Una y otro.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola nuevamente, mi nombre es Dan, soy venezolano del centro del país, este relato que les contaré es de cuando tenía, 14 años.
A esa edad todos los muchachos y muchachas estábamos experimentando sobre el amor y todo lo que involucraba, nos pajeábamos frecuentemente, como dice un dicho acá en nuestro país “Cualquier hueco es trinchera”, quien nos permitiera meterle nuestro pene ese era nuestra trinchera por algún tiempo.
Cuando me toca a mí tener novia, la visitaba todas las noches ya que éramos vecinos, mi novia se llamaba Iris y tenía solo un hermanito menor, ella tenía 13 años y su hermanito 9 años.
Como es común nos sentábamos fuera de su casa y sus padres mandaban al niño para que vigilara y no permitiera que pasara nada, cuando el niño se descuidaba le daba besos a Iris y algunas veces lograba meter una mano en los senos, esto era todo el tiempo que yo los visitaba.
Cuando llegaba a casa por el calor de los besos mi verga siempre la tenía dura e inundada de líquido preseminal y terminaba haciéndome una paja en nombre de mi novia.
Un día los padres de mi novia me invitaron a la playa, ya estando allí mi novia y yo nos fuimos a bañar y cuando sus padres no nos veían, nosotros nos abrazábamos y nos besábamos, lógicamente mi verga hacía una carpa en short, mi novia lo sentía y se pegaba más de mí.
Estando abrasados nos percatamos que mi cuñadito se acercaba a nosotros, pero como estábamos en una parte profunda para su tamaño, el niño comenzó a llamarnos para que lo buscáramos, mi novia me pidió que lo cargara y no me quedó de otra.
Ya con el encima no era fácil hacer nada con mi novia, en ciertos momentos cuando la marea bajaba él podía mantenerse en pie, pero cuando subía la marea se colgaba de mi cuello y yo lo agarraba por debajo de sus nalgas para que no se resbalara, ya mi novia no quería bañarse más y me dijo para salirnos y el niño me pidió que nos quedáramos un ratico más, entonces mi novia me pidió que me quedara acompañando a su hermanito, el chico se agarraba fuerte de mi cuello cuando las olas llegaban y yo lo sujetaba por debajo de sus nalgas para que no se me resbalara, de vez en cuando sin querer mis manos llegaban a estar completamente en sus nalguitas redondas pero sin ninguna intensión, al pasar un rato comencé a sentir que el chico tenía su penecito parado y yo podía sentirlo en mi estómago y me picó el gusano de la malicia, entonces me fui alejando más hacia el fondo donde ya el no alcanzaba el fondo de la playa, el seguía agarrado de mi cuello y su penecito frotando en mi estómago, en un momento en que las olas se hicieron más fuerte, tomé sus nalgas con ambas manos y las apreté, él me miró y se hecho a reír y se agarraba más a mi cuello, allí capté que aquel infante le estaba gustando lo que hacía con sus nalgas y de inmediato se me paró la verga, cuando bajaba la marea mi verga daba con su penecito y el niño me miraba y se reía, como estábamos cubiertos con el agua hasta mi cuello, le metí la mano por dentro de su short y acaricié su abultadas nalguitas, él solo se abrazaba a mi cuello y apretaba cuando sentía mi mano sobando sus nalgas.
Ya con mucha excitación, busqué con mi dedo entre su rajita y llegué a su huequito, volví a sentir apretar mi cuello, lo estuve sobando, tanteando ese agujero con mi dedo, pero me quedé tranquilo porque no sabía que podía pensar el niño, seguro era negativo ya que su penecito estaba a millón y su apretones de mi cuello eran señal de aceptación, pude notar que mi novia nos hacía señas desde la orilla indicando que nos íbamos, mandé al niño delante y me quedé esperando a que mi calentura cesara.
Ese día fui a su casa en la noche y fue el mismo guion, al niño lo mandaban a cuidar que no hiciéramos nada.
El día siguiente fui a casa de mi novia porque su hermanito vino a buscarme indicándome que su hermana me llamaba, al llegar a la casa me percaté que ni su hermana ni sus padres estaban, le pregunté que le pasaba y me dijo mi mamá me dijo antes de salir que cuando me levantara de la cama te llamara para que me acompañaras porque ellos salieron con mi hermana y regresan pronto.
No puse ningún reparo y como en su casa tenían tv en el cuarto que compartía con su hermana, me acosté a ver tv, al rato él me dice que está aburrido y que mejor jugáramos algo que nos divirtiera, entonces me propuso jugar al policía y ladrón, de inmediato dijo –soy el ladrón, tú me agarras y me metes preso-, él corría por toda su casa y cuando logré agarrarlo lo tumbé en la cama y me monté sobre él, ya mi pene estaba a millón, el solo recordar lo de la playa me traía de cabeza, cuando sintió mi pene duro, se quedó tranquilo y comenzó a mover su cadera, eso fue la gota de desbordó el vaso, me senté encima de sus piernas y le bajé su short y me quedé mirando lo blanca y redonda que eran aquellas nalguitas, les pasaba la mano, le abría la raja, pasaba mi dedo y el chico solo se retorcía, saqué mi pene que no era tan grande en ese entonces, era normal para mi edad, ya estaba inundado de líquido preseminal, lo agarraba con mi dedo y le pasaba el dedo en su hueco, también escupía y seguía pasando mi dedo, ya eufórico me acosté encima de él y poniendo mi pene en su entrada
Deje cerrar sus nalgas, sentía que tenía ese culito muy caliente, no me apresuré en penetrar para no hacerle daño, cada vez que mi pene latía, dejaba salir gran cantidad de líquido y se lubricaba más su entrada, hice presión un poquito y como lo tenía tomado de las manos, cuando el sentía algún mal estar apretaba mis manos, así estuve montado sobre él haciendo movimientos para que entrara mi pene en aquel hueco calientico, cuando logré meter la cabeza, él me dijo en voz baja, me duele pero me gusta y yo le decía no me voy a mover hasta que tú quieras, mi pene seguía latiendo y drenando líquido, lo saque un poquito para que lubricara aún más y logré esta vez meterlo suave y sin que él sintiera más dolor, volví a empujar y sentí cuando entró completo y él volvió a apretar sus manos en las mías, cuando se lo quise sacar, me pidió que no, estuve tranquilo otro rato hasta que su esfínter se acostumbró al invasor y cuando él comenzó a mover su cintura, fue mi señal para que me pudiera comer aquel hermoso culo, comencé un mete y saca primero pausado y cuando ya sentía que estaba por llegar apresuré mis movimientos, aún puedo recordar la sensación que sentía cuando tenía mi verga dentro de aquel culito, cuando apretaba sus nalgas abrazaban mi miembro, entonces estallé dentro de aquel culito, no supe cuántos chorros de mi esperma deposité dentro de mi cuñadito pero aquello fue lo máximo, creía que después que llegué se me bajaría la calentura, pero no fue así, le saque el pene y lo llevé al baño para limpiarlo, le lavé su culo después de hacerlo botar todo el semen, pude ver pupú y un pequeño hilito de sangre, aunque mi pene salió limpio de su culo.
Como no se me bajaba, le pedi que, se sentara sobre mi pene nuevamente, él acepto, yo me senté en un banco pequeño que estaba en el baño, puse saliva en la cabeza de mi pene y él se dejó caer poco a poco ya que le ardía mu agujero, como era delgado y más pequeño era fácil levantarlo y dejarlo caer por mis mano, al ratico volví a descargar otros chorros de leche dentro del niño, lo abracé y permanecí así hasta que mi pene se puso flácido y se salió de su culo por su cuenta, lo volví a lavar y le hice prometer no decir nada, a la hora de estar ya en la sala de su casa llegaron sus papas y mi novia, la mamá me dio las gracias por cuidar a su niño y yo contento por aquello.
Después de ese día, cuando estaba muy caliente por los besos de mi novia, buscaba a su hermanito para jugar al policía y el ladrón.
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