que le estaba gustando mi mamada. metí una de sus bolas en mi boca, y luego la otra, le mordisqueé la punta del glande, le lamí la verga entera de arriba abajo y volví a juguetear con sus testículos, hasta que Adán no pudo más y me avisó de su inminente eyaculación, yo rápidamente me introduje su pene en la boca, quería toda su leche; cuando estaba en el clímax total me metí todo su miembro hasta donde sentí que me ahogaba, se lo chupé hasta que me descargó toda su cálida leche en mi garganta. La llegada fue bestial, era tal la cantidad de semen que salía de su verga que me costaba trabajo tragarlo todo, era riquísimo y no quería dejar ni una gota así que seguí chupando hasta que se la dejé bien limpia, me encantó el sabor de su pene, de su semen, un sabor agridulce un poco más salado que dulce, pero definitivamente exquisito, fue algo maravilloso.
- Yo divertida, le dije, poniendo cara de pícara: ¿esto aclara tus dudas y satisface tu curiosidad?
- Siiiiiiiiii, totalmente satisfecho, me dijo exhausto.
- Bien, mañana, ya eran como la una de la madrugada, hoy sábado, corregí, será otro día, duerme y descansa.
- Gracias, y con un suspiro, dijo: gracias Tía.
- Bueno a prepararse para mañana saldremos juntos, le dije.
- Sí, temprano tengo que ir a la embajada a dejar unos documentos y desocupándome regreso para irnos, dijo emocionado.
- Ok, mientras yo hago un poco de limpieza, y te espero a que regreses. Así que vamos a dormir y al rato ya se verá.
Dándole un beso lo dejé cavilando por lo que acaba de vivir, otra vez me costó trabajo conciliar el sueño, pero ahora era por su enorme verga, mi culito la pedía a gritos y pensando en eso me quedé dormida.
Cuando desperté en la mañana, inmediatamente pensé en mi querido sobrino, hice un poco de limpieza del piso y la cocina, ingrese a la ducha e hice el aseo de mi cuerpo tanto exteriormente como interiormente, estuve en la ducha acariciando mi cuerpo, tomaba mis senos, mis caderas, mis glúteos, realmente empecé, otra vez a ponerme cachonda, una vez concluida la ducha y limpieza, depile el poco vello que me sale en todo mi cuerpo, me embadurne de crema humectante, me puse agua de colonia con un perfume con olor a lavanda bastante rico, totalmente desnuda procedí a escoger que ropita me pondría para despertar y satisfacer los sentidos sexuales de mi sobrino. Siempre y sobre todo me gusta la lencería negra, pero ese día me propuse cambiar de color, busqué y encontré un juego de lencería completo de color morado y negro, verdaderamente un bello combinado, se trataba de una prenda entera, que en la parte superior, confeccionada con tela elástica, morada y transparente que cubría mis senos, luego apretaba mi barriguita y mi cintura, la parte de abajo de color negro, suple a las pantaletas y ajusta mi trasero, pero deja ver mis glúteos lo que me hace más provocativa, además, cuelgan los prendedores para sujetar las medias, la verdad es que me encanta esa prenda, ya que entorna mi cuerpo en la cintura, levanta mis senos así como mis nalgas, escogí unas medias de red de color negro, unos tacones morados abiertos, que dejan ver mis uñas de los pies y un vestido morado, que me ajusta en la parte de arriba y tiene una caída en “A”, con un escote que deja ver la parte de arriba de mis senos y que llega arriba de la rodilla, busque una peluca lacia, corte francés, de color negro. Así desnuda como estaba, pase a maquillarme, utilicé un tónico para limpiar perfectamente mi cara, cerrando mis poros para que la base fluya mejor, utilice una del color de mi piel, morena clara, esparciéndola con un pincel delgado por mi nariz, las comisuras de mis labios y el resto de mi cara, además, del cuello, excepto en el contorno de mis ojos, apliqué un corrector, más claro que la base, en mis ojeras, debajo de la nariz para tapar el residuo de mi escaso bigote, mi manzana de adán y mis patillas, en las partes brillosas aplique un polvo translúcido, me puse polvos bronceadores solo en los contornos de la cara y debajo del pómulo; coloqué sombras de tono morado en los ojos y un rímel que da cuerpo y alarga las pestañas de color negro. Mis labios los pinté con un labial morado oscuro y mis mejillas con un rubor rojo. Después procedí a pintarme, tanto las uñas de las manos como las de los pies, también con un color morado no muy oscuro, tuve que esperar hasta que mis uñas estuvieron secas, por lo que me recosté pensando en Adán, una vez secas, me levanté y procedí a vestirme, primero me puse el body, que ajustando mis senos y nalgas, deslicé mis medias por mis piernas y las abroche a los tirantes, me puse el vestido y las zapatillas, peiné las peluca me puse una malla de seda para detener mi pelo y procedí a colocar la peluca, una vez vestida con los tacones y la peluca, me veía al espejo, realmente mi cuerpo es bastante esbelto y mis curvas se pronunciaban, estuve caminando en mi recámara para acostumbrarme a los tacos y de rato en rato iba al espejo a observar mi figura femenina; ya por último retoque mis ojos con el rímel para alargar mis pestañas, mis labios y pómulos, finalmente me puse un collar de piedritas negras y moradas que terminaba con un dije en forma de corazón y caía exactamente en la línea que conforman mis senos, con aretes y una pulsera a juego, con lo que di el toque final a mi indumentaria. Al verme en el espejo me sentía la hembra más feliz del mundo por lo que había logrado con mi cuerpo, incluso mi clítoris se veía muy lindo, debo decir que tengo un micro pene, por llamarlo así, solo alcanza los 2 cm., cuando se llega a erectar, y todo es natural, sin ningún tipo de tratamiento ni nada. Bueno solo las hormonas, jijiji. Como pasa el tiempo, desde que se fue Adán, hasta que me vi completamente lista, pasaron casi nueve horas. Adán llegaría en cualquier momento, seguí caminando con los tacones para mejorar mi andar con ellos, en eso estaba cuando Adán me llamo y luego tocó mi puerta, me puse nerviosísima, y solo dije: adelante, me encontró parada frente al espejo que es de cuerpo completo, por lo que me podía ver por detrás y por delante, completa.
- Su sorpresa lo dejó con la boca abierta y me dijo: vamos tía es hora de irnos, estas increíble.
- Adán, no me digas tía, llámame Sallette. Ese es mi nombre de niña, le contesté, además, si ya estamos en este pormenor, deja el “tía” en paz y dime Sallette.
- Ok Sallette, mejor Sal, tu nombre original.
Nos dirigimos a su auto, galantemente me abrió la puerta y al subir mi vestido subió hasta media pierna, lo cual él noto y abiertamente solo esbozó un: “guauuuu”.
Durante el camino platicamos de diversas cosas intrascendentes, encontramos muchos puntos interés mutuo en cuanto a música, literatura y artes en general, nuestros gustos artísticos son muy similares, nos gusta el jazz, el rock y la música clásica, la lectura y la pintura: discretamente indagué sobre su situación familiar y si tenía o había en su pasado algún enredo romántico con alguien en el trabajo o fuera de él.
Una vez que llegamos ingresemos al antro, era un local bastante elegante donde había gente de todo tipo, en su mayoría homosexuales, y por ser sábado, estaba bastante concurrido, tomamos una mesa pidiendo una botella de ron con hielo y refrescos; brindamos por nuestro encuentro y seguimos nuestra conversación. Abandonado por su esposa, se quedó solo. De relaciones dentro del trabajo no había nadie y en cuanto a vicios, no fuma, si acaso, de vez en cuando se toma algunas copas pero sin llegar a embriagarse, según él. Por lo que lleve la conversación para saber si estaba necesitado de compañía en el aspecto sexual.
- Lo sexual es algo que siempre está presente, me contestó. Por lo tanto siempre es necesario tener una satisfacción, al menos es lo que yo siento, me dijo.
- En ese sentido coincido contigo, dije yo correspondiendo la respuesta.
- Me da gusto que tú seas así, eres una mujer bella y me has sorprendido en demasía.
- Bueno, esto es algo inusual, yo soy muy discreta y nadie sabía de esto, hasta hoy que tú lo has descubierto.
- Vaya descubrimiento que he hecho, no sabes lo bien que me siento por haberte visto, me dejas sorprendido, así voy a venir más seguido.
- Pues ya sabes dónde llegar, yo espero que solo tú y yo sepamos esto y no salga de entre los dos.
- Tenlo por segura, tía bonita, dijo bromeando.
- Bueno, yo soy travesti de closet, después de varios vasos de ron
- Yo, me dijo: soy casado pero me separé, por hablar con fluidez español realizaba viajes a esta ciudad por cuestiones de trabajo; y ya me venía haciendo una idea desde el momento en que te ví, sospeché algo de tus tendencias, aunque no tenía idea de esto; lo que confirmé al darme una respuesta positiva a tus gustos.
- ¿Bailamos Sal?, me propuso.
- Yo me ruborice un poco, negándome.
- Mira, me dijo, observa a nuestro alrededor,
- Pude verificar que había gente bailando entre hombres, hombre y mujer y otras entre mujeres, por lo que accedí a la invitación moviendo en forma aprobatoria la cabeza.
Fuimos a un lugar un poco discreto la música era tranquila, pop de los 60’s y 70’s, que es la que le gusta a él, a mí me gusta además, el rock de esa misma época; él puso sus manos en mi cintura y yo coloque mis manos alrededor de su cuello y bailamos un poco apretados, seguimos bebiendo, bailando, cachondeándonos, yo ya me encontraba totalmente desinhibida y me movía con más soltura, él también fue tomando mayor confianza, ya que sus manos acariciaban mis caderas y mis nalgas, cada vez con más descaro, de la misma manera yo me abrazaba de su cuello, hasta que en un momento dado se cruzaron nuestras miradas y como si fuera algo natural o por simple atracción mutua nos dimos un beso inicialmente chocaron nuestros labios, para luego cruzar nuestras lenguas llegando a darnos unos besos bastante lujuriosos, el ron estaba haciendo de las suyas en nosotros, así fue pasando la noche entre baile, abrazos, caricias, besos y más tragos, me dijo: la noche recién empieza, y cuánta razón tenía, nosotros continuamos con nuestro idilio incestuoso, aprovechando el baile subía mi vestido y acariciaba mis caderas, cosa que le permitió, primero una mano y luego las dos, dirigirlas hacia mi trasero, pudo sentir los tirantes que detienen las medias y el body de lencería que me puse y sentir mis redondos glúteos, lo que le deleitó sobre manera, apretando mi trasero me dijo: al oído, mordisqueando mi lóbulo, esta es mi noche de suerte, y por nada del mundo quiero que termine, yo pensé lo mismo: bajé mi mano para acariciar sus partes y me encontré con su verga parada, pensar que podía ser penetrada por semejante instrumento, aprecié que mis caricias le gustaban mucho, nos mantuvimos bailando y metiéndonos mano uno a la otra, él me metía mano por debajo de mi vestido disfrutando mis partes íntimas pero lo que más le gustaba en ese momento, era masajear mis nalgas, sobar mis pechos y besarme, Volvimos a nuestra mesa, y nos besábamos como verdaderos enamorados, dijimos que sería el último baile. La música llego de nuevo y nos paramos a bailar, Everyday With You Girl, una canción de los IV Classics; me toma de las nalgas apretándome hacía él, después de un beso exquisito, me hizo dar la vuelta, me tomo por atrás, colocándose detrás de mí, sentí su hermosa verga en mi culito que pedía escandalosamente que me penetrara, me abraza por detrás, toma mis senos y aprieta mi cuerpo al suyo, toma mi mentón y lleva mi cabeza hacia atrás, estuvimos bailando y besándonos en esa posición, sintiendo su verga por encima de nuestra ropa, tallándonos, sube mi vestido y mis nalgas quedan al aire, hace a un lado el body, y toma mis nalgas con una mano, con la otra la lleva a mi boca y hace que le chupe los dedos y una vez mojados trata de meter un dedo en mi culito, dos, tres, me ruedo a su cuerpo, desabrochando el cinturón, bajo el cierre de su pantalón; y saco su hermosa verga bien dura y parada, yo me agacho y me pongo de rodillas y empiezo a oler ese sabor a hombre, lamo su verga con mi lengua desde los testículos hasta la punta, para luego meterme su glande y chuparlo, sorbiendo para que me dé su leche, mi excitación ha llegado a lo máximo, en eso como si estuviera leyendo mi mente, me dice es hora de irnos a casa y fuimos a la mesa. Recompusimos la ropa y nos fuimos a sentar.
Pasamos una velada deliciosa donde nos compenetramos mutuamente en lo intelectual, intereses, gustos, aficiones y sobre todo que yo soy una travesti pasiva y él un hombre activo, con necesidades de sexo y coincidimos en que no es lo mismo disfrutar ocasionalmente de una sesión de sexo a tener junto a una pareja a quien atender, a quien confiar tus secretos más íntimos, y claro, con quien desfogar los ímpetus del apetito sexual. Adán me tomo de las manos y acercando su boca a la mía me dio un beso que desquició mis sentidos, no sé cuánto tiempo nos mantuvimos pero cuando se separó, ya sabíamos que seguía en nuestro día juntos. Pidió la cuenta, se paró, fue detrás de mi silla y galantemente la movió para que me pudiera levantar, una vez de pie me abrazo por la espalda volteando mi cabeza nos besamos ardientemente. Salimos abrazados y caminando llegamos con el valet, me ayudo a subir al auto y partimos de regreso a casa, Adán tenía su mano sobre mis piernas y me acariciaba, yo me acerque a él, puse mi cabeza en su hombro y le acariciaba su verga.
Sin decir palabras. Llegamos a casa y subimos a mi piso, ahí él tomo la iniciativa y sus caricias se hicieron más atrevidas, yo lo seguía tímidamente, solo se lo apretaba y aflojaba, por encima del pantalón, pues estaba esperando que me pidiera otra cosa, Adán no se iba a conformar con esas tímidas caricias pues en unos instantes se quitó el pantalón y la camisa sin dejar de besarme, de chupar mi lengua, la cual aprisionaba en su boca y le daba ligeros mordiscos. Yo seguí tocando su verga por encima del slip, ya se notaba grande y gruesa, cada vez más dura y caliente. Me levantó y me acercó a la cama, dejé que él llevara la iniciativa. Sus manos, tornándose más atrevidas, ya me estaban acariciando los senos y recorriendo mis muslos acercándose a mí entrepierna. Mantenía, entorno a su cuello, uno de mis brazos y con el otro en su paquete, que ya estaba completamente erecto. Le baje el calzón y su verga emergió brillante, dura y caliente, dejando ver sus venas llenas de sangre, una hermosa pieza de mi colección, me separó un poco y me tomó de los hombros, me quito el body, quedando solo con las medias de red y mis zapatillas, mirándome a los ojos con una lujuria que me encendió, fue fácil entender su deseo, descendí hasta su parte y con mi libidinosa lengua lamí su ombligo y fui bajando hasta su pubis, donde me extasié besándolo. Tomándome de los cabellos me colocó directamente frente a su falo que ya se encontraba en una erección fenomenal y empujando su pelvis, lo acercó a mí boca, de tal manera que no pude rehusar la invitación. Abrí mis golosos labios y admití su grueso pene entre ellos, fui devorando la totalidad de ese pene hasta sentir que me ahogaba, lo chupé y lo lamí para lubricarlo hasta que lo creí conveniente, la saqué y él me la metió como si de una vagina se tratara empezó a metérmela y sacármela, hasta que sintió que llegaba. La sacó de mi boca y me acercó al tocador y frente al espejo, me empinó y me lamió el culo, cuando estuvo ya bien lubricado con su saliva empezó a meterme un dedo y luego otro, así hasta tres cuando consideró que mi agujero estaba ya preparado, entonces se recostó sobre mí, acercó su enorme polla a la entrada de mi culo y me la fue introduciendo poco a poco, era un dolor espantoso por lo gorda y grande de su verga, realmente doloroso pero agradable.
– Para me duele mucho, le dije.
– Tranquila, que ya casi está, tú tranquila y confía en mí que ya verás cómo te gusta. Me contestó.
Y era verdad conforme iba entrando el dolor se iba convirtiendo en un gran placer, algo inexplicable, tener una verga gorda de 28 cms. era maravilloso, por fin ingreso toda entera, oh, Dios mío, jamás había sentido un dolor tan encantador y sorprendente como el que estaba sintiendo en ese momento, yo no podía parar de gritar y gemir, realmente estaba gozando y quería más.
Los movimientos de Adán eran cada vez más rápidos y enérgicos, estuvimos así unos 30 minutos, fue una de las cogidas más ricas de mi vida, hasta que ninguno de los dos pudo más, y nos corrimos, fue maravilloso sentir ese golpe de semen dentro de mí, recorriendo mi conducto, inundando mis entrañas, mi sobrino me la sacó del culo, se puso de pie con su verga roja y con restos de semen en frente de mi cara y yo sin que me lo pidiera, lo cual yo hice descaradamente, se la limpié entonces dijo: te voy a coger de nuevo. Me subió a la cama y me acomodó como perrita, moviendo mi culito. Ya en la cama me besó y me dijo que me preparara, así lo hice y antes de darme cuenta ya la tenía otra vez en el culo, era increíble, mi sobrino era realmente insaciable, con él ahí dándome por detrás me sentía como una auténtica ramera, su perra, era estupendo, Adán siguió dándome hasta que estuvo a punto de vaciarse en mi culito, se puso de pie y yo cambié de posición, me acosté y subí mis piernas en sus hombros, mi colita quedó ante su enorme miembro esperando ansioso mi segunda ración de leche caliente, él apuntó y me penetró de un solo golpe hasta que sus testículos chocaron con mis nalgas, la metió y la sacó primero lento, después aumentó la velocidad haciendo que yo gimiera y gritara de placer, después de pasar otra media hora o más y estar metiendo y sacando su enorme verga de mi culito, de su pene salió un enorme chorro de semen que se unió a mis jugos anales y juntos fueron a parar hasta el fondo de mis entrañas, re-llenando todo mi ducto, su segunda lechada en mi culito, por lo que algunos hilos de semen se deslizaban entre mis nalgas, resbalando por mis piernas, se acercó y me dio un beso exquisito, se dejó caer sobre mi sin sacar su verga y así, plácidamente, nos quedamos dormidos. Esa noche, con su verga adentro, tuve como diez orgasmos, que juntos formaron el mejor orgasmo de toda mi vida, ambos quedamos extenuados.
Eran como las tres de la tarde y me despertó el hambre y los calambres en mis piernas que quedaron abiertas con mi sobrino encima, con un movimiento su pene se deslizo fuera de mi culito, tratando de no despertarlo lo hice a un lado, él solo gimió y siguió dormido, abandoné la cama, me quite las zapatillas y las medias de red, me puse una batita corta casi transparente que no dejaba nada a la imaginación y así bajé a la cocina. Hice unos huevos revueltos, café y subí con el desayuno a mi recámara, encontré de lado y totalmente desnudo con su verga semi-erecta, puse la bandeja del desayuno en la cama, me senté y comencé a darle una mamada hasta que su pene se encontraba duro y erecto, tome un trago de café y seguí mamando, Adán despertó, y estirándose metió su verga hasta mi garganta, la sacó suavemente y así siguió dándome su verga en mi boca. Nos separamos y tomamos el desayuno que había preparado.
- Tía Sal tengo que agradecerte todo lo que has hecho por mí, me dijo
- No hay nada que agradecer, contesté, al contrario.
- Es el fin de semana más interesante y placentero que he tenido, me dijo, fantástico e increíble, no tendré otro igual.
- Puedes tenerlo cuando quieras, por segunda vez.
- Pues quiero seguir con esta historia, dijo, así que toma tu complemento alimenticio.
- Vaya que me has alimentado bien, tu pene es riquísimo, dame mi vitamina, dije riendo y tomando su verga con mis manos. Esta lechita me encanta, metiendo su pene en mi boca, chupándole su cabecita.
- Sigue, me encantas Tía Sal.
Él quedó acostado frente a mí, por lo que empecé a lamer su verga, que seguía creciendo y poniéndose dura, yo pensaba en subirme a ese garrote, pero no, solo me lancé con mi boca abierta hacia tremenda verga, hice un esfuerzo para métela toda y no pude, hice dos esfuerzos más y solo hasta la mitad, seguí mamando, le chupé las bolas ricas que tenía.
- Él decía, sabes mamar muy bien Tía Sal.
- Gracias, ¿quién no se inspira con tan frondosa y divina verga?”
Volví a meterme su verga en mi boca, él gemía de placer, yo sabía que con la boca me iba a llevar mucho tiempo para que acabara, pero no importaba su verga esta deliciosa y yo la disfrutaba con cada mamada que le daba, además, los gemidos de Adán, me indicaban que a él también le encantaba: mi calentura deseaba paladear su semen, así que me concentré en su pene y tuve que usar mis dos manos masturbándolo junto con mi boca hasta que él empezó a agitarse, yo más fuerte movía mis manos y mi boca se ocupaba de su glande.
- Aaaaaaah, gritó, ahí viene, tía, tíaaaa, ya sale, ¡que rica mamada! Toma, toma tu medicina, ya viene, aaaagggg.
Empuñando su verga la separé de mi boca, quedando abierta y saqué mí lengua dispuesta a recibir su leche, la que llegó directo a mi garganta, un segundo chorro no atino a mi boca cayendo en parte de mi cara, un tercero cayó en mi boca, volví a chupar su verga y ahí termino de sacar todo ese néctar delicioso, disfrutándolo con gran placer, su sabor dulzón y su consistencia viscosa, se pegaba en mi lengua, en mi paladar, dejando un sabor de boca exquisito, su pene se fue poniendo flácido, yo la meti completa en mi boca hasta que pego con mi garganta. De esta manera nos volvimos a quedar dormidos.
Desperté como a las 7 de la noche, todavía con su pene flácido en mi boca, por lo que me avoqué a lamerlo y chuparlo hasta que fue respondiendo poco a poco,
Tomo su pene con una mano masturbándolo lentamente y con la otra masajeo sus genitales y con mi lengua inicio un recorrido por todo su cuerpo, hasta llegar a sus pezones, los lamo hasta que se le ponen duros; luego, nos movemos, él quedó sentado en la orilla de la cama y yo, acostada a lo largo con mi cabeza entre sus piernas, le miro y tomo su pene con una mano, me mira a los ojos y comienzo a darle otra mamada, mis nalgas quedan a su disposición y empieza a jugar con su dedo en mi hoyito, encaja dos dedos en él, yo sigo mamando su verga, me detengo porque Adán me toma del pelo y acerca su boca a la mía, fundiéndonos en un beso, le como la boca, nuestras lenguas se entrelazan durante mucho tiempo, empiezo a bajar por su cuello lamiéndolo todo, su cuello, sus orejas hasta llegar a sus pezones los que chupo y mordisqueo hasta hacerle gemir de placer mientras que con sus dedos me masturba suavemente mi clítoris. Al cabo de un momento, él se pone de frente a mí culito, me abre las nalgas para admirar mi bello hoyito, totalmente abierto, rosadito y ansioso de ser acariciado, Adán acerca su cara a mi trasero, aspira el olor a semen de mis nalgas, residuos de las cogidas anteriores, comienza a lamer, pasa su lengua por ellas hasta llegar a mi rajita y la recorre muchas veces hasta que su lengua penetra mi hoyito, siento como mete su lengua llenándolo de saliva, trata de meterla lo más profundo que puede, saca su lengua e introduce un dedo, bien lubricado sentí tan rico que di un pequeño gritito, lo saca y vuelve pero ahora con dos dedos, me muerde las nalgas, sin sacar los dedos e intenta meter un tercero, yo estoy loquita de placer pidiendo ser penetrada, sus dedos entran y salen, mientras yo estoy gritando del goce que me causan.
Mis gritos le ponen dura su verga, entonces el me acuesta en la cama, de lado, en la pose de cucharita, yo agarro su verga con mi mano y lo coloco en mi entrada a la cueva del placer, y ahí me penetra, despacio, lento, para que su entrada no me lastime, solo metió su glande, mi culo se humedece del placer que me causa esa cabeza grande, dura, hermosa y suave, penetrando y sacando, como a mí me encanta, con este movimiento acompasado y rítmico, como el baile en el antro, él voltea mi cara para fundirnos en un beso, un hermoso beso, nuestras lenguas se ataron, nuestras salivas se conjuntaron, su lengua penetraba mi boca y la mía la suya, así estuvimos dejando que mi anito, se llenara de jugos y de su verga, besó mi cuello, mientras, poco a poco aumenta el ritmo, entrando y saliendo de mi cada vez más rápido, cada vez con más pasión, mis gemidos, gritos y suspiros son constates y muy fuertes.
En ese ir y venir de su enorme verga dentro de mí, empiezo a contraer mi esfínter, apretándola, con lo que le arranque gritos de placer que se unieron a los míos, hasta que terminamos juntos, él, llenando mi culito con su leche tibia, que se deslizó hasta el fondo de mis entrañas y yo mojando las sábanas con mi pequeño clítoris, al mismo tiempo que escurría su mi líquido anal empapando su verga dentro de mi culo, uniéndose a su esperma. Un orgasmo de excelente calidad.
Sacó su pene de mi vagina-culo, dejándolo abierto y chorreando de semen, yo me lanzo sobre su verga para mamarla y dejarla bien limpia, mi excitación no ha bajado, por lo que sigo chupando hasta que ese mástil vuelve a ponerse duro y grande para mí, listo para otra batalla de sexo, amor filial y lujuria; lo acuesto y lo monto, introduciéndose nuevamente su pene hasta que sus bolas tocan mis nalgas, esta de frente a mí, toma mis nalgas y las abre para meter su verga hasta el fondo, yo me acuesto sobre él y nuestras lenguas se vuelven a juntar, salto sobre su pene cada vez más rápido durante los más deliciosos quince minutos hasta que me tiene a punto, yo grito, Adán termina entre gritos, besos y gemidos, retorciendo mis senos y pezones con sus manos crispadas por el placer de eyacular en mi culo, volviendo a llenar el tanque de leche que enciende mi motor sexual, me desmonto y me vuelvo a meter su pene en mi boca mientras acaricio sus bolas, limpiando esa verga hermosa, una vez limpia, me acuesto a su lado mientras sigo acariciando suavemente su pene y él hace lo mismo con mis senos, me abraza y besa con ternura, como dos enamorados, así estuvimos hasta que nos quedamos dormidos.
El lunes a las 8:00, me despierta con un beso y una rosa, ya estaba vestido y con sus maletas listas:
- Tía Sal, eres lo máximo, siempre serás mi recuerdo más bonito y cuando venga aquí estaré listo para ti.
- Cariño eres muy bueno, me dejas fascinada y a lo mejor voy a EEUU, para verte, siempre estarás en mi corazón.
- Bueno me voy, me dijo, al tiempo de darme un beso largo y lujurioso.
- Que tengas buen viaje, saludos a mi hermana-suegra, jijiji, le dije al separarnos.
Él partió llevándose varios de los orgasmos más ricos de mi vida. Días después, recibí un mensaje de mi hermana dándome las gracias por haber lograda regresarle la estabilidad emocional a mi querido sobrino.
Espero que les haya gustado y perdón si tengo faltas de redacción y ortografía, omití algunas cosas para pasar a otras, si no, este relato de por si largo se haría de mayor tamaño. Me gusta tener amig@s con quien platicar, podemos charlar en el foro de travestis. Besos.
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