Urbano, el hombre que me desvirgo.
Urbano, fue el hombre que me desvirgó, así era como se llamaba el hombre que me penetró por primera vez, a él fue al primero que me entregué, fue el primero que me poseyó y me hizo completamente suyo. Urbano fue el primero en dejar en lo más profundo de mis entrañas su semilla, él fue el primero .
Urbano, fue el hombre que me desvirgó, así era como se llamaba el hombre que me penetró por primera vez, a él fue al primero que me entregué, fue el primero que me poseyó y me hizo completamente suyo. Urbano fue el primero en dejar en lo más profundo de mis entrañas su semilla, él fue el primero en preñarme después de desvirgarme follándome a pelo.
Este relato completamente verídico, ya lo escribí en su día publicándolo bajo el título, “El día que me desvirgaron”.
Cuando me dieron por el culo por primera vez, desvirgándome, contaba yo en ese entonces con 21 años recién cumplidos; no recuerdo muy bien el día que fue, por eso tengo dudas de sí ya había cumplido los 21 años, o todavía contaba con 20, pues fue justo por esas fechas; pesaba de aquellas 58 kilos, medía 1,65, de pelo color negro, negro azabache. Estaba realizando el servicio militar en Zaragoza, estaba en la academia general militar.
Por supuesto que ya sabía de mis gustos sexuales, ya había tenido algún que otro encuentro homosexual, desde los 13 años que fue cuando eyaculé por primera vez, tuve algunos encuentros, los primeros fueron con amigos de mi misma edad, uno de ellos, Ramón se llamaba, en una de las ocasiones en que nos fuimos a pajear como muchas veces hacíamos, le dije si probábamos a meternos la polla por el culo, cosa que él aceptó, así que una vez nos bajamos el pantalón y slip, primero fui yo el que intenté meterle la polla por el culo. Los 2 éramos unos completos inexpertos, así que luego de estar intentando meterle la polla por su agujerito y no ser capaz, le dije de que probara él, cosa que así hicimos. Luego de estar un rato peleando, mi esfínter empezó a ceder y su polla a empezar a entrar por mi agujero. Ya casi me había metido el glande, cuando sentí que tenía ganas de ir al baño, temiendo irme por la pata abajo, le dije que parara, cosa que hizo, le dije que la sacase y también me hizo caso. Nada más sacarla, aquella sensación de querer ir al baño se fue, así que, temiendo males mayores, en lugar de volver a intentarlo, lo que hicimos, fue seguir pajeándonos uno al otro.
Ese día si en lugar de pasarme aquello con mi amigo Ramón, llego a estar con alguien más experimentado o alguien mayor que nosotros, cuando le pedí que parara y que la sacara, en lugar de hacer lo que hicimos, estoy seguro de que no me hubiera hecho puñetero caso, en lugar de sacarla, me la hubiera terminado de meter por el culo, abriéndome desvirgado. Como eso no fue así, pues mi desvirgue, quedó en puertas.
Luego tuve varios encuentros con hombres mayores, pero ninguno me la metió por el culo, el primero de ellos, un viejo marinero, lo que le gustaba, era chuparme la polla y beberse mi corrida. Luego hubo al menos 2 más, uno de ellos le debí de dar pena, me debió ver demasiado jovencito y supongo que tendría miedo hacerme daño. Otro que fue un día que al salir de clase abusó mía, ese que intentó violarme, no tuvo paciencia, entre lo nervioso y tenso que yo estaba y seguramente las prisas y miedo de que alguien pudiera descubrirlo, no fue capaz a meterme la polla por el culo y terminó haciendo que yo le chupase la polla.
Después de este suceso que me pasó con el que intentó violarme, en las vacaciones de verano, estuve ayudando en una cafetería, Atalaya, se llamaba, estaba en los jardines de Méndez Núñez, pues estando allí trabajando, un día la dueña me dijo que sacase al perro, era un pastor alemán, solo tenía que ir acompañándolo, no hacía falta llevarlo sujeto por correa alguna, era para que el perro hiciera sus cositas y correteara un poco por el parque. Yo creo que más que acompañar yo al perro, era él a mí a quien acompañaba, pues estaba más pendiente él de mí, que yo de él. Pues mientras el perro olisqueaba e iba marcando allí donde le parecía, fue cuando me entraron ganas de orinar a mí, como allí al lado estaban los aseos públicos, mientras el perro olisqueaba y hacía sus cositas, yo entré en el aseo público, iba con la intención de orinar y salir rápidamente, pues estaba con el perro y no podía dejarlo mucho tiempo solo.
Entré en los aseos rápido, no quería estar mucho tiempo, pero… bufff, que sorpresa me llevé nada más entrar en los aseos, allí delante de los urinarios, estaba un hombre maduro, así al menos me lo pareció a mí, claro que a los 14 años que era lo que yo tenía de aquellas, un hombre de 30, ya nos parecían viejos. El caso es que aquel hombre, al escucharme entrar en los aseos, se dio la vuelta por completo, mirando hacia mí, Dios que impresionado me dejó aquella imagen, el fulano tenía la polla y huevos de fuera, la polla que estaba que reventaba de dura y empalmada, miraba para el techo erguida. Dios fue ver aquella polla y quedarme paralizado, el fulano se la acariciaba con la mano sin dejar de mirarme, era como si me estuviera invitando a que la cogiese con mi mano. Yo que me había quedado paralizado nada más verlo, no sabía que hacer, ver aquella enorme polla erguida a más no poder que miraba al techo, me excitaba, al momento ya me había puesto cachondo, él viejo esperaba a que me acercase a él, se sonreía a la vez que acariciaba con su mano todo lo largo de aquella tremenda y enorme polla que yo no podía dejar de mirar. Sin saber que hacer ni donde meterme, nervioso y excitado como me estaba empezando a poner, en un acto reflejo, me metí en el único retrete que había en aquellos aseos públicos.
Dios, cuando cerré la puerta, las manos y piernas me temblaban, temía que el viejo viniese hacia el retrete y intentara meterse conmigo, yo la verdad que en el fondo lo estaba deseando, pero no podía ser, tenía al perro fuera y tenía que salir de allí cuanto antes. Así que con un tembleque que cada vez era mayor, me puse a orinar, me costó trabajo, pues yo a cada paso me estaba poniendo más cachondo.
Cuando por fin pude conseguir orinar, volví hacia la puerta, todavía me temblaban las manos y piernas, abrí con cuidado y al salir, vi de nuevo al viejo que estaba igual que cuando había entrado en los aseos, Dios, deseaba acercarme y agarrar aquella enorme polla que el muy cabrón me mostraba exhibiéndola completamente erguida y tiesa mirando al techo. Vi como me sonreía a la vez que se acariciaba la polla a todo lo largo, pero sin perder más tiempo, salí de allí escopeteado, tenía que atender al perro y no podía perder más tiempo.
Nada más salir, totalmente excitado y muy pero que muy ruborizado, ya vi al perro delante de los aseos públicos, me estaba esperando. Así que me vio salir, ya se puso a caminar rumbo a la cafetería. La verdad es que más parecía que era el perro el que me acompañaba a mí, que yo a él.
Iba para la cafetería, y la imagen del viejo y aquella enorme polla, no se me iba de la cabeza, durante un buen rato, la cosa seguía igual, yo deseaba volver y encontrarme de nuevo con aquel viejo, pero me daba vergüenza, temía que se pudiera dar cuenta la dueña, pues mientras paseaba al perro, ella nos había estado vigilando, me había visto entrar en los aseos y aunque no me había dicho nada, a mí me daba muchísima vergüenza el que pudiera sospechar algo.
El caso es que, pasado un tiempo, me acordé de que tenía que ir a la librería donde tenía que reservar los libros para el siguiente curso, así que le pedí salir para poder ir a reservar los libros.
Ahora sí, ahora tenía intención de volver a pasar por los aseos públicos, deseaba volver a encontrarme con aquel viejo, ahora no escaparía, ahora iba con la intención de poder agarrar y acariciar aquella enorme polla que no se me iba de la cabeza. Cuando entré de nuevo a los aseos, entré como una exhalación, moría por abalanzarme sobre aquella polla, pero… allí ya no había nadie, los aseos estaban completamente desiertos, del viejo ya no había rastro, había pasado demasiado tiempo, así que mi gozo en un pozo, me había quedado con las ganas.
Durante los siguientes días e incluso meses, siempre que tenía oportunidad, pasaba por aquellos aseos, tenía la esperanza de volver a encontrarme a aquel viejo, desde que lo había visto, aquella imagen de él y de su enorme polla, no se me iba de la cabeza, incluso soñaba con él, soñaba que me acercaba, le acariciaba la polla y mientras él me acariciaba, me decía que abriera la boca y le chupara la polla, cosa que yo en mis sueños hacía. Soñaba incluso con que me metía en el retrete y mientras yo seguía aferrado a su enorme polla, el me quitaba la ropa y luego me la metía por el culo. Esos eran sueños que durante bastante tiempo me persiguieron, la verdad es que aún hoy en día, cada vez que paso por dichos aseos públicos, me viene la imagen del viejo, nunca lo pude olvidar.
Si ese día, no llego a estar a cuidado del perro, o cuando volví me llego a encontrar de nuevo con el viejo, estoy seguro de que aquel viejo me hubiera hecho suyo, me hubiera follado y desvirgado, pero… las cosas sucedieron de otra manera y solamente en mis sueños aquel viejo me hizo suyo.
Luego cuando yo ya contaba con 16 años, en una ocasión conocí al que en los relatos que escribí sobre él, yo le llamo portugués, pues no soy capaz de recordar su nombre, eso que con él nos vimos durante unos 12 años. Este es la persona que yo vi que tenía la polla más grande y gorda que jamás vi. Era como mi muñeca de ancha y larga como ella sola, más de 20 centímetros.
El día que lo conocí, yo intentaba ir a los jardines de Méndez Núñez, es una especie de parque jardín que hay en el centro de mi ciudad. Yo quería ir, pues sabía que ahí Cuando llegaba la noche era lugar de encuentros homosexuales, pero no me atrevía, me daba muchísima vergüenza. Estando, haciendo que esperaba el autobús para ver si cuando nadie viniese me atrevía a entrar en los jardines, fue cuando lo vi salir de ellos al portugués, igual que yo lo vi a él, él me vio a mí, vio mis intenciones y las dudas que yo tenía.
Como no fui capaz de entrar para los jardines, marché andando camino de mi casa. Ahí fue cuando él empezó a venir detrás mía. El caso es que al final luego de proponerme sexo, nos metimos en una casa abandonada. Bufff así que vi el pedazo de pollón que tenía, aquello era algo descomunal. Intentamos que me la metiese por el culo, pero aquello fue totalmente imposible. Ni ese día ni luego las otras veces que estuve con él, fue posible, eso que lo intentamos, sobre todo yo que era el que más insistía en que me penetrase.
Menos mal que no lo hizo, pues estoy seguro de que ese sí que me hubiera roto el culito, pero roto de verdad. Fue a los 5 años de habernos conocido cuando por fin en esa ocasión logré que me penetrase, ya me habían desvirgado en Zaragoza y ese día justo venía de dejarme follar por 2 viejos en los jardines donde nos conocimos, justo cuando cruzaba la calle acompañado por los 2 viejos que acababan de darme por el culo, nos encontramos y luego de beber algo con él, me llevó a la gestoría donde trabajaba y en esta ocasión si pudo penetrarme.
Este si no llega a tener esa descomunal polla, hubiera sido mi desvirgador, con él hice de todo, incluidos tríos.
Luego hubo varios más con los que estuve antes de ser desvirgado por Urbano, el que me desvirgó en Zaragoza, pero todos ellos eran gais pasivos, vamos que lo que querían era que yo les diese por el culo a ellos, cuando yo moría por que me penetrasen ellos a mi. Entre ellos, está mi jovencito vecino, el cual era unos años menor que yo, a él fue al primero que penetré y le preñé el culito. A él fue al primero que le tragué el semen, le gustaba que le chupara la polla y que lo dejase correrse en mi cara y boca. Con él fue con quien realicé mi primer 69, fue a propuesta de él, y por supuesto luego él llegó a penetrarme, pero prefería ser él penetrado y sobre todo lo que le gustaba era correrse en mi cara y boca.
El día que conocí a Urbano, mi desvirgador, había salido de paseo por Zaragoza, venía de estar en la zona pija, así le llamaban a la zona universitaria, había ido a beber unas copas, como no andaba muy boyante de dinero y pretendía ir a un pub que estaba de moda, radio Zaragoza, se llamaba, estaba en la avda. de la independencia, iba paseando sin muchas prisas, vamos que iba haciendo algo de tiempo, cuando me fijo en un hombre que me llamó mucho la atención, pues vestía un pantalón tejano de color rosa, aquello me llamó mucho la atención, pues a las claras anunciaba su condición sexual, por ese motivo fue el que me fijé en él, un hombre que andaría entre los 30 a 40 años, con aquel pantalón rosa tan llamativo, llamaba mucho la atención. Me pareció que venía siguiéndome, pues si yo me paraba en algún escaparate, él se hacía el remolón y quedaba atrás esperando a que yo volviese a andar. Aquello me puso un poco nervioso, pues se notaba muy a las claras que aquel hombre era homosexual y que viniese detrás mía, me daba algo de vergüenza. Poco a poco yo al ver que venía detrás mía, me fui poniendo caliente, me excitaba el que aquel hombre me viniese siguiendo, tratando de ligar, pues ya lo tenía muy claro que aquel hombre venía a por mí.
Estando parado en uno de los escaparates que había en la avda. de la independencia, fue cuando por fin se acercó a mí, empezando a entablar una conversación, no recuerdo como me entró, lo que sí se, es que al momento ya me soltó lo de mantener sexo, como yo no me negué, me quedé pensando en que hacer, no sabía si decirle que sí o que no, como ya empezaba a estar caliente, aunque no me gustaba que me viesen con una persona que a las claras se veía que era homosexual, pues el pantalón rosa que vestía era muy pero que muy llamativo, terminé por decirle que sí.
Ahí ya fue cuando me dijo de si yo tenía sitio a donde ir, por supuesto que yo no tenía, no iba a llevarlo al cuartel, así que le dije que no. Yo esperaba que él sí tuviese. Me dijo que él era de Barcelona, que había ido a pasar unos días a Zaragoza, pero que esa noche había quedado con unos amigos, yo en ese momento creí que me iba a proponer el que fuese con él y con sus amigos, estaba en esos pensamientos, cuando me propuso el quedar para el día siguiente, que al día siguiente sí tenía lugar para que pudiéramos estar los 2 juntos. Ahí ya se me desmoronó un poco la ilusión que estaba empezando a tener, sabía como era yo, sabía que, aunque quedase con él, al día siguiente lo más probable es que no acudiese a la cita, pues ahora que andaba caliente, iría sin dudarlo, incluso estaba dispuesto a que me llevase con sus amigos y me compartiese con ellos, vamos que yo estaba dispuesto en ese momento a todo, pero al día siguiente… Ya veríamos, lo caliente y excitado que estuviera.
Sabía que, si esa noche me pajeaba, al día siguiente yo no acudiría, eso lo tenía muy claro, el caso es que quedamos para el día siguiente, me dio en un papel sus datos, nombre y apellidos, su numero de teléfono, era el de su casa de Barcelona, la dirección de Barcelona por si iba por allí quedar con él algún día, pues le había dicho que solía ir cada 15 días a casa de mi hermana, que vivía en Barcelona. En el papel venía también donde estaba esos días en Zaragoza, al parecer estaba hospedado en el hotel Europa, el cual quedaba muy cerca de donde estábamos, pues era en esa misma avda. de la independencia y al lado del pub radio Zaragoza a donde yo pretendía ir cuando iba paseando.
Así quedamos ese día, yo muy caliente y excitado y con ganas de que por fin alguien me diese por el culo y me preñase bien preñado, tenía ganas de que me desvirgasen, deseaba ser desvirgado ya hacía tiempo.
Esa noche me fui para el cuartel y no me pajee, trataba de aguantarme, pues quería acudir a la cita, yo sabía que lo más probable es que terminase arrepintiéndome, sabía que solamente si andaba caliente, me atrevería a acudir. Así que no me pajee. No podía dejar de pensar en la cita, durante toda esa noche anduve nervioso al igual que a la mañana siguiente, no se me iba de la cabeza la cita con Urbano. Así que como pude me aguanté y no me pajee. Al llegar la tarde, los nervios eran aún mayores, pero me preparé y luego cuando llegó la hora de paseo, para allá que me fui.
Iba tenso y con los nervios a flor de piel. Lo peor era cuando llegase al hotel, eso me daba muchísima vergüenza, pues sabía que, si a mí me había llamado la atención de la vestimenta de Urbano, aquel pantalón rosa dejaba ver muy a las claras su orientación sexual, a los empleados del hotel, aquello era muy claro que sabrían que se trataba de un homosexual, un homosexual declarado que no se escondía y lo iba declarando a gritos.
Que viesen que un jovencito preguntaba por aquel hombre, y que había quedado con él, aquello a mí me daba muchísima vergüenza, pues estaba seguro de que me mirarían con recelo, que pensarían que yo era la putita de aquel hombre. Eso me tenía muy tenso y me daba muchísima vergüenza.
Aún hoy no se como me atreví a acudir, sabía que iba para ser follado, eso lo tenía muy pero que muy claro, no es que me lo dijese, pero dentro de mí, sabía que aquel hombre que rondaba la cuarentena me iba a follar, que me iba a hacer suyo. Cuando por fin entré en el hotel preguntando en recepción por Urbano y aquel joven que me atendió, luego de mirar el registro, lo llamó por teléfono y luego de hablar con él, me dijo que subiera a la habitación, no recuerdo el número, que me estaba esperando.
Bufff, yo creo que en aquellos momentos yo me puse de todos los colores, hasta creo que las orejas me echaban humo de lo ardientes que las tenía. Fui hacia el ascensor, era incapaz de mirar hacia atrás, estaba super nervioso y sobre todo muy pero que muy tenso. Cuando el ascensor abrió las puertas, yo me metí dentro, pulsé el botón para subir, me di la vuelta viendo al joven de recepción como me miraba, yo creo que, si en aquellos momentos me tocan, me hubiera derrumbado.
Cuando por fin llegué a la puerta de la habitación donde me esperaba Urbano, toqué con los nudillos la puerta y al momento ya vi como se abría y allí estaba Urbano, estaba en albornoz, el muy cabrón me estaba esperando ya preparado para darme la follada de mi vida. Lo que él no sabía, era que yo era virgen, que aquella sería mi primera vez, que él iba a tener el honor de penetrarme por primera vez, que él iba a ser quien me desvirgase.
Después de pasar y de que Urbano cerrase la puerta, me dijo que me desnudase, cosa que al momento me puse a hacer, yo creo que nunca me desnudé tan rápido en mi vida. Me quité toda la ropa exceptuando el slip, me daba algo de vergüenza, el caso es que por pudor me lo dejé puesto. Me senté en la butaca a esperar a que Urbano me ordenase que hacer, cuando ya vi que él estaba completamente desnudo. Con lo tenso y nervioso que yo estaba, apenas me pude recrear en él, solo puedo recordar sus genitales y polla como le colgaba y como me decía que me metiese en la cama, cosa que ambos hicimos a la vez, uno por un costado y el otro por el otro.
Me colocó a su gusto, tapándonos luego ambos con las cobijas. Ahí empezó a meterme mano, pudo ver lo tenso y nervioso que yo estaba, yo creo que ahí se dio cuenta de lo inexperto y novato que yo era. Empezó a bajarme el slip con sus manos, terminando de bajarlo y quitármelo con sus pies, quedando este a los pies de la cama. Ya estaba ya me tenía completamente desnudo y a su entera disposición.
Vio lo sumiso y nula iniciativa que yo tenía, así que ya no hacía falta que me preguntase nada, ahí yo era el sumiso, era el que le iba a entregar mi culito, yo iba a ser al que se follasen, era la hembrita a la que él se iba a follar y dejar preñado.
Después de que me hiciera chuparle la polla, me colocó de costado, me iba a penetrar, estando así de cucharita. Me colocó a su gusto y antojo, buscó mi entrada al agujerito y trató de penetrarme, yo di un pequeño grito de queja, estaba muy cerrado y nada dilatado.
¡Ay! Me quejé cuando intentaba penetrarme, a la vez que me ponía tenso estirando mi cuerpo.
El al ver lo cerrado y tenso que yo estaba, trató de relajarme, me dijo que no estuviese tan tenso, alargó el brazo por encima mía, cogiendo de la mesilla una cajita de crema, era como la Nivea, solo que esta era de nombre Atrix, abrió la misma y luego de untarse los dedos, los fue pasando por mi agujerito, yo creo que aquí fue cuando supo que se iba a follar a un culito virgen, y que si no lo era, aquel culito que estaba lubricando, muy poquitos lo habían utilizado, luego por supuesto que supo que él había sido el primero.
Cuando ya me tuvo bien lubricado, volvió a intentar penetrarme. Ahora sí, ahora su polla empezaba a entrar por mi culito más fácilmente, solo había notado un pequeño pinchazo cuando su glande abrió mi esfínter y lo penetró, ¡ohhh! ¡ooohhh! Me quejé notando como su polla me abría el culo, introduciéndose y penetrándome por completo. Quejido que, por supuesto él pudo escuchar con claridad, también vio como me relajé cuando ya me penetró por completo, ya estaba, ya me tenía toda la polla, me la había metido hasta los huevos. Podía notar con toda claridad su pelvis pegado a mi culo, como sus huevos los podía notar pegados a la entrada de mi ano y como su polla la tenía totalmente introducida dentro mía.
Ahí fue cuando poco a poco empezó a follarme, bombeaba su pelvis metiendo y sacando su polla por mi recién desvirgado culito.
Yo trataba de relajarme, sentía como aquella polla se deslizaba por dentro de mis entrañas, era una sensación rara, pero ya no sentía dolor alguno, solo había sido aquel pequeño pinchazo que había sentido cuando su polla abría mi esfínter y se iba introduciendo dentro mía.
Ahora solamente estaba atento a las sensaciones que estaba empezando a sentir, me notaba abierto y completamente lleno, cada vez que Urbano movía su pelvis, yo soltaba pequeños gemidos, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gemía tratando de agarrarme con las manos a las sábanas. Cerraba los puños con los cuales me aferraba a las sabanas de la cama, notando como aquella polla profanaba hasta ese día, mi virgen culito.
Ya empezaba a disfrutar de la follada que me estaba dando, cuando veo como Urbano saca por completo su polla de mi recién desvirgado culito. Dios que rabia me dio, en ese momento me dieron ganas de estrangularlo. Ahora que ya tenía su polla totalmente introducida por mi culito y estaba empezando a disfrutar, va el muy cabrón y me la saca. En esos momentos solo estaba pensando en que cuando me la volviera a meter, iba a sentir aquel pinchazo y eso era algo que no me gustaba. ¿Porque hostias me había sacado la polla del culo? Me preguntaba sin llegar a poder entenderlo.
Nada más sacarla me dijo que mejor era que cambiáramos de posición, cosa que en aquellos momentos me dio mucha rabia, ahora que ya tenía su polla toda dentro mía, había que volver a empezar.
Se levantó de la cama y me dijo de ponerme a 4 patas, me hizo levantar, fue a por una toalla de baño, toalla supergrande, la cual colocó sobre la cama, haciéndome que subiera a ella por los pies de la cama. Tal y como me dijo, así hice, fui por los pies de la cama subiéndome y colocándome a 4 patas sobre aquella toalla de baño que él había estirado a todo lo largo de la cama.
Vi como Urbano totalmente en pelotas con la polla tiesa, venía para colocarse detrás mía, ahí ya pude apreciar con detalle la polla que acababa de meterme por el culo y que ahora iba a volver a introducirme, pero ahora estando a 4 patas. Dios, ver como le colgaba la polla y lo tiesa y empalmada que estaba, me hacía estremecer, como era posible que toda aquella verga me pudiera entrar por el culo. Dios, toda aquella polla había estado dentro mía, me había metido toda aquella polla por el culo y salvo el pequeño pinchazo que me había dado al entrar, luego la había sentido completamente dentro mía y me había gustado sentirla toda dentro mía.
Vi como se colocaba detrás mía, como con sus manos abría los cachetes de mi recién desvirgado culito, como colocaba la punta de su polla en la entrada de mi ano, Dios que nervios y tenso estaba yo, pues no dejaba de pensar en el pinchazo que seguro iba a sentir cuando me la empezara a meter de nuevo por el culo. Sentí como su polla empezaba a entrar por mi agujero, te juro que podía escuchar como aquella polla al empezar a entrarme por el culo, esta iba resbalando al contacto con la crema con la que me había lubricado, Dios, me recordaba el sonido que hacen los chorizos cuando los metías en manteca, justo eso era lo que estaba pensando, cuando noto como su pelvis choca con mi culito.
¡Ohhh!¡ooohhh! Dios que gusto sentí cuando noté su pelvis y huevos pegados a mi culo.
Joder, no podía creerlo, ya me la había metido toda y no había sentido aquel pinchazo que yo estaba esperando, no, ahora no me había dolido nada, es más, ahora hasta me había dado gusto cuando la iba introduciendo.
Noté como me aferraba con sus manos por las caderas tirando de ellas hacia él. Dios, no me lo podía creer, no podía creer que aquella polla la tuviera toda introducida por mi culo y además no hubiera sentido dolor alguno.
Quise mirar a ver si podía ver algo, por lo que incliné el pecho tratando de mirar por medio de mis piernas, quería ver como aquella polla me había entrado por el culo. Lo que pude ver, era mi polla y huevos colgando, como él estaba completamente pegado a mi. Eché la mano por medio de mis piernas y empecé a palpar la entrada de mi ano, ahí ya vi que su polla estaba totalmente introducida, Dios no podía creerlo. Palpé sus huevos pudiendo comprobar que los tenía pegaditos a la entrada de mi recién desvirgado ano. Vi y noté como Urbano sacaba un poco su polla volviendo a introducirla, ¡Dios que gusto y sensación sentí! Había tocado con mi mano la base de su polla y había notado como esta se volvía a introducir por mi culo. Era tanto el gusto que me estaba dando, que con mi mano empecé a acariciarle los huevos, me estaba dando tanto gusto que me puse a acariciar aquellos huevos, era como si lo estuviese animando para que me diese más, quería más polla y yo acariciaba aquellos huevos animándolo. Esto a él lo calentó aún más, por lo que ahora empezaba a follarme sin contemplaciones. Empezó con el mete y saca, cada vez a mayor ritmo, cosa que me hizo que me volviese a poner a 4 patas, tenía que tratar de sujetarme, pues el ritmo cada vez era más endiablado. Parecía una marioneta a la que mueven para todas partes. Con sus manos sujetándome por las caderas, empujaba mi cuerpo como si estuviera en un columpio, era un vaivén constante y cada vez a mayor velocidad. La cama se movía igual que mi cuerpo, era como si estuviera en un columpio. Notaba como su polla entraba una y otra vez por mi culo, como cada vez llegaba a lo más profundo de mis entrañas, como su pelvis y huevos golpeaban los cachetes de mi culo, como Urbano jadeaba y respiraba cada vez más fuerte.
¡Ohhh!¡ooohhh!¡ooohhh ohhh! Gemía yo abriendo la boca y ojos sin poder dar crédito, me estaban dando por el culo, estaba siendo follado por primera vez en mi vida y aquello me estaba gustando, estaba disfrutando como jamás había imaginado.
Me estaban follando en aquel hotel de la avda. de la independencia de Zaragoza, me estaban dando la follada de mi vida, me estaban desvirgando y aquello me estaba gustando un montón, Dios que placer y gusto me estaba dando aquello. Cada vez me sentía más abierto y poseído, notaba como Urbano entraba en mí y como me hacía suyo. Las penetraciones de su polla cada vez eran más profundas, podía sentir su polla en mis entrañas y sus huevos pegados a mi culo. Me sentía totalmente lleno, estaba dentro de mí y Dios que gusto me estaba dando.
Empecé a notar como ahora Urbano empezaba a gruñir, como sus arremetidas eran más violentas, como sus manos me aferraban más fuertemente y de repente pude notar muy claramente como su polla palpitaba dentro mía y como esta, empezaba a soltar chorritos de semen.
Dios, se estaba corriendo dentro mía, podía notar como de su polla salían chorros de semen bañando mis entrañas, bufff, me estaba preñando y podía notarlo con total claridad, se estaban corriendo dentro mía.
Te juro que fue la única vez que pude notar tan claramente como el semen salía de la polla que me estaba follando, nunca lo volví a sentir tan claramente como en esta ocasión.
Yo que no podía dejar de gemir, al sentir como salían aquellos chorritos de semen de la polla de Urbano preñándome el culito, echaba el culo más para atrás, no quería que pudiera salir nada, quería tener toda la corrida dentro mía.
Escuché como Urbano gruñía como un animal, como su polla iba descargando todo el semen en lo más profundo de mis entrañas y como me preñaba.
Dios que gusto y satisfación sentía en aquellos momentos, se habían corrido dentro mía, me acababan de dejar preñado, me acababan de desvirgar y me habían dejado el culo repleto de semen, aquello me había gustado, me había gustado muchísimo.
Así que terminó de correrse dentro mía, aflojó sus manos las cuales empezó a pasar por mi pecho y abdomen, como iba acariciándome, hasta que nada más tocar mi polla y huevos, esta, empezaba a escupir chorros y chorros de semen, que iban todos a parar sobre la toalla en la que estaba a 4 patas.
Dios, me había hecho llegar al orgasmo, me había hecho correr como no recordaba nunca. Todavía tenía su polla introducida en mi culo, cuando terminé de eyacular.
Nada más terminar los 2 de corrernos, sacó su polla de mi culo, yo estaba que temblaba de gusto, me dijo de ir a lavar, cosa que hice luego de salir de la cama y ponerme de pie. Dios, todavía notaba como todo mi cuerpo temblaba, notaba una extraña sensación en mi culo, era como si todavía llevase su polla metida dentro, me sentía abierto y como si llevase algo metido en mi culo. Dios, si hasta las piernas me temblaban igual que si fuese un corderito recién nacido, era una sensación de placer pleno, era una sensación que jamás había sentido.
Nada más entrar al baño, me senté en el inodoro, esperando a ver que era lo que salía, vi que no salía nada, solamente resbalaba el esperma con el que acababa de ser preñado. Viendo que nada salía, fui para el bidet, quería meterme el dedo por el culo y ver que era aquello que tenía, era como si tuviera un tapón metido en lo más profundo de mis entrañas. El dedo entró con suma facilidad, así que metí otro y empecé a tratar de llegar lo más profundo que podía, pero nada, allí no había nada, mis dedos salían pringados de semen solamente, resbalaban con suma facilidad, pero allí solo había el esperma con el que Urbano me acababa de preñar.
Luego de lavarme y dejar mi culito más abierto al haber estado metiéndome los 2 dedos lo más profundamente que pude, salí del baño, yéndome a vestir.
Urbano ya había recogido la toalla sobre la que me había colocado a 4 patas dándome la follada de mi vida y donde yo había soltado toda mi corrida, ya había ordenado la cama y empezaba al igual que yo a vestirse. Antes de ponerse a vestir, llevó la toalla al baño donde la dejó y donde supongo lavó su polla, polla que acababa de desvirgarme y preñado por primera vez en mi vida.
Así que los 2 estuvimos vestidos, ambos salimos del hotel, Urbano venía conmigo, me había invitado a beber algo en alguna de las terrazas de la avda. de la independencia, yo iba caminando, sintiéndome algo extraño, me sentía abierto y como si todavía llevase algo metido en mi culito. Cuando pasábamos por delante de la recepción, yo era incapaz de mirar al joven que allí estaba, me daba muchísima vergüenza, pues sí ya antes tenía la sensación de que sabían de que iba a ser follado por Urbano, ahora que iba recién desvirgado y bien follado, con el culo abierto y preñado de semen, se iba a notar muy claramente, además de que mi manera de caminar ya me delataba, al menos eso era lo que yo creía. Me sentía el centro de todas las miradas, pensaba que todo el mundo me miraba y que veían como andaba y claro, caminar de aquella manera y al lado de Urbano que no escondía su homosexualidad, que la iba gritando sin esconderla, suponía que todos se daban de cuenta de que yo acababa de ser follado. La verdad es que todo aquello era cierto, pero eso a mí me daba muchísima vergüenza. Iba caminando a su lado sintiéndome completamente satisfecho, incluso si Urbano hubiera llegado a abrazarme en aquellos momentos, aunque me hubiera dado muchísima vergüenza, estoy seguro de que mi cuerpo hubiera reaccionado agradeciendo su abrazo y proximidad. En aquellos momentos yo era totalmente suyo, me había entregado a aquel hombre, le acababa de entregar mi virginidad y me había preñado haciéndome completamente suyo, haciéndome el hombre más feliz del universo.
Cuando nos sentamos en la terraza a beber unas cervezas, yo al irme a sentar, lo hice con tanto miedo que, al agacharme para sentar, lo hice muy despacito, era como si tuviera miedo de que se fuese a romper o salirme algo. Aquella sensación que tenía, poco a poco se fue pasando. Allí estuvimos durante un buen rato, hablamos de todo, así fue como Urbano supo de que era mi primera vez, que era de La Coruña, que estaba realizando el servicio militar en Zaragoza, que cada 15 días iba a Barcelona a casa de mi hermana, por lo que no dejó de decirme que cuando fuese lo llamase para volver a vernos y volver a follar, que me presentaría a sus amigos, que iríamos por Barcelona a pasarlo bien, etc. Etc. Etc.
Luego de beber las cervezas y pasar un rato en aquella terraza, nos despedimos, cosa que me hizo sentir un poco extraño, pues sí Urbano me llega a decir de volver a follar, yo hubiera ido encantado, seguro que iría muerto de vergüenza otra vez al hotel, pero aún y así, estoy seguro de que iría sin pensarlo 2 veces. Me volvería a entregar por completo a él, a dejar que me volviera a hacer suyo, él en aquellos momentos era mi hombre e iría con él al fin del mundo.
La primera vez que fui a Barcelona, después de haber sido desvirgado por Urbano, no lo llamé, me daba algo de vergüenza y tampoco tuve mucho tiempo, además de que no quería que mi hermana y cuñado supiesen nada de Urbano, él no ocultaba su homosexualidad y yo no quería que se supiese nada de mis gustos sexuales. Vamos que no quería que supiesen que yo realmente era gay.
Luego la segunda vez que fui, ya no pude ponerme en contacto con Urbano, había perdido el papel donde tenía apuntado su teléfono y dirección, traté de buscarlo, incluso buscaba en la guía de teléfonos, pero nada, no tuve suerte y no volví a saber más nada de Urbano, el hombre que me desvirgó y preñó por primera vez. No se realmente lo que hubiera sucedido, pero estoy seguro de que me hubiera follado muchas más veces, al menos por mi parte no habría problema alguno, incluso si el hubiese querido hacer que yo fuese su pareja, es muy probable que lo hubiese conseguido, probablemente yo me hubiese entregado por completo a él, la follada que me había dado cuando me desvirgó, fue de lo más espectacular que me pasó, fue una desvirgación muy pero que muy placentera, fue algo que me dejó marcado de por vida. Vamos que me hubiese entregado a él y hubiera dejado que me hiciese suyo, me hubiera convertido en su hembrita y me hubiera dejado preñar por mi macho todas las veces que quisiera.
Muchas gracias, Urbano por haberme desvirgado de la manera que lo hiciste, fue algo que me gustó muchísimo, me hiciste sentir mucho placer cuando me follaste y dejaste preñado con tu semilla, fue algo que me dejó marcado de por vida, jamás te olvidé. Tu fuiste el primero en entrar en mi, fuiste el primero que me hizo suyo y fuiste al primero que me entregue.
Podéis contactarme escribiéndome a:
Desde La Coruña, saludos.
Dani.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!