Usado por Luis

Desde siempre he sido muy mariconcito para mis cosas, sobre todo desde mis primeras experiencias.
Todo parte al sur de chile, antiguamente mi familia era muy unida y salimos siempre con toda mi familia paterna la cual era medianamente numerosa. Uno de los lugares que frecuentabamos era la familia de la amiga de mi abuela que vivía en el campo, siempre ibamos a ayudar a sembrar o cosechar diversas cosas acorde a la época. La amiga de mi abuela tenía varios hijos, entre ellos el menor, Luis que tenía 17 años, y el hermano anterior a él tenía 28 años, se llevaban 11 años de diferencia. En el lugar no había niños de mi edad por lo que Luis generalmente jugaba conmigo. Tenía una hermana de 10 años pero como a ella le encantaba ayudar en todas las tareas del campo no jugaba tanto conmigo. Yo con 4 años me cansaba rápido y me aburría por lo que siempre Luis se encargaba de pasar tiempo conmigo. A mi me encantaba pasar tiempo con él, era super guapo, se vestía con ropa de ranchero, siempre con jeans, botas, camisa y sombrero. Yo en ese entonces lo encontraba gigante de estatura y me encantaba recibir ese hedor a hombre de trabajo, era entre sudor y perfume. 

Un día de cosecha llegamos tempranísimo y yo me fui directamente a jugar con Luis, al buscarlo por la casa su mamá gentilmente me respondió que Luis no se encontraba durmiendo en casa. Yo triste y preocupado pensando en como pasaré el día, salgo a recorrer el campo a un apartado donde había muchos arboles, cuando de pronto escucho decir ps ps, y al girar era Luis que me pregunta ¿me estabas buscando?

Yo molesto le respondo: pensé que no ibas a llegar hoy, a lo que él me responde.

-Es que anoche me vine a dormir para acá a mi escondite secreto.

Yo emocionado le empiezo a rogar para que me lo muestre y me dice que si, pero no le tengo que contar a nadie, porque era secreto, a lo que respondo que si que le juro que no le diré a nadie.

Caminamos un par de metros y allí entre 2 árboles había montada una carpa tapada con unos cartones. 

Entramos en ella y había un colchón con frazadas, y su ropa interior del día anterior encima de la cama, al sentarme los tomé con asco y los tiré lejos, diciendo que era muy sucio seguido de unas carcajadas. 

Nos acostamos en el colchón y me empezó a preguntar que como estaba y a contar todo lo que había que hacer el día de hoy, a lo cual le respondo que prefiero pasar el día jugando en su escondite. 

entre eso él ya estaba medio aburrido acostado a lo que él me comienza a contar que me iba a llevar a montar a caballo terminando la jornada. A lo cual le empiezo a decir que mejor me lleve ya y que no vaya a ayudar a sus padres.

Luego el me dice que si quiero montar podemos jugar al caballito, que él iba a ser el caballo y yo tenía que montarlo, yo emocionado por el juego inmediatamente le dije, ya ponte de caballito, a lo que él me responde que mejor se queda panza arriba para poder mirarme como monto, me acodo sobre él y siento que me acomoda justo sobre su paquete, yo sin entender nada empiezo a cabalgar y a sentir algo duro y rico entre mis culito. Como se sentia tan rico yo me movia y me movía sobre el a lo que de pronto me dice que le voy a romper el pico, yo sin creerlo me empiezo a reir, yo a los 4 años solo había visto mi propia miniatura de pene, y no sabía que existían penes tan grandes. 

Al decirme eso me sentí un poco mal y le pregunté que como podía ayudarlo y él me dice que le ayude a sobar, toma mi mano y la lleva mi mano directamente a su paquete. Luego él me sugiere que mejor le de un beso como cuando él me daba besitos en la frente, y lo saca del pantalón, yo no podía creerlo, a mi edad ese pico era realmente enorme, con los cocos grandes y llenos de pelos. Al acercar mi boca siento el hedor a macho, un olor entre orina, bolas y sudor. Se sentía delicioso como el sabor impregnaba mi boquita. 

Luis al ver que yo le olfateaba las bolas me pregunta si me gusta su olor, a lo que asiento con la cabeza. 

Luego él me dice que mejor juguemos otro juego, el cual se llamaba hacer el amor, que era algo que hacían los adultos. Yo felíz le digo que si a lo que él comienza con meter mi mano en mi culito, yo sin entender, él toma mi mano y la lleva directo a su culo, bajo de su  ropa interior, yo nunca había tocado otro cuerpo y menos el de un hombre. Pasamos unos minutos así y yo no entendía nada, a lo que le digo que está muy aburrido que mejor juguemos a otra cosa, y él comienza a reír y a molestar que me falta el olor de sus bolas para estar entretenido, yo lo miro con cara de no entender, a lo que me contesta -siempre que me abrazas metes tu nariz en mis bolas para olerlas, o ¿crees que no me había dado cuenta? Yo con vergüenza y sonrojado le digo que no es cierto a lo que él estira su mano y coje el boxer usado y lo pone en mi nariz. Yo comienzo a olfatear y a reír, junto a eso se puso a presionar su mano con mi hoyito. 

Sentir eso se sentía como estar en la gloria y luego saqué mi mano de su boxer y me dejé llevar por sus toqueteos. 

Después de unos minutos me ordenó volver a chupar la cabeza de su pico y me dice que me tiene algo rico para mi. Aumenta el ritmo de la masturbación y con la cabeza de su pico aún en mi boquita empieza a descargar chorros y chorros de leche caliente y super espesa, intenté alejarme ya que no entendía qué era eso que salía pero Luis me sostuvo fuertemente la cabeza y decía que tenía que tragar todo porque era para mí. Yo como siempre era muy sumiso terminé tragando todo su semen.

Luego nos fuimos y me preguntaba si me gustaba lo que habíamos jugado, que a él le encantaba y que tenía que ser secreto o sino no podríamos volver a jugar, yo le juré que no le contaría a nadie y cuando volvimos ya era hora de almuerzo.

Al comer aún podía sentir el sabor a pico y semen mezclado con los alimentos. Luego de eso no jugamos toda la tarde, yo le rogaba a mis padres que me dieran permiso de alojarme en casa de ellos para dormir en el nuevo escondite de Luis. Pero como al día siguiente había escuela no podía faltar. Ya a la noche volvimos a nuestras casas y yo al estar de muy mal humor mi mamá me decía que un día viernes podría ir a visitar a Luis y pasar todo el fin de semana en el campo.